Partida Rol por web

La caminata fue larga, tediosa y aburrida. lo que se espera de la vida de un tecnosacerdote, en realidad.

Por fin, tras 6 horas de deambular de aquí para allá, transportes aéreos y paseos a pie, el grupo había llegado a su nuevo destino, aquel polvoriento cuartucho repleto de cajas y más cajas.

Lazerus analizó con ojo clínico ( el único tipo de ojo que tenía) la estancia, cuando depronto el espejo situado en el extremo opuesto de la sala comenzó a fluctuar, la imagen del grupo sustituida por otra muy distinta.

[Es evidente que nos hallamos ante una sala de autopsias del Ordo.] susurró Lazerus señalando lo obvio. [Lo que no entiendo es qué esperan de nosotros.]

Los susurros no eran algo a lo que Lazerus acostumbrara a sus camaradas. En realidad, el vocosintetizador no podía permitirle susurrar, sino que redujo considerablemente el volumen de salida de su voz, para evitar que el hombre presente en la otra estancia, fuera donde fuera, lo oyera.

Aquel eterno pasillo sin fin no ponía nerviosa a Arlesha. El final no estaría lejos, tal y como así fue. El suave siseo de la puerta al abrirse le indicó que los estaban observando desde que llegaron allí y que probablemente no hubiera nadie detrás de aquella puerta, sino más pasillo.

Se equivocó en parte, no había más pasillo pero si alguien, aunque no directamente en la pequeña habitación a la que la puerta les dio paso.

No podía negar que todo era distraidamente siniestro. Miró a sus compañeros de reojo y solo Lazerus se aventuró a hablar ante aquella visión.

-Averigüemoslo... -susurró Arlesha y acto seguido dio un par de pasos hacia adelante entrando en la habitación.

Los habían traído hasta aquí y tendrían una razón, ahora solo quedaba conocerla.

Detuvo sus pasos más o menos en mitad de la habitación e inclinó su cabeza a modo de formal saludo ante aquella figura que los vigilaba desde detrás del cristal, esperando una reacción por su parte, mientras escuchaba como sus compañeros se movían a sus espaldas, entrando tal vez tambien en la habitación.

Itsua, tras el largo periplo por la ciudad, suspiró aliviado al llegar a su destino. Cuando el elevador los condujo a las profundidades y pudo observar el largo corredor y el juego de luces, fue consciente del juego psicológico al que les estaban sometiendo. Sonrió ante la ingenuidad del mismo, aunque advertía que en su simplicidad podía resultar efectivo. Oscuridad al frente y detrás. Una única dirección en la que avanzar y en la medida que se hacía, sus pasos se difuminaban en la recién generada negrura. Una habitación abandonada como destino final y un falso espejo tras el cual parecía hallarse quien tal vez pudiera darles una indicación.

- [Es evidente que nos hallamos ante una sala de autopsias del Ordo. Lo que no entiendo es qué esperan de nosotros]

- Averigüémoslo...

Itsua sonrió y no pudo evitar su propio y socarrón comentario.

- Tal vez necesiten más cuerpos. Espero que no sean los nuestros.

Por fin estaban fuera del piso, y aunque el trayecto, como en todas ocasiones, les costó horas por un motivo u otro, al menos estaban haciendo algo.

Transportes, códigos, túneles, y habitaciones misteriosas. Después de las tres semanas de inactividad, Tercio esperaba algo más directo en la "acción", en la forma que fuera. Así, resultó normal que su reacción a la escena fuera acercarse al cristal, intentar atraer la atención del medicae del otro lado y decirle:

- Ya estamos todos aquí. Por favor, empiece ya con lo que sea.

El camino hasta aqui ha sido extenuante y nuestro recibimiento es a lo menos extraño.

"Habria esperado Adeptos desatentos, Inquisidores que nos desprecien y cosas como esas, pero una autopsia es demasiado."

