Partida Rol por web

[D&D 3.5] Sin Noticias del Thog.

Epílogo.

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15/03/2020, 11:57
Narrador

La Expulsión de los Diablos del Yunque de Hierro.

Finalmente, cuando el autodenominado Rey de las Arpías cayó y justo después fueron muriendo uno a uno sus acólitos, el resto de diablos dejó de luchar y buscaron una huida. La mayor parte de aquella plaga acabó pereciendo a base de hachazos, martillazos o meros golpes de puño y barrigazos enanos. Una vez descabezados, el pueblo de Yelmo de Hierro volvió a sus cabales y dejaron de lado toda la diversión que éstos podían proporcionarles por otro tipo de diversión bastante más enano, una buena pelea.

La batalla duró más bien poco, pero el trabajo de despejar de muertos la ciudadela y adecentar los salones, duró un par de días. Durante esos días, el grupo de tetanautas gozó de los cuidados de los mejores curanderos de la ciudadela. El gnomuerto, que a punto estuvo de ser destruido durante el combate, acabó por desarrollar la enfermedad que la barba del diablo le había pegado. Estaba claro que no había aprendido que para llevar a cabo según que prácticas, era necesario usar protección. Eso fue al menos, lo que los sanadores enanos le estuvieron comentando durante todo el tiempo que duró su recuperación.

Higreed y el thog Dûndran les estuvieron eternamente agradecidos. Cierto era que lo habían pasado bien con aquellos diablos, pero había sido todo en contra de la voluntad del pueblo de Yunque de Hierro. Los yunquerrienses, como todo enano, hallaban la felicidad en la minería, la orfebrería, la herrería, la forja, la comida, el alcoholismo y el mal humor. El sexo y la música heavy no eran para ellos y la thogsi ayudada por sus desinteresados salvadores, por suerte se lo había recordado.

Dieron un buen banquete y bebieron mucho para celebrar la victoria. Cuando ya era tarde y el alcohol ya había hecho su efecto, se formó una buena pelea. Muchos acabaron lesionados, con ojos morados, dientes rotos y escupiendo sangre, no sólo por la boca, pero todos felices y dichosos de que la normalidad y los buenos tiempos hubieran regresado por fin a la ciudadela.

Poco después el grupo de tetanautas se marchó con la firme promesa de regresar alguna vez y recordar la gran victoria. No obstante, debían informar de lo sucedido en su propio krakado de lo sucedido y sobre todo, dar la noticia de que las relaciones entre ambas ciudadelas iban a ser a partir de ese momento, mejores que nunca. 

La Kark Rovanan les recibió enseguida tras su llegada. Estuvo muy contenta por las noticias que le fueron comunicadas y les premió con la medalla al mérito de Karak-Belgarosh, además de con una buena recompensa que cada uno de ellos uso de una manera muy diferente...

Notas de juego

Y a partir de aquí, vuestro epílogo.

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15/03/2020, 13:20
Filbert Lenguaguda

Filbert Lenguaguda

Tras su regreso a Karak-Belgarosh dejó para siempre ser el mediano del barril. No le acababa de convencer aquel oficio, pues estaba convencido de que tenía otra virtudes más allá que la mera estancia en el interior de un barril.

Con el oro con el que fue recompensado, decidió reunir una banda musical itinerante, la cual estuvo compuesta por él y dos diablesas, una de color azul y otra de color rojo. Dichas diablesas fueron las que conociera en Yelmo de Hierro cuando retozaban alegremente con el thog. 

No tocaron en muchos lugares, pero si se tocaron entre si. Bastante de hecho. Pero todo acabó para Filbert repentinamente debido a una gonorrea que sacó un veinte y confirmó el crítico. Filbert murió joven, pero murió feliz y muy satisfecho a nivel sexual... salvo por la gonorrea.

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15/03/2020, 16:43
Tathtorn

Tathtorn se unió de buena gana a las celebraciones, aunque prefirió ver las peleas de lejos. El mago había tenido una buena ración de peleas y era de buena educación dejar que los demás se divirtieran.

El herrero rúnico se quedó en el Thog únicamente el tiempo que Misty decidió como prudencial. Después, volvió al Tetanic con su capitana, para reanudar sus estudios sobre magia temporal. 

Sin Noticias del Thog no fue su última aventura. A decir verdad esta fue su aventura más aburrida y birriosa, indigna de ser relatada, y escrita con una ortografía horrenda ¿pero qué iba a esperar uno de un DM sin experiencia previa? 

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16/03/2020, 16:36
Jilip Ollas

Tras haber sobrevivido a semejante ordalía, y con sus arcas personales engordadas por las recompensas del Karakado y del Thogado... recompensa que por cierto tomó con sus propias manos del cadaver de un diablo... Jillip se retiró a su taller en las entrañas del Tetanic. 

Dos días después salió del barco con varios pergaminos en un rollo, un par de mochilas cargadas de oro y gemas y murmurando para si mismo los nombres de varios artesanos del Karakado. Volvió por la tarde con las mochilas vacías y un par de paquetes con piezas metálicas y tras saludar al paso a sus compañeros volvió al taller.

Durante las semanas siguientes el taller fue un delirio frenético de actividad, y en los días siguientes llegaron al menos cinco paquetes con lo que parecían ser herramientas o partes mecánicas de fina manufactura. El gnomuerto trabajó con ahinco y hacía pausas sólo para comer o descansar unas horas, y finalmente, tras dos semanas y media salió con gesto orgulloso aunque agotado.

Llamó a sus compañeros de aventuras para mostrarles algo, estaba vestido con una gorra a cuadros azules, una musculosa verde y llevaba una toalla turquesa en la cintura, la cual se colgó en los hombros para descubrir su última creación. Pichita 2.0 era una prótesis realista más que respetable para estándares diabolicos, casi grande para un enano, y sinceramente en el caso de Jillip parecía que le hubiera crecido otra pierna pero de metal negro.

Su creación tuvo mucho éxito fuera del Tetanic, y con el pasar de los meses Jillip contrató a los artesanos de la lista y juntos pusieron un negocio de venta de prótesis y juguetes de diversas formas y tamaños. La Tienda de Artefactos de Ollas y Compañía pronto abrió sucursales en todos los Karakados y penetró el mercado humano con fuerza y pasión, encontrando en las mujeres del imperio Umnio una clientela sorprendentemente creativa en sus pedidos... el juguete más pedido, La Lanza de Guideon. 

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16/03/2020, 20:30
Misty

Las costumbres de Misty no variaron demasiado tras el regreso victorioso al Krakado. Aceptó la recompensa, la repartió por ahí y antes de que la fiesta pasase a mayores, se retiró a la gruta donde oraba a su dios del Tiempo y el Espacio, que no era más que una cabina telefónica de color azul muy pequeña, tallada en piedra, y así dedicó unos cuantos días a meditar.

En esas estaba, unos días más tarde, cuando un zumbido ensordecedor retumbó por toda la gruta y, de repente, apareció una réplica de la misma cabina, pero a tamaño natural. Cuando la puerta se abrió, el interior salió el Doctor, la invitó a pasar al interior de su TARDIS y Misty cumplió su sueño de viajar a través del tiempo en cualquier dirección hacia cualquier lugar del espacio.