Partida Rol por web

La sala está conformada por varias filas de pupitres, sillas y todo lo que pudierais esperar de una clase de instituto.

Edit: Había algo realmente extraño aún así, las ventanas estaban tapadas con grandes planchas de metal y sujetadas con aún más gruesos tornillos. El nivel de la barricada es tal que no podéis saber si allí fuera es de día o de noche. También había unas pintadas en la pizarra que rezaban:

¡Bienvenidos alumnos de Hope's Peak!

Invito a la modelo a acompañarme hasta el aula. Me acompañe o no, entro de los primeros, avanzo hasta la penúltima fila y elijo el asiento más cercano a la ventana/pared.

Me siento en el pupitre de la última fila con los pies sobre la silla que he elegido como mía y de esa pose, sentado sobre la mesa del compañero de detrás, hablo para todos los que van entrando.

​Bueno, bueno. Tanta preocupación y al final todo era un comité de bienvenida un tanto extraño. Al final nos quedamos sin visitar la cafetería, de momento, pero eso no es motivo para amargarnos, ¿no?

​Al posar de nuevo la mirada sobre la modelo que entra, un impulso me lleva a morderme el labio inferior y dedicar una sonrisa algo-más-que-amistosa.

Sigo a Masaru y a los demas aunque no puedo evitar seiñntir que algo no va bien, nose porque mi sexto sentido grita peligro y esa grabacion... Avanzo y me siento en el asiento del final pegado a la ventana/ pared a esperar.

- Espero que tengas razon algo no me gusta.

Me quedo sentada normal mirando como los demas eligen sitio tambien.

Aquella forma que apareció en el televisor era demasiado redonda para ser la de un ser humano - ¿Quizá era un disfraz? ¿Un peluche? - se preguntó a si mismo. No le dio demasiada importancia, seguramente aquel chico, Masaru, tendría razón y sería un simple comité de bienvenida, lo que si le extrañó fue la clase que le asignaron - ¿Clase 3A? ¿No deberíamos ir a la 1A? Quiero decir... Es nuestro primer año después de todo. - dijo mientras se acariciaba el mentón.

Se sentó en uno de los pupitres de atrás, el más cercano a la puerta - Bueno veamos de que va todo esto - dijo algo nervioso, pero para intentar relajar el ambiente propuso algo - Si queréis y para conocernos un poco más, luego podemos jugar a algún juego de mesa todos juntos. - rápidamente echó un vistazo a todos los que había en la sala y contando cuantos eran - Pero siendo tantos, pocos juegos tengo que abarquen a tantas personas... ¿Quizá un "Hombres Lobo de Castonegro"? 

Tras la primera confusión al despertar en la otra sala sigo al rebaño algo mareado con Haruki detrás, seguía en un semi-estado de shock, pues no entendía nada de lo que estaba pasando, pero si todos iban hacia allí y el anuncio ese raro de la tele decía que había que ir... pues iría.

Me quedo un poco apartado en el aula, sentándome en uno de los pupitres del fondo, tengo demasiadas preguntas rodando mi mente y al haber despertado más tarde, veo que algunos ya están haciendo "grupitos" y no me apetece mucho acoplarme de repente. Asi que me limito a observar disimuladamente a los que están allí conmigo mientras acaricio a mi compañero distraídamente, dándome cuenta de que parece que estamos ¿recluidos?, pues no hay ni una sola ventana, es más parece que las que había están como... ¿tapiadas?, que extraño...

Me giro a Daichi que propone lo de jugar, no me apetece mucho en esta situacion pero igual calma los nervios. Me giro y con una sonrisa le digo.

- Por mi bien a lo del juego, creo que me suena es ese de asesinatos en el que tienes que pillar al asesino ¿no? Que son una especie de hombres lobos sino recuerdo mal. Aunque admito que nose jugar pero si me enseñas yo me apunto a una partida.

