Partida Rol por web

[D&D 3.5] Sin Noticias del Thog.

Capítulo 4. El Yelmo de Hierro.

Cargando editor
21/01/2020, 08:20
Narrador

El grupo incrementó el ritmo. Las cortas patas de aquellos enanos empezaron a moverse al trote cochinero. Al fin y al cabo, por muy rápido que movieran las patas, seguían siendo enanos, medianos y un gno muerto y además, estaban gordos, como buenos enanos. Todo el mundo sabe que un gordo de patas cortas, por mucho que se esfuerce no va a poder avanzar mucho corriendo... pues eso.

Pero aún siendo patas cortas con sobrepeso, en menos de lo que canta un gallo, en éste caso en gallo afónico, llegaron al lugar por el que habían iniciado aquella misión. Tras ascender una loma, se toparon de frente con una enorme puerta de piedra franqueada por dos enormes estatuas de esbeltos enanos, algo nunca visto en carne y hueso, pero ahí estaban. Además, sobre la puerta había un enorme torreón que sobresalía de la montaña y que tenía saeteras, y una Sobre la roca había una inscripción rúnica que los que conocían el ancestral idioma enano, podrían traducir con facilidad y allí había dos enanos conocedores de dichos secretos y también un gno muerto.

"AQUEL QUE DESEE PENETRAR TRAS LOS MUROS DE LA FORTALEZA DEL YELMO DE HIERRO, DEBERÁ HACER UN SACRIFICIO ACORDE A TAL HONOR"

Y lo cierto era que nadie les había hablado antes de dicha inscripción y su significado. No obstante, la enorme puerta de roca parecía cerrada y ningún guardia estaba apostado en las almenas ni se veía actividad en el interior de las troneras. Todo estaba realmente en calma en aquella zona y sin embargo olía a quemado. De la parte superior de la fortaleza, de la corteza de la montaña, salía humo a través de lo que sin duda debían ser enormes chimeneas. Habían llegado a su destino, pero nadie había salido a su encuentro para recibirles y no tenían ni idea de como penetrar tras los muros para comprobar que diantre estaba sucediendo.

Cargando editor
21/01/2020, 08:20
Tathtorn

—¡Mira, Filbert, un acertijo! ¡Como en esas estúpidas historias de aventuras de Anarion El-Kafir!

Tahtorn soltó una risotada.

—Lástima que esta no sea una de esas historias, y no tengamos que devanarnos los sesos pensando en un sacrificio necesario. ¡Porque nosotros tenemos a Murdin con nosotros! ¿Verdad, Murdin? Dile a tus amigos que nos abran, ¿no? O dinos como pasar. ¡Algo! No te quedes ahí mirando, hombre. 

Cargando editor
21/01/2020, 08:21
Murdîn

Pues... - Tragó saliva. - ...debería haber alguien apostado en la puerta. Alguien del destacamento del Maestro de la Puerta pero... - Se encogió de hombros. - ¡No hay nadie! - Exclamó. - Y ese humo... - Se llevó la mano al mentón y hurgó entre la barba. - No es normal tanto humo... algo si. A veces... ¿Pero tanto? - Negó con la cabeza. - ¡Es como si la ciudadela entera estuviera en llama! - Exclamó muy nervioso. - No podremos entrar por aquí, pero... - Frunció el ceño. - ¡Seguidme!

Murdîn apresuró el paso y todos empezaron a seguirle. Dio un rodeo a la montaña comenzando a ascender. Enseguida torció hacia la misma roca en una zona que de no conocerse de antemano, no se hubiera detectado. Se trataba de un camino camuflado por un efecto óptico. Quien no lo conocía, difícilmente podría verlo. Algo muy ingenioso realmente.

Por aquí... - Les indicó al girarse en un momento dado y acto seguido se internaron en la roca de la montaña.

Cargando editor
21/01/2020, 08:21
Narrador

Aparecieron en un amplio salón con un techo elevado y enormes columnas rúnicas que se elevaban hasta el techo de la montaña. El suelo adoquinado, que ilustraba mosaicos de gestas enanas de tiempos pasados brillaba con la luz que desprendían las hogueras, porque allí había hogueras. Muchas hogueras de hecho y música. 

