Partida Rol por web

Distingues al menos varias docenas de pisadas diferentes que se dirigen hacia el norte, parecen humanas en su mayoría.

También vés una docena de pisadas más pequeñas que sin duda pertenecen a Goblins que vienen del norte y se dirigen hacia el puente levadizo, además ves dos rastros de lo que parecen ser lobos inusualemnte grandes que parece que han venido con los goblins.

La verdad es que había un gran caos en las pisadas, pero finalmente la inspiración divina bajó en su ayuda.

-Humanos. Varias docenas. Se dirigían hacia el norte. Miró un poco más aquello. -También tenemos goblins, parece ser que venían del Norte. Se dirigieron al puente levadizo.

Tocó unas huellas mucho más grandes. Frunció el ceño ante lo que estaba viendo. -Dos lobos. Inusualmente grandes. Demasiado. Al parecer seguían a los goblins.

Miró a los ojos al enano. -La tiflin dice que no hay nadie en la ciudad. Pero confiar en el instinto de un enano me ha salvado varias veces en la antigüedad. ¿Que propones?

Reshi dio un respingo al escuchar las campanadas. Había estado muy ensimismado y silencioso desde la batalla con los orcos, como si recién se diera cuenta de para qué servían los conjuros dañinos. La única otra cosa a la que prestaba importante atención era al gato que aparecía esporádicamente.

Miró el suelo con poco interés. Eran pisadas, pisadas de pies. Y él poco más iba a saber.

—Las campanas tampoco resuenan solas, no me creo que la ciudad esté vacía — dijo llevándose una mano a la barbilla—¿Ilusiones?— susurró para sí— Si me dan unos minutos, podría empezar a detectar magia en las cercanías, pero tendré que lanzar el conjuro directo desde el grimorio y eso toma más tiempo— agregó, señalando su libro— creo que podría caminar mientras lo hago, pero seguirá tomándome unos 10 minutos lograr el efecto.

El mago vio como Nott comenzaba a adelantarse sola hacia la ciudad, y entendió que nadie iba a esperarlo. Se encogió de hombros y comenzó releer sus notas para lanzar el conjuro igualmente, en el peor de los casos algo los golpearía mientras estuvieran desprevenido e interrumpiría su hechizo, en el mejor igual lograría adelantarse a algún imprevisto.

Y mientras con una mano sostiene el libro que lee y recita en voz alta, con la otra el mago comienza a trazar dibujos y gestos en el aire.

No detectas ninguna fuente de magia.

Estáis cerca o encima del puente levadizo pero no conseguís distinguir ningun rastro de actividad en el pueblo... Tan solo el repicar de las campanas, que siguen sonando sin cesar.

Darnys ha distinguido Goblins y lobos entre las huellas que entraban en el asentamiento de Piedra Nocturna y si miráis hacia dentro de las murallas podéis ver varias piedras de gran tamaño, deben hacer aproximadamente 1 metro de diámetro. Y están por todas partes, han destrozado casas, el suelo, y alguna que otra torre de vigiláncia.

Cuando se disponía a acompañar a Nott, el enano sintió en el hombro la mano de Edirian; el cruce de miradas y el gesto negativo del joven fueron suficientes. Asintió con un atisbo de sonrisa, lanzó una significativa mirada, ceñuda, hacia la villa más allá del río, y volvió sin añadir comentario alguno hacia donde estaban las huellas. Estaba claro, que ambos, sacerdotisa y bardo, se conocían desde hacía tiempo, así que, mejor acompañada que por Edirian no podrá estar.

Además, con lo que había dicho Sharamy desde las alturas, había un cierto margen para la confianza en que no hubiese gente hostil... al menos, a la vista.., en la villa; aunque alguien debía haber, pues las campanas,... no suelen sonar solas como antes. La voz de Darnys me sacó de mis pensamientos, al requerir mi presencia ante las huellas de pisadas. Se la veía francamente concentrada en lo que tenía delante... Y lo que me contó,... sonaba a una historia, escrita en el suelo; lo difícil en estos casos es saber leerla bien.