 Miko, controlando los nervios de mejor manera que antes, entra al aula e inspecciona visualmente el lugar. Esta menos tenso, pero aún así no esta con ánimos para introducirse o cruzar palabras con los demás. Se sienta en el banco de la primera fila que se encuentra más cerca de la ventana tapiada y se guarda al silencio, mordiéndose ligeramente las uñas.

Al parecer todos habían llegado sanos y salvo a aquella nueva zona, algo que alegraba a Maxwell, pues a fin de cuentas los tenía donde quería, apelotonados y ávidos por saber lo que estaba pasando, un momento perfecto para que él pudiera ser la voz cantante de todo ese rebaño, así que, sin ser corto ni perezoso se dirigió hacia uno de los pupitres y se subió sobre este.

"Sigan por el camino que el Señor su Dios les ha trazado, para que vivan, prosperen y disfruten de larga vida en la tierra que van a poseer."

Deuteronomio 5:33

-Estas son las Palabras del Señor, y así se ha de proceder y actuar. Ser firmes y fieles al Señor, y nada malo os pasara, y en el caso de ocurrir, no será más que una mera prueba a la que, con fé, se podrá superar sin mayores perjuicios pues una vez fuera probado el hombre, la corona de la vida será entregada en Santa Gracia.

-Ahora, hijos míos. Sentaos y meditad en silencio estas sabias palabras provenientes de Dios y transmitidas por vuestro Obispo personal, Enrico Máxwell. Pues el silencio y la meditación, es la clave para la comprensión de los más altos temas y valores que nuestra Santa Iglesia se basa.

Yukiashi entra enérgicamente en el aula 3-A, ansioso por saber más sobre ese comité de bienvenida. Al ver un perro en la sala, e ignorando el sermón del excéntrico joven sobre el pupitre, no puede evitarlo y se abalanza amistosamente sobre él.

-¡Hala! ¡Un perro! ¡Qué guay! ¡Qué majo! ¿Cómo se llama? ¿Puedo tocarlo? ¡Hola, bonito!

Como si de pronto fuese un niño pequeño, Yukiashi intenta acariciar al animal y jugar con él, olvidándose por completo de la situación en la que se encuentran.

¡Guau, guau!

Haruki mira detrás chico con ojos abiertos como platos, tiene el pelo erizado y está en posición de guardia hacía el pupitre del profesor

Sorprendido por la reacción del perro, Yukiashi se vuelve hacia el lugar al que mira el can, al mismo tiempo que se las apaña para sentarse sobre otro pupitre. Al fin y al cabo, no quiere ser irrespetuoso con el profesorado el primer día de academia.

Seguí a Kurozen Masaru cuando inició el camino al aula. En realidad me intrigaba todo aquello y pese a lo excéntricos y raros que se mostraban algunos, parecía que iba a tener que lidiar con ellos. Probablemente serían sus amigos de clase. 

Esperaba alumnos con más clase y de finos modales, pero visto lo visto, esto es lo que hay...supongo que cada uno tendrá su talento en algo. En fin..

Cuando Masaru depositó una mirada un tanto lasciva en ella, no pudo evitar ruborizarse y jugar con su hermoso pelo rubio. ¿A caso el chico pretendía flirtear con ella? Como modelo que era, le pareció algo común y normal que la mirasen, pero la mirada del atractivo muchacho de rasgos extranjeros le hizo dubitar. No obstante, siguió avanzando con paso firme y un tanto provocador hasta los primeros asientos y se sentó cruzándose las piernas y en una delicada pose. El aura que desprendía siempre era atractiva y sensual.

- ¿Un juego ahora? ¿Estarás de broma, no? Creo que me preocupa más que no haya ningún profesor en el aula y que los móviles no funcionen. ¿Quién me traerá el almuerzo si no aviso a mi representante? ¿Y no pensais que está todo esto demasiado oscuro? No entiendo que pasa con las ventanas de este lugar, parece que no se pueden abrir...

Fuese como fuese, aquello no era normal. Esperaba que pronto hubiesen respuestas...