Al escuchar y ver a nuestra lider del grupo actuar, me quedo un poco mas atras y en un movimiento lo mas disimulado posible, palpo donde esta uno de mis revolveres para tranquilizarme con su presencia.

"Espero que cuando dijeron que viniesemos preparados no se hayan referido a que haran que servidores intentes asesinarnos como prueba. No me interesa, estoy listo para todo. Demostraré que merezco ser parte de la Inquisicion y que soy digno de la confianza del Dios-Emperador."

Espero atento a todo lo que este a mi alrededor.

TAURON FAITH:

- Te fijas en que el abrigo de cuero del hombre oculta placas de blindaje en su construcción, y que el bulto bajo su brazo no puede ser sino un arma de algún tipo.

La figura en la cámara gesticula hacia vosotros con una mano enguantada para que os acerquéis al cristal y, tras un estallido de estática, su voz sale desde un pequeño altavoz en el techo.

- "Bienvenidos, Acólitos, soy el Medicae Interrogador Sand y vosotros sois la sangre nueva, ¿verdad? ¿Valiosas adiciones a nuestra guerra secreta? Bueno, ya veremos, nada más lejos de mi intención que poner en duda el juicio de mis superiores, ¿eh?

En cuanto al asunto que nos trae aquí, represento a los sagrados Ordos de la Inquisición Imperial a la que todos servimos. Nuestros amos me han escogido para asistiros en la investigación de un asunto de interés que hace poco ha salido a la luz de forma inesperada.

Oh, sí; para vuestra información, en estos momentos os encontráis en las profundidades del Templum Mori, el hogar de los muertos en el que los Señores del Prefecta Mortem tienen su corte, y donde los caídos y perdidos de la gran ciudad se registran y cuentan. No os sorprenderá, por tanto, saber que os encontráis aquí para ver un cadáver; dudo que sea el primero que véis, ¡pero es, digámoslo así, bastante singular!" -

TERCIO VERIDIO:

- Te fijas en que el abrigo de cuero del hombre oculta placas de blindaje en su construcción, y que el bulto bajo su brazo no puede ser sino un arma de algún tipo.

El Interrogador Sand tira a un lado la sábana gris para revelar el cuerpo diseccionado y eviscerado de un humano adulto.

Mientras sigue hablando, los servocráneos salen de vuestro ángulo de visión para regresar después acarreando desagradables especímenes en jarras y tubos de ensayo aferrados en sus diestros calibradores de bronce, mostrando cada uno de ellos por turnos para vuestro estudio.

- "Ahora si sois tan amables de prestarme un momento de atención...

El cuerpo ha sido identificado de forma positiva como el de un tal Saúl Arbest, varón, 23 años de edad, trabajador de colmena, certificado como trabajador no cualificado. Anteriormente de la leva Tantalus, habitación registrada: cámara 6/23 bloque 7-17# División Coscarla, zona sur, Colmena Sibellus.

Se encontró al sujeto fallecido en el sistema ferrocarril de tránsito de la colmena media hace tres días cuando el tren regresaba a cocheras. El examen preliminar en la escena sugería que la muerte se debía a una sobredosis. Sin embargo, el examen post mortem realizado por los biologis forenses reveló ciertas anomalías que obligaron a nuestra participación.

La causa real de la muerte fue de hecho un fallo sistémico total provocado por un rechazo tisular a causa de un órgano sintético implantado. Dicho órgano destruyó su sistema nervioso central al intentar controlar la respuesta inmunológica.

En resumen: esto..." -

- El servocráneo muestra una sencilla jarra en la que se puede ver una blanquecina cuerda de unos diez centímetros de longitud compuesta de ondulantes zarzillos, aún en movimiento, aún vivos.

Tercio se acercó al cristal para verlo mejor, con curiosidad morbosa.

- ¿Qué hubiera pasado si... si no lo hubiera rechazado?

