Partida Rol por web

[D&D 3.5] El Paso del Demonio

Capítulo 3. Carretera a Terhes.

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25/10/2019, 22:28
Guideon

Guideon reconoció de inmediato el hechizo que estaba lanzando Nindra y esbozó una sonrisa zorruna. Conocía los detalles del conjuro de modo que no se inmutó al ver aparecer la cuerda que parecía conducir a ninguna parte. Ayudó a subir a Nindra, echando un vistazo en el interior de su falda. Lamentablemente, no encontró lo que buscaba: hacía tanto frío que la maga se había puesto pantalones bajo el vestido para estar caliente. 

Algo decepcionado, pero no menos excitado, Guideon trepó tras Nindra con más rapidez que dignidad. La maga se tumbó y agitó el trasero en su dirección. Aquella era una posición que Guideon conocía bien: había tomado a la mayoría de sus amantes de esa manera, especialmente a Fara. Había experimentado muchas otras cosas distintas en sus encuentros con Nindra, pero tal vez en este caso no iba de experimentar sino que prefería algo más... rápido. Guideon no tenía nada en contra de eso. Pensaba que iba a reventar, y quizá los enanos no se tomaran a bien que desaparecieran durante mucho tiempo.

La hubiera tomado allí mismo pero...

—Voy a necesitar ayuda con esto antes de nada —dijo tratando de deshacerse de su armadura frenéticamente.

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25/10/2019, 22:25
Alderic

El viaje había sido relativamente bueno de no ser porque se habían visto obligados a dejar sus armas en custodia de los enanos. Alderic había tomado nota de quienes las llevaban para recuperarlas en caso de que intentasen una huida, y se había mantenido callado durante el viaje... nada difícil dada la cháchara de los enanos y la de Nindra. Al menos "Margarita" mantenía su historia y no intentaba darle demasiado color, y en algunos momentos el asesino se preguntó si no sería su propia historia con los nombres cambiados. Prestó especial atención al ánimo de Lurzca y los enanos cuando el tema a tocar fueron los trasgos, pero aparentemente a sus custodios le importaba poco la sangre de la guerrera o consideraban que por estar con ellos no sería un problema.

Cuando finalmente pararon para acampar el humor de Alderic no era el mejor, si había calculado bien el desvío por el mapa que llevaba Lurzca, cualquier retraso en su liberación por parte del magistrado les causaría problemas. Thyga parecía nerviosa, y él había aprendido que no era su trabajo el contenerla si no quería hacer enfadar a la mestiza. Sin embargo la infanta se había sentado peligrosamente cerca, y afortunada mente Nindra se había interpuesto entre ambos y cotilleaba con ella como si estuvieran en una reunión de la corte. Y para colmo de males uno de los enanos se puso a cantar el romance de Rovanan y Tarkan, la canción favorita de uno de sus carceleros enanos en su infancia y una de las primeras torturas a la que fue sometido.

Cuando llegó el capitán, Alderic agradeció la distracción, había estado observando a los enanos que no tomaban y anotando mentalmente sus posiciones. Si llegaban a intentar una huida por la noche tendrían que neutralizarlos antes, eso si era que los demás enanos realmente caían, había visto proezas del pueblo de la piedra con el alcohol que nadie podía emular. El asesino se acomodó para escuchar al enano, atento al momento en que empezara a afectarlo el alcohol y dispuesto a servirle tantas jarras de hidromiel como hiciera falta... hasta que Guideon dejó claro que esa noche no huirían.

Su amigo se acercó, se excusó, y se llevó a Nindra con claras intenciones de olvidarse del resto del mundo por lo que quedase de la noche. La chica se sonrojó, se disculpó, y se fue al lado del sacerdote charlando como si estuvieran en un jardín de palacio. Alderic los observó caminar un momento y se preguntó hasta que punto había sido buena idea dejar que esos dos se encamaran. Se encogió de hombros y miró al enano - ¿Y donde queda el Thog Freshart? he llegado a la zona hace poco y no estoy familarizado con los alrededores. - Si era necesario darle charla al enano para que sus compañeros retozaran, lo haría. La charla le importaba poco, pero al menos pasaría el tiempo y le daría lugar a Murron y a Lurza de calmar a la Infanta.

 

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25/10/2019, 23:40
Nindra

-Claro -dijo, solícita. 

