Partida Rol por web

Zahra sonrio satisfecha al ver como la chica ariadna parecia disfrutar del pastel que le habia ofrecido, y de buen grado tomo un trozo de aquellas tortitas para probar. - Fe sajetok!- dice en voz alta mientras se lleva el tenedor a la boca, para luego paladear unos segundos.-No esta nada mal, muy dulce pero no como para ser empalagoso.

- Se supone que simplemente tenemos que estar listos para  salir corriendo en cuanto nos den un aviso de alerta.- Añade la chica arabe tras un largo sorbo de su taza.- Pero si estamos sobre la marcha, puede que tardemos menos en llegar a las urgencias. O incluso toparnos sobre el terreno con ella... Si, no es mala idea.

La reverenda Bartosiewicz no se había tomado las pastillas sincronizantes. No lo haría ese día, no lo haría nunca. No sólo era una droga, sino que era una droga del mismísimo demonio. Si creía que podría ensuciar el alma de Agnieska con tanta facilidad, estaba muy equivocado.

Agnieska optó por, cómo siempre, fiarse de su despertador. Tras tres "bips -nunca uno más ni uno  menos - la reverenda se incorporó y apagó la alarma. La disciplina era su pan de cada día. Su mente lo sabía, su cuerpo lo sabía, con lo que no tuvo ningun problema en levantarse y realizar sus rutinas.*

Una vez estuvo lista se visitó con su único atuendo. Entonces miró al Mel-bot, al que había permitido dormir en el baño con la puerta cerrada. No le dejaía en la misma habitación, pero dejarlo fuera podùia suponer que alguien se lo llevase y ahora ese Mel-Bot servía a la reverenda, y por lo tanto, a la Virgen y a Dios.

- El Señor nos ha permitido vivir un nuevo día, agradéceselo. Guíame a la sala de reuniones. - le "pidió" al Mel-Bot.

Una vez allí, la reverenda saludó a los presentes con un escueto "Buenos días" y se sentó en la mesa, escuchando en silencio la discusión. Asintió al padre caballero cuándo mencionó su nombre y siguió observando en silencio. En cierto momento cogió al Mel-Bot y lo subió a una silla libre, permitiéndole ver así las caras de aquellos que se insultaban en aquel día de Dios que acababa de comenzar.

Tal vez la reverenda pretendía que el Mel-bot grabase lo que ocurría. Tal vez pretendía que aprendiese el valor del silencio. Tal vez sólo le gustaba presentar al Bot cómo uno más frente al resto del grupo. O tal vez simplemente se aburría. Fuese lo que fuera, la reverenda por fin habló cuándo vio que había silencio. 

- La señorita Cardoso obtendrá lo que Dios le otorgue. - sentenció dando final a la discusión de los dos hombres. Y cualquier sabía que ella era la mano de Dios, y que probablemente la señorita Cardoso no había cerrado un buen trato. - Asumo que aún no hay órdenes o avisos de infracciones. Y - la medio perra - la agente Heant ha hablado con sabiduría, así cómo - la Haqqislamita profana - la agente Zahra: deberíamos patrullar. Es contraproducente que todos estemos en la misma sala si se produce alguna situación que requiera nuestra presencia. En cuándo nos proporcionen la agenda de los enviados Tohaa, tracemos guardias entorno.- Agnieska odiaba hablar demasiado, y ya de buena mañana había gastado su ración de palabras por día.

Melissa había ido respondiendo, educada y animada como siempre, a las preguntas que le habían hecho.

-Lo siento Alonzo pero los diplomáticos no tienen una "agenda pública". Los únicos que conocen el funcionamiento de los encuentros son los propios diplomáticos, los embajadores y los empleados de seguridad de alto rango, como el Coronel Yorgos. Él no ha considerado necesario que conozcáis dicha agenda ya que él mismo ha coordinado la vigilancia de esos eventos.

- Señor Li, también será el Coronel quien decida si pueden recuperar sus armas y por ahora no se ha elevado el nivel de alerta.

Era curioso comprobar como había cambiado el comportamiento del pequeño robot que acompañaba a la Reveranda. Parecía haber limitado mucho más sus gestos. Asentía con la cabeza a lo que decía su nueva dueña.

Pero el "agradable" intercambio de opiniones no duró mucho. El Mel-bot se dirigió a la Reverenda-Disculpe Reverenda...- Mientras que en los comlogs del resto Melissa avisaba de:

-Alerta de seguridad. Prioridad 6. Se ha emitido una señal de alarma en la zona donde se encuentran alojados los diplomáticos Tohaa. Una de ellos, Saalleth Wilaancau, ha caído al suelo desmayada. Tenéis ya la ubicación.