-Si el orden de lo que dices es correcto... me sonaría a que una partida salió de Piedra Nocturna, hacia el norte, como dices. Si hay rastros de goblins que vienen de esa dirección, debieron encontrarse en algún lugar más al norte de donde estamos ahora. Tal vez, pudo haber alguna batalla, y los goblins, me temo que vencedores, vinieron hacia la villa. Lo que no consigo adivinar es lo de los lobos... grandes lobos. Si estuviesen con los goblins, pensaría que pudiesen ser monturas suyas, pero... si son de momentos distintos, posteriores... o carroñeros que buscan carne fácil,... o podrían ir montados por otros que no fuesen goblins; en todo caso, solo dos lobos, es raro, las manadas suelen ser más numerosas.

Miré a la guerrera, pensativo; tal vez ella hubiese llegado a una conclusión similar.

-Me preocupa el grupo humano que salió hacia el norte... Y la villa está demasiado en calma. Si estuviese infestada de goblins, se habrían hecho notar. Si estuviese a salvo de ellos, habríamos visto gente por aquí. O está vacía, o quien quiera que haya, está oculto, o haciendo algo fuera de la vista...

-... así que... una de dos, o echamos un vistazo a ver que fué del grupo que partió al norte, o nos aventuramos a buscar a quien quiera que esté en la villa. Personalmente, no me gusta dejar cabos sueltos a mis espaldas... y quizá nuestra voladora compañera pudiese echar un vistazo rápido en dirección norte...

... evito decirlo, pero todos creo que lo sospechan: las grandes piedras... un posible asalto con, o catapultas descomunales, que dejarían visibles rodadas en el terreno blando..., o criaturas capaces de lanzarlas a distancia, lo cual. es un serio problema.

-Sharamy -Me dirijo a nuestra compañera que tiene la apreciable capacidad de volar- ... ¿podrías decirnos si por los alrededores, en concreto hacia el norte, hay algo?... rastros visibles, vestigios de una batalla... pero no te alejes demasiado, no sabemos que puede haber oculto cerca...

Se que tendremos que terminar por entrar a la villa, y puede que no los veamos, pero quizá en las casas, o en el reducto, encontremos desagradables sorpresas; no quiero tampoco retrasar el momento de ir, pero... quiero asegurarme de no quedar entre la espada y la pared, por eso lo de echar un ojo hacia el norte...

Sharamy asintió ante las conclusiones del enano. Cada vez se ganaba un mayor respeto ante la cazarrecompensas.

-Claro que puedo pero desde el aire no puedo seguir rastros de pisadas. Será confiar mucho en el azar que dé con algo. Y tengo la impresión de que esas campanas puedan ser una petición de ayuda de los supervivientes del pueblo. ¿Y si los goblins los han acorralado en la iglesia y están pidiendo ayuda? Creo que sería mejor idea que me acercara volando al campanario y bajara a la iglesia a ver qué pasa ahí.

Darnys asintió con el ceño fruncido ante las palabras del enano. A medida que la palabras teñían el ambiente se daba cuenta de que había hecho bien en pedir consejo al clérigo. Pocas veces las palabras de las viejas razas eran en vano. Así pues quien las escuchaba tenía mucho que aprender. Sin embargo muchas veces había visto como los humanos eran prestos a hacer oídos sordos a sus palabras. Ella no era uno de ellos.

Miró a Sharamy y alzó una ceja ante sus palabras. -Lo que vas a hacer es muy peligroso. Pero si tu te ves capaz, haz aquello que creas.

Se giró hacia el enano. -Al final vamos a tener que entrar de todos modos. Tengamos más o menos ganas. Quizás podríamos quedarnos en el linde por si Sharamy necesitara ayuda rápida. Se giró hacia Sharamy. -No digo que no puedas, seríamos como una cuerda de seguridad.

Reshi dejó de recitar y levantó la vista de su libro. Durante un instante tras lanzar el conjuro, los ojos del tiefling parecieron dos perlas azules sin pupilas. Comenzó a mover la cabeza en una y otra dirección, haciendo un paneo rápido.

—En el area circundante no hay magia, pero necesito acercarme al pueblo para poder despejar todas las dudas. Yo también quiero entrar ¿Estamos todos de acuerdo en dirigirnos al campanario?— preguntó con un tono que sonaba más a una afirmación. Eran esas cosas raras que tenía el mago, de a ratos parecía mareado hasta por su propios pensamientos y de a ratos se movía de forma tal que permitía recordar que aquel anillo que portaba no era solo un adorno, sino también una insignia nobiliaria.

Se paró detrás de Darnys, como esperando que la guerrera encabezara la marcha.

—Un momento, necesito prepararme— Reshi inspiró aire y comenzó a hacer un juego de movimiento que a estas alturas ya habían visto varias veces: Armadura de mago.

