Partida Rol por web

Llegada a las Islas de Ekren y sus seguidores.

Habian sido tres semanas de viaje realmente agotadoras. Desde que zarpasteis parecia que se habia cebado en vosotros la mala obstante el Heraldo habia aguantado bien el embite de las olas y las inclemencias de la segunda ruta de entrada a las islas conocida como la senda de los craneos hundidos. Pese a que la ruta de Manarnona era la mas segura y rápida tambien era la mas transitada y quedaba lejos del primer objetivo que se habia fijado vuestro lider. La ciudad de Angla.

Las historias contaban de que los constantes asaltos de orcoides habian desembocado en una huida general de la población y los nuevos habitantes habian instalado sus campamentos dentro de la misma ciudad. Es probable que la naturaleza belicosa de estas criaturas dificultase la organización de grandes contingentes y mermaria el poder de los caudillos hasta que consiguiesen asentar su influencia.

No deberia ser muy dificil asaltar unos cuantos campamentos y ganar seguidores con los que derrocar a los crecientes caudillos. O al menos deberia llegar a ser posible.

Caminando en silencio, dando vueltas por el puente de mando, Ekren medita en silencio, decidiendo sus proximos pasos... Viste solo el peto de su armadura completa, encima la tunica negra de los sacerdotes de Hextor, cuyas telas se ven por las juntas y las partes no cubiertas. La capa magica ondea al viento, al igual que sus largos cabellos. No lleva arma visible en este momento. Tampoco es que las necesite...

Detiene sus pasos junto al timon, tomando uno de los mapas que alli se encuentran y desplegandolo... Observa en silencio el punto de desembarco, un sector arenoso de la playa sur, a un dia a caballo de la ciudad de Angla propiamente dicha. Sin dejar de mirarlo, habla al timonel. Su voz es grave y resonante.

-Cuanto tiempo hasta arribar?

Xnarth no era muy amigo de los barcos. De hecho, jamás había montado en uno anteriormente, odiaba el molesto balanceo de las olas.

De todas formas ahora no se preocupaba por eso, tenía un objetivo y un señor que le ayudaría a conseguirlo.

Sentado en la cubierta y con la espalda apoyada en una pared del barco esperaba a que pudieran llegar a tierra mientras se entretenia pensando nuevas formas de "jugar" con los odiosos enanos.

- Un dia más como máximo señor, La ultima tormenta nos ha arrastrado algo más de lo previsto hacia el sur. - Explicó Hallveig, la semiorca mientras intentaba reorientar el barco para sacar mas partido a las ajadas velas.

- Si le sacamos partido a este viento es probable que consigamos tomar tierra al caer la noche, mi señor. - Informó servilmente Una mientras se acercaba a Erken con la mirada baja.

Un poco mas alejados, Dgar el enano ataviado con su tunica de clerigo se revolvió molesto sintiendo la mirada del reptiliano fija en su espalda. estaba cansandose de tanto barco, tanta agua y tanto mar, pero sobre todo de las constantes miradas de desprecio ante su nuevo "aliado".

- No dejes que te afecte o molestarás a Erken. Insistió en que nos trajesemos con nosotros a ese reptiliano y no queremos hacer enfadar al jefe, ¿verdad? - le tranquilizó la voz suave de Grunnhild la semielfa y el enano perdió subitamente toda la fuerza y rabia que estaba comenzando a acumularse.

No contesto a mis subordinadas, pero escucho sus respuestas, asintiendo con un gesto seco de cabeza. Volviendo a mirar el mar, pienso en lo que tengo que hacer... Alzo la voz desde el puente de mando, en tono suficientemente alto como para que se escuche en todo el barco, para llamar a la lider de los mercenarios y el reptileano. Sin embargo, la llamada es desprovista de emocion, y ni siquiera imperativa. Doy por sentado que vendran, no necesito presionarlos.

-JAMILA. XNARTH. VENGAN AQUI...

En cuanto escucho la llamada de Ekren, dejo mis pensamientos a un lado y me dirijo hacia él. No puedo negar el rechazo que siento hacia Dgar, sé que lo nota, pero en realidad tampoco me importa Espero que algun dia cometas la idiotez de traicionarnos, miniatura repugnante

Una vez me presento ante mi señor Ekren adopto una posicion formal

¿Que desea, Señor Ekren?

Jamila tardó un poco mas en llegar que el reptiliano, Probablemente se encontraria en la bodega repasando conjuros o revisando pociones y es bien sabido que es peligroso dejar ambas cosas a medias.