- Cuando necesite las ban da armas ya sera demasiado...- la queja de Won se vio interrumpida por la alarma,- ...tarde. ¿Donde están nuestras cosas, joder?- estalló el yuchino, levantandose tirando la silla, mientras se dirigía a la salida.

Zahra termino su taza de te justo cuando Melissa les dio el aviso de una emergencia. Porque seria que se lo veia venir? De hecho tenia la sensacion de que habia tardado bastante en saltar una emergencia, la noche anterior dio por hecho que despertaria por culpa de una aquella misma mañana.

- Parece que la marcha empieza pronto. Y con uno de los tohaa!- comenta la agente apenas disimulando su ilusion por ver de cerca a uno de aquellos alienigenas. Levantandose de un salto, Zahra comprobo en un segundo que llevaba todo encima y salio corriendo, mientras se ponia las gafas para la realidad aumentada.- Yo me adelanto! tengo experiencia medica y me he descargado informes de anatomia tohaa. Nos vemos alli!

La Reverenda habría maldecido si eso no fuese en contra de su educación. Había una alarma y ella no contaba con su equipo. De hecho, todo lo que tenía era prestado por el mismísimo diablo. Sin duda Dios estaba poniéndole a prueba.

A Agnieska no le gsutó nada la actitud de la Haqqislamita. Demasiado emocinada. Demasiadas prisas. La reverenda cogió al Melbot y se levantó de la mesa, siguiendo con rapidez a la agente de la falsa fe. La reverenda estaba segura de que esa mujer estaba intentándo jugársela a todos, siendo simpática mientras le convenía para salir corriendo cuándo los Tohaa aparecían en el radar. Tal vez pretendía secuestrar a un Tohaa. Tal vez matarlo. Tal vez convertirlo a la falsa fe, que era incluso peor.

"Tomo nota"

Las reprimendas de las integrantes femeninas del grupo descolocarón al Padre-Caballero, que había actuado no solo llevado por su propia moralidad, sin por un innato sentido de la caballerosidad hacia las damas.

"Y, sin embargo, ninguna parece especialmente molesta por la forma en que Li se ha referido a la señorita Cardoso... Alea Jacta Est... !Mujeres!"

Entornando los ojos, Alonzo elevó una muda plegaria a Dios, pidiendole paciencia, comprensión y serenidad, antes de volver a abrirlos y volver a poner los pies en la tierra.

- Esta bien. Estirar las piernas nos vendrá bien para relajarnos un poco, ¿no les parece?- La pregunta quedó en suspenso cuando Melissa tomó la palabra y reclamó la atención del grupo.

Alonzo asintió afirmativamente cuando la Pseudo-Ia de la Estrella Vespertina les explicó que la agenda de los embajadores Tohaa no estaba disponible para todo el mundo, al parecerle lógico. Sin embargo, no tener un programa con las reuniones previstas, las visitas concertadas o los actos publicos restantes desconcertaba al sacerdote.

El desconcierto del ciudadano PanOceano aumento cuando cayó en la cuenta de que el pequeño robot de mantenimiento asignado al servicio de la reverenda Bartosiewicz se comportaba más como una especie de mascota que como una simple interfaz.

"Que raro... Cierto que la personalidad de la Reverenda es... mágnetica... Pero el comportamiento del Mel-Bot es... Desconcertante..."

Antes de que pudiese solicitarle un analisis del pequeño adendo de la nomada, Melissa tomó la palabra y les informó de que se habia producido una incidencia.

- Merdé.- Alonzo soltó un exhabrupto en frances y saltó de su asiento como un resorte.

Ignoró el comentario fuera de lugar de Li, mientras abría el interfaz de su ComLog para establecer la ruta más rápida y directa hasta el lugar donde se había producido la emergencia.

- Melissa, ruta de intercepción. Solicita transporte si fuese necesario. Despliega un equipo medico e informa de que vamos para allá.

El ofrecimiento de la agente Alizadeh no lo sorprendió en absoluto, aunque le arrancó una sonrisa.

- ¿Conocimientos prácticos de medicina, Zahra?- Preguntó antes de colocarse el casco e inicializar el sistema.

"Para ser una asesina más eficiente..."

Ya me han jodido el desayuno -pensó mientras emitía un gruñido de frustración Se levantó del asiento mientras envolvía en una servilleta desechable un par de oladis que quedaban, tomaba de un trago lo que quedaba del café y salía andando la última por la puerta. No tardó mucho en ponerse a la altura del grupo, dadas las largas zancadas que podía por su altura y tamaño.

-Ey robot, -dijo refiriéndose a Melissa- transmite también todo lo que ocurre de camino al lugar conectando los feeds de cámaras y dispositivos públicos de la zona.

-El equipo médico va de camino, Alonzo. Vera, ahora mismo los afectados están en sus habitaciones y tienen desactivado el sistema de cámaras de seguridad dentro de sus aposentos.

