Partida Rol por web

Tras una fría noche, La Villa de los Escudos Rojos ha amanecido con una gruesa capa de nieve. Unos diez centímetros de grosor que no impiden el normal movimiento de las personas ni los animales al caminar. 

Los primeros rayos de luz comienzan a entra por las ventanas de la taberna y un par de gallos han realizado ya su primer canto. Unos fuertes golpes en la puerta de la taberna hacen que vuestros maravillosos sueños con Narta se terminen. 

¡Abrid la puerta! -grita un hombre-. ¡Venimos a acompañar a los que han de realizar su misión de escolta!

Tras varios segundos en los cuales os ha dado a volver a dormiros, el tabernero realiza el ruido mas infernal posible para un momento de resaca abriendo la sucia y vieja puerta chirriante. La cerveza de garrafón está dando sus frutos. 

Dos soldados entran en la taberna y uno de ellos vuelve a gritar.

¡AAAAAAAAAAAAAAAAAATENCIÓN! ¡Han de presentarse inmediatamente aquellos que se prestaron voluntarios para escoltar la caravana!

Tras el último comentario llega la pausa para que os presentéis ante los soldados. Sus voces han sido más que suficientes para despertaros.

Me levanto y bajo para ver que ha causado tanto alboroto. Al ver a los soldados, entiendo que nos estan buscando. Compruebo que llevo todo mi equipaje y le pido al tabernero un vaso y un cubo con agua. Mientras observo a los soldados desde la barra para ver de que animo se encuentran nuestras niñeras. Una vez que me los trae, me bebo el vaso de agua, cojo el cubo y lo reparto entre el semiorco y el druida para espabilarlos.

Te das cuenta de que los guardias simplemente tienen prisa por acompañaros.

Tras oir semejante alboroto me incorporo lentamente en la cama y me desperezo, hoy empieza otro viaje más que contar cuando sea una abuelita. Decido asearme un poco antes de ponerme la armadura, coger mi equipo y bajar para presentarme, aunque la verdad no tengo muchas ganas despues de una noche de comida caliente y techo.
 

-Buenos días caballeros, ¿nos van a dejar desayunar o tenemos que partir de inmediato? Creo que sabran que un viaje largo sin el estomago lleno es muy malo para la salud- Conforme termino de hablar me siento en una mesa y le hago una señal al tabernero para que me ponga algo de comer

Ya se encuentran en la sala Elena y Caudo. 

¡SIN GRITAR, JODER! ¿¡ACASO QUIERES QUE TE CORTE LA PUTA CABEZA!?

Le grito al soldado que esta chillando, sin saber muy bien donde estoy ni que hago aquí mientras preparo el hacha para atacar al humanito chillón.

Me cargo a este y a seguir durmiendo, no se porque me duele tanto la cabeza, ni porque coño estoy en una sucia taberna.

Mh... ¿ya? - el aviso del tabernero y los soldados me saca de mi estado de meditación.

Recogiendo mis cosas, salgo tranquilamente de mi habitación hasta que oigo el grito del semiorco. Muerto de hambre...

Una vez en la entrada, espero junto a los demás a que estemos todos los encargados de la misión para comenzarla.

Hace su aparición el elfo pícaro.

En la sala despiertos os encontráis: Caudo, Elena, Gran Shogie y Zarvion. 

Noto que algo me picotea la cara, me despierto con el que es quizás uno de los peores dolores de cabeza que haya tenido jamás, Nightwing (mi búho para el que no lo sepa) me despierta y me advierte de los gritos de los soldados.

- Quien me iba a decir que 50 años sin probar el alcohol me iban a terminar pasando factura.

Me incorporo y miro a mi alrededor desorientado, veo los soldados y a mis compañeros que han entrado en la sala.

Puto suelo entablado... ¡que duro es!

Por fin decido levantarme, aunque tengo el estómago hecho polvo me decanto por intentar desayunar algo, cuando estás acostumbrado a la vida en la naturaleza sabes que no se debe desperdiciar ningún momento para comer.