Había enanos cantando entorno al fuego y también bailaban y bebían cerveza. Estaban asando carne de todo tipo que desprendía un olor que ciertamente abría el apetito. Hasta ahí todo parecía normal, pues nadie parecía estar sufriendo, sino todo lo contrario. Era la típica escena que alguien deseaba encontrar al llegar a una fortaleza enana y hasta ellos, sintieron envidia de lo que estaban viendo.

No obstante, algo no estaba bien, pues no solo enanos y enanas estaban disfrutando de la celebración. Junto a ellos, comiendo, brindando, bailando y cantando había decenas, sino centenares de seres deformes y horrendos. ¡Diablos! Aquellos enanos estaban compartiendo el banquete con centenares de diablos. Algunos eran similares al diablo barbudo con el que habían luchado antes de llegar hasta allí. Otros tenían aspecto femenino, otros eran más parecidos a un dragón y algunos eran meros diablillos que revoloteaban por la sala y disfrutaban de la fiesta.

Desde la elevada posición donde se encontraba el grupo, no habían sido aún localizados por nadie. Para descender hasta el salón, debían descender una empinada escalera de caracol, pero esa no era en ese momento la mayor preocupación de la capitana Misty y de sus hombres, sino que era poder entender lo que diantre estaba sucediendo allí. Por ello miraron a Murdîn en busca de algún tipo de aclaración, pero éste parecía aún más desconcertado que ellos.

Cargando editor
21/01/2020, 08:21
Murdîn

Murdîn tenía la boca abierta y las palmas de las manos también abiertas de par en par y a la altura delos hombros. No parecía dar crédito a lo que veían sus ojos. Ojos que iban de lado a lado observando cada detalle, cada monstruo y a cada conocido suyo. Era evidente que estaba tan o más sorprendido que los miembros del Tetanic.

¿Pero qué...? - Miró a Misty buscando respuestas. - ¿Qué diantre...? - Miró a Taththorn, el era mago, tenía que saber algo. - ¿Qué mierdas...? - Miró al gnomuerto, él debía saber de mierdas. - ¿Que puñetas...? - Miró al bardo. Como tal igual conocía alguna historia similar. - No entiendo... - Dijo al fin, derrotado y soltó todo el aire que llevaba en sus pulmones, como desinfládnose descorazonado.

Cargando editor
21/01/2020, 08:21
Misty

Misty lanzó un discreto bufido, pero bufido al fin y al cabo, al ver la escena. Se frotó los ojos, estaba cansada de tantos problemas sin sentido. Carraspeó y se acercó un poco más para ver la escena.

-Estan hechizados, claramente, ¿verdad, Tathtorn? -preguntó al mago.

Se concentró en un pequeño grupo de enanos junto a un demonio para comprobar su teoría.

Notas de juego

Lanzo detectar magia para comprobar si hay algún hechizo sobre los enanos drogados.

Cargando editor
21/01/2020, 08:22
Tathtorn

Tathtorn se preguntaba qué diablos hacían que no se unían a la fiesta.

—Sí, Capitana, eso es exactamente lo que estaba pensando —mintió el mago mientras dejaba hacer a Misty.

«Aguafiestas» pensó para sus adentros.

Cargando editor
21/01/2020, 08:22
Jilip Ollas

Jillip observó la fiesta que se desarrollaba debajo de su posición, fiesta que le trajo memorias de salones enanos y de ¿Laboratorios? en fiesta. Celebraciones guerreras y fiestas de celebración de proyectos terminados se mezclaron en la mente del gnomuerto confundiendo aun más su percepción de lo que sucedía en el salón... y dejándole un regusto amargo. Desde que había despertado en el altar de Misty no había podido disfrutar realmente de ninguno de los placeres que observaba.

Jabía bebido las mejores cervezas enanas y comido banquetes suculentos en el Karakado, pero su sentido del gusto parecía dormido y todo tenía un gusto apagado y con un cierto dejo de cenizas. La música le llegaba clara y diáfana, pero no lo inducía a bailar como antes, recordaba que no había sido así antes, había sido un buen bailarín y más de una gno... ena... persona del sexo femenino, había sucumbido a sus encantos y había terminado en su cama... y ahora ni eso le quedaba ya que su pichita se había perdido en la nave. 