De todas formas no tardaron mucho en alcanzar las habitaciones. Zahra pasaba entre la gente sin problemas mientras que Alonzo y Vera avanzaban por su mero volumen, alcanzando todos el lugar más o menos a la vez. Cuando llegaron la puerta se abrió gracias a sus identificaciones dando lugar a una habitación, si bien similar a las de ellos, más lujosa y con tres camas. Al lado de lo que estaba siendo usado como una mesa de desayuno estaban los tres Tohaa. Una de ellos estaba de pie, mientras que otro sujetaba el cuerpo tendido de la tercera, inconsciente. 

Ahora, al verlos de cerca, no hacían más que confirmarse los rasgos que habían visto durante el evento de la firma. Los tres eran muy delgados y vestían con un estilo claramente alienígena, con adornos de filigranas y elegantes. Se los veía nerviosos y despedían un olor curioso.

La que estaba de pie se dirigió a ellos. Hablaba nerviosa y torpemente: Taakalla Cavaali: -Por favor. Ayudadla.

Zahra logro contener con profesionalidad la emocion de tener la oportunidad de estar tan cerca e incluso poder intaractuar con aquellos seres tan extraños, vistos de tan de cerca eran aun mas chocantes. Aunque primero tocaba hacer el trabajo bien.

- Apartese por favor.- Le dijo la agente haqislamita al tohaa que sujetaba a su compañera incosciente, apartandolo de forma firme pero educada. Luego con un tecleo rapido configuro su visor de RA para que la asistiese en los primeros auxilios, y dejo el medikit en el suelo listo para usarlo en caso de que fuese necesario.

La idea de que podia cagarla y cargarse sin querer a aquella mujer rondo por su cabeza mientras empezaba a examinar a la tohaa, pero intento ignorarlo. El fracaso no era una opcion.

La maldición escupida por Alonzo reverberó en su casco tan pronto como Melissa les comunicó que las camaras estaban desactivadas.

- Melissa, autorización de emergencia. Solicita reconexión del sistema y enlaza las imagenes a nuestros ComLog.- El sacerdote apretó el paso, haciendo uso de su servo-armadura como ariete para dejar una estela a la que esperaba que se unieran a rebufo sus compañeros. Hombro con hombro con la agente Heant parecían jugadores de Dog-Bowl.- Y abre diario de misión para esta incidencia. Copia para todo el equipo. Avisa a Yorgos de que necesitamos todo lo que tengamos sobre fisiologia de los Tohaa...

La escena impactó al Padre-Caballero por la ausencia de violencia. Una suite amplia y lujosa sin llegar a ser exagerada y tres personas que estaban tranquilas, a pesar de que una de ellas reposaba en brazos de otra. Mientras Zahra se hacia cargo del embajador tohaa inconsciente, Alonzo respondió con un asentimiento de cabeza a su interlocutora alienigena antes de asegurar la zona con rápidos y entrenados ademanes. Su hoja seguía en su sitio pero la mano enguantada del sacerdote ya habia sacado el tasér, presto a usarlo.

Satisfecho a medias con la exploración, se arrodilló al lado de Zahra, dejandole espacio para moverse.

- ¿Tienes un diagnostico, Zahra?- Alonzo se desprendió de su casco y lo colocó junto a él mientras alzaba la cabeza para preguntar a la embajadora Tohaa sobre lo sucedido.- Disculpeme, señora, ¿que ha ocurrido? ¿Esta el embajador enfermo? ¿Esta siguiendo algún tipo de tratamiento medico? Las emergencias llegaran enseguida pero cualquier dato puede ayudar a la agente Alizadeh en sus funciones.

No tardaron en llegar al lugar del accidente, y para disgusto de Agnieska, no había alcanzado a la Haqqislamita a tiempo. Ahora la veía atender el cuerpo inconsciente de la mujer Tohaa y sólo viendo la manera en la que movía sus dedos, Agnieska se indignó. Ella era muchísimo mejor que la profeta de la falsa fe, pero la muejr había sido arrogante y había actuado sin preguntar al resto de compañeros. Y luego pretendía proponer paz y juego en equipo. Dios le hizo saber a la reverenda que no confiase nunca en la Haqqislamita, incluso menos que antes (puesto que al fin y al cabo no podía confiar en alguien que profesaba la falsa fe). 

La reverenda dejó el bot en el suelo y se inclinó para centrarse en lo que hacía la Haqqislamita. Su cara estab arealmente cerca de la de la agente Zahra y sus ojos no perdían detalle de lo que hacía. Lo analizaba todo, y apuntaba mentalmente dónde la agente debeía haber actuado de un modo más eficiente y preciso. Tal vez la cercanía molestase a la agente, pero la reverenda Bartosiwicz no aprecía darse cuenta, o no le importaba un rábano. Era difícil saber cuándo su expresión era la misma máscara inexpresiva de siempre.

