Partida Rol por web

- Revisaré sólo dos de los objetos. - Dijo el monje. - Tan solo tengo memorizados dos detectar magia. Pero puedo dejarla el monóculo, claro...

Acto seguido comenzó a examinar el cristal y las botas. 

- Hummm... - Murmuró el desfigurado monje. - Creo que me da tiempo de identificarlo todo...

Botas del salto ágil: (600 po)

Mientras lleves puestas estas botas, usa el bonificador de DES en vez del de FUE para saltar.

Si tienes al menos 5 rango en acrobacias, puedes ponerte en pie como acción rápida y sin provocar ataque de oportunidad.

Cristal custodio de vida: menor (1.000 po)

+3 a las TS contra efectos de consunción de energía, inflingir y los sortilegios y efectos de muerte.

Cinturón del crecimiento: (3.000 po)

Al activar éste cinturón aumentas una clase de tamaño (no aplicable a otros efectos), durante 10 minutos. 

Carga 1/día.

Brazales de gran alcance: (2000 po)

Cuando los activas, tus brazos se estiran mejorando el alcance hasta 10'  durante 1 asalto.

Cargas 3/día.

- He podido identificarlo todo. - Dijo contento. - No suelo identificar tantas cosas de golpe. Es la primera vez. - Dijo el monje desfigurado. - ¿Le sirve algo de ésto a alguno de vosotros?

Todo era oscuridad. Oscuridad y dolor. No era muy consiente de lo que estaba sucediendo a su alrededor, de hecho, el tiempo y el espacio habían cogido un significado nuevo y e inexplorado para ella en el que ambos se confundían y se entremezclaban. No obstante, aquella extraña sensación duró poco, dando paso a dolor. 

Le dolía el cuerpo y notaba un gran peso sobre ella. No obstante, su vista todavía no le desvelaba que era lo que estaba sucediendo, pues seguía en un estado de semi inconsciencia. Aunque no lo sabía en ese preciso momento, había perdido gran cantidad de sangre y seguía al borde de la muerte. Cualquier cambio brusco, golpe o sobresalto, podían acabar con ella. Pero era una guerrera y no se dejaría matar fácilmente.

Pasaron unos cuantos segundos hasta que un dolor intenso se clavó en su entrepierna y entonces si abrió los ojos. Vio como aquel desagradable trasgo se encontraba sobre ella. Le habían rasgado los pantalones y sí, acababa de penetrarle sin contemplaciones. Trató de apartarlo de encima de ella, pero entonces se percató de que sus brazos estaban aprisionados contra el suelo. Se dio cuenta de que los otros dos trasgos estaban agarrándole para inmovilizarla uno de cada lado.

Tratar de zafarse, en el estado en el que se encontraba podía devolverle a la inconsciencia y finalmente matarle. Aunque lo que estaba sucediendo, podía acabar con ella de la misma forma. Aquel ser horrendo y hediendo estaba sobre ella, con una sonrisa maliciosa. La agarró con saña de los pechos y embistió con su cadera contra ella, introduciendo su miembro dentro de ella. ¡Estaba siendo violada y gritar o patalear de poco iba a servir! Hacerlo supondría un esfuerzo que su cuerpo no resistiría, entonces... ¿Qué podía hacer?

- ¡Jiaka quist! - Le dijo el trasgo en su gutural idioma y entonces soltó una poderosa carcajada mientras no dejaba de empujar con fuerza introduciendo su miembro a través de su vagina y haciéndole con cada empellón un daño terrible. - ¿Te gustah, guarra? - Le preguntó y entonces rasgó su camisa con sus garras dejando sus pechos a la vista.

Los trasgos que le sujetaban comenzaron a reír y casi se podía decir que babeaban esperando a que su jefe acabase y les tocara a ellos su turno, pues Aenifer sabía que cuando aquel asqueroso ser acabase con ella, aquella tortura continuaría, pues por desgracia para ella, aquel suplicio sólo acababa de comenzar.

