Partida Rol por web

-Aquí el jefe soy yo -te suelta el tipo mafioso- ¿Qué información es esa? -te pregunta, aunque por su tono, no parece creerte para nada.

Mientras, camináis hacia la salida de los reservados, te sujetan por los brazos, Frank detrás. Vais a dar a la gran sala de música, bailes y streptease. Todo sigue igual, las diferentes músicas, los aullidos de los clientes, la iluminación, y la decoración chillona.

No hay rastro de Trevor. 

Te giras empuñando la pistola con seguridad. El armario de seguridad también maneja una pistola, apuntándote. Te has movido rápido.

No tienes tiempo para dudar. Lees en sus agresivos ojos llenos de rabia sus intenciones. De nada van a valer las palabras. Recuperas reflejos, el mundo ya no gira desbocado, los efectos del alcohol se despejan. Solo te queda encima la buena tunda que te han metido. Ira roja en tu mirada.

Aprietas el gatillo. 

La bala abre una flor carmesí en el pecho del matón. Le da tiempo a abrir fuego y tú lo abates con un segundo disparo que le revienta media cara. 

Los tres tipos están muertos o agonizan. Y tú te mantienes en pie...el dolor todavía no se ensaña contigo. Pero sabes que te ha alcanzado. En el costado tienes un pequeño boquete del 9 mm. Una mano tapa el agujero, empapándose en sangre caliente. Tu sangre.

La camarera te mira atónita, paralizada medio de rodillas en el suelo. Asustadísima, con lágrimas incipientes en los ojos.

Espero que Trevor esté recabando ayuda, sino mala cosa. Y espero que no haya perdido el móvil, claro.

Bueno, lo que me interesa es ganar tiempo, pero es un inconveniente que esté acompañada de Frank, así que, pretendo quitármelo de encima - Oh, vamos, no voy a hablar delante de él - además tampoco parece el mejor lugar en aquella sala, aunque siempre era mejor estar visible a la vista de más gente que acabar en una habitación sola rodeada de matones.

- La información es que estábamos investigando la muerte de Amber y dado que yo llevaba la investigación, resultaría muy sospechoso que desapareciera, aparte que Frank ha sido muy descuidado a la hora de eliminar pruebas... el traslado de Harry, por ejemplo, se te fue de las manos - además era evidente que solía acudir a este local con cierta asiduidad, con lo que cualquiera que le hubiera hecho un seguimiento acabaría atando cabos.

La adrenalina era lo que le hacía aún mantenerse en pie, así que debía aprovechar cuanto pudiera antes de que la pérdida de sangre le hiciera perder el sentido. Cambió de mano para sostenerse el boquete con el puño cerrado alrededor de la empuñadura de la pistola, buscando con la mano pegajosa de sangre su teléfono móvil. -La zona exclusiva, ¿como llego allí?- Dijo con voz jadeante a la chica, mientras marcaba el número de Ben.

La camarera niega con la cabeza, llorando, en pánico, no sabe responderte. En el móvil tal vez hay algunos mensajes, pero no estás por ello, sino en tu llamada a Ben, ocupado en no desangrarte, alcanzar la puerta de salida y que la chica te pueda dar alguna orientación.

Ben no responde, salta el buzón. Sigues probando. 

-No se...hay una entrada por los laterales...vigilada. Y creo que otra por la zona de despachos. Todas controladas -al final acaba por informarte la joven, temblando. No es que te aclare mucho, menos es nada. Llegas a la puerta tras dejar un sendero marcado de sangre en los pasillo, insistiendo a Ben. Abres la puerta que va a dar a la sala principal, no está custodiada. Para llegar a los despachos tienes que tirar a la izquierda, para la otra lateral, a la derecha. Y para todo eso, cruzar media zona de bailes, clientes, camareras y señoritas. Lo mismo ni reparan en ti. 

Salta el buzón de Ben por tercera vez. ¿Dejas mensaje?

