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El precio del Tungstrolio se ha disparado tras la invasión a la plataforma-nación espacial Nisei Transhumania.
No te hubiese importado de no ser porque la cascada de consecuencias ha llevado a echar el cierre a multitud de negocios, entre ellos el garito de empeños al que dejaste tu hígado por un adelanto de 6 meses de paga. En el día a día te las apañas con el de cerdo transgénico de aliexprés, pero no se te ocurriría entrar en combate arriesgándote a recibir un balazo sin un ciberhígado de fuerza de asalto.
Ese implante es irremplazable. Necesitabas la pasta e iba a ser tan sólo por una maldita semana. Ahora te avalanzas sobre tu aeropatín hacia "El gran bazar del siglo XXIII" temiendo que estén liquidando los objetos depositados al mejor postor.
Llegas justo a tiempo de ver como el edificio modular es elevado por los mastodónticos helicópteros de traslado de la corporación Lotu-Yoesmío. En la fachada principal ya están serografíando el logo de los nuevos propietarios. El mamón de Yusuf ha vendido el pack completo, todo el contenido y el edificio incluído. A saber dónde lo llevan. Lotu-Yoesmío está afincada en el segundo infranivel de Pekín, pero tiene delegaciones en otras partes del mundo.
Ese implante es irremplazable y estas dispuesto a todo por recuperarlo.
Así que ¿Qué harás ahora?
Si decides montar nuevamente tu aeropatin y perseguir al edificio, pasa a la página 4
Si llamas a atención al cliente de Lotu-Yoesmío para averiguar el destino del edificio, pasa a la página 12
El aeropatín no tiene potencia ni altitud suficiente para seguir unos helicópteros de transporte, o al menos así sería si fuera un modelo normal y no un modelo robado. Para más señas robado en la sección de desarrollo de la corporación Militrex (nunca debieron pagarte menos de lo acordado, al menos no antes de sacarte de sus instalaciones).
Podrías apretar el acelerador a tope y lanzarte hacia el edificio, evitando las baterias antiaereas que sabes que Lotu-Yoesmío suele instalar en las propiedades que roba adquiere. Aunque puede que aún no hayan tenido tiempo de activarlas, quien sabe, los salarios, los recortes de personal, la falta de seguro dental, ya se sabe.
Si decides probar suerte con lanzarte a toda velocidad hacia a los bajos del edificio, pasa a la página 101
Es imposible resistirse a pisar a fondo un aeropatín tuneado. Usemos el factor sorpresa y vayamos a la página 101.
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Éxito 6/1
Pisas el aeropatín modificado y con todos los extras militares y te diriges al edificio a todo meter. Los helicópteros aceleran en ese momento y la distancia con tu objetivo empieza a aumentar. No queda otra, apretar el botón rojo, ese gordo que trae el aeropatín en un costado y que estaba bajo una pegatina que ponía "No utilizar en espacios cerrados, no más de tres usos" y que no tardaste en despegar, hacer una pelota y tirar a la basura.
Pisas el botón y el tirón es instantáneo, la realidad parece estirarse a tu alrededor de lo rápido que vas, apenas te da tiempo a agarrarte al patín con las manos. Si te hubieras puesto la dentadura postiza esta mañana ahora te la habrías tragado. La distancia con el edificio dismiuye exponencialmente. Maniobrar a esta velocidad es casi imposible y por centímetros no te estrellas contra el muro y no contra una de las ventanas del sótano, que atraviesas con un estallido de cristal.
Ese es tu estilo, discreto, limpio. Si señor.
¿Qué harás ahora?
Motivo: Suerte
Tirada: 2d6
Dificultad: 1+
Resultado: 6 (Exito) [2, 4]
El edificio está a oscuras, hibernando, desconectado de la red y débilmente iluminado por las pintura bioluminescente de paredes y suelos. Te levantas y te sacudes distraídamente los pequeños cristales clavados en brazos y piernas.
A tu lado, el aeropatín se queja, un ruido raro, una de sus toberas parece doblada ¿Podrá volar todavía?
Pero no hay tiempo para averiguarlo. Un destello láser ilumina brevemente el hall, veinte pisos más abajo. Un Segurator 3000®, robot de vigilancia urbana modificado antiokupa, espera pacientemente el ascensor para enfrentarse a la reciente intrusión: Tú.
Si decides darle esquinazo, pasa a la página 13
Si apuntas los motores del aeropatín para darles una buena recibida a los guardias cuando salgan del ascensor para detenerte, pasa a la página 2.
Tras una inspección rápida de la habitación, ves que hay una caja rota por el impacto y de la que asoma el brazo de una replicante de compañía aún apagada y sin estrenar. Puedes intentar hacerte con la etiqueta de inventario y hacerte pasar por ella. El robot creerá que eres propiedad de Lotu-Yoesmío y tendrás libertad de movimiento... ¿Qué podría salir mal? Ve a la página 31
El Segurator 3000 supone una amenaza y va a ser difícil engañarlo o destruirlo. Optas por lo más prudente y te diriges a la página 13.
