Partida Rol por web

Intius escuchó atento las palabras del Adepto Asclates que los había reunido a todos en la sala para comunicarles algo al parecer importante, probablemente el resultado de todas aquellas pruebas que habían tenido que pasar desde su llegada. Se alegró al oír su nombre como nuevo acólito, aunque su rostro no varió mucho y tan solo hizo un gesto afirmativo de agradecimiento hacia el Adepto al escucharlo. Su compañero Titus también había sido admitido.
Más sorpresa le supuso el rechazo al cuestor, del que al fin sabía al menos el apellido. Von Braun. Pensó que de los tres le parecía el más preparado, pero quizá su extraño carácter fuera decisivo a la hora del resultado obtenido. Aún así habían decidido darle una oportunidad y admitirlo dentro del grupo como aspirante.
Una vez dicho eso la mirada del Adepto se centró en los compañeros veteranos que les habían guiado y acompañado hasta ese momento. Al parecer formaban parte de un antiguo grupo ahora disuelto y desde aquel momento todos ellos junto a los nuevos formarían una nueva célula al servicio del Inquisidor Globus Vaarak.
Las siguientes palabras hicieron estremecerse al arbitrador. El Adeptos había pronunciado su nombre de nuevo, esta vez nombrándolo líder del grupo. Intius no pudo esconder su sorpresa y miró a sus compañeros en busca de una explicación, sobre todo de los más veteranos. Hacía mucho que no se sentía ni noble ni arbitrador y mucho menos se sentía preparado para acometer aquel cargo.
Tras los momentos iniciales de sorpresa e inquietud Intius se recompuso. Había aprendido a ser disciplinado y también a seguir órdenes, aunque no le parecieran oportunas, así que cuando el Adepto terminó de hablar Intius volvió a asentir y sintiendo en aquel momento todos los ojos sobre él terminó por romper el silencio que reinaba tras las palabras del Adepto.

-Es un honor inesperado del que espero estar a la altura para gloria del Emperador. Escuchemos el mensaje entonces.

Intius supuso que eso era lo que todos quería escuchar, cual sería su próxima misión. Tenía muchas cosas que hablar o preguntar, sobre todos a los veteranos pero esperaría a escuchar el mensaje del Inquisidor.

Un servocráneo mensajero sale de un nicho y levita hasta aproximarse a la mesa alrededor de la que se sienta el grupo de Acólitos y el aspirante probatorio.

El servocráneo emite un sonido electrónico peculiar y proyecta una imagen:

++ "Saludos Acólitos. Soy el Inquisidor Globus Vaarak. El propio Gran Inquisidor Zerbe y el Adepto Asclates os han recomendado, por lo que he decidido aceptaros en mi séquito inquisitorial.

Esta será vuestra primera misión a mi servicio.

Debéis viajar al mundo feudal de Acreage para investigar una serie de ataques de carácter antinatural perpetrados contra los habitantes de la ciudad de Olrankan. Los ignorantes lugareños cuentan historias sobre monstruos y demonios, pero es tarea vuestra dilucidar la posible veracidad de estos relatos. Las evidencias sugieren que se trata de la obra de algún tipo de culto de la muerte.

Partid sin más dilación hacia Acreage; ya se han hecho todos los preparativos para vuestro viaje. Descenderéis sobre el puesto avanzado imperial conocido como la Isla del Emperador, situado a poca distancia de la ciudad de Olrankan. A partir de aquí deberéis proceder con suma cautela y no desvelar vuestra identidad, pues en esta misión no contaréis con mi ayuda y desconocemos el alcance del poder de vuestros enemigos.

Espero noticias de vuestro éxito." ++

Por fin el examen ha acabado. La verdad es que no esperaba esta clase de pruebas para servir al Emperador, pero obviamente sus siervos de mayor confianza no pueden ser idiotas ni estúpidos. Es una manera limpia de filtrar las posibilidades presentes. Sea como sea, he logrado triunfar esta primera prueba y estoy feliz de haberlo hecho a la primera instancia. El examen comenzó muy rudo y noté como fallaba cuando las series de códigos se escapaban de mi mente no precisamente para plasmarse en el pergamino, pero logré poner las cosas en su lugar y dar todo de mi con buenos resultados. Usé la frialdad en la que me sumo cuando debo cumplir una misión y, como siempre lo ha hecho, funcionó.

