Partida Rol por web

- Los seis Reclutas acuden rápidamente al Comedor.

- Incluso la Arbitradora Arlesha acude desde la enfermería, pese a que aún se encuentra un poco floja de los golpes recibidos esta mañana en el enfrenamiento.

- Allí están ya las Sororitas, el Inquisidor Fostern y un miembro del Adeptus Astra Telepatica.

- El Inquisidor no se ha sentado, por lo que todo el mundo permanece de pie, en un silencio tenso y expectante. El Inquisidor parece estar bastante disgustado.

- Cuando los seis Reclutas llegan y se posicionan en el otro lado de la mesa, el Inquisidor asiente ligeramente hacia el adepto.

El tono de voz y el lenguaje corporal del Adepto indican a las claras que no cree que seais los candidatos ideales para esta misión. De hecho, parece dudar mientras os informa de la situación en Sepheris Secundus.

- "La reciente sublevación protagonizada por los habitantes del planeta hubo de ser suprimida por la fuerza, de modo que se envió a un pelotón de la Guardia Imperial para neutralizar el núcleo de la rebelión y silenciar a las masas.

Una vez pasado lo peor, los guardias aseguraron la zona, para lo cual tuvieron que explorar la mina Gorgónida, escenario de los más duros enfrentamientos entre guardias y rebeldes.

Los informes son un tanto imprecisos, pues varias escuadras de guardias imperiales se perdieron en la oscuridad de la mina, pero basta con decir que el comisario se vio obligado a sellar la mina y declarar toda la región bajo cuarentena.

En circunstancias ordinarias la Inquisición habría estudiado este asunto a su debido tiempo, pero el daño causado a la economía del planeta (y, por extensión, a la de todo el sector) sería demasiado grave si no se resolviera el problema. Y por ello os envían a vosotros, nuevos Reclutas de la Inquisición. Es una encomienda bastante inquietante, puesto que no sois más que reclutas inexpertos destinados a la instrucción en Scintilla, pero erais los acólitos más inmediatamente disponibles y apenas supuso una molestia desviar muy ligeramente el rumbo de la Negra Esperanza y dirigirla hacia ese gélido e inhóspito planeta." -

El Inquisidor habla sin dirigirse a nadie en particular.

- "Llegaremos a la órbita de Sepheris Secundus en menos de doce horas. Una vez allí, soltaremos rápidamente la carga - dice, refiriéndose a vosotros - y proseguiremos con nuestra misión principal, que es trasladar a los prisioneros hasta el Tricorne." -

El enorme Inquisidor se gira violentamente, ondeando su capa negra y se marcha de la estancia por la compuerta principal de acceso a cubiertas superiores.

- "Las Adeptas Sororitas desean contribuir al éxito de vuestra misión, acólitos. Es por ello que la Hermana Scythia os servirá de apoyo y enlance en el transcurso de la misma

Debéis recordad, acólitos, que esta es una misión de la Inquisición. La Hermana Scythia no estará a vuestras órdenes ni se espera de ella que se sacrifique por vosotros. Es tan sólo un apoyo y una muestra de colaboración entre nuestras respectivas instituciones.

Ahora id a preparáos." -

Cuando todos se retiran, la Hospitalaria llama a la Hermana Scythia.

- "Hermana, acompañadme a mi celda para recibir instrucciones adicionales." -

Rachael era una chiquilla escandalosa y gritona, que más parecía estar siempre de juegos que instruyéndose para ser una Sororita. Cuando se enteró que todos habían sido convocados en el comedor (cosa bastante fácil por los alaridos de su compañera de celda) se dirigió hacia allí.

Escuchó en mensaje. Escuchó la ordenes de su superiora. No le hacía mucha gracia el tener que abandonar la nave y ser dejada a su suerte, aunque rompería un poco la monotonía del día a día en la Negra Esperanza.

No dijo nada, solo asintió. Cuando fue reclamada, se dirigió a la celda de la Hospitalaria.