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El ascensor se pone en marcha y, tras unos segundos de duda, decides escapar. El robot de seguridad es un hueso demasiado duro que roer, así que sales corriendo hacia las escaleras de emergencia. Afortunadamente, en los edificios antiguos como éste, aún no habían sido sustituidas por tubos magnéticos. Crees que puedes mantenerte a distancia suficiente tiempo, pero tienes la certeza de que no dejará de perseguirte. Y cuando te encuentre, ni tus implantes dermales, ni tus reflejos preprogramados, ni tus cuádriceps turbocableados podrán salvarte. Salvo que seas mucho más listo que él.
Comienzas a bajar de tres en tres los escalones hasta que caes en la cuenta de que no sabes exactamente hacia donde dirigirte.
¿Qué haces?
Motivo: turno 2
Tirada: 2d6
Dificultad: 2+
Resultado: 7 (Exito) [6, 1]
una errata, no hace falta leer
Si buscas un punto de acceso a la red para conectarte y localizar tu implante, pasa a la página 33.
Si vas a buscar el panel de energía eléctrica inalámbrica del que se alimentan todos los robots, para desctivarlo, pasa a la página 17
Podrías buscar en el almacén del (hijo de un chacal) de Yusuf. Seguramente tenga guardados rifles láser, minas electromagnéticas, un lanzador de micromisiles o un mando a distancia multicanal (de esos que lo mismo valen para ver la tele, Nisney+, Zamanon Praim, enceder el horno o hacerte el café) o cualquier otro cacharro útil contra el robot de seguridad. Eso suponiendo que tenga las cosas colocadas por secciones y encuentres la sección de armamento.
Si decides probar suerte y confiar en que exista y puedas encontrar el almacén de armamento Yusuf, pasa a la página 92
«Céntrate, colega. Céntrate», te dices respirando profundamente. «Vamos a por el implante y que le den a Yusuf, al Robot y a la puti madre del Robot» . Por muchas ganas que tengas de liarla, no puedes perder tanto el tiempo.
Pasas a la página 33
No es el primer edificio que allanas. Las mortecinas luces de emergencia son para alguien con tu entrenamiento como la luz del medio día.Para tu satisfacción, descubres que, como es habitual en este tipo de edificios, los tubos de cableado se sitúan tras una de las paredes de la escaleras. Esos cables conectan las redes de sensores y computadores de cada planta con las redes de las demás. Encuentras la clavija de conexión y accedes a la red usando tu visor de realidad virtual.
Tras hackear los códigos de seguridad, ante tus ojos se despliega una sala repleta de columnas estilizadas acabadas en arcos lobulados como salida de las mil y una noches (se nota cuales son las querencias de Yusuf). Las columnas se pierden en el horizonte en todas las direcciones. Y una alfombra voladora aparece para llevarte al equivalente virtual de cualquier sala. En el listado ves las salas para almacenar los objetos clásicos como instrumentos musicales, herramientas de todo tipo, vehículos monoplaza o ropa. Pero también hay salas menos convencionales, como la sala de humanos criogenizados que han sido dejados como señal de un préstamos por sus familiares, la de mascotas transgénicas, la de mascotas cibernéticas, hay unas salas cuyo acceso está encriptado con un código de máxima seguridad y por fin, la sala de ciberimplantes.
Las salas con ciberimplantes, seres vivos y seres criogenizados son las más altas, pues es allí donde están los sistemas de climatización y refrigeración. Justo debajo, interponiéndose en tu camino, están las salas de contenido desconocido, protegido por el código de máxima seguridad.
Gracias al número de resguardo de tu hígado, el sistema te da el plano de la sala y su localización. Sin embargo, te advierte que en media hora, las salas superiores se van a desacoplar del resto del edificio para ser transportadas a lugares diferentes. Tu estás en los bajos, el tiempo apremia, y el Securator 3000 tampoco anda lejos.
¿Cuál es la mejor línea de acción?
Motivo: Uy, uy, uy
Tirada: 2d6
Dificultad: 3+
Resultado: 4 (Exito) [2, 2]
Si decides estrenar los Micro Implantes Especiales Retro Dactilares Adherentes para trepar por el hueco del ascensor rápidamente hasta las plantas superiores, pasa a la página 54
El Segurator 3k no pensará que vayas a volver sobre tus pasos, escaleras arriba. El robot, crees, pensará que tu crees que él piensa que tu crees que él no va a hacerlo. ¿O es que sí? No lo tienes nada claro.
Si decides volver sobre tus pasos, subiendo los escalones de tres en tres, ve a la página 68
Si decides intentar encontrar algo útil en la zona de almacenes de máxima seguridad, aún estás a tiempo (o quizás no) de pasar a la página 92 antes de que se desacople la parte superior del edificio.
Almacenes de máxima seguridad, a la página 92.