Partida Rol por web

- Esperad, esto puede ser útil a cualquiera de vosotros. Es un amuleto encantado para dar protección a quien lo porte. Similar al que llevo yo a mi cuello. - Comenta al resto, mostrando ambos talismanes, al tiempo que ofrece al resto el de la bestia.

- Cogedlo y que alguien se lo ponga, le será de ayuda si hay mas seres como este por aquí... Por cierto, echad un vistazo por si hay trampas. No me creo que esa asesina deje su escondite sin protección. Al menos, antes de abrir la puerta con la llave. El que avisa no es traidor. - Proclama con tono interesante.

Guardo el arco, sin mirar a nadie, y saco mi gran espada.
Parecía que estaba algo oxidada con el uso del arco, y el haber errado los dos últimos y únicos disparos delante del resto de mis nuevos compañeros me avergonzaba.
 

Con espada en mano, y sin mirar a Jonathan le respondí a la vez que le mostraba el mío propio.
Yo ya tengo uno en mi posesión.
 

Y a la vez que lo vuelvo a guardar por dentro mis ropajes, investigo, como Jonathan había dicho por si encontrábamos alguna trampa u algo por la zona.

Mientras el resto se puso a inspeccionar la zona, hasta llegar a la supuesta puerta, El traductor permanecería rezagado y concentrado, haciendo su parte del trabajo, la parte arcana.

Jonatan dejame el amuleto un poco de proteccion nunca viene mal

Al ver a la bárbara ir a buscar trampas, decide hacer lo mismo por otro lado para abarcar más terreno. 

Debemos explorar la zona y luego probar a abrir la trampilla. Voy a ver si veo algo cerca de la trampilla.

Revisais la zona sin encontrar nada mas, ni detectar magia o posibles trampas.

Eorsten usa la llave de la asesina para abrir la trampilla.

Hileras de hongos pálidos crecen a lo largo de las paredes revestidas de ladrillos de esta catacumba. Hay una gruesa capa de barro en el suelo, numerosas huellas de tamaño humano a lo largo del centro mientras ovillos de setas amarillas crecen cerca de los bordes.

El druida se lanza heightened awareness de varita y se adentra en el corredor precedido de raptor. Ambos están muy alerta y el raptor olfatea.

Observo como el druida se adentra, y sin perder el tiempo, le sigo con la gran espada en mano, dispuesta a lanzarme contra el primer enemigo que encuentre en mi camino, y así acabar con la mala sensación de haber errado los disparos del arco.

¿Vas tu primero druida o prefieres que vaya yo?

- Vamos, Eorsten, o nos quedaremos detrás. - Avisa al paladin tras hacerle entrega del amuleto mágico sacado de la gárgola.

Mientras esperaba a que el resto avanzase, siguió concentrándose en su alrededor, buscando cualquier rastro arcano que pudiese percibir.

- Poco a poco, druida. Id revisando que no haya trampas en el lugar y yo haré la parte arcana. Además, necesitaremos algo de luz en este sitio tan lúgubre. - Anunció, mientras acariciaba el bastón que llevaba encima, aplicándole algún tipo de hechizo.

Al momento, una poderosa luz apareció, alumbrando lo suficiente para que el grupo pudiese seguir avanzando entre aquellos hongos que crecían a los lados del pasillo.

- Huellas en el suelo, abrid bien los ojos...

Ve delante mio si quieres Raudia, pero dejemos a Raptor hacer su trabajo y olfatear a lo que sea que se esconde aquí. Déjame observar estas pisadas un momento. A ver si puedo saber si son de hombre, mujer o que tiempo tienen. Si se hicieron con prisas quizá.

El elfo permaneció en mitad del grupo con el fin de que su gran capacidad de percibir lo que sucede, fuese útil al grupo.
- Llevaré yo la antorcha Raudia. Es mejor que vayas bien armada en cabeza.

Atentos a lo que ocurre cerca de vosotros, percibis como el raptor se tensa y Eorsten y Taio ven a unas criaturas humanoides, con tiras de carne morada pegadas a los huesos y ojos rojo sangre que aparecen entre las sombras para acercarse a vosotros ... van bestidos con restos harapientos de habitos y notais como la temperatura desciende ...

Eorsten coge su mandoble con fuerza y se prepara para acometer a las criaturas

Parecía que volvíamos a la acción, y con ganas, aferre la enrome espada mas fuerte.

El estar rezagado jugó mal a su favor. Aunque oyó las pisadas de aquellos extraños seres, el traductor se sorprendió al verlos, provocando que no actuará de forma rauda.

Dareon notó la presencia de seres a su alrededor, y mientras con en una mano mantuvo la antorcha, con la otra preparó una daga, esperando lo que pudiera pasar.