Se acercó a él, pero en lugar de aflojar las correas, se lo comió a besos. Pensó de qué modo sería más fácil quitar todo lo que Gideon llevaba encima y dada la impaciencia que mostraba, tenía que hacerlo despacio o los nervios acabarían por hacerlos estallar. Le pidió un poquito de paciencia y conjuró otra vez, un truco sencillo que hizo que todos (todos) los cinturones y hebillas que llevaba el sacerdote encima se aflojaran a la vez.

Antes de ayudarle a retirar la coraza o las piezas que lo cubrían, Nindra llevó la mano al interior de sus pantalones aflojados por el conjuro y se rio cuando encontró lo que buscaba. 

-Quiero tu bendición, Gideon -susurró mordiéndose el labio inferior mientras rodeaba su miembro con la mano y apretaba suavemente la erección.

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26/10/2019, 00:02
Guideon

El gruñido que soltó Guideon sólo podría ser comparado con el de una bestia que aún le quedaba un punto para ser amestrada. Él era un hombre muy espiritual, que se tomaba muy en serio el tema de las bendiciones y que, sin embargo, tenía los pies en la tierra para saber distinguir entre un asunto de fe y uno de alcoba.

El sacerdote de Saule dibujó con el pulgar un símbolo sagrado en la frente de Nindra para seguirle el juego.

—Yo te bendigo, hermana.

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26/10/2019, 08:51
Nindra

El jadeo de Nindra evidenció su inquietud, la caricia de Gideon sobre su frente estremeció cada fibra de su ser y se sumó a la excitación de tener su poderosa divinidad terrenal en las manos. Volvió a reir, aunque ya no era relajada, sino nerviosa. Cerró los ojos un momento mientras deslizaba la mano por la caliente longitud y se dio cuenta de que no podía seguir el juego, porque no sabía cómo, ya que en su vida había estado en ningún rito religioso. Así que como todo en la vida, se movió por intuición e instinto. 

Aferrándolo por lo que el sacerdote tenía bajo los pantalones, a su vez cogió su otra mano y se llevó la palma a sus labios para besarla; después le besó el dedo con el que la había bendecido y lo llevó al interior de su boca para chuparlo. Humedeció y acarició con la lengua, mirando a Gideon a los ojos y buscando alguna señal de que lo que estaba haciendo le gustaba. O no. Por su parte, ella tenía el pensamiento tan inflamado que era capaz de cualquier cosa, porque cuando se trataba de él, por alguna razón, quizá porque la relación se había vuelto mucho más íntima y estrecha, perdía la razón. Aquella primera vez había sido impetuosa, solo quería saciar su curiosidad, ni siquiera había pensado en las consecuencias. Ahora cualquier cosa era posible. Gideon le había pedido hablar porque no le podía leer los pensamientos. Mejor que no lo hiciera, Nindra tenía tantas cosas en la cabeza que sino acababa escandalizado, acabaría mareado de semejante trajín. 

-Voy a... quitarte esto -murmuró, sacando la mano de donde la tenía.

Sentía las piernas y los brazos como gelatina. Estaba más nerviosa que la primera vez, como si no hubiesen compartido jamás una enloquecedora tarde de pasión desenfrenada. Retiró las piezas de la armadura en la medida de lo posible, prácticamente se le caían del cuerpo porque todas las correas se habían aflojado con el conjuro. En un momento dado, metió de nuevo la mano en el interior de su pantalón, ya sin la molestia de la dura armadura, para comprobar cómo iba el asunto.

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26/10/2019, 15:21
Guideon

Nindra pudo notar en su mano cómo había sido buena idea provocar a Guideon lamiéndole el dedo. Su miembro se estremecía en su mano, y el sacerdote de Saule no podía sino mirar a Nindra como hechizado. Dejó que la mujer le quitara la armadura, y cuando hubo terminado, él se puso a desnudarla también. Por cada prenda que retiraba cubría la piel que había debajo de besos.

Su erección seguía ahí, lista para empezar.

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26/10/2019, 19:57
Nindra

Mordiéndose el labio inferior, Nindra dejó hacer a Gideon, ronroneando cuando le tocaba alguna zona sensible. Enseguida acabó desnuda, menos que él, porque ella solo le había quitado la armadura y aún le quedaba ropa debajo. Ella solo poseía un par de capas, era un regalo fácil de desenvolver. Se aferró a su erección y caminó hacia atrás, tirando de Gideon justo de ahí mientras le sonreía con travesura y se apartaban de la armadura y las túnicas de ella. El espacio tenía la dimensión de una habitación, solo que sin muebles, al aire libre, y nadie los podía ver o escuchar. Se sentó en el suelo, estaba blandito como un colchón de algodón, y alzó los brazos para que él la acompañara.

