Partida Rol por web

Romitelli, aunque débil, aún podía pensar, y sus palabras mentales llegaron a la gema.

_Maldita engreída, es por eso que permaneces aquí escondida, en este lugar inhóspito y olvidado del mundo. Eres una cobarde, no tienes gran poder, por eso estás tan contenta de robarle el poder al grandísimo Romitelli.

La piedra preciosa brilló con más intensidad y vibró en la mano de Romitelli, quien notó que la vanidosa gema se había molestado con las palabras de Romitelli (perdón si me extralimité con esta descripción, master. Fue una licencia poética XD ). El mago sonrió por dentro.

_Estás resentida porque la muerte siempre te vence y es ella quien te roba tus víctimas. ¡Si eres tan poderosa demuéstralo! ¿Ves aquel, el esqueleto ese vestido como un pordiosero? Ese pudo escapar de la muerte en el pasado, por eso quedó así. Véngate de la muerte. Quédate con su vida y así demuestra a la muerte y al mundo que eres más poderosa que ella. Si no lo consigues, no eres ni siquiera merecedora de tu nombre.

Aurora observaba la situación con fingida indiferencia. Mientras parecía mirar sus uñas o retener un pequeño bostezo, no se perdía de nada de lo que ocurría entre la Muerte y el mago violeta. Es que no eran muchos aquellos pertenecientes a la Universidad Invisible que habían visto a la señora (o señor, algo que Aurora no tenía claro) de la guadaña y lo habían podido contar.

A medida que el asunto avanzaba, la chica se iba dando cuenta de la seriedad de lo que allí ocurría. La Muerte no estaba de bromas, realmente quería llevarse a Romitelli, algo que por un lado le alegraba, pero por otro le parecía un tanto exagerado. El viejito era un metonaricesentodoloquepuedoincluidonalgasdejovencitas pero la chica consideraba que ya con los cachetes que había lucido hasta hacía un rato estaba bien castigado. Claro que, por otra parte, había querido llevarse la Gema del Poder Eterno, algo muy mal visto por la sociedad en general y por la comunidad rolera en particular, con lo cual algún castigo por ello también tenía que tener. Sin embargo...

-Disculpa Muerte... ¿por qué no te tomas esos tragos y después vuelves por el mago impertinente? Comprendo que merece su castigo, pero si te demoras más te perderás de la barra libre de cocteles y los riquísimos pinchos de camarones que sirven para acompañarlos... no creo que quieras eso. Dale un poco más de tiempo al ex-cachetón para que redima sus culpas ayudando en esta misión, que se supone que para eso vino, y luego de que la fiesta acabe, lo pasas a buscar... ¿siiiiiii?

Los ojos de Romitelli solo veían la piedra que tenían delante. En un momento la piedra brilló un poco más y todo su cuerpo comenzó a temblar. Estaba cada vez más pálido.

Finalmente el mago empezó a girar en su lugar al ritmo del tembleque, mirando fijamente a cada uno de sus compañeros, al vidente travestido, a los duendes y a la muerte. Era una mirada que claramente expresaba una despedida. Sin previo aviso el sensual y ondulante movimiento de hula-hula que todos ya habían visto apareció de nuevo y Romitelli comenzó a moverse a lo largo y ancho de la habitación, yendo y viniendo como si fuera un escenario y ese fuera su último show. Mientras iba y venía dando vueltas y más vueltas alrededor de sus compañeros, de la misma muerte, pasando por debajo de la mesa y las sillas y hasta haciendo malabares con las bolas (de cristal) de Shandel, fueron varios los ritmos con los cuales demostró una gran destreza. Incluso tomó los zapatos de Venaí y se los puso, pues nunca es bueno morir descalzo, y pudo hacer una gran exhibición de tap con ellos, mientras seguía girando por todos lados, caminando por arriba y debajo de los muebles y haciendo piruetas impensables para su edad, al punto de dejar a todos, incluso la muerte, al borde del mareo.