En ese estado de ánimo no debería haber resultado extraña su propuesta - Me han dicho que una excelente cura contra estar hechizado, es un corte a la altura del cuello... o un hachazo en el cráneo, eso te abre la mente.

Cargando editor
21/01/2020, 08:22
Filbert Lenguaguda

-¡Por todas las cuerdas de mi laud! ¿Que puñetas están haciendo todas esas horrendas y feas criaturas? ¡Bailando con Diablos ni más ni menos!

Farfulló respondiendo a su propia pregunta mientras observaba atónito a aquel espectáculo del mal gusto. ¡Y que música! eso por ser generoso y no llamarlo ruido...

-Tenemos que hacer algo, capitana. Esto es un insulto para cualquier músico que se precie...

Cargando editor
21/01/2020, 09:18
Narrador

Misty quedó abrumada ante la enorme cantidad de magia que flotaba en el ambiente. La mayor parte de auras mágicas, así como las más poderosas eran de la escuela de encantamiento. Algo evidente a tenor del estado de éxtasis en el que se encontraban sumidos demonios y enanos. Misty había pensado en lanzar un conjuro de disipar magia, no obstante, no iba a bastar con uno solo, eso también era evidente.

Quizás, lo que debían hacer era atacar a la raíz del problema, si es que había alguno, pues lo cierto era que aquella extraña conjunción de enanos y demonios parecía estar pasándoselo muy bien, conviviendo en armonía y no haciendo daño a nadie. Aunque lo cierto era que, aquella magia de encantamiento, sumada a la presencia de innumerables demonios, les indicaba que algo malo, muy malo, estaba detrás de todo aquello.

Fuera como fuera, desde su posición, poco podían hacer salvo tratar de lanzar un conjuro de disipar magia o cien. Eso o bajar a la fiesta y tratar de investigar algo. Eso o rendirse a la misma y disfrutar un poco. O ambas cosas. No tenía porque ser incompatible la diversión con la investigación.

Cargando editor
21/01/2020, 11:44
Tathtorn

Tathtorn escuchó la explicación de la capitana y meneó las cabeza mesándole las pobladas barbas blancas.

—Es obvio que esto no es fruto de uno o dos hechizos de encantamiento lanzados por unas erinyas hambrientas de arietes de carne enanos. Por lo que dices, los diablos también están afectados, debe tratarse de algo más grande y más poderoso. Quizá un artefacto —concluyó el herrero rúnico. Entonces se le ocurrió cómo podía unirse, de una vez por todas, a la fiesta—. Alguien debe bajar ahí a investigarlo. Yo soy el más viejo, y ya he vivido lo suficiente. Si alguien debe sacrificarse, soy yo.

Carraspeó y salió disparado en dirección a la orgía, esperando que nadie se diera cuenta de que él era, realmente, el más joven de la compañía.

Cargando editor
24/01/2020, 11:17
Misty

Misty sujetó a Tathtorn de la capucha antes de que avanzara un solo paso.

-Alto ahí, jovencito -dijo la capitana-. ¿Qué piensas hacer ahí abajo? A ver, dime, ¿qué puedes hacer para averiguar el origen de esto? Mejor vamos todos juntos, por lo que pueda pasar.

Cargando editor
31/01/2020, 12:25
Tathtorn

Misty descubrió que la capucha de Tathtorn era postiza. Se quedó con ella en la mano mientras el mago, alegremente, fue a visitar la algarabía.

Para investigar.

Sí, ejem, eso.

Cargando editor
31/01/2020, 13:04
Jilip Ollas

- Eso, investiguemos juntos como propone la Capitana - dijo el gnomuerto, y salió detrás de Tathorn con un trotecito corto que lo acercaba a las cortas zancadas del mago

Cargando editor
01/02/2020, 07:44
Narrador

Los cuatro tetanautas descendieron a los salones enanos guiados por un Murdîn altamente desconcertado. Su presencia entre aquellas gentes enanas y aquellos diablos, estaba pasando del todo desapercibida. A nadie, fuera enano o fuera ajeno maligno, parecía importarles un bledo su llegada, por lo que los cinco recién llegados, podían campar a sus anches mientras eran testigos de todo lo que se estaba desarrollando en aquel lugar.

