Partida Rol por web

[D&D 3.5] El Destino de Lucarrion

Capítulo 3. Muchas Dudas, Ninguna Certeza.

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18/09/2018, 14:46
Narrador

No podían saber si las palabras de Wilhermina iban en serio o era que simplemente trataba de esa forma de quitarse las sospechas de encima. Ninguno de ellos podía estar seguro de que la Directora no estuviera en el ajo de todo aquel asunto que se presumía tan turbio. Al fin y al cabo el primero que había levantado sospechas era el propio Rargzorg y ella al fin de cuentas estaba un eslabón por debajo de él.

Fuera como fuera, le hicieron caso y abandonaron la sede de la Cofradía de Magia y Hechicería. Estiraron la puerta de los aposentos de Rataxes y descendieron las escaleras hasta la planta baja. No se toparon con nadie en su camino hasta la salida y ni en la entrada se hallaba un solo guardia custodiando la sede de la Cofradía. Algo que también les extrañó bastante. De nuevo se hallaban en la plaza mayor del distrito de Altozano a la espera de que el bueno de Sir Alois regresara junto con los otros dos compañeros de misión.

Todos dudaban bastante de que a esas alturas hubiera ya dado con ellos, por lo que empezaron a pensar en que si no era mejor idea refugiarse en algún lugar hasta que el caballero de la orden Rubí regresara. A altas hora de la noche como era el caso, la temperatura había refrescado bastante y una densa neblina había hecho su aparición en escena. Si Alois no aparecía pronto acabarían empapados y resfriados y esa sin duda no era la mejor manera de iniciar un viaje.

Ya tenían medio decidido el lugar al que debían marchar a la espera de noticias del Sir cuando lo cierto fue que para sorpresa de todos, el nuevo y renovado Alois apareció junto con el enano y la elfa. Se había dado bastante prisa, algo asombroso en aquel veterano. Lo cierto fue que llegó al lugar con la cabeza alta y la mirada decidida. Era como si algo hubiera cambiado al viejo Sir por un hombre mucho más orgulloso y seguro de sí mismo. A todos les extraño aquel cambio salvo a uno de los presentes, pues horas atrás ya había dado los primeros síntomas de que algo había cambiado en su interior.

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18/09/2018, 14:55
Sir Alois

Lo cierto fue que en menos de media hora desde que Sir Alois se marchara en busca del enano y la elfa, regresaba junto a ellos. Todo un logro para alguien como él acostumbrado a la derrota y la humillación. Las tres figuras encapuchadas se acercaron por una de las calles que desembocaba en la plaza marchando Sir Alois a la cabeza.

- Aquí estamos. – Dijo aquel veterano una vez surgió su figura de entra la niebla. – Creo que he sido bastante más rápido de lo que cabía esperar. O acabáis de salir de la torre de la Cofradía o es que queréis coger un catarro. – Bromeó.

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18/09/2018, 14:56
Innos Tharan

- No esperaba tanta urgencia. – Intervino entonces Innos. – Os habéis mostrado muy desconfiados antes en las dependencias del palacio. – Ladeó la cabeza para automáticamente volver a enderezarla. – ¡No os andáis con chiquillas! Eso me gusta… - Añadió.

El enano parecía preparado para el viaje. Había empaquetado bastantes enseres personales que portaba en un abultado hatillo sobre la espalda. Aquellos bártulos hacían que aquel miembro de la raza enana pareciera del doble de tamaño. Del hatillo sobresalían cacerolas, una cuerda enrollada, una linterna, un paquete de velas y como no, su hacha enana que colgaba no se sabía muy bien de donde. 

Si algo se podía decir de aquel enano, no era que no fuera un ser precavido. Tenía bastante claro que el viaje iba a ser largo y no quería tener que necesitar nada que hubiera dejado olvidado en su hogar. Al menos eso parecía. Ahora sólo quedaba ver si aquella enorme cantidad de equipaje no sería un lastre y acabase por retrasar la marcha más de lo debido.

