Miras con desesperación a tu alrededor para ver si hay alguien que pueda te pueda ayudar a librarte de este individuo. Pasa a la página 40.
No se lo pongamos fácil, vamos a la página 34.
Me resisto a mi propia iniciativa xD
Aunque no eres alguien especialmente de acción, no vas a dejarte arrastrar por este hombre tan extraño, de dientes podridos y de hediondos efluvios.
De un violento puntapié consigues hacer que te suelte y retroceda, bastante sorprendido
-Ah... ¿Pero por que tienes que ser tan violento? ¿Es que siempre teneis que recurrir a los puños, capi?
-Déjalo. - dice una voz femenina, alg seca y ronca, desde el interior del camarote - Si es violencia lo que quiere, violencia es lo que va a tener.
Durante los proximos dias, cualquier persona intentaría racionalizar lo que sucede en apenas medio segundo:
Desde las sombras del interior sale un brazo anormalmente largo, delgado y escuálido, y terminado en una mano cadavérica coronada por unos dedos que parecen ramas de espino. No tienes tiempo a reaccionar cuando se aferra a tu cara, y de un tirón inhumano te lanza hacia el interior del barco.
Del golpe contra el suelo, pierdes la conciencia, pero lo último que oyes es "Muy bien, Brienne. Has encontrado a quien ocupe tu puesto. Ya eres libre" le dice al desarrapado.
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Cuando recuperas el conocimiento, ves que te han sentado en una silla bastante espectacular, de terciopelo. Esta habitación es demasiado grande para caber en el barco, pero de un fugaz vistazo puedes ver el muelle a través de una de las ventanas.
Estás en un extremo de una larguisima mesa de banquetes, con una considerable cantidad de platos. Sin embargo ocurre algo: Todos y cada uno de ellos son comida podrida. La verdura está mustia, la carne está corroida por moscas y gusanos. Una cabeza de cochinillo con una manzana podrida en la boca hace que te entren ganas de vomitar.
- Te doy la bienvenida a bordo, joven - dice la voz femenina, que chirria como la madera de un viejo barco.
Gasp!!! ¿Que puedes hacer en esta situación?
Motivo: ¿Exito?
Tirada: 2d6
Dificultad: 4+
Resultado: 6 (Exito) [4, 2]
No tienes claro lo que está pasando. ¿Es una pesadilla o esto está sucediendo realmente? Usa un tenedor para pincharte en la mano e intentar despertar... si es que esto es una pesadilla. Pasa a la página 4.
La otra vez te agarro por sorpresa. Pero ahora que la tienes enfrente y con tanta mesa de por medio, seguro que eres capaz de huir hacía la pagina 42.
Tienes hambre, pero de comida 'de verdad', y sólo la puedes conseguir hablando con la misteriosa señora.
Ve a la página 11
"EstoNoPuedeSerCierto-EstoNoPuedeSerCierto-EstoNoPuedeSerCierto..."
Pinchate en la página 4
5
Usas el tenedor para pincharte. Para tu desgracia el dolor es intenso y la sangre mana ligeramente del dorso de tu mano.
—Oh... ¿en serio?— la voz femenina parece casi divertida por tu reacción.
Levantas la vista hacia la zona de donde procede la voz, al final de la mesa. El rostro de la mujer surge de la oscuridad como si se asomase a través de una cortina. Su piel apergaminada y pálida está tan pegada a los huesos de la cara que las encías sobresalen como si se tratase de un muerto viviente. Sus ojos saltones, de intenso color azul, están dotados de una intensidad aterradora. Y se clavan en ti sin parpadear ni un momento.
—¿Son los sueños realidad o la realidad un sueño?— se ríe de manera desagradable, sin moverse de esa zona de ambigua oscuridad —¿Has venido aquí por un impulso o quizás esto ya estaba predestinado?
Coge la manzana podrida de la boca putrefacta del cerdo y le da un mordisco, saboreándola como si fuera un manjar. Por un momento casi parece ignorarte.
Motivo: ¿Sobrevivimos?
Tirada: 2d6
Dificultad: 5+
Resultado: 9 (Exito) [3, 6]
Ojo que el 42 ya lo teníamos asignado. He puesto que va al 43.
Aquí siempre el esquema: https://natilla.comunidadumbria.com/autorol/historias/esquema/206
Esto no era un sueño, y todo empieza a perder el sentido. Si quieres interrogar a la mujer sobre el sobre y si es ella la que te lo mandó pasa a la página 46.
Si, y el 11 también está 2 veces, me acabo de fijar.
La otra vez te agarro por sorpresa. Pero ahora que la tienes enfrente y con tanta mesa de por medio, seguro que eres capaz de huir hacía la pagina 42.
¿Que? Es festivo. No me hareis trabajar en festivo
Decides hacerte el muerto. En el documental del otro día viste que a las zarigüeyas les funciona en situaciones extremas.
Ve a la página 38
Sepamos si esto nos ha traído hasta aquí... vamos 46.
46
Puede que sea la repugnancia que te transmite la criatura y la comida en descomposición sobre la mesa o quizás la adrenalina que bombea por tu cuerpo después del susto y de clavarte el tenedor, puede que un poco de ambas. La cuestión es que consigues sacar fuerzas para plantar cara.
