Partida Rol por web

[D&D 3.5] El Caso de Nav Hidad

Capítulo 3. Un Plan Genial.

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12/01/2018, 16:38
Director

Todo estaba listo para que el dudoso plan de Shalt se pusiera en práctica. El humano le dio la llave de su pequeña casa de madera y le indicó como llegar hasta ella. Aunque era una aldea muy pequeña, Ripp y Shalt no habían coincidido demasiado desde la llegada del shaltiano al nav y mucho menos conocía cuál de todas aquellas casas casi idénticas era la suya.

Cuando Cavatina y Ripp abandonaron el calabozo y se internaron en la recepción, Ehaes Vadrud abrió un ojo y sonrió mostrando una vez más su boca mellada. No dijo nada, pero se intuyó en su mirada lo que pensaba de aquel plan genial ideado por Shalt y desde luego no parecía tener una opinión muy favorable de cómo iba a salir aquel asunto.

Ni Ripp ni Cavatina tenían ganas de discutir nada con Vadrud, por lo que no lo hicieron. Sólo tenían ganas de encontrar la casa del humano con cierta facilidad y aunque todo parecía indicar que sería una tarea compleja la encontraron de forma rápida. Ripp abrió la puerta con la llave color cobrizo que Shalt le había entregado. Se trataba de una puerta de madera a la que faltaba una capa de aceite, como al resto de aquella vivienda. Una vez en el interior pudieron observar el poco mobiliario que Shalt había conseguido reunir desde su llegada.

Una pequeña mesa junto a la cual se encontraba un único taburete se encontraba en una esquina de la estancia principal. Un baúl y un camastro con un colchón de paja se hallaban junto a la chimenea y una estantería donde parecían guardarse algunos manuscritos y otros objetos personales eran prácticamente todo el mobiliario de aquella morada.

En el suelo una alfombra tapaba el desigual embaldosado. El suelo estaba cubierto de baldosas de barro cocido, aunque lo cierto era que parecían llevar puestas allí más tiempo que la propia casa. Muchas de ésta faltaban y otras estaban rotas o levantadas dejando paso a la tierra húmeda y a alguna que otra hierba que crecía salvaje en el interior de la morada de aquel extranjero.

La visión del suelo hizo reparar en que hasta media altura, la pared estaba construida en piedra. Una piedra porosa cubierta en gran medida por musgo. Sin duda alguna se trataba de los cimientos de la vivienda original, los cuales fueron utilizados como la estructura base para levantar la nueva vivienda construida en madera.

Lo ya descrito y poco más salvo una alacena donde Shalt guardaba algunas provisiones y un recoveco en la pared junto a la chimenea que debía servir como horno eran los elementos que se encontraban en la casa del humano del oeste. No había ni rastro de letrina o tina para el baño, pese a que no olía especialmente mal. Fue entonces, al reparar en aquel detalle, cuando Ripp observó la argolla de la que Shalt le había hablado y procedió a hacer lo que se le había en cierta forma ordenado.

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12/01/2018, 16:54
Director

Todo estaba listo para que el dudoso plan de Shalt se pusiera en práctica. El humano le dio la llave de su pequeña casa de madera y le indicó como llegar hasta ella. Aunque era una aldea muy pequeña, Ripp y Shalt no habían coincidido demasiado desde la llegada del shaltiano al nav y mucho menos conocía cuál de todas aquellas casas casi idénticas era la suya.

Cuando Cavatina y Ripp abandonaron el calabozo y se internaron en la recepción, Ehaes Vadrud abrió un ojo y sonrió mostrando una vez más su boca mellada. No dijo nada, pero se intuyó en su mirada lo que pensaba de aquel plan genial ideado por Shalt y desde luego no parecía tener una opinión muy favorable de cómo iba a salir aquel asunto.

Ni Ripp ni Cavatina tenían ganas de discutir nada con Vadrud, por lo que no lo hicieron. Finalmente se marcharon dejando a Shalt solo en la zona de los calabozos. Tras darle algunos minutos al humano y la elfa oscura, Shalt decidió poner en marcha la segunda parte de su plan. Recogió sus pertenencias, que consistían básicamente en sus dos espadas y su látigo y una vez bien amarradas a su cinturón se puso en marcha.