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18/09/2018, 14:56
Liadrel Rethrir

- Bien… - Liadrel resoplo justo antes de bostezar de forma ostensible. - ¿A qué viene esta urgencia por una reunión clandestina a estas horas de la noche? ¿Algo que debamos saber? ¡Y por Lux, vamos a un lugar que no me cale de humedad hasta los huesos!

Al contrario que Innos. Liadrel parecía tener mucho más claro que para realizar un viaje largo, lo primordial era la comodidad. La elfa portaba una mochila a la espalda y sus armas colgando de su cintura en el interior de sus vainas. Mucho más práctica que el enano, aunque quizás, bastante menos previsora. Sólo el tiempo le daría la razón a uno y se la quitaría al otro.

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06/10/2018, 10:20
Sir Haldir

Haldir abrió la boca para proponer una reunión en casa de Sir Alois, pero recordó un momento después el estado deplorable en el que había quedado la ya de por si desvencijada residencia de su mentor. Los catarros no eran un problema que no pudiera solucionar con un par de rezos, pero no era cuestión de enfermar por enfermar. Y de todas formas la calle no era un buen sitio para discutir del itinerario del viaje. 

—¿Por qué no buscamos una taberna tranquila y lo hablamos al amor de la lumbre? —propuso Haldir, evadiendo de momento la pregunta de la elfa quejicosa. 

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07/10/2018, 18:16
Gambrinus

Mientras esperaban a la elfa y al enano Gambrinus estuvo dándole vueltas a un tema en su cabeza. ¿Hasta qué punto podía confiar y en quién? ¿Sería alguno de sus compañeros un infiltrado? ¿Importaba realmente tomar precauciones o estaba realmente vendido? Sabía que si se ponía a hipotetizar, encontraría razones para desconfiar de cualquiera.

Y lo mismo podrían hacer ellos de ti.

¿Qué hacer entonces? El mediano pensó y pensó y casi sin quererlo la respuesta acabó llegando hasta él. La misma respuesta a la que llegaba siempre desde que el Evento Verde le cambió. Dejar de ser como Borgrim y comportarse como el auténtico Gambrinus. Y así lo haría.

Me parece bien—dijo el mediano asintiendo a las palabras de Sir Haldir—, pero es mejor que abandonemos Aventria. Acercaos a mí. Sólo serán unos segundos.

¿A dónde ir? Menos al sur, qué más daba. Primero solventarían el problema de la llave y entonces tomarían la ruta de Rataxes.

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09/10/2018, 16:39
Narrador

Y en un abrir y cerrar de ojos dejaron de estar en aquella densa neblina había desaparecido por completo y aunque seguía siendo de noche, al menos no hacía tanto frío. Se hallaban en una calle totalmente diferente a la que se encontraban instantes atrás. De hecho se trataba de un callejón sin salida lleno de canastos, cajas de madera y restos de fruta y verdura podrida.

Gambrinus les dijo que habían sido teleportados a Tricia, su lugar natal al norte de la capital. Un lugar en el que nunca o casi nunca pasaba nada y donde los oídos ajenos no iban a ser un problema al menos a priori. Fue entonces cuando el mediano le pidió al grupo que le siguiera. Al dar la vuelta a la esquina se toparon con una posada algo desvencijada con un cartel que colgaba de un poste y que rezaba, “El Mesón”.

Una vez penetraron al interior de aquel local, fueron testigos de que desde luego tuvo tiempos mejores. Lo cierto era que el mobiliario estaba muy desgastado, la escasa luz tan solo conseguía que el local estuviera en penumbra y eso quizás era adrede, pues estaba solo un poco más limpio que una cuadra. Todas la mesas estaban vacías y a no ser porque el mesonero se encontraba tras la barra, se podría decir que el establecimiento estaba cerrado.

- Buenas noches caballeros… - Carraspeó. – Y señoritas… - Dijo abriendo de par en par sus diminutos ojos.