 Miko, que se encontraba sentado al lado de Matsuno debido a la posición que ella eligió, levanto la mirada hacia las ventanas.

- Se en-encuentran tapiadas, por algún tipo de lamina de a-acero, si no me equivoc-co... y los tornillos s-son treméndamente gra... grandes...

 La tartamudez que le surgía por el estrés le hizo agachar la mirada de vuelta de la vergüenza.

Esto... gracias colega. Intentaré hacerte caso. - Le dice al obispo tras su sermón.

Cuando algunos se aproximan a la primera fila, vista la reacción del perro, les advierte.

No os acerquéis mucho a la mesa del profesor. - Dice para sus compañeros antes de girarse al perro que entró con un chico silencioso cuyo nombre desconocía.

¿Qué ocurre chico? ¿Hay algo ahí?

Kawamoto entra el último al aula, no le gusta nada lo raro que parece todo, el despertar en una sala extraña, el que las puertas estén cerradas, las ventanas blindadas... esto le suena más a un secuestro que a un colegio, pero por qué? quien de todos nosotros sería el objetivo?

Chicos, no se vosotros, pero a mi esto no me gusta, no creo que el trato que estamos recibiendo sea el correcto y adecuado para un colegio de este nivel. O nos empiezan a dar explicaciones o vamos a tener que tomar medidas...

Kawamoto examina las ventanas y si se pudiesen abrir sacando los tornillos con algún utensilio o chapa para ver el exterior. Y posteriormente se dirige a investigar la mesa del profesor, no soporta estar encerrado en un sitio sin saber qué esta pasando, se dedica a buscar una explicación a todo este embrollo.

Viendo como aquel joven no le hacía ni la menor de las atenciones, el joven Enrico Maxwell decide continuar con su plática habitual, su ominoso sermón a aquellos oídos sordos que ni un poco de atención le decidieron prestar en ningún momento. Como si el fuera un loco profeta bramando en el desierto sobre dioses inexistentes.

"Cada uno se sentará bajo su parra y bajo su higuera, y no habrá quien {los} atemorice, porque la boca del SEÑOR de los ejércitos ha hablado."

Miqueas 4:4

-La Palabra del Señor ya ha sido mentada, vuestro Pastor os ha ordenado sentaros y callaros en cada uno de los pupitres que ahí se encuentran asignados, la espera por las respuestas será otorgada, tarde o temprano. Mas el hecho de salir del lugar seguro designado por Vuestro Pastor os exponéis a la revolución y al pecado. Y ahí Dios no será más que un mero espectador a la desgracia, pues vuestra suerte ya habéis echado al haber ignorado la Palabra.

Tras estas últimas palabras el joven con delicadeza baja de su pupitre y tras limpiarlo un poco con la mano, decide sentarse en aquel asiento, predicando así con el ejemplo, con las manos juntas, la cabeza gacha y los ojos cerrados comienza a murmurar algún que otro rezo para que el misterio sea por sí mismo resuelto.
 

Pensando... este que habla como un predicador de TV en Latinoamérica, no será un loco fanático y quiera alcanzar el paraíso de su religión inmolándose o haciendo algo contra el resto. Me dirijo a él y le digo:

Por favor, deja de dar sermones que estas poniendo más nerviosa a la gente, cuando esto se aclare un poco sigue con tu speech si quieres, pero intenta calmarte un poco que ya la situación es difícil como para que nos estés agobiando más, espero no te lo tomes a mal.

Busco por el suelo el tornillo que se le ha debido de caer a este individuo...

Le ignora, Maxwell continuaba rezando con los ojos cerrados y murmurando.

jajajajaja

;op

Me doy un paseo por el aula viendo lo que hay en ella... alejándome del chaval que está en su sitio murmurando algo en voz baja. En el fondo no le cae mal, respeto su dedicación y convicción con sus creencias, pero mas de 5 minutos a su lado puede provocar que te lances a arrancarle la yugular con la tapa del boli bic.

Madre mía, espero que en el colegio tengan un psicólogo para este chico.