Con la misma brusquedad con que había empezado, el ritmo del mago descendió y ya simplemente se arrastraba por el lugar, hasta que llegó junto a Billy, y sosteniéndose de una de sus costillas le imploró, con la mirada perdida:

_Venga mi muerte, destruye esta piedra. Muerte, parece que se te han adelantado.

Entonces apoyó la piedra sobre la base del sacro del esqueleto y cayó al suelo panza arriba. Permaneció unos segundos inmóvil hasta que comenzó a hacer pescadito por otros segundos, y al final quedó inmóvil nuevamente.

Link ya no sabia que hacer, magos por aquí, magos por allá, lavanderos, tintoreros, travestis adivinos, enanos de jardín, esqueletos parlantes, todos esos seres presentes ante el pobre hombre solo le hacían pensar en una cosa "yo solo quiero vender cafe...." 

Pero parecía que la tarea no era tan fácil, y para el colmo de los colmos ahora un esqueleto más aparecía diciendo que era la "muerte" y que se iba a llevar al viejo cara de culo....psssssss...suspiro el cansando cafetero. Quien lleno de determinación sirvió un cafe bien caliente y dio dos pasos hacía el de la guadaña teniendo cuidado de no confundirlo con su compañero.

- Oiga porque no se relaja y se toma un caaaaaaaaaaafeeeeeeeeeeeeeee.........

En una espectacular actuación a lo Aranceli Gonzales en Nano haciendo de la mudita, el rey del grano colombiano tiro la bebida caliente en el rostro del funebrero.

El mago empezaba a ser cansón con sus bailes y melodramas. Empezó a girar por toda la habitación y solo me afinqué en mi hoz para verlo bailar... No bailaba mejor que yo.

CUando vino a afincarse en ms huesos le dije dando unos pasos atras - no no no, deja tus malas mañas viejo vicioso -. Lanzó la gema dentro de mis costillas y cayó sobre el hueso sacroRomitelli sonrió tirándose al suelo luego. En su rostro se veía que intentaba hacer que la muerte también me llevara a mí - Es que no aprendes cierto? Él ya me tuvo en su lista... ¿Es que no has notado que ya he estado muerto? - Saqué la gema y se la puse de nuevo a Romitelli en las manos. Sacudí las mías y di un par de pasos alejándome del cadaver - Telenovelas, siempre mostrando muertes rebuscadas...

Ramirus no entendió muy bien las palabras de la muerte misma, pero supuso que le habría contestado que sí, que ya era sabedor de la misión sombreril que se traían entre manos. Lo único que lamentaba era no haber entendido bien cuál había dicho que era su nombre, así que tendría que referirse a él como lo había hecho hasta ahora.

Lo cierto es que la presencia del primo de Billy estaba distrayendo a todos y retrasando la marcha, hasta el punto que el mago de la barba blanca y el culo otra vez en su sitio se había puesto a bailar y a hacer teatro, acompañado del primo del primo de Billy. El amable muchacho que invitaba a cafés se había tropezado y había derramado uno de ellos sobre la túnica del huesudo recién llegado.

- Jijijijji... -no pudo evitar que le hiciese gracia aquel patinazo. Cuando volvió a recuperar la compostura, insistió. -Bueno qué, ¿nos vamos? Aún tenemos que encontrar la entrada al dichoso camino amarillo. 

La Señora comenzaba a impacientarse con tanto alboroto, porque aquellos mentecatos se esmeraban en complicar de tal forma las cosas. Ya les daría una lección a todos esos magos desconsiderados. Sin embargo no podía dejar de admitir, al menos para sus adentros, entre la segunda y la tercera costilla para ser más precisos, que todo aquello le divertía.

El barbudo de túnica violeta, aquel a quien debía guardar en una pequeña cajita para arrojar luego su alma a un oscuro pozo, comenzó a corretear por toda la habitación. Balbuceando sin parar y rompiendo la fantástica armonía del lugar.

