Partida Rol por web

El enano adoptó un gesto solemne.

-Belbara, hija de Joyin-, dijo con gravedad. Le puso su gruesa mano en un hombro y le pasó el pulgar por la mejilla, mirándola fijamente a los ojos. -Tienes la bendición del fuego... Y los ojos de tu madre, Umil-, dijo Draxler asintiendo, al parecer muy satisfecho. -Me alegro de ver a una hermana tan lozana, aunque sea en este antro de maldad y perversión-. Dijo esto último reparando en las cabezas de los trasgos que decoraban la habitación y agriando el gesto. Su odio por esos seres no tenía límite. Replicó en su lengua natal con un par de frases a Belbara antes de contestar a sus preguntas.

-Conozco el camino de regreso si tomamos el pasillo en donde nos hemos encontrado y atravesamos la puerta... Si es que podemos atravesarla. Sería un largo trecho plagado de esos bastardos hasta llegar a la Thogain. Quedan algunos de mis mejores muchachos protegiendo a mi señora, pero no durarán mucho más. Llevamos semanas bajo el cerco de esos mastuerzos. No parecen acabarse nunca. Sugiero buscar otra ruta con vuestro cartógrafo, Xhu Lei.

Miró al tal Xhu Lei con renovado respeto. Si había sido víctima de horrendas torturas y seguía allí en pie, es que era un tipo duro. Feo del copón, pero duro.

-Echemos un vistazo a ese mapa-, concedió al anciano no sin antes echar una mirada de soslayo a Aenifer. -¿Quién es Valy? ¿Por qué la buscas con tanto ahínco?-.

-No somos muchos, pero si junto a mí tengo a la hija de Joyin, tenemos una posibilidad-, dijo con firmeza y un inherente brío en su voz. -Vamos. Pongámonos en movimiento-.

El Gato Sonriente sonrió cuando Yoon-Shun habló de él como su padre. El mago le revolvió al pelo en un gesto de afecto, y se dedicó un momento a escuchar con atención las conversaciones que sucedían a su alrededor.

—Existe otra opción, aunque sé que no va a gustarte, Aenifer. Podría conjurar un espacio extradimensional que...

Miró al enano, que le devolvía una expresión obtusa incomprensión que solo los guerreros enanos lograban elevar a la categoría de arte. Tarkhan carraspeó.

—Un refugio mágico, invisible e inaudible —explicó al enano en tono didáctico—, en el que descansar, curar tus heridas y recuperar nuestros conjuros. En el que hacer tiempo mientras los trasgos baten la zona y disminuye la alarma. Podríamos dejar que pensaran que nos hemos ido por donde hemos venido, o emboscarlos a ellos, si las circunstancias fueran propicias. No hay nada deshonroso en el sigilo, Draxler. Cuando el adversario tiene una potencia similar o mayor a la nuestra, se han de emplear este tipo de recursos para inclinar la balanza a nuestro favor: subterfugio, astucia, ataques por sorpresa por la retaguardia, infiltración y aprovechamiento de los puntos débiles del contrario. Así habló Sun Wu en su famoso tratado El Arte de Guerra.

Extendió una mano en dirección a Aenifer.

—Belbara le envió un mensaje mágico a Valyëvan, instándola a venir en nuestro encuentro —le recordó el anzano a la vovit—, si ahora seguimos explorando puede que nos crucemos con ella.

Alex devolvió el abrazo a Aenifer y cuando todos estuvieron en la habitación cerró la puerta secreta. Mientras hablaban se puso a acumular cajas sobre la entrada - Sugiero que vayamos a la habitación antes de la del cofre, si Valy viene a nuestro encuentro la hallaremos antes allí y en esa habitación no nos pueden atacar desde los flancos. El espacio dimensional puede servir de descanso y puesto de observación como bien marca Tarkhan y podemos esperar allí a nuestra compañera, y en su seguridad podemos deliberar por la mejor ruta a seguir. - miró a Aenifer - Sé que quieres ir a buscarla, pero hay que hacerlo usando la cabeza, no a tontas y locas. Pensemos en la mejor forma y si no aparece iremos a buscarla.

Sun Wu. Su puta madre. Con el debido respeto, todo sea dicho. Draxler había escuchado hablar de ese humano. Al parecer, un guerrero legendario capaz de dormir a las ovejas con sus discursos y provocar fracturas de pensamiento a sus propias tropas con la complejidad de sus planes.

Decían que enviaba un escrito a su señora esposa antes de visitar el excusado.