—Muidisearp IgAM ¡AGGH!— Reshi emitió un quejido, como encegecido se tapó los ojos con ambas manos y comenzó a restregarselos con los puños. La punta de su cola se sacudía en el aire con un movimiento similar, casi como por reflejo—Agh... lección aprendida— se dijo, parpadeando como para recuperar la vista— Primero Armadura de Mago, y luego Detectar Magia, no al revés— por  suerte el deslumbramiento había durado apenas unos instantes, pero aquel fallo ya le había arrebatado al tiefling cualquier amago de majestuosidad que instantes antes hubiera tenido.

Carraspeó pretendiendo que no había quedado cegado por la sinergía inesperada de sus propios conjuros y con el mismo tono que escondía órdenes detrás de preguntas finalizó—Ya estoy listo, ¿Vamos?

Sharamy agradeció la preocupación de la humana y le sonrió.

-No os preocupeis. Tengo experiencia yendo de tejado a tejado sigilosamente. Tardaré un rato pero no me verán. En cuanto sepa algo volveré lo más rápido que pueda.

Entonces habló Reshi.

-Reshi, si vais a pies es más fácil que os detecten si alguien está asediando la iglesia. Dadme 5 minutos.

Vas planeando de tejado en tejado, ahora ya dentro del asentamiento, el repicar de las campanas hace más fácil que no te detecten cuando aterrizas en el tejado del campanario. Te asomas por los arcos que hacen de ventanas mientras la campana repica encima tuyo, el tañir de las campanas de tan cerca es ensordecedor y te molesta muchísimo hasta el punto de que una estancia prolongada podría dejarte algo dura de oído durante un buen rato. Y enseguida te urge salir de ahí, pero tienes tiempo de echar un vistazo.

La cuerda que está atada a la campana se mueve sin cesar y si miras hacia abajo través del campanario ves que de ella cuelgan dos goblins que parecen estar pasándolo en grande, ajenos a tu presencia puedes ver (que no oir) cómo ríen cada vez que la campana suena. Puedes también entrever un poco de desorden desde la limitada vista aérea. Te da la impresión de que podrías bajar por el hueco del campanario si plegaras tus alas y te agarraras a las paredes. Pero una vez dentro no podrías salir volando por el mismo sitio.

Nótt se acercó al filo del foso, tanto que posiblemente una fuerte corriente o un empujón la harían caer al agua. No sabía quién la había seguido, escuchaba pasos tras de sí pero intuía que estarían más ocupados averiguando el origen de las campanadas, su objetivo en esta misión, pero en esos momentos tenía otra cosa en la cabeza.

- Las aguas están agitadas.- Dijo ante la pregunta de Ed, quien ahora se había colocado a su lado. Puede que él no entendiera nada, pero para ella era un mal presagio.

Recordaba perfectamente la pesadilla, el estar hundida hasta las rodillas en la apacible mar cristalina mientras el frío calaba en sus huesos. Igualmente tenía la marca en su brazo para recordarle que algo no iba bien y, el hecho de que ahora esas aguas estuvieran revueltas lo eran todo para ella.

Alzó el rostro para dirigir su mirada al cielo, achinando los ojos ante la molestia del sol. ¿Tenía algo que ver? ¿Quería que se metiera? ¿Era una señal de algo que no lograba entender todavía? Cada vez estaba más confusa y cansada, apartándose un paso del foso como si estuviera rindiéndose ante la visión.

- Deberías ir con ellos, te necesitan.- En ningún momento miró al bardo, más centrada en el cielo gris y en el mar que en la compañía.- Quiero estar sola.

Durante un largo instante, manteniendo una leve distancia, Edirian observa a la sacerdotisa. La mirada perdida, el aire ido, distante, frío. El recuerdo en la culmen del templo perdido le acecha, y la imagen es tan similar que resulta... Inquietante. Con una complicidad absurda, se vuelve para mirar a Neos, que simplemente se acicala una de sus patas con su áspera lengua.

- La soledad no es algo tan sencillo para nosotros, chica luna - responde Ed, con voz suave pero firme-. Sospecho que el peligro acecha tras la empalizada, no te quedes atrás.

 Sin mucho más que decir, comienza a alejarse de vuelta con el grupo, pero se detiene un simple instante. "Temo que la que me necesites seas tú" piensa, pero se ahorra sus palabras.