ESTATE QUIETO – articuló la Muerte ante tanto despliegue de vitalidad. Lo cual vale mencionar que no le agradaba. Sin embargo el daño ya estaba hecho.

Cuando el viejo se quedo tendido en el piso por la orden de la señora o porque se le había acabado la cuerda. Difícil de corroborar para cualquiera que no fuese la muerta, quien sabía a ciencia cierta que el viejo todavía no estaba muerto, no hasta que ella misma lo dijera. Lo cual no tardaría en ocurrir.

Sin embargo el destino parecía divertirse con aquellos y complicar su trabajo siempre que un mago chapucero se cruzaba en su camino. Y esta no era la excepción. Primero por la caliente mancha de café que se había topado con su túnica, una enorme mancha de un negro menos negro que su valioso atuendo, pero por sobre todo, caliente, muy caliente.

¡QUÉ DESPERDICIO! NO PUEDO IR ASÍ A LA FIESTA – la miraba se posó sobre el café derramado y su túnica manchada. Luego sobre el cafetero y la furria se adueño de ella al ver al viejo que venía a buscar tendido en el suelo. Causando tantos problemas.

El metal surco el aire silbando bajito como por un callejón. Su único objetivo, poner fin a la miserable existencia de una alma. Cortar de cuajo sus pies sobre el disco y guardar su último suspiro en una tuba…

Los que estaban en aquella habitación jamás podrán olvidar lo que vieron. Fue algo… aterrador, espeluznante, perturbador… algo, algo horrible. Mejor sería no recordarlo… rompa interior con corazones… no, noo, mejor no mencionar nada al respecto.

Además de todos, todos y todos esos detalles indecentes. El grito cargado de furia y por sobre todo de indignación de la señora mientras esta manipulaba su guadaña con gran precisión hacia aquel fino hilo que mantenía en el plano de los vivos a Romitelli. También fue aterrador… a pesar de ello, el viejo parecía tener un as en la manga. Entre tanto baile ridículo, las líneas vitales de cada uno de los presentes en aquel sitio se habían enredado. Dejando una única trenza azulada a la vista de todos, la cual tardaría días en volver a la normalidad. Al percatarse del truco de su presa la guadaña perdió su verdadero objetivo. Seccionando en dos partes a una cucaracha y la tupida barba del mago violeta.

Consternada la muerte observo su reloj pensando en las consecuencias de llevarse consigo a todos aquellos desquiciados. Libaría a disco de muchos problemas, pero los papeleos eran insoportables. Sin mencionar que su supervisor se enfadaría por adelantar el trabajo, nunca entendería aquello, se notaba que el concepto capitalista no había llegado aún a su oficina. Solo le quedaba una cosa por hacer… ir a la fiesta y darse una buena borrachera.

Con sus huesudos dedos, la muerte tomo la joya del poder eterno de las manos de Romitelli y la guardo en uno de sus bolsillos internos junto con la barba que reposaba, sin vida, en el suelo. Luego con un hábil movimiento de su guadaña junto a todos los presentes, al menos a los 5 magos y al cafetero, mirándolos aterradoramente.

ESTA VEZ SE SALIERON CON LA SUYA. PERO NO CREAN QUE ME HAN VENCIDO… NO, CLARO QUE NO. VOLVERÉ EN TRES DÍAS Y NO SOLO ME LLEVARE A ESTE VIEJO BARBUDO, SINO QUE A TODOS USTEDES POR INTERRUMPIR MI TRABAJO.

Conforme con su resolución la señora se volteo para subirse a su estupendo semental blanco.

UNA COSA MÁS –  su mirada se centro en Billy – TE DEJO A CARGO DE TU AMIGO, TÓMALO COMO UNA PRUEBA PARA UN FUTURO TRABAJO.

La muerte los dejó solos esfumándose en el firmemente, mientras su voz continuaba retumbando en la habitación de Shandel.

EN TRES DÍAS, TRES DÍAS...

Fin de la escena.