Partida Rol por web

Ichida quedo mirando la moneda en su mano. -Gracias Miko-san eres muy amable. -El hecho de que no encontraran huellas dentro del conducto significaba que cualquiera de ellos pudo a ver sido quien pusiera allí aquel aparato desde el otro lado, así que sin perder mas tiempo pensando en ello, siguió los pasos de Togosaki, para ir a mirar donde el Director había propuesto, no solía dar puntadas sin hilo y se preguntaba quien lo controlaría y desde donde... Si tan solo lo supiera...

Bueno, allá va mi teoría de los cigarrillos envenenados.

Yugure no puede evitar sentirse en cierto modo desapegado de la rocambolesca escena después de haber visto tanta muerte en un transcurso tan corto de tiempo.

¿Quién abrió la puerta de la sala esta mañana? Deberíamos tenerlo en cuenta para cuando descubramos huellas en ella.

Al examinar la puerta encontrais las huellas de los siguientes estudiantes: Togosaki Miko, Striker-Tanaka Joaquin, Enrico Maxwell y Yukiashi Tenko.

Decidís que es buena idea guardar los resultados.

¡Obtenéis un prueba!

Todos llegan a la Sala de Arte atrancada y Maxwell deja que sea Hikari Namine la que quitase la vara que sujetaba ambos pomos e impedía que se abriese.

Una vez dentro, todas sus sospechas certezas se hicieron realidad, allí estaba recostado frente a un caballete, el cadaver del Ultimate Explorer, vuestro otrora compañero de clase, con la mirada fijada en el techo y un cigarrillo entre los dedos. Un cigarrillo de chocolate.

Sin ningún cuidado por vuestro dolor, aparece el director, que con mucha pasión, se coloca en el sillón esperando despertar vuestra emoción.

     Monokuma:

Un muerto más, acabamos de encontrar

¡Qué fatalidad, ahora toca investigar!

Para ayudaros traigo una información

¡Que no dejará a nadie sin ilusión!

El director pulsa un botón y en vuestra PDA se ilumina una acción, pulsais el nuevo menú, dios mío, parece que alguien os esté haciendo vudú.

La televisión de la sala se enciende y aparece el adorable director del colegio junto con una melodía de inicio de anuncio.

Ding, dong, dong, ding

     Monokuma (vídeo):

¡Un cadáver ha sido descubierto! ¡Después de un cierto período de tiempo, el cual podéis usar como más os guste, empezará el juicio escolar!

Escuchar la confirmación de Monokuma os aseguraba que vuestro compañero estaba muerto, alguno de vosotros había terminado con su vida.

 Volvían a vivir aquel último caso. Con su compañero Tanaka siendo encontrado muerto en la sala de arte. Miko recordaba haber sido él mismo el que lo encontró en aquel estado la primera vez que descubrieron el cuerpo. Estaba aterrado en aquel momento. Ahora, simplemente miraba el cuerpo con pena.

- C-creo que no ha-hace falta hacer n-n-nada, ¿no? Simplemente... e-e-esperar a que termine el t-tiempo de investigación...

Si, esperemos, no nos queda otra. ¿Alguien se le ocurre que demonios pasa aqui?

Por su parte Enrico Maxwell no dijo nada, tan solo caminó hacia el cadáver de Tanaka y como si nada importara, lo movió y lo tumbó boca arriba, cruzando sus manos sobre su pecho, arrodillado ante el, el joven obispo cerró los ojos, juntó sus propias manos y comenzó a rezar. Algo que, al parecer, no había tenido tiempo de hacer en los otros casos en donde priorizaba más el hecho de encontrar al asesino que el de dar un descanso a los muertos... al menos a los muertos que a Maxwell realmente le importaban... Ni siquiera tuvo la oportunidad de hacerlo con Kawamoto Yuichi. Este no iba a perder ESTA oportunidad.

La televisión de las salas en las que estáis se enciende y la estática deja paso a la figura redonda y achuchable de Monokuma.

Ding, dong, diiiing, dooong

     Monokuma (vídeo):

EEehm... esto... me aburro de esperar, ¿qué tal si empezamos ya, eh? Es hora del esperado... ¡Juiiicio Escolar!

¡Nos vemos dentro de poco!

La televisión se apaga y recordáis dónde tenéis que ir, aunque quizás en esta ocasión con menos pistas que nunca.

Maxwell se levanta, había terminado de rezar. Sacando un pañuelo de su maleta, este se seca alguna que otra lágrima que hubo aparecido mientras rezaba, sea como sea, este no era el momento propicio como para ponerse sentimentales, ahora era el momento de guiar a los supervivientes a lo que iba a ser el juicio de Tanaka.