Está claro que no iban a ser de ayuda. 

Tras una breve conversación con la sacerdotisa, Edirian vuelve junto al grupo justo a tiempo de a la tiefling preparándose para despegar. Ahoga un suspiro para evitar sonar desagradable, pero levanta la mano antes de que lo haga.

- No sé cuanto crees que puede funcionar todo eso del voleteo - comenta Edirian, con voz melódica y una sonrisa-. Está claro que yo no tengo esas alas tan ventajosas como las tuyas, así que no puedo decir que sea mi especialidad. Lo que sí creo es que en el aire estás completamente expuesta: no hay donde esconderse ni con que, eres un blanco visible a cualquiera que levante la vista. Antes, por suerte, no había nadie tras la empalizada... Repetirlo sería tentar a Beshaba y no a Tymora. A mi juicio sería muy fácil que te detectaran, y como bien ha dicho Darnys estarías sola, sin nadie para ayudarte si todo se tuerce.

Tras decirle esto a la tiefling, el bardo se vuelve hacia el resto, encogiendo los hombros en un gesto de indiferencia. La decisión no es suya, en todo caso.

- Y luego está el hecho de que yo me niego a esperar aquí como un idiota - les dice a los demás en concreto -. Si ella va a entrar yo entro también. Con suerte podré ayudarla si algo sale mal... Creo, si me permite decirlo, que habiendo vivido toda mi vida a nivel de suelo se moverme bastante bien sin que se fijen en mi sin necesidad de andar de aleteo por los tejados.

Echando la capa a un lado, Edirian desenvaina su estoque, y vuelve a colocarse la capa, dejando que la capucha caiga sobre su rostro, y se prepara a seguir a la mujer si esta decide a irse sola hacia el poblado.

Lanzó una mirada final al norte, y un suspiro... era consciente de que lo importante era lo que habría en la villa, no en aquella dirección..., pero era un cabo suelto; un grupo de gentes había ido en aquella dirección, y a saber que les deparó el destino; probablemente, un mal encuentro.

Pero lo importante, era lo inmediato, ahí tenían toda la razón los más jóvenes, a la par que impulsivos, así que... mejor olvidar lo que hubiese a sus espaldas, y seguir adelante.

-Si vamos a hacerlo, hagámoslo bien. Edirian tiene razón en lo que dice; Sharamy, puede que haya gente emboscada en las sombras, así que, te acompañaremos como podamos e iremos revisando la villa, para evitar meternos en medio de un buen lío... iremos a nuestro ritmo, pero procuraremos saber donde estás por si necesitas que te ayudemos. Por lo que veo, hay gente mucho mas ágil y versada en el arte de moverse sin que se les note que algunos de nosotros... así que... cada uno que haga lo que mejor sabe, y que sepa que los demás estaremos para ayudar en todo momento.

Buscó la mirada de Darnys; intuía que a ella también le preocupaba el cabo suelto de lo que quedase fuera de la villa, pero... era cierto que tal vez alguien a menos distancia necesitase de su ayiuda, así que era el momento de tomar una elección, y quizá esta fuese la mejor, aunque el instinto de guerrero le avisase de algo que no identificaba... ¡Que molestia de instinto, pardiez!

-No perdamos tiempo. Me reservaré los conjuros que puedo lanzar para cuando estemos en problemas, si llega el caso.

Sharamy escuchó a todo el mundo pero le dió igual. Sabía que podía ir y volver en un soplo y así lo hizo.

5 minutos después, Sharamy, martirizada por el sonido de las campanas, decidió volverse con los demás e informar.

Cuando llegó con los otros, tomó tierra, jadeando por el esfuerzo.

-Malas noticias. Los que hacen sonar las campanas son un par de goblins haciendo el ganso. Me temo que las cosas pueden estar peor de lo que pensamos. No he podido entrar dentro pero algo me dice que lo unico que vamos a encontrar en la ciudad son bandas de trasgos.

Nótt aprovechó esos intensos segundos de mediana soledad para hablar consigo misma e intentar escuchar las respuestas de la naturaleza. El rubor del viento, el sonido de las agitadas aguas cuando chocaban contra las rocas… Nada tenía sentido, mucho menos cuando las campanas eclipsaban sus pensamientos y le impedía recuperarse.

