Partida Rol por web

La caída de Olaff es tan repentina y tan aparentemente inexplicable que tardo unos segundos en reaccionar. Al ver que mi hermano intenta socorrer a nuestro jefe, vuelvo a empuñar mi espada y avanzo para cubrirle, lanzando a Khalep una mirada dura para disuadirle de intentar nada contra nosotros y preparado para detener cualquier ataque.

Ashart, intenta sacar a Olaff de en medio antes de seguir con sus heridas.  Estamos estorbando a los que combaten. Intento hablar en una voz calmada para no contribuir a desmadrar más las cosas. Al mismo tiempo, agarro mi espada con las dos manos para que nadie note que, si la agarro sólo con una, me tiembla ligeramente.

Arrastro con cuidado el pesado cuerpo inerte de nuestro líder, alejándolo de Thorfinn y su contrincante.

No parecía haber veneno alguno en la herida, pero a parte de eso te percataste de que el corte había sido bastante acertado y no encontraste el modo de detener la hemorragia. 

La detención fue limpia, no solo limpia sino que el líder bárbaro desarmó a su oponente asestándole una herida lo suficientemente precisa en el brazo que le inutilizaría la mano quizá de por vida. 

Si los dioses no estaban de su lado... no sabíais como era posible. 

Se acercaba espada en mano a su oponente, de frente, mientras este estaba ya desarmado. 

- ¿Alguna última petición antes de que te envíe el juicio final? - ofreció

Ver cómo Khalep se dirige hacia Thorfinn con intención asesina mientras mi hermano está aún intentando reanimar a Olaff es la gota que colma mi vaso.  Orlanth sabe que he intentado mantener el honor de la tribu intacto. No sé si lo que voy a hacer está bien o está mal, pero si no actúo ahora, no quedará tribu cuyo honor haya que mantener.

Recojo el escudo del suelo y hago sonar un par de veces la espada contra él para avisar de que entro en liza. Sin embargo no ataco, me quedo encarando a Khalep con el escudo en alto y la espada preparada para forzarle a desviar su atención de mi compañero so pena de darme la espalda (en cuyo caso sí ataco).

Dioses y hombres pueden dar fe de que has ganado este duelo, nadie te quitará ese honor. Pero no toleraré que haya más muerte. No más pérdida. Puedes irte con tus armas y con ese caballo. Y, si está en tu ánimo ir en contra de los imperiales, puedes volver a buscarnos en son de paz. Si eso no te basta, si tiene que correr más sangre antes de que estés satisfecho, será la tuya o la mía, la de nadie más, la siguiente en regar la tierra.

Da un paso atrás alejándose de Thorfinn y manteniendo la mirada a Garnath

- No he sido yo el primero en derramar sangre - te echa en cara

Envaina su espada

Levantándose Harold se colocó a la derecha de Garnath con la vista puesta en Khalep

- Tiene razón... baja la espada Garnath así podremos hablar con tranquilidad, el honor ya ha sido atendido con toda esta sangre no recuperaremos ni vengaremos a nuestra gente - afirmó muy despacio con tono conciliador

El explorador estuvo a punto de atacar a Khalep por la espalda, pero ¿acaso demostraría más honor que la que aquel hab´ía demostrado traicionando a los suyos? Bajó el hacha y se acercó lentamente arrastrando los pies.

No fue Wulfric el que continuó la lucha, aunque estaba presto para ella. Bajó el hacha y quedó expectante.

En este momento he perdido de vista la funda de mi espada, así que me agacho lentamente y dejo con cuidado el acero en el suelo sin dejar de mirar nunca al frente. De un vistazo rápido compruebo que mis compañeros estén de acuerdo con el nuevo rumbo que han tomado los acontecimientos.

Es verdad.-Digo al fin con visible reticencia-. Vimos los arreos de vuestras monturas y sacamos conclusiones precipitadas. Yo... lo lamento. Llevamos varios días cegados por el dolor y la sed de venganza, tanto que ya no sabemos distinguir amigos de enemigos. Por eso te pregunto ¿cuál es vuestra relación con los bastardos de ese fuerte?.

- Depusimos las armas - informa - la mitad de mis hombres son ahora batidores al servicio del imperio a cambio de que nuestra aldea no sufriera daños. Muertos nada podíamos hacer - añade, dejando entrever que no es su intención mantener la sumisión

Wulfric, repentinamente interesado por la actidud del noble y su forma de adaptarse a las circunstancias ante un enemigo más poderoso, se aproxima en actitud aparentemente más relajada y con un gesto de curiosidad, escrutando el rostro del hombre que acaba de hablar, intentando leer el engaño o la veracidad en sus ojos.

- ¿Y ya está? ¿ahora la lealtad de tus hombres es al Imperio? ¿una noche ven partir a Yelm al submundo sintiéndose orlanthis y cuando al día siguiente Yelm vuelve a los cielos dejan de serlo? ¿o quizá el viento de orlanth se ha tornado en brisa para resurgir como huracán en el momento apropiado?

Yhorfinn hasta ese momento había estado caminando de un lado para otro tratando de contener su ira. Había guardado su hacha y colgado a la espalda su escudo para evitar cargar contra el traidor. Apretaba los dedos cerrados en un puño hasta que los nudillos se pusieron blancos. 

- No es excusa traidor - replica el explorador  acercando su cara a la de KKhalep hasta estar tan cerca que podía oler su fétido aliento- un orlanthi nunca se arrodilla. Lucha hasta el final y no contra un hermano sino contra el enemigo.