 

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12/01/2018, 16:55
Ehaes Vadrud

- ¡Es una chapuza, chico! – Le reprendió Vadrud a Shalt nada más pisar éste la recepción de la oficina del alguacil. – Los Vigilantes no son idiotas. Van a ver algo raro en todo esto.

- Tranquilo, compañero. – Respondió el shaltiano. – Puede que parezca descabellado, pero tengo una corazonada acerca de…

Ehaes se puso en pie y caminó lentamente hacia Shalt mientras observaba su rostro con los ojos entrecerrados. Su extraña mirada y forma de actuar precipitaron que Shalt dejara su frase a medias y se dedicara en exclusiva a mirar extrañado lo que su compañero hacía. El veterano guardia giró la cabeza mientras no dejaba e avanzar y mirarle directamente.

Shalt revisó a su espalda por si algo estuviera pasando detrás de él sin saberlo, pero nada raro estaba sucediendo. Fue al volver a girarse hacia Ehaes cuando se fijó en que su expresión severa había virado hacia una mucho más jovial. Había levantado sus blancas cejas y volvía a lucir su característica sonrisa desdentada.  

- ¡Chico, que te ha pasado en la cara! – Rió con una fuerte carcajada mientras enderezaba la cabeza. – ¡Te ha dado bien ese animal!

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12/01/2018, 16:56
Director

No tenía por qué darle más explicaciones a ese excéntrico y senil guardia. Shalt salió de la oficina a la carrera internándose en el bosque. Nadie le vio. A esas horas tan oscuras y tan frescas nadie frecuentaba con asiduidad las calles de Nav Hidad. Regresó también a la carrera, pero tampoco nadie pudo ser testigo de sus actos. O bien todos dormían o bien estaban a sus asuntos.

Shalt se encaminó hacia la posada. El Reposo del Minero era uno de los edificios más altos de la aldea, pues tenía hasta tres pisos y estaba situado bien a la entrada de la misma. Shalt corrió hasta la entrada y abrió la puerta de par en par. Buscó con la mirada las chaquetas azul marino tres cuartos que lucían los vigilantes, pero lo cierto fue que aparte del mesonero, el señor Jozum, nadie más se encontraba en esos momentos en el salón de la posada.

Notas de juego

Marca solo tu pj en las respuestas!

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12/01/2018, 17:07
Ehaes Vadrud

Para cuando Dragor y Roht regresaron a la oficina del alguacil ya había anochecido del todo. Frente a la puerta de la oficina se encontraba estacionado un carruaje anclado a un caballo que era la única bestia que tiraba de éste. Nada más penetrar en la oficina se toparon con que Ehaes Vadrud se encontraba recostado sobre la silla tras la mesa de la oficina.

Aparentemente estaba dormido, pero nada más entrar abrió los ojos y algo sobresaltado se puso inmediatamente en pie. Respiró tranquilo al percatarse de que eran sus propios compañeros los que acababan de regresar de lo que fuera que estuvieran haciendo y sonrió aliviado mostrando su boca mellada.

- ¿Todo bien? – Preguntó el veterano. - ¿Algún plan alocado? ¿Vais a secuestrar a una cabra para interrogarla? – Vadrud comenzó a reír con ganas ante los impasibles rostros que tenía frente a él y que no parecían entender nada de lo que estaba diciendo, como por otro lado era normal.

- ¿De qué hablas, Ehaes? – Preguntó Melannyn.

- Nada, nada… - Meneó la cabeza y lanzó un manotazo al aire. – Shalt y sus cosas… - Sonrió de nuevo quedándose mirando con cara de bobo.

- ¿Dónde ésta? – Continuó preguntando el enano.

- Los vigilantes trajeron a Bruja Zorra y la dejaron con las gallinas. – Sonrió Vadrud. Le costaba mantener las carcajadas dentro de sí. – Luego Shalt le dijo a Ripp que se la llevara a casa y Ripp le destrozó la cara de un buen puñetazo. Shalt salió corriendo hacia el bosque. ¿Qué os parece?