El fogonazo lo tomó por sorpresa, pero lo peor fue ver caer a Yoon al suelo y temió lo peor por un momento. Cuando el Anzano utilizó la varita, y la niña se movió, no pudo menos que alegrarse, pero escondió su preocupación con una maldición mascullada. Cuando el viejo terminó de identificar las cosas se aceró a observarlas.

Alex miró las botas y supo que serían ideales para Aenifer, e internamente maldijo la iniciativa de su chica y rogaba que no se hubiera encontrado con nadie. Conocía a los habitantes del lugar y dudaba encontrarla con vida si se había encontrado una patrulla.

Por un momento pensó en dejarle el cinturón a la enana y coger los brazales, pero lo cierto era que ese cinturón utilizado en el momento justo podía significar una diferencia importante en sus manos, y por tanto lo tomó y se lo puso. - Hay una puerta al sur que no revisamos, creo, y está el pasillo al costado de la entrada a ésta sala. Tu dirás por donde Valyëvan, porque claramente crees que eres la única a la que le importa Aenifer. - el dolor en su voz era patente, algo dentro suyo le diría que de encontrarla, no lo harian con vida, y se sentía culpable por no haberla estado mirando cuando desapareció.

Mi cabeza daba tumbos y sentia mi mente nublada y apagada... apenas podia pensar.

Porque estoy viva....

Pero todo era dolor, cada fibra de mi cuerpo, cada cabello, hasta respirar era dificil, pero la conciencia fue volviendo, asi como darme cuenta de mis peores horrores. Me habian vencido, mi cuerpo habia sido derrotado, pero ahora destruian mi mente, mi alma, era lo unico que me quedaba. 

Cerre los ojos para tratar de concentrarme, enfocar, siendo rapidamente abatida por el dolor. Aquel ser se divertia sobre su presa, sobre su victima pero yo no decia nada. Sabia que mi sufrimiento le daria mas placer aun. 

- Huuummmphhh, chille de dolor cuando comenzo a penetrarme. 

Las lagrimas comenzaron a salir de mis ojos sabiendo que seria poseida por todos ellos y no podia hacer nada para evitarlo.

Sobrevive.

Fue una orden que trate de grabar en mi mente. Forcejear era inutil, estaba demasiado debil, demasiado herida, demasiado destruida para poder hacer algo. Mi mente divagaba y trate de pensar en Alex pero los movimientos invasivos, bruscos y secos me traian a la realidad, me traian al dolor. 

Gemia si, pero de dolor, porque aquellas embestidas me desgarraban por dentro y solo pude darme cuenta de mi desnudez cuando senti como sus uñas rasgaban mi piel o sus babas caian en mi pecho. Ni siquiera sentia cuando apretaban mis senos o tiraban de mis cabellos, todo era un solo dolor generalizado, y era apenas era el principio. 

Sobrevive. 

Sus embestidas continuaban contra mi cuerpo inerte y me di cuenta que ese trasgo no era diferente a los hombres, todos tomaban lo que querian a la fuerza, habian conocidos muchos asi, cuando me pagaban para aliviar sus requisitos sexuales, algunos habian sido mas toscos y brutos que incluso este trasgo, pero todos habian pagado.

Y tu tambien pagaras.... maldito.....

El trasgo tal vez pudo ver mi media sonrisa mientras pensaba el momento ideal para degollarle o tal vez penso por mis gemidos que realmente me estaba haciendo disfrutar, como lo pensaban todos. Imbeciles. 

Comence a mover mis caderas y abri mis piernas no solo para facilitar las penetraciones, si lograba hacerlo el pensaria que realmente lo estaba disfrutando, probablemente terminaria mas rapido y ademas me haria menos daño por dentro y si se derramaba dentro de mi eso me lubricaria para resistir a los otros dos. 

Habria una transicion cuando cambiaran de posicion pero estaba muy debil para intentar nada. Apenas gemir y apretar mis dientes era suficiente para sentir lo mareada que estaba y apunto de desmayar de nuevo, no era el momento, pero tenia que resisitir. 

Ellos se van a saciar de mi y yo despues los iba a matar.... uno por uno.... 

