Partida Rol por web

 Miko se acerca lentamente a Maxwell, preocupado por la actitud de su compañero. Usualmente el que alarmaba a todo el mundo con sus cambios de animo era él, así que intentaría ejercitar la empatía con el joven obispo.

- M-maxwell-kun... Ehm... ¿E-e-e... esta todo bien? Te noto un poco... desganado...

 Togosaki se sentía realmente extrañado con toda la situación luego del último juicio. Las actitudes de Tenko, Maxwell y Daichi eran rotundamente diferentes a su humor y su participación días anteriores. Ahora él se sentía el bicho raro por no sentirse tan desesperado.

Sin decir nada ante las palabras de Monokuma y Namine, simplemente se acercó a esta por detrás para observar también dicho comic - Cuando acabemos de ver de que demonios va todo esto me encerraré yo mismo, sería demasiado obvio que apareciera un cadáver y fuera yo el asesino, así que estando encerrado gano yo, porque podré planear mi siguiente movimiento y ganáis los demás, porque os ahorráis un sospechoso. - miró un momento al techo - Espero que nadie me acuse habiendo estado yo encerrado... O si, quien sabe, quizá encuentre la manera de acabar con alguien aun estando encerrado. - sonrió, con una sonrisa pura y sincera como la de un niño, fantaseando con librar a sus compañeros de la pesada carga que suponía continuar allí encerrados a la espera de su muerte y en el peor de los casos, moriría él ¡si es que se le puede llamar "peor"!

El Silencio se rompió de golpe cuando Togosaki llamó la atención del joven Obispo, el cual, como si hubiera salido de un trance levantó la cabeza a mirarlo, y con una falsa sonrisa que incluso el forense podía notar sin siquiera esfuerzo habló nuevevamente.

-He usado todas mis monedas para comprar el comic, tal y como había prometido. Ahí lo tenéis. Por esto murió Kawamoto, Makoto, Matsuno, Kurozen, Fukumori, Shinobu y Suzuki... Y sinceramente, no creo que haya merecido la pena ni lo más mínimo, a fin de cuentas... bueno, nada...

Maxwell estaba claramente desanimado, algo desesperanzado por la situación; pues al parecer el sabía algo más que no deseaba compartir con sus compañeros, quizás un mero presentemiento, quizás información valiosa, quizás algo completamente inútil; pero a fin de cuentas, creía que sabía algo que no debía contar.

-Aunque pasamos poco tiempo juntos, Kawamoto era un buen amigo... y su perdida, por partida doble me ha afectado, en el juicio no pude creer que él había sido el culpable, mejor dicho, no quería creerlo... Y todo por culpa de Daichi por simular el ataque de Makoto...

Maxwell suspira apesodumbrado mientras Cookie se le sube al hombro, a la cual, el acaricia con tranquilidad usando un dedo.

-Si no es mucho pedir, Togosaki. ¿Podríamos tratar de estar más tiempo juntos?. Ahora sin Kawamoto me siento más inseguro, y prefiero no quedarme a solas en ningún cuarto, por lo que pudiera llegar a suceder...

Recojo la planta de Haruki y empiezo a repartir sus frutos empezando por Maxwell quien parece ser el que más lo necesita.

Toma Max-not-so-well. Come esta fruta. Hacedlo todos. Nos está afectando mucho todo esto.

Muerdo mi fruta.

 Togosaki siente la tristeza y la inseguridad en las palabras de Maxwell. Siendo una persona que ha experimentado de primera mano la desesperanza, puede ver que su amigo requiere compañía y apoyo. Aunque todavía sentía un poco de angustia por no haber sido capaz de detener a Tenko...

- P-por supuesto, Enrico-kun... s-se que extrañas a nues-nuestros compañeros caídos. Yo también lo hago, p-pero... pero queda en nosotros que sus muertes n-no sean en vano. S-se que es duro, tener que ser los que siguen ade-delante... 

 Miko se queda callado por un rato, mirando con pena la expresión del obispo. Algo le hacía pensar que no solo quería que lo acompañara por seguridad. Nadie es ajeno al dolor, después de todo... En eso, recibe el fruto que Goro se encontraba repartiendo entre todos los presentes. Le da un pequeño mordisco; como si analizara el sabor de lo ingerido con cautela.

- Oh p-por cierto Enri-kun... ¡D-d-digo Enrico-kun! Ehm... encontré esta llave cuando es-estábamos investigando en el Salón de Música hace algunos días. Solo Namine-san y yo conocemos de ella... C-como has hecho un gran esfuerzo p-por conseguir este comic p-para todos nosotros, c-creo que es correspondido que te comparta este conocimiento. N-no se para que sirve, pero... tu eres el in-inteligente aquí. Toma...

Llave Antigua

Yugure coge una semilla y se la lleva a Daichi. No le fuerza a cogerla, quiere que la coja él mismo.

Yo estoy bien, la mía puede esperar... pero por ahora que Daichi se tome esta o no podremos fiarnos de dejarle solo con su desesperación por lo que pudiera hacerse.

Maxwell coge la fruta y la examina, nunca fue muy dado a comer las cosas que crecían en los arboles, a fin de cuentas el Ser Humano fue expulsado del paraíso por comer algo así. Por lo que el Obispo se encontraba algo reacio a tragar aquella fruta, que según ellos era de la Esperanza.

-Si esto es de la maceta de Fukumori, y es la fruta producida por la Semilla que se compró gracias el apoyo y la colaboración de otro de nuestro compañeros en el segundo día, o al menos eso logré escuchar, pues sinceramente... Prefiero que nadie la coma.