Ahora soy un acólito en pleno derecho y puedo dar mi mejor esfuerzo para luchar en contra de los enemigos del Imperium, por lo que debo comenzar a escuchar más los consejos y actuar de la manera apropiada, aun me cueste mucho debido a lo que estoy acostumbrado. Siempre he trabajado solo o utilizando al resto, esto no me será fácil pero debo poner de mi parte.

Intius también aprobó el examen y es nombrado Líder del grupo. No tenía idea de que estuviesen buscando alguien para llevar al grupo y la verdad es que me siento muy aliviado de no haber sido elegido, pues es mucha responsabilidad para alguien como yo, que solo desea servir lo mejor que pueda. No sirvo para el trabajo en equipo dudo ser capaz de dirigir a uno, por lo que me parece excelente la decisión de nuestros superiores.

El otro miembro, ahora identificado como Cuestor von Braun, no lo logró. No me extraña pues la dificultad del examen situaba aquella posibilidad como la más probable, pero por otro lado no me apena pues el tipo no me cae bien y no ha hecho nada para revertirlo.

Finalmente se nos dan los detalles de la misión que nos probará. Ir a un mundo y desentrañar los detalles de asesinatos atribuidos en primera instancia a entes sobrenaturales pero que nuestros superiores piensan es obra de asesinos fanáticos. No lo sé aun y no pierdo tiempo ni pensamientos en cosas cuyos resultados se escapan aun de mis capacidades. Lo que no se puede no ayuda y lo que no ayuda estorba, por lo que debo concentrarme en el procedimiento y conseguir la información que necesitamos en el campo. Esa es mi especialidad, eso y matar.

- "Esta tarde la lanzadera negra les dejará en la estación orbital principal que orbita entorno a Escintilla, en órbita geosincrónica sobre la colmena Tarsus.

Mañana a primera hora parte su nave, un carguero de línea que hace una parada en Acreage.

Un consejo: el Inquisidor Globus Vaarak es del tipo de Inquisidores que valoran especialmente la discreción. Si quieren causarle buena impresión deberían no solamente cumplir con éxito esta misión, sino además ser capaces de hacerlo sin revelar en ningún momento su condición de Acólitos del Sagrado Ordo Hereticus." -

El servocráneo proyectó la imagen del que sería su nuevo superior. Resultaba un hombre un tanto grotesco con varias modificaciones en su cuerpo, pero Intius había visto bastantes cosas extrañas durante su vida como para alarmarse. La misión estaba bastante clara, así como el deseo de proceder con cautela y discreción. Deseo refrendado después por las palabras del Adepto Asclates.

-Gracias por el consejo. Contestó Intius. Haremos todo lo posible por mantener nuestro anonimato. ¿Alguna instrucción más?

Si el Adepto Asclates no tenía nada más que decir sería el momento de hablar con sus compañeros sobre la misión, sobre todo con los experimentados pues ya sabrían como proceder, cosa que Intius desconocía.

Y ahí tenían su primera misión en meses. Aquello también le recordaba en parte a la anterior misión... Otro culto secreto que operaba en las sombras de la sociedad de aquel mundo.

"Hecho de menos éso de la Guardia... No había secretismo ni delicadeza, el enemigo estaba enfrente, y ganaba el que más potencia de fuego y habilidad tuviera, nada más..."

Sin embargo, aquel era un servicio más elevado que realizaría con orgullo, y no pensaba fallar. Al menos, ésta vez esperaba que nadie se fuera de la lengua más de lo necesario. 

-Gracias por el consejo, adepto Asclates. 

- "Lamentablemente, no tengo más instrucciones o información que darles. Esto es todo." -

Prestó atención al mensaje. Un nuevo trabajo de la mano de un grupo inexperto como tal, donde las confianzas deberían trabajarse y las mutuas habilidades compenetrarse en aras a un fin común. Pero la practicidad debían imperar frente a cualquier otra eventualidad ya cualquier necesidad futura que ya se resolvería llegado el caso.

-Adepto Asclates, ¿se nos proporcionarán los medios necesarios para ocultar nuestras identidades antes de desembarcar en nuestro destino? ¿Y se nos facilitará munición o la posibilidad de nuevo armamento así como protecciones?