Se trataba de un hombre de unos cincuenta años. Calvo sin bello fácil a parte de las cejas. Era de complexión delgada, aunque lucía una abultaba barriga cervecera. Abrió la boca mientras empezaba a contar con el dedo los comensales a los que tendría que servir. Cuando reparó en Gambrinus, este rezó porque Marlei no le reconociera. El viejo mesonero no había cambiado nada desde que el mediano abandonó la ciudad y en cambio éste era una persona totalmente diferente.

- Pueden escoger mesa… - Dijo señalando la sala vacía.  – ¡La que quieran! – Exclamó. – Tenemos estofado de pato, guiso de verduras y pezuñas de cerdo con garbanzos y patata. De beber lo que deseen…

Gambrinus respiró aliviado. Entre su corta vista, su nula memoria y el cambio físico que había experimentado desde que se marchara de la ciudad, parecía que aquel estúpido mesonero no le había reconocido. Al menos de momento.

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09/10/2018, 16:41
Liadrel Rethrir

- Vamos a la mesa del fondo... - Sugirió la elfa. - Esa de ahí que tiene una lámpara con cuatro de sus doce velas encendidas. ¡Todo un lujo!... - Ironizó. Miró entonces al mesonero. - Para mi estofado y hidromiel, por favor... 

Liadrel tan solo esperaba no encontrar una uña humana o un dedo entero en su comida. Miró a Gambrinus con severidad. No importaba que dijera lo que pensaba. Para el mediano y también para el resto era obvio que le estaba recriminando haberlos llevado a un lugar como aquel. ¿Es qué no podía haber escogido otro sitio? ¿Uno que estuviera limpio al menos?

- ¿No se te ha ocurrido nada peor, no? - Preguntó y sin esperar la respuesta se encaminó hacia la mesa.

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09/10/2018, 16:46
Innos Tharan

- A mi ponme uno de cada... - Dijo Innos. - Y que no falte cerveza, de esta ronda me encargo yo... - Ofreció el enano. Dio dos pasos para seguir la ruta de Liadrel, pero entonces se detuvo ante Gambrinus. - Es un poco tiquismiquis. No te preocupes, a mi si me gusta este sitio. Es familiar y nos da la intimidad que necesitamos. - Y entonces soltó una carcajada.

El enano avanzó hacia el fondo del local chocando con sus bártulos contra las mesas de una manera ruidosa. Finalmente logró llegar a la mesa del fondo y dejó caer de forma pesada sus enseres sobre el suelo de madera que retumbó como mil diablos a la vez que levantaba el polvo del suelo. Entonces Innos volvió a reír de forma desmesurada.

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12/10/2018, 22:35
Sir Haldir

Haldir no tenía claro en qué momento habían aceptado a teleportarse a Tricia. En lo que a él respectaba, prefería hacerse con la copia de la llave antes de marchar. Pero decidió no entorpecer la operación evitando la teleportación o mostrando su descontento.

Gambrinus había elegido, al menos, un lugar tranquilo y alejado de oídos curiosos. Dado que la elfa y el enano habían hablado suficiente -demasiado, para su estado actual de ánimo, decidió acompañarlos en silencio a la mesa que habían escogido. Decidió que sería el mediano el encargado de exponer el asunto.

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14/10/2018, 21:20
Niren

Niren había quedado muy decepcionada de que aquella torre tan alta no tuviese un tobogán como medio para descender. Malditas fueran las aburridas escaleras. ¡Qué gente más sosa! Aunque al menos aquello se medio compensó con un método extravagante de viaje por parte del mediano.

«La próxima vez tenemos que probar a tirar una bomba de humo y reir malévolamente antes de irnos» pensó por un instante aunque enseguda lo descartó; la elfa seguro que no se apuntaba «Lástima»

Y hablando de la elfa, tan sólo esperaba que no les hubiese tocado la típica que con la luz del sol se desconchaba o lo iban a pasar mal. Ella por todo y ellos por dolor de cabeza.

—Créeme, a mí si se me ocurre algo peor... —masculló torciendo ligeramente el gesto con la expresión de alguien que acaba de recordar una repulsiva receta hecha a base de ojos de tritón y patas de araña—. En comparación esto es un palacio.