- ¿Cuáles son las órdenes, Hermana?

Estaba alí para servir a Dios, y por lo tanto, a sus superiores. No era ella quien debía poner en duda a ninguno de ellos. Pero el ir con un grupo tan...Al menos iba el Hermano Faith, alguien cuerdo en ese grupo de locos.

CELDA DE LA HOSPITALARIA EULOGIS:

- "Soy consciente de que esta será tu primera misión fuera de la Negra Esperanza, Hermana. Sin embargo, tu entrenamiento ha sido el mejor y confío en tu éxito.

Ante todo, se te ordena no arriesgar tu vida. Esta es una misión de la Inquisición, y son los acólitos quienes deben resolverla. Permanecerás en retaguardia del grupo, sin exponerte innecesariamente.

Deberás de observar a los acólitos, evaluarlos y preparar un informe de rendimiento de la misión sobre cada uno. Presentarás el informe al Adepto Asclates en la Fortaleza Tricorne de Scintilla tan pronto te sea posible.

Usa la autoridad de las Sororitas cuando te sea necesario, especialmente en el viaje desde Sepheris Secundus a Scintilla.

El Emperador Protege." -

Itsua guardó silencio durante el mensaje y después del mismo.

Tan solo contaban con doce horas para prepararse para una misión de la que lo desconocían todo. Salvo que ellos habían resultado elegidos por un mero azar y sobre cuyo éxito se dudaba de forma evidente. No había más que leer entre líneas. Ni siquiera el Inquisidor se había molestado en proporcionarles ningún tipo de refrencia o dato relevante. De hecho, sus palabras habías sido claras. La carga sería despachada en un plazo de doce horas.

- Hospitalaria Eulogis, antes de que se retire - dijo Itsua -. ¿Podría proporcionarnos algo de información suplementaria? ¿En qué punto tomaremos tierra? ¿Tendremos algún contacto en el planeta? ¿Algo?

- "Un transporte ligero les dejará lo más cerca posible del campamento de la Guardia Imperial, estacionado junto a la sellada mina Golgónida.

Por el contenido del mensaje deduzco que su contacto en el planeta será el comisario. Deben recordar tratarle con respeto, pues siendo simples reclutas, la autoridad de un comisario político de la Guardia Imperial es muy superior a la de ustedes.

Los comisarios políticos vigilan la moral de las tropas de la Guardia Imperial, y pueden ejecutar sumariamente a cualquier militar si dictaminan que ha actuado con traición o cobardía frente al enemigo. Es altamente improbable que ejecute a unos acólitos de la Inquisición, por muy bajo que sea su rango, pero por si acaso no le provoquen y obedezcan sus instrucciones." -

Por el Omnisiah... se soprendió Lazerus pensando Quedaremos varados en ese planeta de tercera a no ser que acabemos pornto con toda una rebelión mundial. Será una tarea titánica...veremos cómo se resuelve...

Lazerus-20-Silon terminó de escuchar a la Hospitalaria y cuando ésta salió de la cámara, el tecnosacerdote hizo lo propio, marchándose en silencio como ya era acostumbrado en él. De camino a su celda le siguieron asaltando las dudas al respecto de tal misión.

Por mucho que lo justifiquen, es absurdo. ¿cómo vamos nosotros a poder cumplir algo así?

Escucho en silencio el mensaje y las instrucciones brindadas. Luego, me retiro a mi habitacion. Tomo el Credo Imperial y me arrodillo a rezar en silencio:

"Gran Padre Soberano de toda la Humanidad. Por favor, dame el temple y la fuerza para acabar con todos tus enemigos sediciosos y los herejes que dudan de tu grandeza. Brindame el poder para tatuar tu Don en la carne de tus enemigos y servirte como solo tu lo mereces."

Luego me levanto y preparo todo mi equipaje para el descenso, tras lo cual me mantengo en meditacion hasta el aviso.

"....observa como te mira...te está estudiando..."

"Avanza ciudadoso....esta midiendo el alcance de mi maza..."