- "Se les ha proporcionado a todos un Cognomen personal con una identidad "auténtica" como mercenarios de la Alianza Coblast. Son identidades sencillas con sus mismos nombres oficiales. No se requiere más, pues al parecer a Acreage acuden rutinariamente mercenarios de baja ralea.

Respecto a medios materiales, lamentablemente no puedo facilitarles gran cosa. Su Inquisidor no es precisamente rico y desde ahora todos sus gastos correrán de cuenta del Inquisidor Globus Vaarak, incluyendo el coste del transporte en el carguero de línea que les llevará al planeta Acreage, que sin duda es elevado.

De mis propios recursos puedo facilitarles mantas, sacos de dormir, mochilas sencillas y sobres de sopa en polvo.

Recuerden que la Inquisición espera de ustedes que sepan salir adelante por sus propios medios. Por otra parte, ir excesivamente equipados puede hacerles llamar la atención entre los zarrapastrosos mercenarios que se encontrarán en Acreage." -

- No se preocupe, Adepto Asclates, llevaremos a cabo la misión con la máxima discrección posible - respondí después de conocer el objetivo de la misión.- Lo que podáis proporcionarnos será más que sufiente.

Si en aquella misión no podían revelar que eran acólitos de la Inquisición el que más sencillo lo tenía era el Cuestor pues no era más que un “aspirante probatorio”. Eso era lo que había dicho el Adepto Asclates, al igual que también había dicho que tan solo tenían hasta la tarde para prepararse.

Apartó la manga que cubría su crono y al ver la hora cabeceó. Todavía debía deshacer lo que había hecho días atrás. Tenía que recoger todo lo que había colocado en su nueva habitación para volver a meterlo en la mochila. Además tenía que ducharse, cambiarse de ropa y limpiar el uniforme antes de guardarlo. No podía llevar puesto un uniforme de oficial del Munitorum si tenía que hacerse pasar por un mercenario de baja ralea –algo que a Xerxes no le entusiasmaba-. Luego, si todavía le quedaba tiempo, no le vendría mal pasarse por la biblioteca para buscar información y estudiar.

- Voy a prepararme- informó.

Ya poco quedaba allí por escuchar y de quedar algo seguramente no era necesario que todos estuviesen allí para escucharlo. Además todos los allí presentes tenían boca, además de oídos, y podían decir perfectamente al resto lo que habían escuchado si había algo más que escuchar. Mientras, los que no se quedasen, podían dedicarse a otras tareas igualmente importantes para la misión.

- “Diversificación de las tareas…”- pensó.

Sí, definitivamente quedarse allí era una pérdida de tiempo. Así que tras informar de que se iba a preparar salió por la puerta del comedor no sin antes echar un vistazo atrás para ver a los que allí quedaban y a lo que allí podía haber habido pero no había.

Von Braun, murmuró Itsua cuando el miembro del Munitorum se fue. Era el nombre dado por Asclates para referirse al único que no solo había mantenido para sí su identidad, sino también fracasado en su prueba. 

-Adepto Asclates, ¿dónde podemos recoger el material que nos ofrece? No seré yo quien desdeñe su oferta.

-Le agradezco también ése material, adepto Asclates. Coincido con Itsua, deberíamos recogerlo para estar listos pronto-dijo el guardia imperial, mientras veía salir a Von Braun de allí.

"Mi olfato me dice que nos va a dar problemas... Bueno, si verdaderamente no vale para ésto, no me cabe duda de que ese culto que buscamos puede dar buena cuenta de él..."

Intius no tenía nada que recoger, sus pertenencias las llevaba encima a excepción del chaleco y la porra que no había vuelto a ponerse desde que había llegado.

-Gracias por el material, lo recogeremos con gusto donde y cuando nos digan. Dijo secundando a sus compañeros.

Intius no iba a desperdiciar ningún tipo de ayuda y menos sin saber aún exactamente a lo que iban a enfrentarse. Pero los materiales no le preocupaban especialmente, ahora le preocupaba a lo que tenía que enfrentarse como jefe de aquella misión. No sabía como debía actuar, ni siquiera conocía lo que podía hacer cada uno de los hombres que estaban allí.

-Cuando hayáis acabado de recoger vuestras cosas y estéis listos nos reuniremos de nuevo. Miró a los tres veteranos. Necesitaremos vuestra guía y consejo pues ya habéis estado antes en misiones y tenéis la experiencia de la que nosotros carecemos en este tipo de misiones. También me gustaría que todos conociéramos nuestras distintas habilidades para poder usarlas lo mejor posible.