- ¡Tabernero! Quiero unas gachas, tocino y una jarra de cerveza para combatir el fuego con fuego, rápido que el tiempo apremia y estos señores parecen tener prisa en partir. - Digo mirando a los ruidosos soldados.

El tabernero os pone a todos algo de comer de lo que tenía en las sobras. Hace apenas unos minutos que ha empezado el amanecer y ni siquiera están los fogones encendidos. Algo de cecina y pescado seco junto con leche templada y pan es lo que os trae para que os sirváis. 

¡Señores! Tienen 10 minutos para comer. Un tal Gar está esperándoos con todo listo para partir. Una vez que os reunáis con el os daremos las últimas indicaciones. 

Los guardias esperan a que terminéis y los acompañéis. 

Le pido al tabernero un par de manzanas y salgo por la puerta para ir a la fortaleza para reunirme con Gar.

Al ver la imagen del druida siendo picoteado por un búho no puedo evitar reírme.

-Jajajaja, me extraña que con las borracheras que se cogen siempre en estos locales no hayan encontrado los druidas una pócima para estos despertares, jajajaja.

Ains, que bueno el jodido búho.

Mientras voy a la fortaleza, busco información sobre la guerra que esta teniendo lugar (contendientes, generales, motivo, etc) entre la poca población que pueda encontrar despierta a estas horas de la mañana (mendigos, guardias de patrulla, el panadero), aunque me tenga que gastar algún cobre por el camino.

No hay arma más poderosa que la información, al fin y al cabo.

Cuando llego junto a Gar le saludo:

-Buenos días, mercader. ¿Ya hemos empezado a cargar? ¿Necesitas algo de ayuda? Cuanto antes partamos, antes llegaremos a nuestro destino y menos se devaluara tu mercancia.

¿Comida o matar a la escoria humana que esta gritando?

Decido comer. Me acerco a la comida cojo cecina y leche para mojarla. Al tiempo que me guardo una parta mayor que la me corresponde en la bolsa, seguro que para el viaje me viene bien.

Mientras vas caminando oyes a algunas de las personas más madrugadoras conversar un poco sobre la situación actual que está viviendo la Villa. En resumen, algunas de las conclusiones a las que llegas son las siguientes:

1.- Muchas familias han perdido a sus seres queridos en la toma de Andrania y los pocos supervivientes se refugian ahora en Ánubel, en Tálynton y Los Puertos de Tyrton.

2.- Dicen los mercaderes procedentes de la Isla Orlum que Elainy, la hija del gobernador Dionus de Freeport,
ha sido secuestrada por los piratas.

3.- La sureña ciudad de Tálynton sigue en guerra contra la ciudad fronteriza de Shar. Por lo visto, nadie puede atravesar el paso hacia las Montañas de Hierro.

El mercader mira a izquierda y derecha y luego por encima de tu hombro esperando que llegue alguien más.

Errrmm... siiii... pero... ¿Tu no formas parte de un grupo mayor? Al menos eso es lo que me dijo Anaria anoche. Debería esperar a cinco pintorescos miembros de un grupo para partir. Tengo todo listo pero contigo sólo no voy a salir a ninguna parte. No tenemos escolta suficiente y menos si tu vas montado y por delante de la caravana.

Te señala un caballo marrón con manchas blancas que está atado en un poste cercano a la puerta principal cerrada de la fortaleza.

Habrá que esperar -dice mientras golpea el suelo con la punta del pie repetidas veces.

-Me adelante para ver si necesitabas ayuda, nada más. Mientras esperamos, ¿te importa que me acerque al animal para que se vaya acostumbrando a mi?

Al pararte a preguntarle al panadero local que está recogiendo varios sacos de harina de su almacén, consigues sonsacarle cierta información que puede serte de utilidad.

1.- El terrible Logadón y sus bandidos siguen asaltando a las caravanas de comercio. Sin apenas tropas, el gobernador Ánaur no puede hacer mucho por defender las rutas comerciales.

2.- Los habitantes tienen puesta su fe en los Sabios de Kárgudin (maestros de la sabiduría) que aconsejan en todo momento al Rey y apoyan a los ejércitos con su magia arcana.