Se fundieron en un abrazo, se besaron y Nindra frotó su piel contra la piel de él mientras le arracaba la camisa, ardiendo cuando entraron en contacto. Nindra le besó los hombros, mordisqueó, descendió lamiendo su torso con una avidez que recordaba mucho a la de unos días atrás, porque no sabía si lo quería devorar, complacer o saciar su curiosidad. El sabor de la piel de Gideon, su olor, el calor que desprendía, todo se le subía a la cabeza. La ausencia de caricias durante el viaje podía llegar a doler. 

Alcanzó su erección, siempre dispuesta, siempre en guardia. La sostuvo con una mano para besarla, con una devoción casi mística, antes de llevarla al interior de su boca como había hecho con su dedo unos minutos antes. Aferrándolo por la cadera con una mano, se acomodó entre sus piernas y comenzó a humedecer la carne palpitante de Gideon. No es que tuviera mucha experiencia, así que simplemente lo lamió, porque encontraba tremendamente entretenido hacerlo. Se apartó un momento para mirarle y se sorprendió al ver como un hilo de saliva separaba sus labios de la corona. Con una risa, se lamió los labios y regresó a la tarea de darle placer a su miembro. Le clavó los dedos en la cadera, arañandolo con suavidad, para aliviar su propia tensión, mientras se frotaba una pierna contra la otra. Ella también palpitaba, tenía los muslos resbaladizos, el corazón desbocado y una necesidad encima que no sabía cómo quitarse.

Bueno, sí que lo sabía, pero le gustaba más lo que tenía en la boca.

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27/10/2019, 13:40
Grumsh el Bardo

...Sir Haldir y Sir Alois

pidieron un café

la sirviente enfadada, 

les miró muy extrañada.

Sir Alois le insitió

y ella se encabritó.

El caballero irritado

la cabeza le hubo cortado...

El bardo se encontraba entonando una de sus absurdas y arrítmicas melodías, cuando Thwain empezó a mirar a su alrededor alterado. Buscaba algo, o más bien a alguien. El buen ambiente y la bebida principalmente, habían logrado que bajara la guardia. Ni él ni ninguno de sus enanos se había percatado de cuando se habían marchado dos de los humanos arrestados. Y si lo habían hecho, nadie le había dado importancia. No obstante ahora, ni rastro había de ellos.

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27/10/2019, 13:49
Thwain Manovieja

¿Dónde han ido tus...? - Preguntó el enano. - ¡Mierda! - Gritó. - ¡No están, han desaparecido!

El capitán se puso inmediatamente en marcha. Empezó a dar instrucciones. Cuatro enanos custodiarían a Alderic y a las tres damas, mientras que el resto trataría de localizar a los huidos. Ni siquiera Alderic sabía donde se habían metido Nindra y Guideon. Lo primero que pensó fue en que se habían marchado sin ellos, pero pronto supo que no podía ser. No les dejarían en la estacada. ¿Verdad?

¡Grom, Tuk, Truga, por aquí! ¡¡Vosotros...! - Señaló a otros tres enanos. - ¡Mirad del otro lado de ese montículo! - Señaló con la mirada hacia una pequeña elevación. - ¡Khaz, Thrain, Muthan, a ese arboleda! - A unos quinientos metros de distancia había una pequeña zona arbolada. - ¡El resto, conmigo!

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27/10/2019, 13:50
Narrador

Fue entonces cuando Alderic fue testigo de algo. Se trataba de un grupo de personas. Humanas que iban a lomos de caballo. Todavía estaban lejos, pero se acercaban hacia la posición donde aquella partida de enanos había acampado. Eran bastantes, sin duda un grupo más numeroso que el de los enanos allí reunidos. Alderic supo en ese preciso momento, que allí iba a tener lugar una buena trifulca. 

No obstante, al ser humanos los que se acercaban, posiblemente soldados umnios, iban a estar de su parte. Bastaba con mentir y decir que ellos eran umnios también. De hecho, las únicas que no eran umnias Thyga y su escolta, no obstante, hablaban el mismo idioma y casi no tenían acento. Sin embargo, algo llamó portentosamente la atención de Alderic. Aquella unidad de exploración humana, portaba una bandera. Un estandarte con el símbolo de Seyran un sol radiante sobre un fondo blanco. Eso podía ser problemático si reconocían a Guideon, aunque por otro lado... en esos momentos no estaba allí.

