Partida Rol por web

La vieja fábrica de carrocerias Karman tiene todo lo que uno podría pedir para pasar una cita romántica. Es la clase de sitio donde el capitán del equipo de lacrosse y la capitana del equipo de animadoras se escapaban para hacer manitas en la parte de atrás de un coche.

Si el capitán del equipo de lacrosse fuera claro está un indigente mal oliente, la cheerleader una yonkee de la trans-meta y la parte de atrás de un coche la esquina donde se acumula desde hace años un charco de restos de fluido de pulidora industrial.

El antiguo Warehouse District de Nuevo LA es un sitio encantador. Ya estaba hecho un asco hace cien años y un siglo, dos guerras corporativas y el ascenso de las macroplantas de producción en el sudeste asiático no le han hecho bien. Las únicas empresas que siguen trabajando aquí son aquellas demasiado miserables o demasiado ilegales como para ir a cualquier otro lado. Prótesis falsificadas, cirugía ilegal y sin seguro, merchandising de páginas de rol por internet…

E incluso los pobres diablos que se ven obligados a trabajar aquí, entre vertidos incontrolados, nulas normas de seguridad y en general la desesperanza de la fin de la industria en occidente, saben que no es bueno andar por Warehouse District a medianoche. Que diablos incluso los muertos de hambre que se chutan en los rincones de las fabricas y naves semiabandonadas saben que cualquier encuentro que tengas por aquí a estas horas será mortal. Algunas bandas de otros barrios gustan de venir aquí de vez en cuando a correrse alguna juerga y “tundo al vagabundo” es siempre un party game más que bienvenido por esos salvajes.

Hay que se directamente retrasado o estar muy desesperado para venir aquí de noche.

O eso pensáis mientras andáis desde la estación del interurbano hacia la fábrica de carrocerías. El paisaje es cada vez más oscuro y deprimente e incluso la imagen de un vagabundo con piernas prostéticas que se mete la mano en los pantalones mientras os mira fijamente es hasta bienvenida. Por lo del calor humano y eso.

La fabrica de carrocerías no llama la atención por su valor arquitectónico precisamente. Una inmensa nave dividida por pilones y con algunas antiguas y herrumbrosas máquinas desperdigadas por el suelo de la planta. Un parking exterior conectado a la planta por media docena de muelles de carga conserva aun los restos de una caja de camión achicharrada así como una colección de basura muy bien surtida.

Como destacable quedan por aquí y por allá algunos restos de maquinaria, combustibles y demás así como, al fondo de todo de la nave en el lado opuesto a los muelles de carga, una zona separada que hacía las veces de oficina. Hay una sala con viejas sillas y mesas y un despacho en el que alguien ha defecado recientemente. Fuera quien fuera debería ir al médico.

Cuando llegáis la fábrica está silenciosa como un mausoleo y solo una figura de una indigente se escurre con rapidez al veros llegar suponiendo, acertadamente, que no traéis buenas intenciones. Vuestros pasos resuenan en la desolada fábrica y vuestras pisadas dejan marca en la capa de mugre y polvo que lo cubre todo.

Sin más dilación os decidís a poner en marcha vuestra emboscada o como mínimo a esperar desarrollos en los acontecimientos.

En el viaje en interurbano, y aun a costa de perderte el espectáculo de dos neo-punk completamente colgados reventarse la cabeza contra una de las puertas, has referenciado los datos que sacaste de los sistemas del banco. Y has descubierto algunas cosas interesantes.

Sobre Vikander pues lo primero y principal es que aunque cobra un sueldo de varias decenas de miles de bit-yenes cada mes el tío está en la más vil de las ruinas. Completamente pelado, tiene cuatro cuentas y una docena de tarjetas de crédito todas a negativo. Todo lo que entra en su cuenta sale casi inmediatamente para pagar lo que a todas luces parecen prestamos así como una cantidad de cargos sorprendentes del Beverly Wilshire Hotel y varias boutique de Rodeo Drive. Y un montón de suscripciones a paginas pornográficas. Al tío le van las latinas. Y el pegging.

