Aquella noche había sido tranquila, o al menos la noche que tenían por delante; todos y cada uno de los presentes pudieron dormir placidamente sin necesidad de escuchar ningún ruido de escopeta sonar en toda la noche, ni siquiera esos molestos "Beep Beep"; realmente era un descanso más que necesario para aquellos que veían la muerte de cerca... aunque otras noches también había pasado algo parecido.

Incluso fueron capaces de despertarse gracias al aviso de Monokuma que sonaba en todas las habitaciones, por lo que todos los que aún seguían en cama remoloneando, se levantaron y se prepararon para un nuevo día lleno de energías y ánimos. A fin de cuentas, la situación parecía proveerlo.

A pesar de que no había habido nada que hubiera despertado a ninguno de los presentes en su tranquila noche de sueño, cuando estos salieron del interior de sus respectivas habitaciones, estos se encontraron -o mejor dicho- no se encontraron, con uno de ellos; en concreto aquel muchacho que se comunicaba por medio de maullidos y dibujos. ¡No estaba por ninguna parte Yusuke Araki!.

¿? - Vodevil Victimista: Verdadero Villano Veterano [DÍA 5]

Al notar la desaparición de Yusuke, simplemente negué con la cabeza y me dirigí hacia la cocina para desayunar.

Era evidente lo que había ocurrido aquí y lo cierto es que no requería de mayor comentario de mi parte.

Viendo que Vincent no aportaba nada y abandonaba el lugar, Akame decidió hacer lo mismo y lo siguió. Era una de las personas en las que más confiaba ahora mismo, por lo que iba a intentar estar lo más cerca posible de él.

Sousuke ajustó sus lentes oscuros y miró la escena. Al ver la ausencia de Yusuke (O ver su ausencia de presencia más bien, o "no verla") ya tenía una idea y con manos en los bolsillos de sus pantalones, no dijo nada como sus precedentes, si bien miró este pasillo maldito, lleno de muertes y malos recuerdos.

Hizo un gesto de... Algo. ¿Justicia? ¿Venganza? ¿Paz consigo mismo? Quizá.... Ninguna, o un poco de todas.

Y así, partió hacia el Ascensor.

Sería pronto la hora.

Hora del juicio.

Caín y Judas. ¿Cual sería? ¿Cual vería?

Ya se sabría.

Eran cada vez menos, y parecía que la mayoría ya tenían sus sospechas, o las decisiones tomadas, o estaban tan cansados que realmente ya no les importaba nada.

De momento nadie parecía querer ponerse a discutir el destino del niño gato, y ella no iba a iniciar la conversación tampoco. Dentro de poco, el ascensor se abriría y quizás no tuvieran más opción que debatir, pero por ahora, esperaría en silencio.

Las pantallas que se encontraban en los pasillos se encendieron y en otras estancias se encendieron, y tras mostrar un pequeño vídeo de un reloj con varias partes móviles girando en direcciones contrarias, incluso el minutero iba en sentido anti-horario; el fondo cambió a uno estático, esta pantalla se encontraba partida en dos, un lado blanco completamente y el otro lado negro. Y de esta pantalla, una voz en Off habló, la voz parecía ser de alguien que deseaba aparentar pulcreza, elegancia y clase.

-¡El tiempo de investigación ha terminado!. -Exclamó el oso- Ahora, es de obligada asistencia la presencia en el Juicio Escolar, por favor pasad a la nueva zona accesible...

Poco a poco todos los estudiantes que aún seguían con vida se fueron reuniendo frente a las puertas cerradas del ascensor. Sea como sea, la paciencia y los nervios de muchos de los presentes se estaban agotando y a punto de dispararse, respectivamente. Ya habían hecho esto varias veces y no se acostumbraban a lo que estaba por llegar.

Finalmente las puertas se abrieron. Y sin decir nadie ninguna palabra, todos entraron en el ascensor y comenzaron a subir; el silencio sepulcral no fue mancillado por la voz de nadie, aunque es de suponer que alguien con afán de protagonismo hizo un pequeño poema acerca de la vida, la muerte, la esperanza, la desesperación o cosas así... ¡Pero dentro de su cabeza!.

Las puertas finalmente se abrieron dejando ver a todos los alumnos un amplio espacio decorado con suelo masónico, largas cortinas rojas, y en el centro de la misma un círculo conformado por 17 atriles, incluso había uno para los muertos en donde eran substituídos por una imagen de ellos.

La imagen de Eromochi Koi-To se encontraba ahí, al igual que la del desaparecido Yusuke Araki.

Aunque lo que más llamaba la atención era el ambiente lleno de engranajes que se mantenían estáticos y la gran vidriera que tan solo daba a la oscuridad con el reloj que marcaba las 6. Aunque parecía estar fuera de hora, pues claramente no eran las 6, sino mucho más temprano de aquella tarde.

Y en una zona ligeramente más apartada, se encontraba unas escaleras de madera que llevaban a un pequeño trono. En el cual se encontraba sentado Monokuma dormitando, a fin de cuentas, los alumnos habían tardado bastante en aparecer y también era bastante tarde.

Ahora apenas había alumnos con vida en el juicio... ¿Qué resultado tendría?.

El oso se despertó, y tras echar un vistazo al reloj de bolsillo que tenía colgado, este daría inicio al juicio escolar pero no sin antes decir algo que quizás pudiera poner algo nerviosos a algunos de los presentes, pero era algo que tenía que hacerlo si quería que todo saliera "bien".

-Vamos a ver que tal ha ido... -Comentó sacando una llave de engranaje y usándola en su atril, como quien daba cuerda a un reloj o a un juguete antiguo, y tras darle un par de veces la vuelta; toda la maquinaria empezó a funcionar, de manera estridente los engranajes de aquella torre del reloj se movieron casi al unisono haciendo que las agujas de este marcaran un nuevo número.

V

Es decir "5"

Viendo aquel resultado y que los engranajes poco a poco dejaran de moverse, aquel oso dío por fin, inicializado aquel Juicio Escolar en donde se votaría a uno de los presentes para recibir cierto castigo por parte de este mero "observador"; y para no hacer perder más el tiempo a nadie, habló.

-El tiempo corre; -les advirtió- recordad que tenéis como objetivo acabar con los "malos que buscan mataros a todos", no vengar la muerte de nadie en particular si creéis que esta ha sido justa. Así que, debatid con cabeza y encontrad quiénes de entre vosotros busca nuestra perdición. ¡Que empiece el juicio escolar!.