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27/10/2019, 21:38
Guideon

La respiración de Guideon se empezó a entrecortar mientras los labios de Nindra, aquellos labios gruesos y húmedos, recorrían cada centímetro de su virilidad. Guideon agarró a Nindra por los cabellos y, por un momento, perdió la cabeza en el placer que la maga le estaba proporcionando. El sacerdote de Saule decidió que aquello iba a ser muy rápido si ella perseveraba, así que se separó con suavidad, decidido a corresponderla antes de llegar al séptimo cielo. 

Guideon se puso de rodillas, le cogió el rostro entre las manos y la besó en los labios. Al notar la suavidad del suelo, pivotó hacia hacia delante para derribarla con suavidad. Bebió de sus labios carmesíes, la hizo rodar por el suelo con lentitud, sin dejar de besarla, hasta volver a quedar encima de ella. Recorrió con sus besos la piel blanca, lamió los pezones, y recorrió con su lengua el abdomen haciendo que ella encogiera el ombligo. No se detuvo allí, sino que pasó de largo hasta llegar a su sexo. 

Con un movimiento rápido, casi brusco, agarró su trasero y levantó las piernas de la maga en el aire para dejar bien expuesta su entrepierna. La miró con deseo un momento antes de enterrarse entre sus muslos, saborear sus jugos y dar cumplida réplica a la devoción que ella le había mostrado antes.

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27/10/2019, 21:45
Alderic

Cuando el enano comenzó a llamar a sus ayudantes el asesino rió y meneó la cabeza - Vamos Capitán Thwain, esos dos deben estar follando por ahí, seguramente aparecerán cuando terminen. ¿A donde podrían irse sin caballos y desarmados? - lo cierto era que esperaba estar en lo cierto, esperaba que no hubieran aprovechado ese descuido para huir con la magia de Nindra... no, sabía que no los dejarían en la estacada. Esos dos estaban tan calientes que no se detenían ni siendo prisioneros diplomáticos.

Claro que pronto se encontró rodeado de cuatro enanos con malas pulgas y los demás enanos se dispersaban para buscar a Guideon y "Margarita". En ese momento divisó a los templarios de Seyran, de Umnia y ellos huéspedes de una patrulla que estaba en guerra con ellos... si los templarios caían sobre los enanos ahora, asi dispersos como estaban, los matarían sin resistencia y luego ellos serían rescatados por los Umnios... Eso podría serles útil salvo por dos pequeñas cositas, si los tipos sabían de Guideon y lo reconocían al menos su amigo sería asesinado... y si los Umnios estaban empeñados en ir a la guerra con Ultar y reconocían a la Infanta no les costaría nada matarla allí mismo y fingir que los enanos la habían matado.

Lo mejor sería que ambas fuerzas se enfrentaran en todo su esplendor y aprovechar la batalla para huir. - ¡¡OYE THWAIN, SE OS VIENEN ENCIMA UNOS TEMPLARIOS UMNIOS, MEJOR REAGRUPA A TUS HMBRES ANTES DE QUE OS ATROPELLEN UNO A UNO!!! - gritó a viva voz mientras señalaba hacia el grupo que se acercaba luego se acercó a Murron y le dijo en un susurro - Cuando se desate el combate buscad los caballos, las armas están en aquella tienda, dile a Lurzca que las recupere, yo iré a buscar a los tortolitos inoportunos. 

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28/10/2019, 13:13
Nindra

Los besos de Gideon entre sus piernas provocaron una gran explosión en su interior, su cabeza comenzó a dar vueltas y Nindra braceó como si quisiera agarrarse a algo, solo que en aquel espacio no había nada, excepto ellos dos. Le costó unos segundos recordar que tenía que respirar y ahogó un jadeo grave, mientras intentaba acostumbrarse al cambio de ritmo en la situación. Una cosa era estar disfrutando de Gideon y otra distinta que él estuviese disfrutando de ella. Tras unas cuantas inhalaciones que le costaron la misma vida, Nindra cerró los ojos y comenzó a gemir más fuerte. Por cada "ay, ay" que ella pronunciaba, Gideon se aplicaba a la tarea con mayor fervor, como si buscara los puntos sensibles. Y vaya si los encontró, Nindra se llevó las manos a la cabeza y se mordió los labios para no delatar su gozo, con cada gemido solo provocaba que Gideon ahondara en zonas muy frágiles, haciendo vibrar cada fibra de su ser con una caricia de su lengua, sus dedos o sus labios. Y su barba le arañaba los muslos, provocándole cosquillas, haciendo crecer la hoguera que rugía en su vientre.