"Ven aqui! Atrevete! Uis, por poco..."

"Oh! Vaya....ese golpe ha sido fuerte...respira...respira...menos mal que llevaba el chaleco, ha ido bien encaminado el psiquico al golpear ahi..."

"Vamos a por el! Ah! Fallé! ¿Donde esta su vara? No la pierdas de vista Arlesha...¿donde esta..............

La mano de la arbitradora se movió para esquivar el golpe. Golpe fantasma. Con un grito volvió a la realidad y su mano voló hacia su cabeza.

Mierdaaaaa. !Me dejó inconsciente! Sera capullo....

Con un dolor sordo martilleandole en la cabeza observó que la habian traido a la enfermeria. Y allí estaba, sola.

Genial, me podría morir aquí y nadie se daría cuenta. Menuda panda...

Con dudas acerca de si se marearía o no, se incorporó y se sento en la camilla. Despues de unos minutos, se aventuró a salir de allí. Con paso lento se encaminó hacia su celda pero le sorprendió no ver a nadie por el camino, no escuchar voces. ¿Donde andaban todos? Una de las sororitas le indicó el camino, sin pronunciar ni media palabra, solo señalando. Se dirigió hacia el final del pasillo donde en una sala, estaban varios de sus compañeros. Incluido el psiquico.

-Buen trabajo Itsua. Uno a cero. Ten por seguro que pediré la revancha.

-¿Que ha pasado aquí mientras que me habeis dejado tirada en la enfermería? Teneis una cara digna de que os mirarais en un espejo...-dijo Arlesha mientras que tomaba asiento, cansada de las punzadas de dolor que su cabeza le estaba inflingiendo.

- Ah, hola Arlesha - dijo Itsua volviéndose hacia la arbitradora -. Me alegra verte recuperada. O eso creo. No tienes buen color. Tal vez deberías haberte quedado en la enfermería. En cuanto a la revancha, dudo que tengamos oportunidad. Hemos recibido un mensaje astropático. Nuestro rumbo será desviado para nuestro traslado al planeta Sepheris Secundus. Nuestro grupo ha sido seleccionado, dada la proximidad al mismo, para resolver una crisis local. Nos acompañará una de las sororitas. Nuestro destino final, la mina Gorgónida, en cuyo interior se perdieron varias escuadras imperiales y que ha sido sellada y declarada en cuarentena. Cuando lleguemos, lo cual será en un plazo de doce horas, nos pondremos bajo las órdenes de un comisario político. Se nos ha... aconsejado vehementemente mostrarnos prudentes con el mismo, no provocarle, obedecerle y no llevar a cabo ningún acto que pudiera ser interpretado como de traición o cobardía. Se castigan con la muerte. Sin juicio previo. Visto lo visto, y sumado a tu actual estado, te recomendaría descansar lo que nos queda de trayecto y recuperarte lo máximo posible de cara a la misión. De hecho, es lo que haré yo mismo, así como revisar mi equipo y asegurarme que esté en perfectas condiciones. Intuyo que nos aguarda una estancia... interesante en Sepheris Secundus - dijo con sarcasmo a pesar de lo imperturbable de su gesto.

Frente a la actitud algo sombría de algunos de sus compañeros, Tercio lo tomó con entusiasmo.

- Bien, una parada en tierra. - comentó Tercio a sus compañeros. El viaje no le estaba gustando demasiado. - Y bajo disciplina militar. - Eso era bueno. A Tercio le gustaban los militares: eran previsibles y -relativamente- fáciles de contentar. - Bueno, ya lo ha dicho la Hospitalaria: controlad lo que decís cuando habléis con ellos. Si no os importa, dejad que Vladymir y yo pidamos la información táctica, quizá podamos conseguir algo de apoyo extra. - No es que quisiera imponerse o "liderar" el grupo, tampoco le importaría, más bien le preocupaba, y seriamente, la que Arlan pudiera liar como repitiera su presentación ante el Comisario o cualquier otro oficial, o si les hacía ponerse a discutir otra vez entre ellos delante de los militares, o si soltaba cualquier ironía fuera de lugar delante de un alto cargo que tiene que pedir ayuda después de perder varios escuadrones y le mandan 6 novatos que pasaban por allí. "Seguro que lo mejor que le puede pasar es que fracasemos, así son los políticos". Tercio, si en algún momento lo había hecho, dejó de parecer entusiasmado.