Ehaes Vadrud ya no pudo aguantar más. Una sonora carcajada surgió de lo más profundo de sus ser invadiendo toda la estancia con su desagradable eco. ¿Qué había querido decir? No tenían ni idea, pero lo cierto era que parecía que Vadrud estaría riendo un buen rato y que difícil sería sacarle más información en aquellas condiciones.

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12/01/2018, 19:34
Dragor Melannyn

Eso no es serio, Ehaes. Hay una niña desaparecida y vosotros estáis de guasa como si nada pasara. - se quejó Melannyn.

Tenemos una pista. Se trata de un hombre vestido de rojo y con un saco. Nos ha informado el viejo guarda Markku Imrolt. Por lo que respeta al resto de vecinos no saben nada.

¿Verdad Roht? - buscó el apoyo del otro guarda. Dicho eso, quedó a la espera y no dijo nada más.

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12/01/2018, 21:22
Shalt Goldfind

Resoplando, enfiló hacia el posadero.

-¿Donde están los guardias de camino?- dijo con la urgencia clavada en su voz.

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13/01/2018, 02:01
Cavatina

Llegaron a esa "preciosa" casa, cuando entraron Cavatina arqueo una plateada ceja -Este pobre hombre necesita una mujer urgentemente- vio lo descuidada, vieja y sin gusto que estaba decorada la casa, con muebles viejos y bastante adustos -espero que no pase mucho tiempo aquí, o morirá de aburrimiento y pena- hizo una mueca.

Miro a Rippp y luego a la argolla -¡¡Oh vamos!! no me vas a encadenar ahí ¿¿verdad?? estoy atada ¿¿que voy a poder hacer?? si te hace más feliz sientate en la puerta, así no podre salir- retrocedía cada vez más, alejandose de la  argolla -piensa un segundo, se que eres capaz, si quisiese escaparme ya lo podría hacer hecho, en al oscuridad veo mucho mejor que tu y soy más rápida y más ágil, podía haber escapado, pero no lo he hecho, confío (casi escupió esa palabra que no existía en su idioma natal) en que me daréis mi libertad cuando todo esto termine, y por eso estoy aquí de buena fe, no creo que sea necesario atarme más, solo quiero sentarme sobre algo más cómodo que el frío suelo, llevo toda la noche en una celda gallinero- miro al hombretón con ojos suplicantes.

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13/01/2018, 14:46
Roht «Martillo Invencible»

- Dice la verdad. - Contestó en tono serio Martillo Invencible.

La carcajada y las risas del viejo no le hacían ni pizca de gracia. Ellos habían tratado de hacer su trabajo y pensaron que ir por separado sería lo mejor, después de todo solo tenían que coger información. Fuera como fuese, Roht no quería permanecer junto al viejo y sus burlas.

- Vámonos, Dragor. Aquí dormidos no hacemos nada, es mejor dejarle eso a Ehaes. Será mejor que vayamos a buscar al resto a ver que se cuece... - Comentó a su compañero enano.

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14/01/2018, 00:01

Ripp miró a Cavatina con cara de pocos amigos. La misma mirada que le había echado a Shalt antes de partirle de cara.

-Mira, drow -dijo cogiéndole por la muñeca-. He hecho parapetos de metro y medio con zorras negras como tú mientras me abría camino en la Infraoscuridad con mi viejo grupo de aventureros. Masticaría cristales antes que fiarme de una idiota adoradora de arañas, así que no me toques los cojones. 

Dudaba que Cavatina profesara ninguna fe a Lolth, pero dejó que le sacara de su error mientras la encadenaba a la argolla del techo tal y como había hablado con Shalt.

-Conservarás las vísceras dentro de tu cuerpo mientras mantengas tu parte del trato y ayudes a encontrar a mi hija. Haz una tontería y las drañas serán el paraíso comparado con lo que yo iba a hacerte. ¿Queda claro?

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15/01/2018, 14:06
Cavatina

Se revolvió y maldijo es su idioma natal todo lo que supo, enfureciéndose cada vez más y forcejeando cada vez más con las cadenas.