-Hmpf-hmpf-hmpf-, masculló Draxler de forma elocuente. Los demás pensaron, sin falta de razón, que estaba devorando su propio bigote. -No me gustan los subterfugios, los ardides ni las trampas, Tarkhan. Y sospecho que tampoco me va a gustar el refugio extradenominal ese que mentas; pero concedo que la inferioridad numérica juega en nuestra contra y que nuestro enemigo es artero por naturaleza. Y como veo que eres un hombre versado en las costumbres de mi gente, supongo que conocerás el dicho sobre qué destino aguarda al que hace trampas jugando a las cartas con un enano...-.

Los ojos del enano parecieron encenderse con la llama de una súbita camaradería con el mago anzano y en su rostro atezado y curtido se dibujó una amplia y belicosa sonrisa. Su hacha se balanceó un poco en su manaza de hierro y con eso bastó para que los allí presentes entendiesen a qué se refería Draxler, hijo de Drexler.

-No sé qué habitación es esa, pero parece que estamos de acuerdo en que aquí estamos perdiendo el tiempo, así que vamos allá-, dijo asintiendo a Alex, hijo de Ryder. Porque si se apellidaba Ryder, Ryder había de ser su padre. ¡Solo faltaba un bastardo en la compañía! ¡Eso traía mal fario! -Adelante, zagal. Te sigo-.

Mire a Alex confundida y enfadada. 

Nadie mas como el podia saber lo que significaba Valy para mi, ya habia perdido a Alex dos veces, no iba a perder a Valy. Y aun asi no podia hacer nada, sola me expondria a repetir mi experiencia y ademas de cual cofre hablaba.

Perder el tiempo. Era lo que habia dicho el enano. Todo era una perdida de tiempo. 

Mire a Yoon, y esta vez no me pude contagiar con su alegria que siempre parecia desbordar hasta en lo peores momentos. 

Ni siquiera su animalito parlante. De donde habia salido?

Deprimida me recoste de una pared a esperar que salieramos de alli de una vez por todas.

Llena de impotencia.

Rápidamente todos se pusieron en camino. Se dirigían a aquel almacén donde habían encontrado aquel cofre lleno de objetos mágicos. Sin duda un lugar óptimo para descansar y esperar a que las fuerzas enemigas se cansaran de buscarles y finalmente pudieran avanzar hacia su objetivo. Sólo quedaba la incógnita acerca de si Freyrya resistiría el tiempo suficiente hasta que pudieran abrirse paso hacia ella.

No se toparon con nadie en su camino hacia el refugio seguro, no obstante si escucharon pasos, sonido metálico de las armas y armaduras al chocar y como los trasgos se gritaban los unos a los otros mientras iban en su búsqueda. Por fortuna desandaron el camino hasta el almacén antes de ser localizados. Una vez allí, el bigotudo anzano convocó el espacio dimensional donde iban a pasar las siguientes horas a través de su famoso truco de cuerda.

Uno a uno fueron subiendo por la cuerda que se sostenía en el aire como por arte de magia. Primero fue Yoon, luego el monje desfigurado, Aenifer, Tarkhan, Belbarba, Álex y finalmente el nuevo integrante del grupo, el enano Draxler. Una vez todos se hallaron en aquella estancia, en la cual tan solo una ventana orientada hacia una mesa que no funcionaba situada en el almacén, les conectaba con el mundo material. Tarkhan tiró de la cuerda hacia el interior del espacio y desapareció de la vista de todos los que entraran en la estancia situada en el plano material.

Una vez en el interior todos se acomodaron en algún rincón de aquel espacio interdimensional. Xhu Lei compartió el mapa que había estado haciendo con el enano y con el propio Tarkhan. Entre los tres completaron todas las estancias que habían visitado, ya fuera en conjunto o por separado y se dieron cuenta de que casi habían completado todo el nivel de la ciudadela donde se encontraban. Además, gracias a las aportaciones de Draxler, ahora sabían exactamente donde estaba la mujer por la cual se encontraban allí.

Belbara se encargó de sanar las heridas de sus compañeros y también de Draxler hasta que todos estuvieron totalmente recuperados de las lesiones  que habían sufrido y todos ellos se dispusieron a descansar unas cuantas horas. No obstante, antes de ello Draxler se encargó de instruir a todos los presentes acerca de todo lo que sabía sobre la thogain.

Una vez el plano estuvo concluido, Draxler fue explicando el camino que realizaron Freyrya y sus irreductibles enanos y fue describiendo una a una las estancias con mayor o menos detalle.

Luego de llegar a la Sala del Cofre como la habian llamado descanse, pero no pude hacerlo realmente. El remordimiento me carcomia de no saber el destino de mi amiga. 

Aunque jugue un rato con Yoon y su amiguito. 

Aunque me recoste con Alex un rato y recibia su apoyo. 

Aunque estuviesemos seguros.

