Partida Rol por web

Alvin y Bis se miraron casi al mismo tiempo, como si a ambos se les hubiese ocurrido la misma idea a la vez. Los ojos de Bis fueron de la paloma que les acababa de señalar hacia el basurero, hacia la otra paloma, después al cordel viejo que había en el suelo, la caja de cartón que había cerca de la pared y finalmente, a Alvin. A la vez, los ojos de Alvin se dirigieron desde la paloma que les había señalado hacia el basurero hacia el cordel, después miró la caja, a continuación la segunda paloma y para terminar, a Bis.

Y ambos sonrieron sabiendo lo que debían hacer.

Por desgracia, ambos lo hicieron al mismo tiempo. Dieron un paso para recoger el cordel, chocando entre ellos y cayendo al suelo con sendas manos en las narices, mientras las dos palomas aleteaban y se alejaban por el aire, dejando a todos sin su brillante plan para llegar hasta allí sin esforzarse.

-¿Pero qué habéis hecho? ¡Las habéis espantado! -se quejó Phil.

Alvin, una vez hubo comprobado que no sangraba, se puso en pie y miró a la rana.

-Quería pasarle una cuerda para que nos llevaran. Lo siento.

-Sí, y yo también -dijo Bis, tras comprobar lo mismo.

Phil resopló.

Vaya dos. Así no llegaremos a ningún lado.

-Pues entonces, tendremos que buscar otra manera de llegar. ¡Sois unos patosos! ¡Roedores teníais que ser!

Phil estaba enfadado de verdad, y por eso no se dio cuenta de que una mujer con unas enormes bolsas llenas de compra, que casi arrastraban por el suelo, se lo llevaba por delante como si una excavadora estuviese recogiendo restos. La pobre rana estaba aplastada y sin poder evitarlo, la mujer se metió en un vehículo que se acababa de detener cerca del bordillo, y en cuya parte trasera ponía algo así como "TAXI", llevando sus bolsas... y al pobre de Phil entre ellas.

No teníais más que unos segundos, antes de que Phil estuviese a kilómetros de distancia... ¡y además en dirección opuesta al basurero!

No solo fallaron en intentar usar a las palomas como trineos voladores, sino que Phil estaba siendo arrastrado, pegado a unas pesadas bolsas hacia un taxi. Luego de girar sobre sus ejes gritando que había que hacer algo, ambos roedores corrieron hacia la mujer que llevaba su healer. Curiosamente era el que más daño estaba recibiendo de todos ellos.

-¡Yo me encargo de ella! ¡Rescata a Phil!- gritó Bis dramáticamente, poniéndose ambos a correr por los largos metros que les separaban del taxi. En el camino tuvieron que esquivar varios “regalos” que las palomas enviaban desde las alturas, cayendo explosivamente a sus alrededores.

-¡No lo lograremos!- Alvin intentaba esquivar la mierda (nunca mejor dicho) que no dejaban de caer sobre ellos, sobrepasado de tanto fuego enemigo. Se refugió detrás de una caja de hamburguesas, viendo como Phil estaba ya a punto de ser subido al taxi. Bis se le acercó, con el rostro ceñudo y sus bigotes tensos, le tomó de la piel del pecho acercándolo a su rostro.

-¡No podemos rendirnos soldado! ¡No dejaremos a nadie atrás!- Alvin miró hacia donde estaba la rana, quien murmuraba en agonía: “Quiego volveg a casa”. Eso fue demasiado para la ardilla, con un grito de guerra apenas audible para los humanos, corrió esquivando fuego enemigo, resbalando, cayendo y volviendo a levantarse. Incansable.

Bis, orgullos, alcanzó las peludas piernas de su enemigo. Era invierno y las cosas son así en esa época. Sin mediar duda alguna, comenzó escalar provocando que esa mujer se detenga, confundida. Su rostro se puso pálido y comenzó a agitarse con espasmo, cada vez más fuertes. Pronto sus gritos ocuparon toda la calle, pues Bis alcanzó sitios oscuros y que no deberían ser hogar de un pobre ratón cachetón. La mujer comenzó a golpear donde pasaba el ratón, mas no lograba alcánzalo hasta que por fin salió disparado por el centro e su pecho, rompiendo su camisa y emulando una famosa película.