-Sabes tan bien como yo que el destino de tu niña esta en mis manos, vosotros dos tardaríais demasiado en rastrear nada, así que te aconsejo que no seas tan estúpido conmigo, o no seré yo la que lo pague- dijo mirándolo con sus ojos rojos -y si quieres pegarme... adelante, aun haré menos, tanto me da si me volvéis a encarcelar, sabes que soy vuestra única rastreadora y de aquí a que os manden uno nuevo.... igual es demasiado tarde para tu hija- sonrió.

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15/01/2018, 16:06
Director

El hombre que se encontraba detrás de la barra ni tan siquiera alzó la mirada ante la pregunta de Shalt. El humano frunció el ceño algo confundido tras ser ignorado de forma tan evidente y miró de lado a lado en busca de alguna explicación. Lo cierto era que el silencio reinaba en aquella sala completamente vacía.

Shalt decidió internarse en el establecimiento y caminó hacia Jozum, el mesonero. A medida que Shalt se acercaba se fijó en que aquel hombre permanecía concentrado en el concienzudo secado de una jarra de vidrio con un trapo que parecía de todo menos limpio. Fue cuando el extranjero en aquella región se colocó frente al mesonero justo del lado contrario de la barra, cuando éste se sobresaltó.

La jarra salió disparada de las manos de Jozum, quien trató de agarrarla en el aire. A punto estuvo de evitar que se precipitara contra el suelo en dos ocasiones, pero finalmente se le acabó de escurrir de las manos mojadas estampándose contra el suelo y haciéndose añicos. El hombre disgustado miró a Shalt severidad.

- ¡Me has asustado! – Le recriminó. – Podrías haber saludado antes de casi pararme el corazón… - Gruñó. - ¡Mira lo que ha pasado!

- ¡Hice una pregunta desde la puerta y fui ignorado! – Se excusó Shalt.

- ¡Soy duro de oreja! – Confesó el mesonero. Shalt entendió justo entonces su extraña forma de hablar y su alto tono de voz. – Puedo leer los labios, pero no escucho prácticamente nada.

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15/01/2018, 16:07
Rannarg Thunu

- ¿Qué ha sucedido? – Una voz procedente del piso superior interrumpió la conversación que estaba teniendo lugar en la sala.

Shalt miró hacia las escaleras mientras que Jozum, ignorando aquella voy y algo malhumorado y hablando por lo bajo se agachó para recoger el estropicio que se había creado. En la parte superior de la escalera se hallaba un hombre al que no había visto antes en la región. Se trataba de un joven de unos treinta años, con pelo corto y barba castaña. Una disimulada cicatriz recorría su rostro de arriba abajo, mientras sus enrojecidos ojos castaños le miraban con curiosidad.

- ¿Algún problema? – Preguntó el joven que lucía una chaqueta azul marino de tres cuartos.

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15/01/2018, 16:23
Ehaes Vadrud

- ¡Alguien tiene que quedarse aquí a guardar! – Gruñó Ehaes. - ¡Diablos? ¡No veis que tengo cien años en cada pata más que vosotros?

El veterano guardia parecía realmente molesto con aquellos dos nuevos reclutas. Se puso en pie y caminó hasta la puerta por la que a punto estaban de salir el enano y el gran trasgo. Les apuntaba con el dedo con cara de pocos amigos. Se notaba que las críticas que le habían lanzado no le habían gustado lo más mínimo.

- ¡Cuando lleguéis a mi edad, si seguís vivos y dedicándoos a este empleo, estoy seguro que haréis menos de lo que hago yo! – Continuó con su reprimenda el agente Vadrud.

En ese momento tanto Roht como Dragor, sin tener que articular palabra, quedaron de acuerdo en que lo mejor era marcharse de allí cuanto antes. De lo contrario podían caer en una discusión sin ningún fundamento y tampoco tenían ganas de escuchar un solo improperio más por parte de aquel loco.

- ¡Encontrarías a ese chiflado, a Shalt en la posada! – Les gritó mientras se alejaban de él.

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15/01/2018, 16:37
Director

Tras aquella discusión el silencio se adueñó de aquella estancia. Las miradas de uno y otra se clavaban como puñales, pero ninguno de los dos continuó con aquella vana discusión. Ripp tenía mejores cosas en las que pensar, su hija dependía de él en gran medida, pues los pasos que estaba dando la guardia del Nav no parecían ser demasiado fructuosos.