Vladymir observó el especimen y el cadaver diseccionado con frialdad. En el campo de batalla habia comprendido que todo lo bueno o malo de un ser humano se perdian cuando su alma era arrebatada de su cuerpo. Y que, en cierta forma, el cuerpo carente de alma era una carcasa putrefacta en descomposición. Por lo que, en lo posible, siempre era mas saludable fisica y mentalmente el quedarse con los recuerdos o los objetos materiales del difunto antes que el tener que considerar como sagrado una masa que tarde o temprano acabaria descomponiendose.

"-Eso parece una lombriz carnivora de trinchera. La solian coger los reclutas o los soldados de las Fuerzas de Defensa Planetaria que no hacian caso de sus superiores y vestian en pantalones cortos o sin las botas de seguridad. Si no se arrancaba a tiempo podia terminar hospedandose en la pierna o cintura del incauto y requerir atención medica."

- "...esto acabó desde dentro con su vida.

¿Para qué sirve? Desconocido, pero en mi opinión, su función es, en una palabra, "control" - control neuronal y sináptico, tal vez peor.

También se encontraron otros injertos y operaciones quirúrgicas menos singulares; un pulmón reemplazado por una cavidad de almacenamiento oculta, probablemente para su uso como correo. También, un nervio óptico extirpado, piel arrancada de su estómago, no tengo ni idea del por qué. Su sistema está inundado de restos alquímicos, agentes coagulantes, supresores de dolor y similares.

La cirugía se ejecutó de forma experta, pero a juzgar por las lesiones y el estrés tisular sufrido, dudo que hubiese alguna preocupación por que fuese indolora. De hecho, teniendo en cuenta el daño sufrido por sus cuerdas vocales, yo diría que chilló durante tanto tiempo como fue capaz de ello.

Pero lo que nos preocupa es este pequeño monstruo. Oh, no hace falta que estéis familiarizados con el saber genérico ni con el edicto del Omnisiah, sólo debéis saber que no sólo es ilegal, está prohibido, es herejía. El mero hecho de traficar con este tipo de tecnología oscura es suficiente como para que el Sagrado Ordos, los Arbites o los Mechanicus dicten una pena de muerte.

Y estoy seguro de que vosotros, al igual que yo, os preguntaréis cómo es posible que algo tan vil y peculiar haya acabado enganchado a la espina dorsal de un prole anónimo de sub-colmena.

Bueno, a la Inquisición también le interesaría saberlo.

El hombre no tenía antecedentes criminales previos, se le consideró inválido para la leva - fue despedido, si lo preferís, hace ahora sesenta días y su hermana, una tal Lili Arbest, residente del mismo bloque habitacional, informó de su desaparición hace treinta y dos días. Estoy seguro de que estaréis de acuerdo conmigo en que es tiempo más que suficiente como para meterse en toda clase de problemas.

Estos injertos tienen una antigüedad máxima de ocho o diez días como máximo. No sabemos nada más sobre él.

Esta investigación deberá realizarse de forma encubierta, sin ninguna participación oficial ni notificación a las autoridades locales, y tampoco sabrá nadie vuestro paradero.

Coscarla está Colmena abajo, por lo que una aproximación encubierta atraerá mucha menos atención que ir derribando puertas a patadas, y es mucho menos probable que destruya alguna pista que nos lleve hasta nuestro hereje.

Descubrid el por qué y el dónde si podéis... mejor aún, descubrir el cómo. Aún mejor, descubrid al responsable. Id con la gracia del Emperador. Ah, y sería una bendición si nos podéis proporcionar muestras adicionales." -

Tercio retrocedió, algo decepcionado con la idea del "control mental". Le hubiera gustado oír que con ese gusano se hubiera convertido en un monstruo mutante asesino de dos o tres metros de altura. Aunque si tenían que buscarlos y cargárselos, mejor que no.

- ¿Eso es todo? ¿Nos puede dar algo más de información sobre... esa cosa o sobre la misión? - dijo señalando al gusano, aunque en realidad tenía ganas de empezar.