-¡Lo logramos capital!- dijo Alvin con Phil en brazos al reunirse, la rana dio un agradecimiento dramático… justo antes que el bolso de la dama ultrajada diera sobre el trío mandándolos a volar muuuuuy lejos-. ¡Capitaaaaaaaaaaaaaaaaaan!

Fue lo último que oyó Bis, luego todo se puso en cámara rápida, alejándose el suelo, viendo a sus amigos flotando y luego cayendo precipitadamente hacia un nuevo peligro…

Según avanzaban por el aire esperando darse el trompazo de sus vidas Bis se acordó de las habilidades de su amigo Alvin y lo útiles que podían llegar a ser. ¡Alvin, tienes que volar! A la ardilla se le pusieron los ojos como platos.

-¡No puedo Bis, sabes que no lo hago desde el accidente con ese avión a radiocontrol!

-¡No es momento para traumas ni dudas, si no lo haces nos vamos a dar una buena hostia!

-¡Pero... ¿Y si vuelve a ocurrir lo mismo?!

Bis abofeteó a Alvin. ¡Vamos a buscar a mis hermanos, y necesito que vueles!

La ardilla se recompuso y extendió sus "alas", rápidamente tanto Bis como Phil se agarraron a la ardilla y comenzó a planear, tras varios metros comenzaron a acercarse a tierra. Phil, tienes que darle impulso, si seguimos así llegaremos enseguida. La rana asintió y esperó al momento justo para utilizar su poderoso salto, tras varias repeticiones ya habían recorrido decenas de metros, Bis se estaba acomodando sobre la mullida espalda de Alvin cuando Phil lo sacó de su ensimismamiento. Empiezo a cansagme colegas, necesitamos pensag en un nuevo plan.

El pobre Phil estaba extenuado, parecía que sus burdas alas estaban a punto de romperse en mil pedazos, como aquellos pioneros de la aviación que se lanzaban sobre esos locos cacharros...

Pero... no podemos... no podemos. Simplemente no podemos resignarnos... caer aquí... en mitad de la nada... - pensé.

¡caracoles! Eso es... chicos, chicos... ¡¡¡¡MIRAD!!!! - exclamé a la vez que señalaba a uno de esos hombres montado a caballo... diablos, si hasta parecía que ese era Sebastián...

Venga Phil, un último esfuerzo, agárrate a la cola de ese de ahí... tú puedes...

Traté de insuflar ánimo a mi compañero... Alvin también, pues no solo aprobó el plan, sino que confirmó que el caballo era Sebastián... ¡¡que suerte!!

Phil, en un acto heroico consiguió planear unos metros más... y ¡¡¡¡si!!!!! Lo conseguimos... 

En ese momento Sebastián dio una coz, pues no esperaba el pescozón... y es que entre los 3 pesaríamos 500 gramos, y con la velocidad absurda que llevábamos... fue como si lo hubiesen golpeado con un martillo... 

Pero ahí no acabaron nuestros problemas... ¡¡no, que va!! Sebastián se encabritó, comenzó a patear hacia atrás, hacia adelante... volviose loco... el hombre trató de calmarlo tirando de las riendas, pero Sebas se enfadó aun más... nosotros estábamos como locos... clavando nuestras uñas ora en la carne de la bestia, ora entre nosotros mismos... 

El caos de sudor y hormonas pronto comenzó a cesar, sin duda por el buen hacer del policia...

Miré a mis amigos - ¿estáis todos bien? Vaya viaje... ¿no? - dije

Vamos por el buen camino... solo tenemos que pasar desapercibido... Alvin, ¿y si te acercas y hablas con Sebastián? Ya de camino, le pides disculpas jejeje