Lejos de parecer una conquista de los siervos del Gran Abismo, sobre aquella ciudadela enana, aquello parecía más bien algo consensuado. Y es que todo el mundo sin excepción parecía estar pasándoselo de miedo y "de miedo" se refería a "de puta madre" y no todo lo contrario. Enanos, enanas, diablos y diablesas, comían juntos en las mesas, bebían cerveza, cocaban sus jarras, reían, cantaban y bailaban.

De hecho, a medida que se fueron fijando en las actividades que estaban realizando los presentes, fueron conscientes de que algunos de los asistentes, habían entrelazado sus cuerpos desnudos dándose a la pasión y cediendo a sus más primitivos instintos. Algo que, al resto de asistentes que no estaban intercambiando fluidos, no parecía molestarles ni un ápice. Y es que había enanos y enanas unidos por un coito extremo, también diablos y diablesas, enanos y diablesas, diablos y enanas, enanos y enanos, enanas y enanas, diablos y enanos e incluso enanas y diablesas. 

Aquella ciudadela se había convertido en una verdadera bacanal de sexo desenfrenado, alcohol, música atronadora y sin duda alguna, sustancias alucinógenas. Algo que los cinco protagonistas, empezaban a ver factible que también hubieran tomado, pues lo que veían, aunque sabían que era cierto, parecía más el producto de una alucinación, que un hecho real. Lo cierto era, que difícilmente les creerían si lo contaban en algún círculo de la enanidad, pues ellos, los enanos, no eran esa clase de seres que de buenas a primeras se dejarían llevar por los más bajos instintos.

Fuera como fuera, tras algunos minutos alucinando con lo que se habían encontrado al llegar al Yelmo de Hierro, encontraron la fuente de aquella atronadora música. Subidos sobre un escenario iluminado por lámparas que se movían para iluminar diferentes partes del escenario, se encontraban una serie de diablos tocando una serie de extraños instrumentos de cuerda y percusión, los cuales resplandecían con luz eléctrica, que parecía multiplicar su sonido. 

Uno de ellos cantaba una pegadiza canción con una voz cavernaria, que en ocasiones se tornaba muy estridente y ese momento coincidía con el de mayor excitación de los enanos y diablos que escuchaban aquella sinfonía aterradora mientras saltaba bailaban, coreaban aquella siniestra melodía y bebían cerveza alegremente.

 

Cargando editor
02/02/2020, 10:55
Tathtorn

Tathtorn no perdía ojo de todo lo que estaba sucediendo, especialmente en el ámbito sexual. Observaba y tomaba notas. Todo aquel conocimiento le sería útil más adelante, cuando dentro de unos años tuviera el vigor de la juventud entre sus piernas.

—¡Joder, eso es música! —dijo Tathtorn cuando llegaron al escenario.

Alzó unos cuernos al aire y empezó a mover las barbas al compás. Ni se le pasó por la cabeza atacar a aquellos diablos para liberar a sus compañeros. Es más, pensaba en mandar un mensaje al Krakado para que se vinieran todos a disfrutar de aquella bacanal. 

Cargando editor
10/02/2020, 16:45
Jilip Ollas

Jillip veía la dantesca  escena a través de los ojos del enano que habitaba en su mente, Ollas extrañaba las sensaciones que debería despertar la escena en el cuerpo del Gnomuerto, sensaciones que la ausencia de la pichita no permitía que pasaran de cosquillas en la entrepierna.

Como fuera ambas personalidades disfrutaban de la música y un poco de baile no haría mal a nadie... mientras la capitana no ordenara cortar cabezas, Jillip bailaría.

Cargando editor
10/02/2020, 17:53
Narrador

Fueron caminando a través de aquel gran salón donde se estaban llevando a cabo las más atroces y a la vez divertidas y placenteras prácticas, sin que nadie pareciera reparar en ellos. Su presencia en la ciudadela era para diablos y enanos, como la anécdota que le contaría un abuelo americano a su nieto, sobre como consiguió el cromo de beisbol de Babe Ruth. Aunque claro está que Misty, Tato, Jillip y Filbert desconocían por completo lo que era un cromo de beisbol y tenían serias dudas acerca de lo que era un abuelo, sobre todo Tato.