–¡Ya basta! –dices golpeando la mesa con tu mano sana tratando de imponerte.– Déjese de juegos y preguntas absurdas. ¿Qué ocurre aquí? ¿Por qué me ha mandado este sobre?
Le enseñas el sobre y el dibujo, como si de una acusación se tratara. Pero tu reacción no parece sorprender a tu acompañante que lejos de tomarte en serio comienza a reír con más fuerza, una carcajada tan desagradable que harías cualquier cosa para que se callase. Trozos de lo que masticaba salen proyectados por toda la mesa, y agradeces la distancia que os separa.
–No, no... ¡Conteste! –le gritas con nerviosismo al sentir que tu confianza vuelve a flaquear, mientras echas mano al bolsillo para sacar la piedra.– Y... y esto... ¿Qué es? ¿Qué significado tiene esta estúpida piedra?
Pero en el momento que muestras la piedra, la carcajada cesa de golpe. La mujer se reclina, su rostro vuelve a las sobras. Tan solo quedan visibles sus manos, una de ellas tamborilea con los dedos sobre la superficie de la pútrida madera.
–¿De dónde has sacado eso?
El tono jocoso ha desaparecido, dejando tan solo una voz áspera que te hiela la sangre. Guardas la piedra en el bolsillo instintivamente.
–Yo... estaba en el sobre que usted me–
–¡Dámela!
Te interrumpe profiriendo un grito desesperado mientras se abalanza sobre la mesa y comienza a arrastrarte a gran velocidad hacía ti. Los platos, cubiertos y vasos que se interponen en su camino caen por los laterales mientras la criatura avanza inexorable.
Motivo: Show must go on
Tirada: 2d6
Dificultad: 6+
Resultado: 10 (Exito) [4, 6]
¡La mejor defensa es un buen ataque! O era al revés... D igual. Tú coges lo primero que encuentras y te defiendes con todas tus fuerzas.
Ve a la página 71
Le tiendes la piedra que tanto ansía, para ver si así se calma. Pasa a la página 39.
Alguien tenía que poner esta opción y cómo hoy estoy vago la propongo XDDDD
Es el momento de poner a prueba tantas tardes de Footing
¡A correr!
Corre a la página 42
A ver si de una buena leche nos explica lo que pasa aquí.
Página 71
71
Tu primer instinto es ir hacia atrás aunque el respaldo de la silla te lo impide, y la mujer se acerca tan rápido que apenas tienes tiempo de agarrar una bandeja que hay delante tuya y golpear con tanta fuerza en su cabeza que vuelcas hacia atrás con el asiento incluido.
Te levantas rápidamente y ves a la mujer tumbada boca abajo sobre la mesa con el pelo cubriéndole toda la cara. Los sentimientos mezclados de miedo, culpabilidad y curiosidad te empujan a inspeccionar el cuerpo viejo y arrugado. Entonces, caes en la cuenta que el vestido que lleva, otrora colorido y alegre, parece demasiado corto e infantil para la avanzada edad que aparenta.
Ayudándote de tu ensangrentado tenedor, levantas con cuidado el cabello que le oculta el rostro y te pones en cuclillas para verlo mejor. Te sorprende ver unos ojos abiertos, completamente negros y ausente de vida. También te llama la atención un colgante dorado, de forma rectangular, que parece tener un cierre. Acercas la mano para abrirlo pero, en ese mismo instante, la mujer te mira directamente, te aferra la mano herida y la lame con rabia ante tu atónita mirada.
—Por fin—dice lentamente, saboreando cada una de las sílabas que pronuncia.—Ahora sufrirás la maldición.
Un espasmo hace que te contraigas y lanzas un grito mudo. Mientras te retuerces de dolor, ves que tu mano lastimada ha empezado a ponerse negra y miras con pánico a la vieja, quien te corresponde con una sonrisa feroz. A continuación se baja de la mesa y saca de tu bolsillo la piedra.
—Ésta piedra es la clave de todo. ¡Mira!—te pone mineral ante tus ojos y te percatas de que el símbolo se mueve muy lentamente—En el momento que los dos extremos se junten, el sitio en el que estés se convertirá en tu prisión hasta que alguien te libere. Envejecerás por siempre, y todos se olvidarán de ti.
Nada te parece real, pero el dolor te demuestra lo contrario. Con gran esfuerzo consigues controlar tu cuerpo y alcanzas a hablar con una voz que te parece débil y alejada:
—¿Có... cómo se p... p... puede solucio...onar?
—Has de encontrar un castillo blanco, donde los pavos reales anidan como amos del lugar. Busca en su interior, y hallarás un laboratorio. Allí es donde se fraguó este hechizo, y allí es donde debe romperse.—Ante tus ojos, la anciana empieza a deshacerse poco a poco.—Recuerda, en menos de un día se juntarán los extremos y ya no habrá vuelta atrás...
Antes de convertirse completamente en polvo, te parece oírla decir "ya voy, madre".
Motivo: Sou mas gon
Tirada: 2d6
Dificultad: 7+
Resultado: 9 (Exito) [3, 6]
Definitivamente has enloquecido. Decides ir en busca de ayuda médica para que te libren de las alucinaciones que estás teniendo. Ve a la página 50.
¡Ni de guasa vas a comerte tu la maldición!
Si le robas la piedra antes de que se desvanezca en la nada, y con ella machacas el colgante, ve a la página 47