Partida Rol por web

-Si. Lo entiendo. Dijo cansado. -Eso es lo que necesitamos, salir a la superficie. Repitió.

-¡Emergemos! Ordena. A la asustada tripulación.

Y entonces, casi sin previo aviso.... un ruido horroroso sacudió todo el submarino, haciendo que todos perdieseis el equilibrio. Lo conocíais muy bien, porque no era la primera vez que oíais algo así, al menos los que llevabais más tiempo navegando bajo las aguas, y el grito que oísteis a lo lejos, no tardó en confirmároslo.

-¡LA MAMPARA DE POPA HA CEDIDO! ¡EL AGUA ESTÁ ENTRANDO POR LA SALA DE MÁQUINAS! ¡EL AGUA ESTÁ ENTRANDO!

El submarino entero tembló de un lado a otro. Max había intentado ponerlo en marcha, pero no había conseguido nada porque si el agua había entrado, todos estabais condenados.

Ahora había que sellar los compartimentos por donde estaba entrando el agua. Sin embargo, mientras tanto, el submarino empezaba a inclinarse peligrosamente hacia atrás, por donde estaba la vía de agua.

Derek salió corriendo hacia la sala de máquinas con clara intención de sellar el compartimiento. No obstante y pese a las fuerzas que sentía en sí interior, las piernas no daban de si, todavía estaba entumecido por la presión que había sentido allí afuera. 

- ¡Rápido, hay que sellar las zonas inundadas! - Gritó ansioso mientras se dirigía a su objetivo.

-Sellar, si. Sellar. Salio a la carrera adelantando a Derek. Max se sentía revitalizado, sus piernas  parecían responderle mejor que nunca.

No hay otra cosa que pueda romper más los nervios... que ese ruido, el del agua entrando a presión en la caja de acero que es un submarino; un torrente de agua imposible de detener.... Más por instinto que por otra cosa, desesperado, Johann salió corriendo hacia popa; había que cerrar la escotilla que separaba el segmento más a popa, y aislar allí la inundación, y esperar que el mamparo resistiese la enorme presión, pues... el casco está constuido para resistir la presión de tantas atmósferas a esa profundidad, pero lo mamparos intermedios, no...  Joder... llevaban demasiado tiempo a esa profundidad...

-¿Nadie en la sala de popa??

... gritó antes de ayudar a Max con la escotilla; había que hacer fuerza para cerrarla contra el corrente de agua, y eso, una sola persona, era complicado que la hiciese...

-¡Rápido! ¡Puente! Compensen usando el lastre ¡Que no se inunde el cuarto de las baterías!!

Más que nadie, sabía todo lo malo que le podía pasar al submarino... Bueno, los demás lo sabían, pero él conocía mejor las causas de los males que les podrían pasar a partir de ese momento....

Se giró a los mecánicos de alrededor...

-¡No os quedéis parados, joder!! ¡Quien no tenga nada que hacer, a la sala siguiente! ¡Preparad los equipos de respiración por si hay gases tóxicos! ¡Bombead al exterior el agua que se haya filtrado! ¡Vamos, vamos, vamos!!!!

-¡CAPITÁN! ¡Este mamparo no aguantará para siempre!

Max fue el primero en llegar. Ante él aparecieron los rostros desesperados de cinco compañeros que estaban trabajando en la Sala de Maquinas en el momento en el cual la mampara cedió, pero ni había otra opción, ni tampoco parecía que al "nuevo" Max le importasen en absoluto.

A pesar de los gritos para que no cerrase antes de que pudieran salir de allí, Max cerró la puerta y Johann la selló. La sala de máquinas estaba ahora, inundada y el submarino, inmovilizado.

- No hará falta... - Le dijo Strauss a Martin. - No hará falta nada. Simplemente súbenos a la superficie. - Añadió.

Strauss miró con aquellos ojos extraños a Martin. Sus ojos se habían tornado de color negro o más bien... más bien tenían una extraña sustancia que se movía en su interior. Una sustancia de color negro, viscosa en apariencia. Un extraño líquido aterrador. Strauss buscó la mano del jefe de máquinas y se la estrechó. Momentos antes de que aquel líquido, de que el virus comenzara a salir de su cuerpo para introducirse en el de Johann.

- Sólo dolerá unos momentos. - Le dijo en tono tranquilizador. - Sólo unos momentos... - Repitió.

von Agstein vio como pasaba por su lado Max, al poco Derek más renquante, y Johann salía corriendo con urgencia hacia la parte trasera. No sabía que estarían haciendo allí, pero desde luego, no quería verse allí con Derek, así que salió hacia su camarote, aunque su cuerpo le pedía lo contrario, ir a ayudar. Él no era el más capaz, y Johann si lo era. Pero tenía miedo de lo que estaba pasando, de Max y su motín, de Derek y esos ojos... 

Pasó sin demasiados problemas por el centro de control, de la que cogió su gabardina, ya que estaban preocupados por el problema de la sala de máquinas, y llegó a su camarote. Se cerró en él durante un par de minutos. Luego, salió, con su gabardina colocada, su Cruz de Hierro en su lugar, y la mirada centrada... 

Peter se encerró, febril, asustado, de lo que estaba pasando en su submarino. Abrió con la llave el cajón de las armas, cogió 4 de ellas, las cargó rápidamente, y se las metió en la gabardina, disimuladas. No sabía que podía pasar, pero se preparó, con la Cruz de Hierro, para morir como un hombre de honor, un caballero de rancio abolengo alemán. Vendería cara su vida... o no dejaría que eso se la tomara. Derek estaba mal, y Johanna también. No quería enfrentarse a ellos. 

Pero salió del camarote, y se quedó por allí, esperando lo que pudiera pasar. 

Mientras todo eso ocurría, el submarino empezó a balancearse peligrosamente hacia popa. El exceso de peso y los motores detenidos parecían tener ahora un efecto inmediato. El submarino estaba empezando a inclinarse y a caer, y teniendo en cuetna que allí abajo había una fosa... la caída podía ser larga, muy larga.

Todo se estaba inundando, pero a Johanna no parecía preocuparle. Tenían que emerger, como fuese. Fue a buscar al capitán, pero no estaba en su puesto, así que se dirigió al camarote esperando que estuviese allí. Cuando se encontró con él, lo miró a los ojos.

-Capitán, tenemos que salir de aquí. Rápido.

Aprovechó el balanceo del submarino para lanzarse sobre von Angstein.

-¡¡Joder!!

La popa va pesando cada vez más, y el equilibrio del uboot se está yendo a la mierda;.... pocas opciones hay... excepto...

-¡Derek! La sala de torpedos, a proa!!... ¡si se inunda, se compensará con la sala de popa! Solo hay que dejar abierta la recámara de un tubo, sellar la sala, y abrir el portón como si se disparase, para que entre agua !!

... medida muy desesperada, pero que puede equilibrar la nave...

- Haz lo que tengas que hacer. - Le dijo a Martin con mucha calma. Una calma desmedida y escalofriante. - Tú eres quien nos tiene que sacar de aquí. Y lo harás, pues la colonización empieza hoy. - Le sonrió mientras le miraba con aquellos ojos negros llenos de aquel extraño líquido negruzco, el virus.

Jefa, ¿puedo disparar? Iba armado con mi pistola, desde que me fui con Martín, asustado, desconfiando de todos, mitad por la cordura, mitad por lo del motín... Y lo que he visto...