Pero tenia que asegurarme que pensaran que podian abusar mas de mi para tener tiempo de recuperarme. Tal vez mis cosas aun estaba cerca, aun quedaban algunas pociones.... mire alrededor y no podia estar segura de si seguia en la misma sala. Tal vez si porque eran los mismo trasgos. 

Nadie vendria a salvarme, no me conseguirian en todo ese sistema de cuevas y seria la puta de los trasgos dia tras dia y noche tras noche.... cientos de trasgos violandome a cada momento.

Aquellos pensamientos me hicieron sentir mi derrota de nuevo y mas indefensa que nunca y comence a llorar de nuevo mientras apretaba mis dientes. 

.... los voy a matar a todos.....

Miré a Alex. Nada más iba a decir, salvo insistir en que yo no necesitaba a nadie para continuar si es que no coincidían sus intereses con los míos. Así que decidí regresar, desandar el camino y volver a pensar por dónde había podido marcharse Aénifer. Si alguien la había atrapado mientras estábamos luchando, o descansando, no habría podido ir demasiado lejos, así que habría escogido el camino más rápido para salir de allí.

Visto que no habíamos encontrado en aquella dirección, pensé que el lugar más probable sería la salida que habíamos dejado a nuestra derecha, en la habitación de las columnas.

-Regreso a la sala. Allí había una salida y quiero ver a dónde conduce -informé, con la idea de dirigirme hacia el Sur para ir a continuación hacia el Este.

Unos avanzaron por el pasillo de la sala de las columnas, otros por el de la sala de guardia de dónde habían salido los trasgos que habían intentado cargarse a Álex, pero todos llegaron al mismo punto y finalmente descubrieron que aquella zona del complejo se acababa en aquel punto. 

Se encontraron ante una estancia que no parecía haber sido utilizada demasiado por los últimos pobladores de la fortaleza. Era una sala amplia, pero bastante vacía. Un derrumbamiento en la pared sur había taponado lo que parecían ser unas escaleras hacia un nivel inferior. 

Unas runas en el idioma enano, situadas en una de la paredes pudieron ser interpretadas por Belbara y los anzanos. "Guarda Manveru a tus hijos en su hogar bajo la montaña". 

—Manverû, dios de la ingeniería y las minas. Los enanos suelen rezarle para que les proteja de los derrumbamientos —dijo, y señaló al montón de rocas que bloqueaban el paso a un nivel inferior—. Parece que en este caso sus plegarias no fueron escuchadas.

El anzano se encogió de hombros. No había mucho que ver allí, así que esperó a que sus compañeros estuvieran listos para seguir.

Aenifer sintió como los músculos de aquella bestia deforme se tensaban. Puso los ojos en blanco y una vena se marcó en su cuello. Entonces empezó a temblar levemente y cortó su respiración un momento. Parecía como si le estuviera dando un ataque al corazón, pero no tendría tanta suerte. 

- ¡Mmmmmh! - Exclamó jadeante. 

Aquel malnacido a acababa de correrse dentro de ella. Aenifer enseguida lo notó. El calor del semen derramándose en su interior fue muy evidente para ella. Era una sensación asquerosa, pero al menos había sido rápido. Aquel trasgo no tenía mucho aguante, aunque ahora que estaba satisfecho, podía ser quee dejara en paz.

Abrió los ojos y miró directamente a Aenifer. Se leía lujuria en su mirada. Parecía satisfecho y contento con la actitud de la mujer humana. No se lo había puesto demasiado difícil y eso le gustaba. 

- Eresh una buena puta. - Le dijo. - Puede que vivash para engendrar y criar soldadosh trasgosh...

Miró entonces a los otros dos trasgos que todavía sujetaban a Aenifer de los brazos. Ambos estaban muy excitados y ya se habían bajado los pantalones. Uno de ellos tan solo aguantaba a la mujer de una mano y se estaba masturbando muy cerca de su rostro. Con un poco de suerte acabaría antes de empezar. 

-​​​​​​ Yajcha tyi nyukah. - Le dijo al trasgo que estaba inmerso en la faena solitaria.

Aquel ser de piel oscura y verduzca, no lo dudó. Inmediatamente soltó a Aenifer y corrió para colocarse sobre ella. Sin ningún tipo de delicadeza ni preliminares la penetró. 