Cuando el mapa estuvo listo tambien le di una hojeada. Habiamos recorrido un buen trecho y si estaba correcto Valy solo podia estar en una direccion y era la que teniamos que seguir horas atras, horas de tormento para mi amiga.

Escuchando la explicacion del enano podia entender que mi amiga tenia que estar en esos puestos de vigilancia asi que... ya sabia lo que habia que saber.

Teniendo algo de tiempo libre y poca luz tuve tiempo de reparar mejor mi traje y limpiar las flechas que habia podido recoger.

Desanimada espere a que el grupo decidiera continuar.

—Entonces, si lo he entendido bien te separaste de Feyrya en el salón comunal —dijo Tarkhan señalando el plano que Xhu Lei había completado con la información que había aportado Draxler—. Ella y sus guerreros se dirigieron hacia el este, hacia el comedor, mientras que tú te desviaste al norte, al almacén, para buscar ayuda a través de la puerta secreta.

Alzó la vista para comprobar que el enano daba el visto bueno a su resumen.

—Pero oímos como los trasgos bloqueaban esa ruta apilando trastos, de modo que solo queda un acceso al salón comunal: a través de la entrada principal.

El Gato Sonriente de Anza suspiró.

—Lo malo es que estará fuertemente vigilada, incluso cuando los trasgos dejen de buscarnos. Lo bueno es que... —sonrió—. Sabemos a ciencia cierta que estará fuertemente vigilada. Belbara y yo podemos lanzar todos nuestros conjuros para preparar el choque, y ellos no tienen una magia tan fuerte como la nuestra, ni unos dioses tan poderosos que los respalden.

»¿Te parece bien el asalto frontal que propongo, Draxler hijo de Drexler?

Draxler, que se había cuidado de fumar en pipa en aquel refugio interhexagesimal por cuestiones de decoro, se mesaba la barba lenta, muy lentamente, mientras escuchaba con suma atención el discurso de Tarkhan, hijo del viento, discípulo a su vez de Sun Wu, este último hijo del arroyo y de quién sabe cuántos padres no oficiales. Desde luego, el anzano sabía cómo trazar un plan al estilo enano.

-Tu resumen de los acontecimientos es acertado, Tarkhan. Incluso, conciso-, añadió con tenue reverencia el guerrero enano, reconociendo el mérito de una buena síntesis en todo estratega que se precie de serlo.

Ahora que se fijaba... Cuando sonreía, el anzano le recordaba vagamente a un gato con cierta aureola dorada poseedor de cierto hieratismo innato, que movía la pata arriba y abajo marcando en el mapa las posiciones de sus enemigos.

Fue un razonamiento inquietante que recordó a Draxler por qué a él no se le daba especialmente bien razonar. Y es que cuando le sacas parecidos razonables a la gente con felinos y demás fauna animal, cabe la posibilidad de que hayas perdido la cabeza. Pa' siempre.

-Un ataque frontal y amparados por los dioses suena como un plan digno de un mariscal enano-, concedió el enano con aire aprobador. Tarkhan empezaba a hablar su idioma. Y encima no perdía el humor. Pero Draxler frunció el ceño con cierta severidad a continuación. -Si bien opino que habrá bajas...-, dijo con solemnidad.

Draxler había aceptado la muerte largo tiempo ha. A él le daba igual palmar en combate. ¡Mejor así que morir de viejo y de muerte natural! Ese era un final indigno para un guerrero como él. Aunque claro, el precio de ser tan eficiente dando muerte a tanto pielverde tenía ese riesgo colateral.

Pero Perry...

El pobre Perry era demasiado joven para morir.

¡No podía permitir que Perry encontrase su final! ¡No después de ver como le ponía ojitos! ¡Tenía que engendrar una hueste de mustélidos parlantes! ¡DEBÍA SALVAR A LOS HIJOS DE PERRY!

-Si estáis dispuestos a luchar hasta el final, yo seré vuestra vanguardia-, dijo con firmeza el robusto enano. -Aunque te prevengo, Tarkhan. Si en algo conozco a los pielesverdes, te aseguro que tratarán de emboscarnos al llegar aquí-. El grueso dedo de Draxler se posó en el mapa marcando el Salón Comunal. -El pasillo es angosto. Ellos no quieren luchar ahí. Y en realidad, nosotros tampoco. Especialmente si vuestra magia es tan abrumadora. Una vez salgamos a la sala, si logramos empujarles hasta el centro, quizás podamos sobrepasarlos si mis muchachos nos oyen... Y a fe mía que nos oirán-. Al enano empezaban a brillarle los ojos con un fuego interior.

El fuego de la venganza.