-Ay, Gideon, ay... ay... -murmuraba Nindra, enloquecida-. Ay, ay, ay...

Había algo de dolor agudo en aquel placer, Nindra lo buscaba a la vez que quería evitarlo. Cerró los muslos en torno a la cabeza de Gideon, ella tenía sus muslos sobre los hombros del clérigo y él la sujetaba con sus fuertes manos para mantenerla accesible a lo que buscaba. Ella le tiró del pelo, pero también lo apretó contra ella, indecisa en cuanto a lo que deseaba. Le gustaba y al mismo tiempo, no lo quería.

-Ay -con un último suspiro, Nindra comenzó a sucumbir al placer, estremeciéndose cuando le fue imposible contener el orgasmo. Cerró los ojos y se dejó llevar, saltando al vacio.

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28/10/2019, 14:15
Guideon

El orgasmo la alcanzó con una rapidez y una potencia fulminantes. Guideon la acompañó en su ascenso a los cielos, utilizando cada recurso que tenía a su disposición para hacerlo más largo, más intenso, más placentero. Sólo cuando notó que Nindra aflojaba la tensión de sus muslos, bajó Guideon la intensidad poco a poco, hasta que su trabajo allí abajo se redujo a suaves y largos lametones. El sabor de su sexo en su boca, y sus gemidos de placer, lo habían mantenido duro todo el tiempo.

Dejó a Nindra tomar aire, pero no le iba a dar mucha más tregua porque él mismo necesitaba desahogarse. Con las piernas de ella aún sobre sus hombros la penetró, disfrutando cuando vio como ella abría los ojos y la boca de pronto, al sentir de pronto su dureza en su interior. Sus dedos ya habían abierto el camino, y la notó húmeda, receptiva y profunda. Entonces apretó los muslos de ella, para que su sexo se cerrara con fuerza en torno a su pene. Dejó escapar un gemido de placer al notar la tensión concentrada en su miembro antes de empezar el ritmo lento y cadencioso, casi perezoso al principio, de aquel baile que tan bien interpretaban juntos.

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28/10/2019, 14:38
Nindra

Las estrellas que veía sobre el techo del espacio dimensional bailaban ante sus ojos mientras el frenesí remitía. Sentía la piel ardiendo como si tuviera fiebre, el corazón acelerado y los músculos de ahí abajo pulsando con igual violencia. La euforia la hacía sonreír, todo le daba vueltas. Pero ni siquiera había recuperado el aliento cuando Gideon regresó a ella, y lo hizo con fuerza y contundencia. Sorprendida, Nindra pegó la espalda al suelo blando que tenía había debajo, abrió la boca para protestar, aunque no sabía muy bien de qué quejarse. La invasión de su erección dura y caliente hizo explotar todas las estrellas que estaba viendo, se estremeció con una sacudida y fue fulminada por una oleada de placer que subió desde su mismo centro hacia la cabeza. Se arqueó por la impresión, dejando escapar un prolongado gemido y le costó unos segundos entender lo que estaba pasando.

Gideon. Eso estaba pasando. Él era todo, no había nada más allá, el infinito confinado en un espacio entre dimensiones y después reducido al hombre. Su cuerpo, su tensión, el exquisito roce de su sexo en su interior. Nindra movió la cadera para buscar ese ángulo exacto donde cada penetración hacía que todo se volviese brillante, intentando seguir su ritmo, intentando recuperar resuello y saliendo al encuentro de sus embestidas para compartir el gozo. Se apartó el cabello de la frente sudorosa y clavó los ojos en los de su amante, haciéndole partícipe del fuego que la estaba consumiendo. Ni siquiera se había recuperado del orgasmo anterior y ya iba camino de otro. Era maravilloso.

Sin tregua, Gideon la llevó hacia dónde quería y Nindra se entregó a él con pasión. En algún punto, la maga perdió la noción de la realidad y solo quedaron las sensaciones. El cuerpo, el tacto, el placer, la mezcla de sus jadeos y gemidos. Ella alzó una mano hacia el sacerdote, necesitada de su firme ancla en el mundo de lo real. Él aferró sus dedos y se precipitaron hacia el fin. Nindra aguantó todo lo que pudo, esforzándose por prolongar el momento, por alcanzar ese clímax junto a él. Solo cuando sintió la calidez de su semilla en el interior, sucumbió de nuevo, dejandose arrastrar por una tormentosa marea de sensaciones.