- Lazerus, ¿me acompañas? Es para que me ayudes con mis armas. - Le dirigió una sonrisa cortés intentando desentrañar su expresión tras la máscara y le invitó a su celda.

La novicia acompaña a su superiora hasta su celda, donde se siente más cómoda, más segura.

Celda de la Hospitalaria Eulogis

La Scythia asentía a las palabras de su superiora

- Gracias por su confianza, hermana. Haré lo que me habéis pedido tal como me habéis pedido. ¿Hago una copia del informe para vos también?

Debería recoger rendimiento ¿solamente?

- Queréis que haga una valoración también de su comportamiento? Puede que sea importante a la hora de trabajar en el grupo y, por tanto, de su provecho final...

Cuando Eulogis terminó de hablar ella hizo una pequeña inclinación con la cabeza

- El emperador nos protege. Guardó unos segundos de silencio ¿Necesitáis algo más de mi?

Arlesha escucho paciente todo lo que Itsua tenia que contarle, cuando terminó suspiro y frenó el gesto de mover negativamente la cabeza ante un nuevo pinchazo de dolor.

-En doce horas nos esperan en Sepheris Secundus....genial...¿quien levantó la mano para que nos regalaran esto? No es un buen momento para nada de eso. No nos conocemos aún.

Arlesha se levantó con cuidado y comenzó a caminar hacia fuera de la habitación -Seguiré tu consejo Itsua, intentaré que el dolor de cabeza se me vaya...voy a descansar un rato.

-Sepheris Secundus...genial...-la oyeron hablar por lo bajo justo cuando atravesaba la puerta.

- "El informe es sólo para la Inquisición. Sin embargo, cuando volvamos a vernos, me encantaría escuchar el relato de lo sucedido en la mina Gorgónida.

Incluid en el informe todo cuanto creáis relevante: actitud, carácter, competencia, lealtad, fe. Nunca se es demasiado minucioso cuando se trata de un informe sobre personal al servicio de la Inquisición.

Ahora, id a preparáos para la misión. Rezaré por vos.

El Emperador Protege." -

La novicia asintió

- El emperador protege. Dijo como despedida antes de marcharse a su habitación a hacer un austero equipaje, como austera era su habitación y su doctrina de vida.

Llevó un par de prendas de ropa, mudas básicamente, y algo para estar lo imprescindiblemente decente. Lo que llenaba, sin duda, su equipaje, eran sus armas, nunca eran suficientes y menos si se iba a una zona hostil.

Cuando estaba todo preparado, lo dejó cerca de la puerta de su celda y se dirigió a la cocina, con suerte, le darían algo que llevarse al viaje. Teniendo en cuenta que no tenía nada de dinero...o mendigaba en la nave, o lo hacía una vez fuera de esta. Aquí, al menos, tenía confianza. Buscó a alguien...algo que la pudiese ayudar en la cocina.

- Tras preparar su equipaje, la Hermana Scythia se dirige a la cocina para conseguir algunas raciones de campaña.

Busca a alguno de los autómatas que trabajan en la cocina.

- Buenos días. ¿Podría darme algunas raciones de comida para viaje?

Esperaba que esa orden fuese suficiente...¿cómo darle explicaciones a un autómata?

El tosco cyborg se pone en movimiento y extrae de un expendedor que reza "Raciones de Campaña" una cajita de cartón gris con el sello del Munitorum, el departamento de intendencia de la Guardia Imperial.

La caja contiene siete tubos estilo pasta de dientes, pero llenos de pasta nutritiva. Raciones de campaña estándar para una semana.