Es entonces que ves venir al mafioso Zhöu, tienen a Belinda, flanqueada por dos gigantones que la sujetan de los brazos. Hay un tercer matón delante, a un lado el jefe, y Frank va detrás. No te han visto, se encuentran a unos diez metros y van directos hacia donde estás, sin duda para conducir a tu compañera al almacén.

El tipo te escucha, sonríe ladino, con una mueca de burla y desprecio. Sus dedos te cogen por la barbilla y aprietan. Te mira con rabia y desdén a los ojos.

-Que perdida vas, polizonte. ¿Pretendes amenazarnos con esa mierda de discurso? Tenemos a tu novio, ¿sabes? Te dejaremos que te despidas de él y luego...Bang. Tus sesos pintando las paredes. -Te empuja la cara a un lado y seguís caminando atravesando la zona principal de bailes, clientes, música, chicas.

-Y tú, capullo, te vas a encargar de ella. Borraremos ese móvil del mapa y a estos dos gilipollas.-se lo dice a Frank.

La cosa pinta mal. A tirones te conducen por esa zona, nadie es que preste atención, y además igual eres una alborotadora, que estos incidentes tienen lugar día sí, día no.

Miras aquí y allá, ni rastro de Trevor. El tipo ha dicho que lo han pillado, casi que normal, con la que estaba montando. No pareces tener demasiadas opciones.

En ese momento, a unos diez metros, entre la gente que se mueve aquí y allá, ves a Trevor, agazapado en una puerta a la derecha. No sabes si te ha visto...dirías que sí. ¿Lleva una pistola en la mano? Los tipos que te agarran no parece que se hayan percatado de tu compañero.

Jodido Ben. No le tembló la mano para llamarlo de madrugada, pero ahora no atendía. Dejó un mensaje.

Frank está detrás de esto, de la muerte de la china. Si mañana nos encuentras a Belinda y a mi en una zanja, es tu jodida culpa.

Le dio el nombre del local y del tal Mr. Zhöu. Fue cuando vio cómo venían en su dirección. -Levántate y vete.- Le dijo a la chica sin mirarle, buscando en cambio algún lugar donde pudiera esconderse y apuntar al grupo por la espalda.

Ves que Trevor desaparece de nuevo por esa misma puerta de la que has visto que salía. 

Trato de ganar tiempo, quizás Trevor tenga un plan, igual hablando un poco de más logro que el mandamás chino dude sobre la situación de Frank o mismamente él, y además podría incluso obtener información - Antes de venir aquí rellené el informe y cité este local como lugar donde realizar una investigación por los antecedentes de Harry, y lo tiene el capitán Davies, así que, Frank me temo que si me pasa algo irán a por ti, es más también lo sabe Ben - igual el chino entendía que Frank estaba en una situación delicada y que igual para salvar el culo, les delataba. Y quién sabe si Frank se asustaba o reconocía que alguno estaba en el ajo.

Intentas meterles miedo. Casi cuela, no puedes ver la mirada de mosqueo que el chino le lanza a Frank.

-Se está tirando un farol. Cole es un capullo indolente que le da a la botella. Y a esta la han rebotado por inútil desde otra comisaría.

-Me da igual -replica el jefe- Llama y qué averigüen qué saben de toda esta mierda. -Frank coge su móvil. O supones que lo hace. 

Llegáis a esa puerta, entras empujada y agarrada por los dos gorilas. Hay sangre en el suelo, que procede de más allá por el pasillo. También en ambas manetas de la puerta. 

-Frank, y tú, Morgan, id a echar un vistazo. -ordena el tal Zhöu- Qué coño ha pasado. ¿Ese hijo de puta se ha largado? -El chino avisa por un pequeño transmisor a los de la entrada. -Vigilad, que no salga el poli aquel. Claire, Phillip, controlad la "zona". Ha dejado un rastro de sangre. 

Morgan y uno de los grandotes enfilan el pasillo con el reguero de sangre, pistolas en mano.  El chino sigue con sus directrices a los dos guardias que te sujetan- Controladme a esta. Si intenta algo le dais unas hostias pero no os la carguéis. No todavía. -Y se marcha a comprobar la posible huida de Trevor.