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28/10/2019, 15:52
Thwain Manovieja

Thwain se giró ante los gritos de Alderic. Tardó varios segundos en enfocar la vista hasta que fue testigo de lo mismo que aquel humano había visto instantes atrás. Por un instante se quedó petrificado y sin saber muy bien que hacer. Su rostro, ya preocupado de por si, se volvió todavía más agrio al descubrir que el humano no mentía. Hacia ellos estaba numeroso grupo de caballeros. Portaban estandartes, no solo el que Alderic había mencionado, sino también el blasón blanco y negro del Imperio Umnio. Las cosas se les complicaban todavía más.

¡Umnios! - Gritó asustado. - ¡Reagrupaós, reagrupáos! - Les dijo a los suyos. 

Inmediatamente, todos los enanos dejaron de hacer lo que estaban haciendo y corrieron a por sus armas y sus escudos. Se colocaron en formación formando una línea de escudos y esperaron a que los jinetes llegaran hasta su posición. Fuera como fuera, parecía casi segura la batalla. Por suerte, habían desviado la atención de los humanos arrestados, para posarla sobre la nueva amenaza.

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28/10/2019, 16:16
Thyga Redfrid

Thyga parecía asustada. Miraba en todas direcciones, como un conejo en el camino deslumbrado por la luz de una antorcha portada por una jinete a caballo que se acercaba inexorablemente hacia él. Dicho conejo no podía hacer nada para evitar la colisión, tan solo quedarse quieto, observando la luz, paralizado por el miedo. Eso hacía la Infanta en esos momentos.

¿Pero qué...? - Preguntó a Alderic, pero su nuevo guardaespaldas estaba ocupado hablando con el enano. - ¿Quién...? - Preguntó entonces a Murron, pero Murron ya no estaba allí, sino agazapada acercándose a la tienda donde habían depositado las armas del grupo, tratando de recuperarlas y siguiendo las instrucciones de Alderic. - ¿Qué está pasando? - Le preguntó entonces a Lurzca.

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28/10/2019, 16:20
Lurzca

Enemigos. - Dijo ella secamente. - Dicen que los enemigos de mis enemigos son mis amigos, pero en este caso... - Negó con la cabeza. - No en éste caso. 

Agarró a Thyga del brazo y agachada tiró de ella alejándola del campo de batalla. Si la reconocían y tenían instrucciones sobre que hacer con la Infanta de encontrarla, la guerra estaría servida y ellos no volverían a ver la salida de Seyran. 

Ven conmigo... - Le dijo. - Encuentra a Guideon y la princesa Margarita... - Le ordenó a Alderic.

En ese momento Murron, se introducía en la tienda donde los enanos habían guardado el armamento del grupo. Era el momento de huir. Ahora o nunca.

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28/10/2019, 16:49
Alderic

Alderic asintió y salió disparado en la dirección hacia la que habían caminado sus amigos, las huellas no eran demasiado visibles pero eran el unico par de botas metálicas y zapatos de viaje de tamaño humano en la zona, y no tardó demasiado en perder las huellas en medio de una roca grande. Buscó la salida de las huellas alrededor de la misma y no encontró nada, se habían esfumado o los habían raptado desde ese mísmo lugar. Volvió al centro de la roca y maldijo - Donde mierda se metieron estos imbéciles, no puedo marcharme sin ellos... no quiero.

 

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29/10/2019, 13:34
Guideon

La llegada al orgasmo fue rápida, pero se prolongó en el tiempo más de lo que había experimentado en toda su vida. Guideon cerró los dedos en torno a los muslos de Nindra y los apretó entre sí mientras el placer lo recorría en oleadas, engulléndolo, llenándolo de dicha. Guideon dejó escapar todo el aire, aflojó la presión sobre los muslos de la maga y salió de ella. 

Sus miradas se cruzaron, y Guideon sonrió. Agarró a Nindra por los tobillos y los separó de su cuerpo, depositándolos en aquel suelo mullido con suavidad. El sacerdote de Saule besó a la maga en el abdomen, y fue subiendo por el resto de su cuerpo hasta llegar a sus labios de forma parecida a cómo había empezado a darle placer, pero ahora sin pretensiones. 

Se acodó al lado de Nindra. No podía dejar de mirarla. ¡Era tan hermosa! ¡Se sentía tan dichoso y completo al estar con ella! 

—Me gustaría prolongar este momento para siempre —le confesó, jugando con sus cabellos de fuego entre los dedos. 

... y ése fue el preciso momento en el que Alderic los llamó imbéciles. Guideon tensó la mandíbula y se incorporó.