Si aquella taberna le parecía mala tendría que haber conocido en la que Tavriss la había citado a ella, probablemente hubiese muerto nada más tomar la primera bocanada de aire en su interior. Claro que ya era mucho llamarlo "aire".

Como el enano ya hacía más ruido que todo el grupo junto, decidió no decir nada más y sentarse. Exponer cosas era una de aquellas tareas que le habían encasquetado a Gambrinus en el paquete. No es que lo envidiase, pero simplemente en aquel momento no sabía por dónde empezar a explicarle a aquellos dos el galimatías con el que se habían topado.

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21/10/2018, 12:10
Gambrinus

He elegido un lugar discreto y donde a nadie se le ocurriría buscarnos—repuso Gambrinus—. Y si sois capaces de esperar diez minutos, donde nadie podrá espiarnos por ningún medio mágico. La investigación en las dependencias de Rataxes no ha dado los resultados que esperábamos. O quizás sí, pero también ha revelado que estamos en una posición delicada. Lo suficiente como para pensar que en Aventria estamos en peligro y que no podemos confiar en nadie.

No caigas tú también en ese error.

Sir Haldir, Niren, si gustan en explicar a nuestros compañeros en lo que termino mi sortilegio...

El mediano cerró sus ojos y comenzó su conjuro. Las energías arcanas comenzaron a arremolinarse en torno a él y símbolos arcanos se dibujaban y se esfumaban por doquier.

Notas de juego

Lanzo Sanctasantorum privado de Morderkainen en la taberna.

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21/10/2018, 13:35
Sir Haldir

—No hay prisa —dijo Haldir devolviéndole la patata caliente a Gambrinus—. Cuando termines.

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21/10/2018, 15:04
Narrador

Una vez el mesonero les sirvió todo lo que habían pedido, Gambrinus acabó de conjurar su sortilegio. Aparentemente nada había cambiado alrededor del grupo. Seguían en el mismo sitio y sentados alrededor de la misma mesa. Los alimentos que les había proporcionado el establecimiento, así como la bebida seguía allí, no obstante, para quien si se había producido un cambio era precisamente para los que se encontraban fuera del área de influencia del conjuro.

Desde fuera, el área donde se sentaba aquel variopinto grupo de viajeros recién llegados, se había transformado en una oscura masa brumosa. Ni un solo sonido salía del interior de aquel extraño campo mágico y nadie podía acceder a través del mismo. Desde luego ni el mesonero ni ninguno de sus trabajadores se atreverían tampoco a intentarlo. Por contra, desde dentro si veían con normalidad lo que sucedía del otro lado. 

El mesonero, la cocinera y dos mozos se habían arremolinado alrededor de aquella masa brumosa oscura y trataban de localizar algo a través de la misma. Parecían desorientados y confusos y desde luego bastante asustados. No todos los días, pasaba algo así en la taberna de uno...

Notas de juego

Alguien que haga un breve resumen?

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31/10/2018, 12:21
Narrador

Entre Niren y Sir Haldir pusieron al corriente acerca de todo lo sucedido durante la reunión con Wilhermina en la cámara de Rataxes. Todo lo que encontraron, o más bien no encontraron. La llave de la cual hicieron copia antes de viajar a través del plano astral hasta el lugar donde ahora se hallaban, el mapa torpemente escondido que halló Sir Alois y comentaron también las suspicacias que sentían sobre todo aquel asunto. 

Fuera como fuera, ahora estaban metidos hasta el cuello en aquella extraña búsqueda. Aunque no sabían muy bien si Rargzorg y la princesa Mena les ocultaban información o no, si Rataxes había huido como realmente les habían contado en busca de aquel peligroso objeto o si simplemente era un engaño del Rey y su corte, que querían realmente de ellos, o si Wilhermina estaba también en el ajo o si había ajo alguno... tenían por delante una misión de difícil resolución, pues para empezar no tenían ni la más remota idea de por donde empezar a buscar.

