Partida Rol por web

Después de decidir que revolver los huesos no era apropiado dada la situación actual, Daaron acompañó a Antherion por las escaleras hacia el fin de la sala. El elfo parecía muy interesado en aquella parte. Parecía haber descubierto algo. ¡Ja! Ahí había otra puerta secreta.

La elfa empezaba a estar cansada de tanto andar y andar y andar... ¿aquellas eran las emocionantes aventuras de las que hablaban sus tíos, allí en la lejana Nevereska? Bah... era mucho más diver pasear por las calles de Eternion comprando cosillas majas y brillantes. Allí todo era oscuro, sucio, húmedo y muy, MUY poco glamouroso.

Al no ocurrírsele ninguna solución, decidió expresar sus hondas preocupaciones en voz alta; quizás sus compañeros encontrarían una solución al problema...

Estoy cansada; ¿falta mucho? ¿aún no hemos llegado? Tengo hambre... Creo que he pisado algo; ¿Cuándo pararemos? ¿hacia dónde lleva eso? ¿Falta mucho?

El elfo se detiene abruptamente, sus sentidos le dicen que algo se oculta en aquel lugar y sin perder el tiempo comienza a examinar la pared de inmediato hasta que se topa con... Una puerta secreta!!!

Hey vengan, me he topado con algo... Mientras sus compañeros acuden a su llamado el elfo se apresura a buscar el mecanismo que active la puerta y de paso si es que no hay ninguna trampa escondida.

Mangred se acerca hasta el elfo y no puede evitar oir a la elfa .

Esto no es un salon social , venimos a erradicar el mal que habita en este lugar, no a bailar y divertirnos. Espero que de una vez comprendas que la muerte nos ronda en cada pasillo y que mi sangre y la de los otros te haga despertar y comprender que las heridas duelen . Dice serio el joven intentando hacer ver a la discola elfa que su actitud los pone en serio peligro .

Tras buscar durante un tiempo prolongado alrededor de la puerta y despejar la tierra y polvo que se había colado entre sus diminutas rendijas encuentras una piedra a media altura que parece hundirse cuando la presionas levemente.
No hay señales en ella de trampa alguna, aunque es imposible ver el mecanismo que hará que se mueva aquel trozo de muro de pesada piedra grisácea.

-Eh rubia, avancemos un poco más y luego nos sentamos un ratito. Te puedes sentar en mi regazo, mientras yo te alimento.

Digo mientras guiño, a la espera de que el elfo haga algo con la puerta.

Bah, cuánta zafiedad... estos humanos no sabrían tratar a una noble elfa ni aunque les fuera la vida en ello.

El humano clérigo era un borde, desagradable, y el otro era un animal sin modales.

Aunque al menos el guerrero sabía apreciar su belleza; algo es algo, se dijo Amara. Decidió contestarle solamente a él.

Ni aunque fueras el último macho del mundo, cerdo engreído. Humpf.

Amara avanzó hacia el elfo: quizás con alguien de su raza hallaría una mayor comprensión...

- ¿Qué es un cerdo engreído?

-Es un cerdo azul celeste, que se cree delfín. Los hay muchos en las tierras de los elfos, creo.

Digo mientras saco un trozo de cecina y me lo echo a la boca sin dejar de mirar a la rubia con cara de "te cubro".

Zhar trató de imaginar algo como lo descrito por su compañero. Pero o tenía poca imaginación, o la imagen era demasiado difícil, porque el nivel de concentración que requería formar esa imagen impidió al orco caminar, y se quedó de pie, parado, con la mano en el mentón, y mirando ligeramente hacia arriba.

Mangred pese a al tensión no puede evitar sonreir ante la descripción que ha realizado el tosco guerrero del insulto que la estirada elfa le ha dirigido .

Zhar dejalo , cuando salgamos de esta te lo explicare mejor . - Le dijo al orco para evitar que siguiese pensando

Amara, aún de morros, se cruzó de brazos y le dio la espalda al guerrero y su trozo de cecina.

Esperaba que aquello bastara para que Daaron no viera la media sonrisa que había aparecido en su rostro.

Aquello no podía ser: los humanos eran feos, apestosos y... toscos. y nada ocurrentes. Aunque en aquel laberinto subterraneo, donde las sombras apenas permitían vislumbrar a quien tenías delante, aquel hombre podía tener cierto atractivo. Un atractivo apestoso y tosco, pero atractivo al fin y al cabo.

El elfo se apresura a activar el mecanismo que debe abrir aquella puerta oculta rezando por que no haya ninguna trampa esperándole...

Por fortuna para Antherion no había una trampa esperando a que se activase el mecanismo, aunque estuvo a punto de caer de frente cuando mágicamente la puerta se deslizó hacia arriba, dentro del muro y sin dejar apenas muestra de sus propiedades. Si hubiese estado abierta nadie hubiese pensado que se trataba, en realidad, de una puerta que se abría con un mecanismo secreto.

Frente a los aventureros se extendían dos pasillos perpendiculares entre sí formando parte de la ordenada cuadrícula que conformaba el primer piso donde predominan los ángulos rectos. Sin contar lo que dejaban atrás.

Mangred intentaba reconstruir el plano de lo que llevaban recorrido en su cabeza .

Si seguimos por la derecha , llegaremos al mismo sitio donde bajamos , donde vimos la puerta secreta despues del charco . Dijo esperando que sus compañeros se lo confirmasen .

Antherion puedes avanzar hasta la siguiente esquina y decirnos lo que ves . Es por decidir si vamos a la izquierda o seguimos de frente .

El elfo asintió en silencio, después de todo lo mejor era moverse con mucho cuidado por aquel lugar. Lentamente y haciendo uso de todo su sigilo Antherion avanzo hasta la nueva frontera...

Amara permanecía en su sitio, quietecita, tratando de armar el menor jaleo posible; aprovechó para recordar a cuántos peligros mortales se habían enfrentado desde que habían bajado en aquel ascensor: estatuas animadas, bichos chupasangres... ¿a cuántos más de esos seres podrían enfrentarse antes de que alguno de sus compañeros falleciera trágicamente?

El elfo avanzó dejando atrás a sus compañeros con la luz, lo cual era ideal para prevenir ataques pero no tanto para poder ver claramente qué había a su alrededor. El pasillo que se cruzaba se perdía en la oscuridad a ambos lados sin presentar novedad alguna, sin embargo al frente había unas escaleras ascendentes. Sí, ascendentes. Una lástima que una gran roca obstruyese el paso.

Pues por aquí no vamos a poder continuar... tendremos que dar marcha atrás.

Amara no estaba dispuesta a pasarse ni un minuto más de lo estrictamente necesario dentro de aquellas catacumbas; si por allí no se podía pasar, había que buscar otro camino, y rápido.

El elfo se detiene un segundo ante la enorme roca y luego observa a su compañero orco-dragón... Podríamos intentar moverla, claro no yo que ni de chiste podría mover algo tan grande como eso, aun que quien sabe,?quizá la maga tenga algo que pueda destrozar la roca?, nunca se sabe. Dice sonriente.