Dicho esto dejó que se fueran a organizar sus cosas y esperó a que terminaran. Sería importante conocer a todos los integrantes del grupo si querían terminar con éxito su misión.

- "Esta es la llave de la celda A11. Allí encontrarán uniformes informales típicos de los mercenarios adscritos a la Alianza Coblast, así como mantas, sacos de dormir y mochilas sencillas. Cojan lo que necesiten.

En cuanto a las raciones, pueden llevárselas de la cocina. En las alacenas deben de haber sobres de sopa soluble en agua y de copos de nutrigachas.

Una cosa más: En la celda A11 encontrarán varias taquillas con la llave puesta. Si quieren, pueden usarlas para guardar lo que no quieran llevarse.

Les deseo éxitos. Recuerden: el Emperador Protege." -

Te hago por aquí la tirada para buscar información útil sobre el planeta y la ciudad a la que vamos en la Biblioteca del Bastión. A ver si esta vez tengo más suerte con la tirada de Inteligencia xD

Los detalles de la misión fueron revelados y nuestro itinerario está completamente definido. El Adepto Asclates nos da indicaciones claras de qué hacer, cual es el perfil que hay que adoptar, cual es el protocolo a seguir y cuales son los objetivos a conseguir. Nada más que eso necesito para llevar a cabo mi misión.

"Coblast. Conozco ese nombre. Jamás habría pensado que era una tapadera de la Sagrada Inquisición. Son conocidos en el medio y se dice que son extremadamente buenos. Ahora seremos nosotros. ¿Quién lo diría?"

Tendremos las cosas básicas para sobrevivir y cada uno tiene sus propias armas para defenderse. Es el momento de obtener esos insumos básicos y partir lo antes posible. Tenemos una misión que cumplir y ser estático no es una opción para mí.

 - "¡El Emperador protege!"-Susurro para mis adentros después de que el Adepto termina. Estoy intentando encontrarme nuevamente con mi olvidada Fe. Cuando pequeño, mis padres me inculcaron la Fe al Dios-Emperador pues eran siervos devotos, pero después de su deceso, olvidé su importancia para dedicarme solo a la venganza. Este es el momento de comenzar de nuevo y hacer las cosas bien, por lo que volver a adorar es un gran comienzo.

Intius recogió la llave que les tendía el Adepto Asclates y antes de que este se marchara se despidió de el con el mismo saludo.

-El Emperador Protege.

Se dirigió a la celda A 11 y escogió un uniforme de mercenario de su talla. También cogió una mochila y metió en ella una manta y un saco de dormir. Después, en su celda, se quitó su ropa y se puso el uniforme, al que añadió el chaleco y el cinturón con los cartuchos de su escopeta. Escondió el cuchillo y las nudilleras lo mejor que pudo y se colgó el garrote a la cintura. El resto de sus cosas las metió en la mochila y se dirigió a la cocina donde sacó todos los sobres de sopa y nutrigachas y los dividió en seis montones, uno para cada miembro del grupo. Dejó los suyos sobre la mesa y esperó a que el resto llegara para guardarlos.

TRANSCURREN LAS HORAS.

- Tras despedirse, el Adepto Asclates se retira.

- Intius Varnias recoge en la celda A11 un uniforme informal del Coblast, una manta de campaña, un saco de dormir, una mochila sencilla, diez raciones de nutrigachas y diez de sopa en polvo.

- Un servidor os avisa de que la lanzadera está preparada y zarpa en menos de treinta minutos.

Salí de la estancia un poco después de que Intrius lo hiciera y fui hasta la celda A11. Me puse uno de esos uniformes que nos habían dado para la misión y depsués cogí todo lo que había que pudiera llegar a ser útil: una mochila, una manta y uno de esos sacos de dormir. Con el uniforme puesto, que por cierto me sentaba estupendamente, fui a la cocina a por las raciones para el viaje, aquella sopa en polvo que se dejaba comer y las omnipresentes nutrigachas.

" Maldita sea, creo que las tiraré por una de las escotillas de la nave ¡No hay manera de librarse de ellas! " - pensé mientras las guardaba.

Revisé rápidamente mi equipo y todo parecía estar en orden. Ya estaba listo para lo que fuera y estaba ansioso por abandonar el Bastión de una vez.