Sobre la pasta en general pues ves unos cuantos movimientos curisosos. Por ejemplo hace menos de un mes la Bazinga Advanced Robotech abrió un par de cuentas. Al cabo de pocos días aparecieron ahí un montón de bit yenes, putos millones. Y de repente justo cinco minutos antes de que llegarais alguien sacó toda la pasta y la colocó en una cyberlockbox. Eso es un monedero de criptomonedas copiado a un dispositivo extraíble que funciona como llave. Rebuscas un poco y reconoces el código del empleado que autorizó el movimiento. No te sorprende al ver ahí escrito: Marcus Vikander.

—Oye Trace ¿qué nos cuentas de lo que te preguntamos en el hospital? ¿Has averiguado algo?

Ted estaba trepando a una de las máquinas abandonadas para limpiar la mierda de rata— joder, que sea de rata por el dios cibernético —y comprobaba que desde aquella posición sería complicado impactarle mientras que él tenía buen ángulo de tiro.

—Para saber con qué baraja jugamos, vamos. Aparte de eso sé que igual pido mucho pero ¿no tendrás una mierda de esas voladoras, un dron o algo, para poder ver venir a quien quiera que venga aquí? ¿Quién quiere hacer de cebo mientras los demás preparamos la artillería?

—Al menos Line debería encontrarse con Rita al ser la que habló con ella — dice Jimmy mientras contempla como Ted trata de adecentar un poco el lugar — Pris y yo podríamos quedarnos con ella, mientras Trace y tú podéis ocultaros y cubrirnos en caso de que se lie.

La vieja fábrica en la que estaban parecía un buen sitio para preparar una emboscada, pero también podría servirles como cementerio si las cosas se descontrolaban demasiado. Y con

—Deberíamos prepararnos por si viene con compañía —añade a la vez que señala los viejos muebles de la oficina — Si sacamos eso podemos y las apilamos podrían servir de cobertura. Además...

Su mirada se posó sobre los restos de combustible y su mente voló imaginando las posibilidades. Haría un explosivo con eso, o al menos lo intentaría. “Siempre viene bien tener guardado un as bajo la manga” pensó mientras recogía lo necesario.

'Magnífico lugar, sí señor', pensó con ironía, y sonrió en silencio. Estaba claro que Ted sabía cómo impresionar a una dama. Es posible que fuera el peor vertedero que había visto en su vida, y eso que por desgracia había estado ya en varios. Pero bueno, siempre y cuando de allí salieran vivos y con algo en claro habría merecido la pena. Al menos no habían hecho oídos sordos y la baza de Rita se jugaría para bien o para mal. Cruzaba los dedos para que esa desgraciada yonkarra no fuera tan estúpida como para timarles de motu propio

-Rita no sabe quién de nosotros está vivo o muerto. Podemos ocultaros a dos de vosotros (y señaló a los backups) y, a las malas, contar que la habéis palmado por las heridas de la refriega -posiblemente con los informes de las noticias era algo más que plausible. Y dos de ellos escondidos, disparando sin ser vistos, podían ser mortales en caso de necesidad. La presencia de uno podía tranquilizar a Rita para que no pareciera muy sospechoso. Aunque obviamente no le hacía ni puta gracia ser un blanco en mitad de esa fábrica de mierda. Al menos la idea de Jimmy de improvisar unas coberturas le daba algo de ánimos. A las malas podían cubrirse ahí y esperar a que los dos que se quedaran ocultos hicieran su trabajo

Se dio un garbeo por la zona, por si veía algún tipo de maquinaria que pudiera utilizar para improvisar también algo a su vez. Quién sabe, quizá podía ganarse el premio a hija de puta del año si conseguía soltar sobre las cabezas de quien-coño-sea-que-vaya una tonelada de basura metálica