Das media vuelta. No hay donde esconderse, como no sea retrocediendo al almacén. Y para allá que te vas. Giras a una esquina, la camarera todavía en el suelo, y los cadáveres de los tres tipos desparramados. Puedes esconderte en el almacén o esperarles en la esquina, si es que vienen.

-Frank, y tú, Morgan, id a echar un vistazo. -escuchas al tal Zhöu- Qué coño ha pasado. ¿Ese hijo de puta se ha largado? -El chino avisa por un pequeño transmisor a los de la entrada. -Vigilad, que no salga el poli aquel. Claire, Phillip, controlad la "zona". Ha dejado un rastro de sangre. 

Oyes los pasos de esos dos que se acercan aprisa. Vuelves a oír al chino - Controladme a esta. Si intenta algo le dais unas hostias pero no os la carguéis. No todavía. -Parece que se marcha a comprobar tu posible huida.

Trevor apretó más la culata de la pistola en una mano, y se sostenía el agujero de bala con la otra. Parecía que se estaban dispersando, por lo que intentó mantenerse consciente, prestando atención para intentar asegurarse cuantos quedaban. Frank y otro, más el chino, se iban; tres menos. Bien. Tendría sólo que encargarse de uno de los matones, y contar con que Belinda lo hiciera con el siguiente. Respiró un par de veces para agarrar fuerzas, y se asomó fuera del escondite, apuntando hacia el primer gigantón que viera y disparando en cuanto tuviera un tiro seguro.

Ya había perdido a un compañero por una mala decisión en el pasado, no dejaría que pasara de nuevo.

No había colado la información que había comentado, aún así, el chino desconfiaba y seguramente por tener el negocio controlado, dio órdenes al poli para verificar que todo iba bien. 

Me llevaron hasta una habitación donde seguramente hubieran dejado a Trevor, sólo que allí no estaba. No dije ni mú de que yo lo había visto fuera. Pero aprovechando aquella situación de nerviosismo y descontrol, no pude más que echar gasolina - seguro que se ha ido y ya vienen los refuerzos - ante la amenaza del chino de golpearme, procuro cerrar la boca y estar en las mejores condiciones por si pudiera escapar. 

Aplico -1 en disparo. La primera F , sin modificador, pero mejor que la Des ;-)

Trevor espera el momento. Pierde sangre pero no valor y agallas. Ensangrentado y sudando, aguarda...oye los pasos, espera...Muerde su aliento y sale del escondrijo en la esquina. Se topa con dos tipos. Uno de los guardias y Frank.

Ambos empuñando pistolas. Apunta al primero, no lo piensa, no puede ni debe. La bala revienta el corazón al matón. El otro hombre es Frank. Hay una mirada simultánea. Miedo. Determinación. Sudor frío. Frank va a disparar. Trevor aprieta el gatillo milésimas de segundo antes.

Dos detonaciones reverberan en el ancho pasillo.

Frank también cae, abatido de un tiro en el vientre. De lo peor. El proyectil que vomita el arma de Frank lame la oreja izquierda de Trevor. Un zumbido que te deja sordo de ese oído momentáneamente.

Belinda lo ve todo a varios metros de distancia. Ella y los dos gigantones que la flanquean, sujetándola con fuerza por los brazos. Ellos también son testigos del tiroteo. Sus pistolas ya relampaguean en sus manos. 

No tenía tiempo para pensar, cualquier segundo que dudara podría terminar con él muerto. Así había sido con Frank, y ahora con los dos hombres que tenían a Belinda. Así que sin ninguna palabra más, apuntó hacia uno de ellos, esperando que la mujer intentara desarmar al otro. No sabía cuando duraría su suerte, esperaba que lo suficiente para salir de aquella situación con unos segundos más de vida, antes que la profusa herida en el costado le hiciera perder la consciencia.