Por su parte, Cavatina tampoco estaba realmente interesada en discutir con aquel hombretón. Su principal preocupación era escapar de aquel lugar. Ya llevaba demasiado tiempo encerrada y en manos de terceros que parecían estar pasándosela como si de mera mercancía se tratara.

El silencio desveló que el techo de aquella chabola tenía goteras, pues se escuchaban las gotas caer sobre el irregular embaldosado de la vivienda en la que se encontraban. Eso les desveló también que había empezado a llover en el exterior. Ripp lo confirmó al mirar por la ventana y lamentándose para sus adentros, pues el agua sin duda borraría cualquier evidencia que aún pudiera permanecer en el exterior.

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15/01/2018, 19:32
Shalt Goldfind

-¡La Drow! ¡ha escapado!- gritó  señalando a la exterior.

-La muy zorra tenía una ganzúa en algún sitio guardado. .. ¡en cuanto me dí la vuelta me atacó con el taburete y salió corriendo!

Shalt sin duda era buen comediante. Se había acostumbrado a mentir en el momento en que se fué a vivir al país con el que su patria estaba enemistada hasta la más última consecuencia. Cuestión de supervivencia.

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15/01/2018, 20:01
Rannarg Thunu

- ¡Mierda! – Exclamó aquel joven. - ¿Dónde ha ido?

Cerró el puño y golpeó contra la barandilla de la escalera. El joven vigilante se rascó la nuca mientras apretaba los dientes y gemía aparentemente enfadado. Miró a Shalt de forma severa mientras meneaba la cabeza y suspiraba.

- Mierda… - Dijo de nuevo. – ¡Rahill, Voran! – Alzó aún más la voz. – La elfa oscura ha huido!

En se escuchó un estruendo en el piso superior. Como si alguien sentado en una silla la arrastrara tras verse sorprendido. Pasos rápidos y gritos ininteligibles se pudieron escuchar durante unos instantes, los otros dos vigilantes se apresuraban a recoger sus cosas y ponerse en marcha para salir a la caza de la drow.

- Mi nombre es Rannarg Thunu. – Dijo el joven que descendió junto a Shalt. – No es culpa tuya, compañero. Esas ratas son realmente hábiles y manipuladoras. 

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15/01/2018, 20:27
Shalt Goldfind

-Eso díselo a mi cara... se lamentó acariciándose el mapa que ahora tenía por rostro.

-Se escapó en dirección al bosque... ¡Seguidme! gritó saliendo a la carrera del establecimiento. Con prisas se dirigió hasta el puesto de guardia de donde había venido.-Se fué corriendo en esa dirección. Señaló en dirección al bosque, justo en dirección sus pisadas.

-La seguí unos pasos, pero la muy puta es rápida como una liebre, la estaba perdiendo a ojos vista y consideré que lo mejor era venir a advertiros antes que seguir adentrándome y acabar perdiéndola mintos después...

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15/01/2018, 21:01
Voran Tak

- No hay nada que hacer. – Dijo entonces el más veteranos de los tres. – Perseguir a una alimaña como esa en medio del bosque y con la luz de la luna como única guía es todo un suicidio. – Concluyó escupiendo un gargajo al suelo.

Se trataba de un hombre ya anciano. Portaba una larga barba blanca y el pelo blanco escaseaba sobre su cabeza, uno de sus ojos era azul y el otro estaba cubierto por un parche. Su rostro se mostraba agrio. Sin duda le dolía lo que acababa de suceder y estaba realmente enfadado pese a que intentaba contenerse.

 

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15/01/2018, 21:01
Rahill Rakro

- La encontraremos mañana, Voran. – Dijo entonces el tercero de los vigilantes.

Éste era un hombre clavo de barba castaña con tonos cobrizos. Parecía de los tres el más nervioso. Miraba de un lado para otro tratando de localizar algo, no sabiendo ni el mismo el que. Miraba a Rannarg y luego a Voran. En una ocasión miró incluso a Shalt girando la cabeza y riñéndole con la mirada, aunque más bien parecía que se debía a cierto temor a la reacción que el veterano vigilante podía tener que al hecho en sí de haber perdido a la elfa oscura.