- Cariño, no tenemos ni pa’pipas, ni un mísero comunicador para poder montar un mínimo de perímetro fuera, ¿qué esperas? ¿Qué cague el dron? – preguntó a Ted con un dulce ironía aterciopelada por el tono meloso de su voz de barítono.
- A mí no me metas en ese caso, amor – le contestó a Jimmy – Yo me voy a explorar el tejado, a ver si encuentro un paso, un agujero o algo, que me permita volver a entrar aquí sin ser vista después de estar apostada en el tejado vigilando. Si hay problemas… – apuntillo divertido - oiréis los disparos.
- Yo dejaría a Line para recibir a Rita, que es la que quiere ganarse sus alas. – dejó clara su postura aun manteniendo ese tono meloso no exento de una película de maldad femenina y palabras como cuchillos.
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Empezó a encaramarse a sitios con agilidad para buscar el paso que había dicho y así poder esperar a Rita y posibles acompañantes desde una posición de altura, a ser posible tumbada y escondida para no ser visto.

Ted encendió un pitillo mientras se tumbaba sobre la maquinaria, en lo alto.

—¡No me odies por ser un soñador!— contestó con una sonrisa a Pris.

Luego esperó a que los otros tomasen sus posiciones.

- Pero si es todo lo contrario, guapo - le contestó girándo solo la cabeza y lanzandole un beso con un guiño antes de seguir a lo suyo.

Viendo la negativa de sus compañeros a ayudarle con el mobiliario y que estos empezaban a tomar posiciones en zonas altas, Jimmy desechó su idea inicial. Se quedaría en la zona más baja de la fábrica, pero se cubriría con uno de los muchos pilones que inundaban la fábrica.

La espera comenzaba a ponerle nervioso y aunque se sintió tentado a pedirle un pitillo a Ted, trató de controlarse.

— Pris — dijo antes de que esta subiese al tejado — si ves algo sospechoso, avisa si puedes antes de liarte a tiros. Si puedes...

- Claro, guapo - le contestó divertida sin girarse siquiera, pero levantando una mano.

- Si puedo... - murmuró entredientes para sí mismo...

Ted y Jimmy tomaron posiciones en el interior de la fábrica buscando lugares a cubierto pero con buena visibilidad tanto del interior como del exterior a través de las puertas de carga mientras que Pris se apostó en el tejado para tener una buena visión de las zonas aldeañas y las vías de entrada y salida. Gracias a sus implantes Pris y Ted podían ver perfectamente a pesar de la oscuridad.

Line por su parte logró encontrar algo interesante. La planta había dispuesto de un sistema para evitar incendios y accidentes industriales (seguramente antes de que el dueño chapase y se llevase la producción a algun agujero sin ley como Rangoon o Valencia donde a nadie le importaba si había mucho operario manco) y Line pudo encontrar y reparar, al menos para un par de disparos, un sistema de control de peligros ignícos de base química no soluble. O dicho de otra manera un cañón extintor que suelta una asquerosa y extremadamente densa pasta: alejar de ojos y cara (contiene amianto). Podía resultar un buen metodo para retener a algún enemigo.

Así pues listos para lo que pudiera venir los miembros de la banda esperaron y contuvieron el aliento.

No por nervios si no por que este lugar apesta a meado de rata con SIDA.

Tras unos quince minutos y llegada la hora pactada podeis oir con claridad el ruido de neumáticos rodando por la gravilla y basura del callejón que lleva a la planta. Tres furgonetas, todas pintadas de color negro con el logotipo de la Bazinga Advanced Robotech pintado en azul en el costado, entran en el parking de la planta. Son modelos electricos de gama alta y de dos de ellas salen largas antenas parabolicas.

Una permanece aparcada junto a la puerta cerca de la calle mientras las otras dos avanzan marcha atrás hacía las puertas de los muelles de carga quedando paradas a unos cinco metros de estos. Pasan lo que parece un larguisimo momento sin movimiento hasta que una de las furgonetas abre sus puertas dobles traseras y dos pequeños drones salen volando. Pero eso no es ni tan siquiera lo más interesante que sale de ahí pues cayendo como un saco de patatas arrojado desde la furgoneta y poniendose en pie con dificultad hace su muy digna entrada....Rita Sher.