Una vez alcanzó al reptiliano se situó junto a él como si hubiese sido ella la primera en llegar.

-Mañana estaremos en tierra...+comienza, llevando las manos a su espalda, cuando siente que ambos estan parados detras de el+... Por ahora, somos un grupo debil en numero, y necesitamos suplir de inmediato esa primera falencia. Ustedes dos, Heust y Halveig (el segundo clerigo mas fuerte y la exploradora semiorca) tomaran los caballos e iran a investigar en los alrrededores de Angla. Tambien puedes llevarte a Gladiola, montando contigo Jamila.

Se voltea, quedando de frente a la pareja. La expresion de su frente es ceñuda.

-Quiero que reconozcan el terreno y busquen posibles objetivos dominables, tribus menores, campamentos secundarios ... Iremos paso a paso en esta campaña. Tomense dos dias maximo para reconocimiento y luego regresen. Al tercer dia los quiero aqui para presentarme su informe. No busquen pelea, pero dejo a su juicio un intento de contacto para evaluar mejor las fuerzas y disposicion.... Siempre es mas sencillo controlar un grupo desanimado o cobarde, en este momento que solo importan los numeros. Queda claro?.

Xnarth escuchó las ordenes de su jefe con serenidad

No creo que haga falta más gente. Gladiola será mejor que se quede aquí, al fin y al cabo, solo vamos de exploración, así que mientras menos seamos, menos destacaremos.

El saurión acataría lo que Ekren decidiera sobre si la mujer debía venir o no, pero ya le parecian demasiados los cuatro que iban.

Acorde con las previsiones de Una, al ponerse el sol comenzaron a vislumbrarse pequeñas luces amarillentas contorneando la costa mas próxima revelando algunos de los campamentos mas próximos.

La habilidad de la semiorca al timón junto a una previsión acertada por su compañera hizo que el heraldo sortease sin dificultad varios arrecifes y bajíos en la pequeña cala.

Heust y Jamila bajaron a preparar los caballos y el equipo necesario. Parecia que iba a haber problemas con el desembarco pero sin duda alguna deidad curiosa os habia premiado con una fortuna fuera de lugar y un banco de arena proximo proporcionó un excelente puerto natural.

Con el equipo preparado la mitad del grupo terminaba de revisar las provisiones mientras esperaba la confirmacion del lider para partir.

Hago mis dedos crujir, apretandolos, uno a uno... Mientras vigilo el desembarco de los caballos desde la playa, murmuro, aunque lo bastante alto como para que algunos mas cercanos oigan, embargado por emocion. Aun sin conocimientos o sirvientes apropiados, la mision que he emprendido comienza con exito...

-Mi Señor esta conmigo y favorece nuestra causa... Ahhh!... Gran Gobernante, construire una verdadera fortaleza para honrrarte... Sometere a los habitantes de esta tierra a mi Voluntad... a NUESTRA Voluntad...

Una vez los 4 corceles estan en tierra, miro a los designados para la mision de reconocimiento. Jamila, Xnarth, Heust y Halveig... Las ordenes ya fueron dadas. El tiempo de la accion comienza.

-Partan. Hextor sea con vosotros!

La llegada a tierra es muy relajada, lo que agrada bastante a Xnarth.

Por fin dejamos el agua...

Bajo el caballo que cogeré para la expedición inicial y espero a que los demás hagan lo mismo mientras el lider lanza alabanzas a Hextor.

Cuando parece que ha acabado, me acerco a él y nos da la orden para que vayamos a la mision.

De acuerdo, señor. Monto en el caballo y giro mi vista a los otros que me acompañan Vamos les digo con gesto serio

Espero traerle pronto la información, señor

Empiezo a caminar montado y salgo por uno de los lados de la playa

Una vez se van a su mision, comienzo a organizar el campamento. Hago que los demas monten las tiendas en un semicirculo, tomando desde el barco  como centro y abriendose hacia afuera. La tienda central sera la mia, y las dos que me flanquean depositos con los suministros principales, alimento y armas. De un lado estaran las tiendas de los mercenarios, y  del otro las de los clerigos.

En el centro debe armarse un foso para la fogata, y entre este y mi tienda, montarse el altar portatil.

Comenzaste a dar instrucciones de montaje del campamento y te extrañó que Una permaneciese mirando la costa. Pareció girarse para advertirte de algo pero pareció titubear unos segundos. Finalmente se decantó por hablar.

- Mi señor Ekren, Es probable que ya se haya percatado pero hay algunas rocas que indican que la marea puede subir varios metros más. ¿Debo adelantarme para buscar un lugar apropiado para el campamento?