Fuera como fuera, llegaron hasta lo que parecía el centro del lugar. Un enorme escenario donde una serie de diablos estaban tocando extraños instrumentos de sonido eléctrico y entonando un brutal melodía que causaría pesadillas a los niños más valientes. Si, eso ya había sucedido, pero siguieron caminando y dieron un amplio rodeo al lugar. Siguieron alucinando con todo lo que les rodeaba y finalmente volvieron a aquel punto.

Aquel conjunto de infames criaturas seguía entonando una de sus infernales melodías, aunque esta, mucho menos animada y mucho menos excitante que la primera que escucharan nada más llegar al lugar. No obstante, no era desagradable del todo si uno tenía una buena cerveza al lado.

Fue entonces cuando fueron testigos de algo. A sus espaldas se encontraba, sobre una zona elevada a la que se accedía subiendo cuatro o cinco escalones, lo que parecía ser un trono. Sobre el mismo se hallaba un enano portando una corona. A sus lados y sentadas sobre los reposabrazos del trono, se hallaban dos diablesas bien parecidas, las cuales acariciaban los brazos y la cara del thog enano y le besaban en la mejilla y el cuello.

El grupo decidió entonces encaminarse a hablar con aquel enano. A medida que se acercaban, fueron testigos de que el thog enano parecía muy feliz. Las diablesas le susurraban cosas al oído y al thog, por su expresión y posición corporal, parecía estar gustándole mucho lo que le decían, pues era evidente que se le estaba acelerando el corazón. 

Entonces descubrieron a la única persona, a excepción de Misty y el despichado Jillip, que no se lo estaba pasando bien. Un enana con mala cara y cruzada de brazos que se hallaba apoyada contra el trono y que miraba con indignación y cierta resignación al thog, sin duda debía ser su enfadada esposa.

Cargando editor
10/02/2020, 18:22
Higreed

Buenos días... - Dijo entonces quien debía ser la thogsi del reino y la única que conservaba todavía la cordura, aparte de una aguafiestas. - Soy Higreed, Thogsi del Yelmo de Hierro. - Dio un paso a un lado y señalando de forma muy ceremonial con ambas manos hacia el trono y mientras realizaba una leve reverencia, continuó hablando. - Y aquí, el gran Thog Dûndran del Yelmo de Hierro. Como verán, su majestad está sumido en un importante asunto alcohólico, mientras dos furcias procedentes de los siete infiernos de Baator... - Se acercó a los cuatro intrusos. - ...y posiblemente lo sean de forma literal... - Dijo en tono lo suficientemente bajo como para que fuera considerado un susurro, pero lo suficientemente algo como para que el thog lo oyera.  ...le están regalando los oídos, con las múltiples formas en las que sus mercedes pueden pelar un nabo. Lo que no saben... - Miró furiosa a su marido. - ¡Que ese nabo es flácido como el algodón! 

Cargando editor
10/02/2020, 18:37
Dûndran

¿Qué puñetas dices, querida? - Preguntó entonces el thog, con las mejillas sonrojadas, la baba regando su barba y los ojos enternecidos de amor... o de ganas de meter su espada en una diabólica, oscura, caliente, húmeda y profunda caverna. - ¿No ves que estoy ocupado ahora mismo? ¿Por qué no vas a hablar con... - Hizo una pausa para pensar. - ...cómo se llama la thogain?

Si, era patético que un propio padre no recordase el nombre de su propia hija, pues como todos sabían, el thogain era el título que se le otorgaba al hijo o hija de un thog, normalmente al heredero al trono. No obstante, era comprensible que aquel pobre Thog no recordase muchas cosas en ese momento, como tampoco se hubiera percatado de que cuatro extranjeros pedían audiencia o de que su propia mujer estaba siendo testigo de como estaba siendo agasajado con mimos, caricias y besos por dos furcias del infierno. ¿Quién en su situación no sucumbiría a los encantos de dos diablesas?