Vuestra agente de la condicional/patrona/amiga y confidente politoxicómana da unos pasos con dificultad. En la oscuridad de la negra noche postindustrial podeis ver como una serie de LED rojos brillan alrededor de su cuello. Parece andar con una torpeza y lentitud impropias de una aficionada al fire dust como ella. Mira a su alrededor mientras con paso dudoso avanza hacia el muelle de carga.

¡Ya va! ¡Ya va joder! grita aunque no teneis muy claro a quien ¡Ya os dije que aquí no habría nadie capullos! ¡Que os folle una techno-mandriliguana desgraciados! Os han jodido bien jodidos y ahora se están fundiendo vuestra pasta en los peores garitos de Tijuana. Hoy la propina de Kelly y el Semental Sexy corre de vuestra cuenta ¡putos pajilleros! Sigue gritando improperios mientras el dron que salió junto a ella de la planta va describiendo circulos cada vez más amplios a su alrededor.

Gracias a vuestros implantes de visión nocturna podeis ver que Rita lleva un aparatoso sistema de auriculares, esposas y collar explosivo alrededor del cuello.

Por lo que podía ver (y no era mucho en su posición, a través de la rendija de las enormes puertas de la fábrica) habían echado a Rita del coche como a una marioneta, sin importarle tres narices lo que ella opinara. La usaban como carnaza, no era más que un simple peón como ellos. Sonrió aliviada, un gesto que posiblemente ninguno de sus compis pudo ver: estaba en lo cierto. Y conste que no es que esa loca le importara, estaba lejos de quedarse pillada por ella. Quizá con veinte adiciones y tres kilos de chatarra menos tendría un puntazo, pero de momento se conformaba con lo que había

Iba a decir algo, pero prefirió mantenerse en silencio. Oía el zumbido de lo que supuso serían drones, y el hecho de que hubiera varias furgonetas en el exterior no auguraba nada bueno. Se quedó en mitad de la sala en la que estaba, con el extintor listo -apoyada en él 'como si nada'- y a esperar acontecimientos. Ignoraba qué iban a hacer los backups, pero no por si acaso no sería ella la que diera el primer paso

Esta hija de puta ni viene sola, era de esperar.

No sólo se la había jugado al grupo con todo el asunto de Vikander, sino que además, tenía los huevos de no venir sola. Una hija de la gran puta en toda regla.

Al ver que venía con un par de drones, y claramente había alguien en la furgoneta, quise buscar algún punto desde mi posición para acceder a la red desde dentro de la fábrica, por si colaba y podría hackear alguno de los drones o aunque sea podía acceder a alguna cámara que diese al exterior y ver quiénes eran nuestros nuevos visitantes. Total, era lo que se me daba bien, eso y hacer de diana antipolicías. Aún sentía un poco de escozor en el cuello por culpa de aquel disparo.

La puta Rita hoy se lleva como mínimo una hostia.

Traté de buscar piezas para hacerme un emisor para hackear la wifi del dron y usarlo para espiar a los acompañantes de Rita, pero todo lo que podía sacar de aquello era una antena que me serviría, cómo mucho, para clavársela en el ojo a esa desgtraciada en cuánto pudiese, nada útil.

En fin, pues toca esperar y ver qué pasa

Rita da algunos pasos más hasta quedar frente al muelle de carga ¿Hay alguien ahí? ¿Eooooo? grita hacia la fábrica abandonada. Mientras el dron vuela con un zumbido entrando en la fabrica como buscando algo. Line que está a la vista ve como el dron se acerca hacia ella, se mantiene unos segundos en el aire antes de alejarse. Describe amplios circulos mientras Rita habla. En su movimiento se acerca peligrosamente hacia donde están Ted y Jimmy escondidos.

Mientras podeis ver como las puertas de la segunda furgoneta se abren silenciosamente.