- ¡Oooooogh! - Gimió de placer. 

Miró entonces muy sonriente al gran trasgo mientras lentamente sacaba su miembro de la dolorida vulva de Aenifer. Entonces dio un fuerte enpeñón contra ella golpeando los labios de la vagina con fuerza y haciendo que Aenifer gritara de dolor y por el mismo impulso volvió a introducirse dentro de ella. 

- ¡Jajajaja! - Soltó una risotada mirando a sus camaradas. - ¡Kujh nya okujsh! - Exclamó y todos comenzaron a reír a carcajadas.

Y entonces empezó a follándosela de forma salvaje y sin respiro alguno. 

Mi cabeza daba tumbos  a cada embestida de aquella criatura quien me manejaba como una muñeca de trapo sin resistencia alguna. No tenia fuerzas, no tenia aliento y la poca voluntad que me quedaba se evaporaba tan o mas rápido que mi conciencia.

Las lagrimas seguían resbalando mientras aun apretaba los dientes.

Aquel trasgo rio guturalmente y sentí como las chorreadas de su semilla llenaban mi interior con un calor únicos e indescriptibles, pero sus palabras fueron peores sumergiéndome en la desesperación.

• Preñada….

Mis ojos se abrieron de par y par y gaste las últimas fuerzas que me quedaban forcejando al darme cuenta de la realidad en la que me encontraba, no solo seria la puta de incontables trasgos, no solo me iban a violar dia tras dia y noche tras noche, me iban a preñar sin parar para que no dejaran de nacer trasgos de mi vientre.

Sabia lo que era ser una media elfa, pero nunca había escuchado medios trasgos…

No tenia esperanzas. No sobreviviría en esas cuevas tanto tormento. El llanto sobrevino a la desesparacion y a la alternativa que me quedaba. Morir.

Sobrevive…. Escuche un susurro.

Aquel trasgo quito su peso sobre mi y cerre los ojos, sabia que venia el siguiente y nada podía hacer para evitarlo. Nada.

Entonces mi mente divago en la oscuridad. En cierto momento los niños elfos alrededor de mi me empujaban mientras se burlaban de mi, llamándome todo tipo de cosas como bastarda, impura y otras cosas mas que no llegaba a entender, era difícil vivir en Nim y mi madre lo comprendía pero esta vez mi madre no vino a ayudarme como otras veces. Mientras me empujaban aquellos niños mi madre se acerco por un costado y me tomo el rostro en sus manos de manera amenazadora.

• Yo no crio putas, las putas son para los trasgos…. Dijo mi madre con odio.

Yo lloraba sin entender porque mi madre me despreciaba asi, yo era una niña y nisiquiera sabia lo que era ser una puta o incluso un trasgo. Un elfo grande y gordo como nunca había visto se acerco corriendo y me dio un puñetazo en el abdomen sacándome todo el aire.

• Hummmmggggghhhh gemi de dolor y abriendo los ojos de par en par regrese a la realidad en que me encontraba justo cuando el nuevo trasgo comenzaba a penetrarme y no en mi Isla, no en mi hogar.

• Piedad, hare lo que digan, sere vuestra puta, sere la madre de vuestras crias pero no me hagan mas daño…. piedad….. grite con desesperacion antes de rendirme.

Mi cabeza cayo de costado luchando por ser convincente pero sin fuerzas completamente exhausta, estaba vencida en mente y cuerpo. Era mi rendición.

Otra sala vacía. Si no había nada en ella, había que seguir buscando y no tenía ni tiempo ni ganas de preocuparse por lo que hubiese en ella. Si no le había importado el cofre o lo que tuviera, mucho menos cuando no había nada que ver.

-Pues entonces, sigamos adelante. Probemos en otra sala. Vayamos a la sala de las columnas y escojamos la puerta de la izquierda. No pueden haber ido muy lejos -establecí, lanzándome a toda prisa hacia donde había dicho.

Cada minuto que transcurría me temía lo peor para Aenifer y como le ocurriese algo... alguien iba a pagar por ello.