Harold permanecía a una prudente distancia de Khalep con el escudo amarrado y su mano derecha sobre el pomo de la espada envainada, el intercambio de palabras no alejaban los pensamientos en los que se encontraba sumido.

Era de esperar esa respuesta... decidieron lo fácil, lo seguro... no sería para buscar venganza sino buscando vivir, ahora lo tenemos claro. Seguramente esta situación no acabará bien... Thorfinn lo despellejará.

Se disponía a responder a Wulfric cuando Thorfinn interrumpió

- Ser líder, es aprender a renunciar a cualquier cosa por tu pueblo... incluso a tu orgullo - sentencia 

Retrocede aun sin daros la espalda, con clara intención de retirarse

- Moriré sin arrepentirme de mis decisiones - asegura

-Tal vez sea cierto -digo alzando la mirada hacia el líder traidor a la vez que vuelvo a ponerme en pie. Las lágrimas por la muerte inútil de mi caudillo y primo hermano luchan por salir a la superficie, pero logro suprimirlas-. Puede que mueras sin arrepentirte, como dices, ¿pero qué pasará luego, cuando llegues ante Orlanth y el Atronador te arroje al peor de los infiernos por traidor? -digo mirándole fijamente. Sin dejarle tiempo a responder, continúo-: ¿Crees que podrás seguir sin arrepentirte entonces?

-Claro, seguramente pienses que es un sacrificio que ha valido la pena, que no tenías otra opción con tal de salvar a los tuyos. Pero sí la tenías-... En este momento pienso de nuevo en Ivarne y los niños, y dudo de mis propias palabras. Pienso en si yo también estaría dispuesto a hacer un sacrificio así por ella, por mis hijos... En si valdría la pena... Me invaden pensamientos muy oscuros, pero de pronto, se me ocurre una vaga idea, tal vez un plan, una última esperanza...-.  De hecho, aún la tienes. Aún estás a tiempo de corregir tu error. Todo el mundo sabe que Orlanth también cometió errores antes de la llegada del tiempo, errores muy graves, pero se dio cuenta, y encontró la valentía para luchar hasta corregirlos. Incluso bajó al Inframundo para conseguirlo. Tú podrías hacer lo mismo... y así salvar a los tuyos y a ti mismo a la vez.

De hecho...Me paro a pensar bien mis próximas palabras. Khalep ha confirmado que está trabajando para los imperiales, aunque sea a regañadientes. En condiciones normales decidiría que no es una persona de fiar porque nos podría traicionar con una sola amenaza contra su gente. Pero estas condiciones no son normales y esta es la primera oportunidad que he visto desde que atacaron la aldea de recuperar a nuestra gente. De hecho existe una manera de mantener a tu gente a salvo y de enseñarles una amarga lección a los imperiales. Supongo que más pronto que tarde mandarán a sus prisioneros a sus tierras, para hacerles esclavos. Entre esos prisioneros, está nuestra tribu. Si nos avisas por adelantado de cuándo van a mandarlos, por donde y de cuanta escolta llevan, podemos golpearles sin que sepan que nos habéis ayudado.

Sacudo levemente la cabeza mientras me encojo de hombros. Ashart también parece que tenga otro plan. Como ves hay formas de colaborar. Quédate y hablemos.  Miro a los demás. Harold y Wulfric también parecen interesados en hablar, pero me preocupa que Thorfinn pueda echar por tierra este pequeño rayo de esperanza. Thorfinn, harías bien en calmarte. Ven, deja que eche un vistazo a tu herida mientras los demás se encargan de la situación. Tiene mala pinta y querrás estar en el mejor estado posible cuando llegue la hora de matar imperiales.

- Los batidores encabezamos esas marchas, he perdido hombres - señalando hacia los caidos - puedo decir que fueron los animales, que nos ayudasteis y que os queréis unir a la causa a cambio de un buen puñado de monedas - propone.

Ya con el escudo a la espalda, posa su mano sobre la empuñadura de su espada

- Venid conmigo y escoltad vosotros mismos a vuestra gente, mientras hagáis los turnos de noche y ellos duerman tendréis una buena oportunidad de rebanarles la garganta y estar lo suficientemente lejos del campamento como para que no envíen refuerzos hasta que pasen unos días.

Miró al grupo, manteniendo especialmente vigilado a Thorfinn

- Conocéis estas tierras tan bien como yo, no os encontrarían si sois cuidadosos y tienen asuntos más importantes que atender que perseguir a un grupo de mujeres y niños perdidos. 

Wulfric asintió taciturno. No era la forma en la que pensaba enfrentar esta situación, pero recordó que Orlanth hizo uso de la astucia en muchas ocasiones en lugar de la fuerza bruta.

- No está exento de riesgos este camino... podrías delatarnos en un instante una vez estemos entre los imperiales y no tendríamos ninguna oportunidad, mientras que tú serías recompensado por entregarnos al enemigo.

Sopesó las palabras antes de pronunciarlas.

- Es una cuestión de fe en tu palabra... -miró a sus compañeros un instante-. ¡Qué diablos!, si nos delatas una vez estemos entre los imperiales me batiré con mi hacha hasta la muerte e intentaré llevarte conmigo al infierno. Por mi parte adelante con ese plan, de una forma u otra acabaremos con esto.

No es la mejor idea... podría vendernos... tampoco tenemos alternativa, sólo damos vueltas y nos debilitamos sin conseguir nada... astucia es lo que necesitamos y menos músculo... espero que Thorfinn lo comprenda pronto

- No tenemos muchas opciones... - dando un paso al frente - ... deberíamos cerrar un trato y rápido -