Cerró los ojos mientras se apartaba otros pasos del foso para dirigirse esta vez a sus compañeros. Había entendido que tenían que entrar en el lugar y que unas pisadas indicaban actividad no precisamente amiga, dejando que todos debatieran sobre qué era mejor hacer.

Escuchó, analizó y esperó a una resolución, pero fue Sharamy quien decidió sobrevolar el lugar a expensas de que la descubrieran y volviera con ellos al cabo de unos minutos, informando del origen de las campanas. A diferencia del resto el hecho de que decidiera ir y volver como si nada a la sacerdotisa no le pareció bien, dedicándole una fría mirada y sonando, posiblemente, más borde de lo que realmente querría.

- Si sigues volando nos expones al resto.- Avanzó un poco hacia el puente, lo suficiente como para ver el interior de soslayo sin que pudieran detectarla.- Mide tus acciones, o lograrás que nos maten a todos.- Se giró al enano, su compañero clérigo quien, a diferencia de ella, estaba versado en el arte de la guerra.- No puedo ayudaros en primera línea, pero os cubriré por las espaldas.- Entonces miró al mago de reojo, señalándole.- Él y yo.

Sharamy no se había percatado, Pero Edirian y Brummbär la habían seguido sigilosamente hacia el interior y esperaron junto al templo de Lathander y Mielikki sin ver ningún indicio de actividad más allá del ya cansino resonar de la campana.

Cuando aterrizó Sharamy, Nótt y los demás estaban todos esperándola para oir las "malas" noticias de la presencia de, como mínimo dos goblins en el interior del templo lo que os hace sospechar rápidamente de la posible presencia de más de esas detestables criaturas repartidas por todo el lugar.

Mientras sigue a la tiefling junto al resto del grupo, Edirian no puede creerse su descaro. Sin responder nada, se ha largado sin más, poniendo toda la misión en peligro. "Esa mujer no es capaz de trabajar en equipo, está claro, hace lo que le da la gana y ya está..." Pero decide ahorrarse comentario alguno, más atento a peligros que pueda haber en derredor que a la arquera. 

A diferencia de Nótt, claro.

- Si sigues volando nos expones al resto. Mide tus acciones, o lograrás que nos maten a todos.No puedo ayudaros en primera línea, pero os cubriré por las espaldas. Él y yo.

"Como si no existiera" piensa Ed, que se siente cada vez más ignorado. Primero la tiefling hace como si no estuviera allí y se larga sola, y ahora la sacerdotisa hablaba como si no estuviera allí, al maldito enano del maldito Dios sangriento. "No, esta vez no". Lo de los orcos había acabado en una carnicería, pero no tenía porque ser así. No de nuevo. Lleno de dudas y temores por lo que va a acurrir, Edirian ahoga un suspiro, mirando de reojo a la sacerdotisa, y se vuelve hacia los demás.

- Subiré al campanario - dice en voz baja, acercándose a la puerta del templo con cuidado de no hacer ruido-. Trasgos o no, si son solo dos no creo que ataquen de buenas a primeras. Son criaturas mezquinas y crueles, sí, pero sobre todo, cobardes. Quizás pueda interrogarles y averiguar que ha pasado en el pueblo. Además, en este templo reverencian a Milil, y la guardiana de los trovadores siempre ha guiado mis pasos. Si alguien quiera acompañarme, adelante, pero no ataquéis a las criaturas sin más... No sabemos que ha pasado aún. Y Sharamy,  por Lathander, quédate en tierra por una vez, te pueden ver desde cualquier parte de la aldea. 

Comienza a avanzar hacia la puerta, pero en ese momento, un recuerdo de un sueño reciente le atenaza el pecho. Es algo tan simple, como dos notas. Un do sostenido y un la menor. "Que..." piensa, pero niega, y continúa hacia el interior del templo.

Darnys se encogió de hombros ante el comentario de Eridian.

-Haz lo que quieras. Donde hay dos goblins suelen haber más, por eso. Escupió al suelo. -Además nunca se ha sacado nada bueno de un goblin.

Dicho esto se empezó a dirigir hacia el lateral del templo. -No creo que necesitéis mi ayuda para conversar con dos goblins. Me voy a revisar el perímetro. Si alguien quiere acompañarme es libre.

Así que empezó a dar la vuelta al templo, sin desenvainar el arma pero tensa como la cuerda de un arco. La verdad es que le tenía mucha tirria a los goblins, había matado docenas de ellos, y no tenía ningún interés de conversar con tan antiguo enemigo.