-Pues si no me equivoco el que la compró fue el loco psicótico de Daichi, así como Fukumori es el Traidor de la escuela, tras los datos recién obtenidos sobre la creación de la Academia 2.0. Por lo que no sería de extrañar que ambos objetivos sean desesperarnos aún más.

Maxwell se guarda la fruta en su maleta, envolviéndola con papel de aluminio que tenía de uno de sus bocadillos. Y mira fijamente a Goro.

-Por otro lado, Goro es la Mente Maestra según el Comic.

-Monokuma quiere que nos olvidemos de la planta de la Esperanza y que no comamos sus frutos -comenté, pensativo-. Algo bueno tiene que tener para que el director se esté tomando tantas molestias en que no probemos la fruta.

Siguiendo el ejemplo de Goro y Miko, agarré la fruta y le di un fuerte mordisco. Después, me aproximé al manga que Maxwell había comprado con sus mono-coins y decido echarle un vistazo, extrañado de que el obispo se muestre tan desesperanzado.

-Si se hubiera tomado tantas molestias, hubiera destruido la planta, o directamente en primer lugar no la habría puesto aquí. Tened en cuenta que él controla todo esto, si algo está aquí, es porque él quiere que así sea.

Maxwell estaba molesto y no dejaba de mirar fijamente a Goro, el MasterMind.

-¿No es verdad, Goro?.

Eso me pasa por ser amable. ¡Haruki! ¡Ataca!... Naaaaa es broma.

-Maxwell, precisamente Monokuma nos ofreció graduarnos gratis o unos cuantos poderes extra si ignorábamos la planta y dejábamos que se la llevara -recordé, pensando en lo que había sucedido el día que mataron a Pajoto-. Seguramente hayas rezado para poder salir de este maldito lugar... quizá... quizá el Señor nos haya respondido a través de esta planta. Puede que la muerte del jardinero de pezones bizcos no haya sido en vano después de todo. Dudo que nos hubiera dado estos frutos voluntariamente si estuviera vivo. Y de todos modos, ¿qué es lo peor que nos puede pasar? -se advertía la tristeza en mi expresión-. ¿Que crezca nuestra desesperación? No vi ese maldito vídeo, tengo la cruz que me diste y guardo la esperanza de que podamos salir vivos de este lugar. Creo que debemos arriesgarnos.

Risu estaba entretenida ojeando por encima del hombro de Namine aquel cómic que ella misma deseaba comprar y que Maxwell-chan trajo consigo.

Poco después Ichida miro aquella fruta y como hiciera Hikari-kun se la guardo para luego, ella a diferencia de otros y pese a la tristeza que supusiera ver a Kawarobotto morir de esa manera tan heroica, estaba bien, seguramente porque seguía con la mente en blanco.

Por otra parte estaba de acuerdo en que aquellos que estaban alicaídos comieran de ella. Si es que fuera la semilla de la esperanza. -Creo que si es verdad lo que se dice de ella, tanto Daichi, Maxwell como Tenko deberían de ser los primeros en comerla. Por el bien del grupo para continuar unidos y que esto se detenga en algún momento. Contó con la mirada a los presentes -Por cierto. ¿Donde esta Tenko-tan? No creo que ahora mismo sea bueno que este solo.

-Iré a buscar a Tenko -dije, en tono desganado-. Seguro que anda por ahí buscando mono-coins o planeando malvedades... ¡Ya os diré si lo veo por alguna parte!

Sin más, dándole más mordiscos al fruto de la esperanza, abandono el comedor con paso decidido.

Vamos Haruki, vayámonos también nosotros. Hoy te toca baño. Has estado muy bien ayer.

Se gura hacia el resto antes de salir.

Cuidar que todos coman la fruta. No soy un ultimate gardener, pero comer los frutos no mata las plantas.

Teniendo en cuenta que el Director quería deshacerse de aquella planta, pero aún así vendía semillas que se compran con monedas de su cara y que el deja tiradas o reparte en los juicios, es un poco paradójico. Eso es lo que Maxwell pensaba, ya sin contar con lo que había echado un vistazo del Comic.

-Esa planta debe de ser destruida. Independientemente de lo que dijera Monokuma, este no dejaría un objeto capaz de hacerle frente, pues él es el Señor y Amo de esta Academia. El hecho de que esta planta esté aquí y que el Oso diga de "no usarla sino destruirla", no es más que un truco barato, un juego mental, psicología inversa.

Maxwell se levantó y fue directo a aquella maceta; sacando de su pequeña bolsa su Biblia, la levanta en alto con ambas manos y frente a la Planta de la Discordia, el Ser Humano ya había tenido numerosos problemas por culpa de la Agricultura y las Plantas; desde el Árbol del Fruto Prohibido que expulsó a Adan y a Eva del Paraíso, hasta la codicia y envidia de Caín, el agricultor, que hicieron cometer fraticidio contra Abel el ganadero; pues Dios prefirió las las primicias y la grasa de las ovejas que los dones de los frutos del campo .

-La Única Esperanza se halla en La Palabra de Nuestro Señor Todopoderoso. Los Falsos Profetas han de ser acallados, y sus ídolos dorados destrozados. No comáis del fruto prohibido hijos míos, o seréis expulsados del Paraíso.

El cómic que os da el Ultimate Bishop todavía está calentito de salir de la máquina, parece una revista amarillista del corazón, aún así, hay algo que os llama bravosamente la atención... ¡esa de la portada es Risu Ichida!

Buscando por la revista no encontráis la entrevista citada en la portada, qué raro...

Tenéis hasta el viernes para decidir comer la fruta o no, si la mayoría vota por comer, todos comerán. Si la mayoría vota por abstenerse, los que hayan comido vomitarán.

Goro va a salir, él ya ha votado por comer, así que abandona la estancia.