-¿Quién de los aquí presentes sabe aguantarles el tipo en un mano a mano a esos mamones?-, preguntó muy animado mirando a Alex, hijo de No-Se-Sabe Ryder. -Nadie tocará a este hombre mientras yo esté en pie, ¿entendido?-, gruñó señalando a Tarkhan. -Hermana...-, dijo mirando a Belbara. -Si Brook camina contigo, guárdame las espaldas-. Se permitió una ligera sonrisa. -¡Y tú!-, bramó mirando a Aenifer. -Te veo gris. Triste. Mustia. Plomiza. ¡PLÚMBEA! Sea lo que sea lo que te atribula, créeme: ¡No hay mejor forma de recuperar el buen humor que patear el duodeno de un trasgo!

Draxler dio un golpe en el hombro a Aenifer con intención de animarla tras su exhibición de sinónimos. Cualquiera diría que quería echar abajo un roble.

-Y tú, Yoon Shun, hija de Tarkhan...-. Draxler bajó la voz y se mordió un nudillo. -Como alguien le toque un pelo a tu animal... Nnnnnnnng-, gruñó maldiciendo en voz baja e invocando las heces de Vaervhan sobre aquellos que osasen dañar a Perry, hijo de otro Perry, muy seguramente.

Sonrei ante la animosidad de Draxler. Se notaba que para el era importante la ascendencia y los titulos, pero yo no poseia ninguno, ni nada que valiera la pena realmente salvo Alex y Valy, mi existencia solo se reducia a ellos dos hasta que habia conseguido a semejante campaña.

Si era cierto, habia sido desterrada de mi Isla, la Isla de Nim, y mi apellido era Labme, el de mi madre, Labme era su nombre corto, pero nada de eso importaba, importaba crearme una reputacion, saldar las deudas de la Capital y encontrar la gloria para ganar el respeto de mi gente, y tal vez ver a mi madre de nuevo. 

Esa era mi historia. 

Pero ahora solo importaba salvar a Valy y matar tantos engrendos como fuese posible.

- Tranquilo Draxler, mi mano no temblara para desmembrar a esos engendros. Dije con determinacion.

Estaba segura que ahora tenia un enemigo predilecto y que bailaria sobre sus entrañas en ofrenda a Sharess.

Mis ojos ardian mientras esperaba nuestra salida.

Belbara estaba sería de nuevo. Era cierto que sus ojos habían brillado cuando Draxler le habló en su idioma. Y que se había puesto muy tensa cuando acarició su mejilla, a nadie hubiese extrañado que le mordiente la mano, pero oírle hablar de su madre hizo que sus hombros se relájate de nuevo. Aquel enano había conocido a sus padres, y era un hermano, de su misma ciudadela. Era además la mejor noticia desde su partida. Pero la misión no había terminado y Belbara no alzaría jarra alguna hasta entonces, ya tendrían tiempo de celebrar, pero primero debían liberar al resto de enanos y limpiar aquel lugar de aquellos pieles verdes que ofendian a Brook. 

-Cubriré tus espaldas y desparramaré sus tripas.- respondió a Draxler con fulgor en sus ojos -pero podríamos contar con dos guerreros más. La pelirroja vovit , aunque descerebrada, repate bien, dejadme probar de nuevo- y es que no quería aceptarlo abiertamente, si le preguntasen lo negaría, pero no era su estilo dejar a nadie atrás. 

Así que tras haber meditado y rezado un tiempo, que de hecho a eso se había estado dedicando desde que había entrado en el truco después de sanar las heridas de los presentes, comenzó a murmura una letanía, casi un susurro, y después una frase que a penas era un baile en sus labios, haciendo danzar su barba roja, con los ojos entre cerrados. *

De pronto, la voz de Valyëvan resonó en la cabeza de Belbara. ¡Estaba viva!

Estoy al sur, en lo alto de una torre, recuperando las fuerzas. Si me marcho, no aguantaré mucho. Eli está muerto. Una anzana me salvó pero...

El mensaje se interrumpió allí. Estaba claro que no había acabado de decir todo lo que quería decir.

Yoon se rió cuando Draxler le dijo que nadie tocaría un pelo a su comadreja. Perry levantó una patita delantera para cerrar la zarpa y formar un puño y esperó a que el enano le chocara el puño, quedando así sellado un pacto entre ambos guerreros. La niña entonces se acercó a Tarkhan y abrió su libro de conjuros.

-Bien, nos prepararemos para ese combate. Maestro, ¿alguna sugerencia de qué conjuros sería preciso memorizar para hoy? Creo que puedo dormir, engrasar y hacer más fuertes a nuestros compañeros. También podria crear nieblas y distracciones entre nuestros enemigos. Oh, maestro, ¿podría copiar alguno de los conjuros de su libro?