Won entró en la habitación pistola en mano y reconoció rapidamente a sus tres ocupantes. De un rápido vistazo, comprobó que no había nadie más presente, pero entrecerró los ojos, suspicaz, en busqueda del clasico fulgor del aire que tiembla alrededor de un campo de camuflaje. Dejó que sus compañeros se encargaran de los civiles. Si tuviera su lanzallamas, ya sabrían si había o no había alguien escondido...

Entrando la última en las estancias de la embajada, un extraño olor y desconocido inundó las fosas nasales de Vera, para quien los olores eran algo tan importante como la vista lo era en un simple humano. Se fijó en las alienígenas, que representaban para ella toda una novedad. ¿Huelen ellas así? ¿O es otra cosa? Arrugando la nariz ante el fuerte perfume, procuró distraerse y buscar algún tipo de pista sobre lo ocurrido allí dentro.
 

Un análisis rápido de los síntomas, cotejado con la información de la fisiología Tohaa de la que disponía en su comlog, permitieron a la agente Zahra darse cuenta de que la alienígena debía haber ingerido algún tipo de sustancia nociva.

Fue la Tohaa que había hablado la que respondió a Alonzo. Aunque los traductores cuantrónicos permitían que se entendieran a la perfección, eso era en el lenguaje hablado. Aquellos Tohaa no tenían el nivel de su embajadora y estaba claro que no estaban del todo a gusto hablando con los humanos.- Taakalla Cavaali: No no. Estábamos terminando el desayuno que nos han traído cuando Saalleth se ha desvanecido y ha caído al suelo desmayada. Hemos dado la voz de alarma inmediatamente. Hemos intentado reanimarla sin éxito.

En cuanta a Zahra, viéndola trabajar parecía no había tardado en descubrir que era lo que le pasaba a la Tohaa. Pero el tratamiento resultó ser algo más complicado. Cambiado los parámetros de los nanobots de su medikit podría reanimar a la alienígena...pero con ese método dejaría inutilizable el aparato. Igualmente así lo hizo. Aún con eso, la diplomática necesitaría más tratamiento.

La Tohaa abrió lentamente los ojos. Sus compañeros parecieron claramente aliviados. Saalleth Wilaancau- ¿Qué ha ocurrido?- Al darse cuenta de que tenía a las dos humanas, Zahra y Agnieska (y el pequeño robot que miraba inquisitivamente como su dueña), tan cerca, hizo por retroceder. Pero luego pareció darse cuenta de donde estaba y se tranquilizó.- Me he empezado a sentir mal de repente...

El Padre-Caballero recogió su casco y se incorporó tan pronto como la embajadora le dirigió la palabra. Al oír la explicación de los acontecimientos, Alonzo se volvió hacia los miembros de su equipo que estaban asegurando la estancia.
- Agente Heant. Señor Li. Ocupense de examinar el desayuno de los embajadores, por favor.- Indicó, con un gesto seco.- Disculpeme un instante, Excelencia.
Una sonrisa de alivio aleteó en los labios del sacerdote al comprobar por el rabillo del ojo que tanto Alizadeh como Bartosiewicz habían conseguido reanimar al delegado desvanecido.
- Bien.- Alonzo asintió y se volvió para responder a su interlocutora.- Con su permiso, Excelencia, no hemos podido presentarnos debidamente. Somos el equipo especial de elite asignado a su...- Un instante infinitesimal de duda fue todo lo que la férrea disciplina permitió antes de recuperar el control.- seguridad personal. Sí me dispensa un segundo...

Alonzo se hizo a un lado, meditabundo. Estaba acostumbrado a misiones de control y combate cercano en las Circulares. Pero, este tipo de situaciones escapaban a su control. Suspiró y activó su ComLog.
- Melissa, por favor, informa al Coronel Yorgos de que nos hacemos cargo de la custodia de la delegación. Y solicita la clau... La cancelación temporal de los servicios de desayunos para los demás embajadores Tohaa. Gracias.

Won bajó la pistola y la guardó. Parecía no haber más gente en la estancia y, al parecer, se trataba de un envenamiento ya fuera un sabotaje o por negligencia. Él no tenía mucho más que hacer allí, parecía trabajo de paramedicos y científicos.

- Oh, perdona, ¿me ordenaste caballero mientras no miraba y resulta que estoy a tus órdenes sin enterarme?- espetó, malhumorado, ante las órdenes del padre-caballero, quien parecía seguir mangoneando a todo el mundo como si la maldita estación fuera suya.

- Melissa, dile a Yorgos que mande un equipo sanitario, mejor si es tohaa. Y quiero ver las grabaciones de las cocinas y todo el recorrido que haya hecho esta comida hasta aquí.