Innos parecía bastante más confiado que Liadrel. Daba por bueno todo lo que les habían contado, pues no creía que tuvieran que ocultarles nada dado que si querían realmente llevar a cabo alguna acción delictiva o poco moral, tenían todos los medios a su alcance para contratar asesinos, espías y todo tipo de rufianes de los que necesitaran sus servicios. En cambio al elfa si veía algo extraño en todo aquel asunto.

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31/10/2018, 12:28
Sir Alois

- Bueno... todo eso está muy bien... - Dijo entonces Sir Alois. - Pero al fin y al cabo hemos aceptado el encargo y con suspicacias o no, tenemos que empezar a investigar. Rargzorg, el Rey... nos exigirán resultados. Además, si tan peligroso es el objeto que busca Rataxes... habrá que impedir que lo obtenga. ¿No es así? ¿Por dónde empezamos a buscar?

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03/11/2018, 16:03
Niren

Niren había tenido que "asomarse" para recoger y poner en la mesa lo que los desconcertados camareros intentaban traerles desde fuera pero no sabían cómo. Creía que se suponía que no debían llamar la atención pero aquello era demasiado cómico como para no disfrutar de ello.

¿Qué? ¿No han oído hablar aún del minotauro ciego?—comentó mientras lo hacía con una sonrisa de oreja a oreja—. Es la última moda en juegos de cartas. ¡A ver si nos modernizamos!

El caso era sembrar la confusión. Nunca había suficiente confusión.

¡Qué gran pregunta!—rió entre dientes una vez se hubieron ido todos y pudo sentarse tras estar todo en la mesa—. Sería estupendo tener la respuesta idónea. ¿Vosotros teneis alguna sugerencia después de oir todo esto?

Miró por un instante al enano y a la elfa y subió y bajó las cejas un par de veces rápidamente. A decir verdad sólo tenían un mapa, un "hay que encontrar algo que se robó en alguna parte de un sitio muy grande" y poco más.

Dejó el aire jovial y se acodó sobre la mesa apoyando la mejilla en una mano con gesto algo más serio.

—Yo tengo un contacto de los que me ayudan a buscar información cuando ando detrás de algún tesoro, por si sirve de algo el dato... —añadió observando a los demás—. Pero no tengo claro hasta qué punto estais de acuerdo con "compartir" según qué cosas con nadie. Aunque siempre está la opción de preguntar de formas "creativas".

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06/11/2018, 10:35
Sir Haldir

Sir Haldir se encogió de hombros, haciendo crujir su armadura.

—No tenemos nada. Estamos literalmente buscando la aguja en el pajar —respondió de mal genio a Alois—. No se me ocurre otra cosa que rehacer el hipotético camino que hiciera Rataxes y preguntar en las tabernas que pudiera alojarse y en las casas de postas que pudiera utilizar. Si llamamos su atención y envía a alguien para intentar matarnos, podríamos devolverles el favor y hacerles alguna pregunta sobre la persona que los contrató.

»Preguntar a tu contacto, Niren, si es que confías en él, me parece una forma tan buena como cualquier otra. Quizá no haya oído hablar de Rataxes, pero sí del artefacto que busca. 

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09/11/2018, 18:16
Gambrinus

No hay otro curso de acción posible. Tenemos que seguir la hipotética ruta de Rataxes hasta encontrar alguna pista de su paradero—dijo Gambrinus reafirmando las palabras de Sir Haldir—. Pero no descartéis que alguien distinto sea quien nos ataque. Alguien manipuló las dependencias del mago y no podemos asegurar que fuera el propio Rataxes.

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12/11/2018, 19:08
Liadrel Rethrir

- Podríamos empezar preguntando por las tabernas y las posadas del camino hacia las Du-Haib. - Dijo de pronto la elfa. - ¿Qué opináis? ¿O a caso tenéis alguna otra idea? 

Liadrel parecía hablar sin demasiadas ganas. Lo cierto era que parecía que no corría sangre por sus venas. Si bien Rargzorg les había dicho que era una mujer que sabía cuidar de sí misma y que les sería de utilidad, de momento al menos, no lo estaba demostrando.

- Eso nos dijeron. - Se encogió de hombros. - Que preguntáramos...