Partida Rol por web

La oscuridad de la noche no es impedimento para que un grupo de orcos vea perfectamente a sus victimas o campen a sus anchas por el asentamiento. Y así hubiera sido si no fuera por un bardo que andaba curioseando por la plaza cuando el batallón entró por una brecha en la muralla. Tras alertar a unos supuestos compañeros que debían refugiarse en el alcázar los orcos parecen intercambiar unas pocas palabras en su tosco idioma y una quincena de guerreros orcos se avalanzan a toda velocidad tras el pelirrojo bardo que va a la carrera pasando por delante de dos casas que flanquean el camino y llegando al puente que conduce hacia el alcázar dónde una humana le está esperando, probablemente con un nerviosimo para nada fingido.

Tras unos pocos segundos Edirian llega al puente con Nótt. Los orcos están apenas a 10 metros del puente, justo entre las dos casas mientras ven cómo el asustadizo bardo echa a correr a los brazos de una mujer. o al menos así lo ven ellos. Confiados aminoran ligeramente la marcha convencidos que os tienen acorralados. Tras ellos, muy lentamente se van acercando 2 orcos más, son más grandes y más corpulentos que el resto y van separados, a 40 o 50 metros de la avanzadilla que os persigue que avanza y se queda con ambas casas a sus espaldas, con 3 inquilinos dispuestos a repartir leña. Aunque quedan todavía 2 orcos rezagados y no parecen orcos corrientes.

Desde su posición, puede ver como los orcos van tras el cebo... parece que han caído en la trampa... pero... hay dos atrás que no; al menos, es lo que puedo ver discretamente desde una rendija de la ventana que da hacia ellos...

No me fijo demasiado en ellos... son grandes, sí, pero solo son dos... y me preocupan más, al menos de momento, los más de una docena que han pasado por delante de la casa en que Darnys y yo esperamos nuestro momento...

... momento que llegará después de que, desde el alcázar, prendan el aceite a base de flechas prendidas, y cierren la retirada a los orcos que queden en el recinto de fuego...

-Ya nos preocuparemos de los otros dos...

... murmuro a Darnys; ambos tenemos ya empuñadas nuestras armas y estamos prestos para empezar el jaleo...

Darnys saca la cabeza disimuladamente por una abertura en la casa y enseguida vuelve a entrar agachándose a tu lado.

- He podido ver a esos orcos de ahí atrás... no son como el resto, he visto muchos orcos en mi vida, y por la armadura que llevan... uno debe de ser el jefe y parece bastante herido, igual no están aqui solamente por conquista deben estar buscando refugio de algo... o de alguien... al otro creo que le falta un ojo, no estoy segura pero me suena que los sacerdotes adoradores de Gruumsh se sacan un ojo para obtener el favor de su dios... debe ser una especie de clérigo o paladín de Gruumsh, esperemos a ver qué pasa y que no nos vean...

Emitió un gruñido, y escupió lejos de ambos...

-Perdón por los modales..., pero... no me gusta un pelo, y menos tener a ese sacerdote a nuestra espalda... De todas maneras... me pregunto quien habrá dejado al jefe en ese estado

(por invitarle a una cerveza, no por que me caiga mal por ello, claro)

Desde su escondite, el enano apretaba los dientes de anticipación, como si fuera a saltar sobre ese grupo y arrancarles las gargantas de forma salvaje. Costaba contenerse, esperar a la señal de una enorme fogata, pero decidió mantenerse su inquieto cuerpo en su sitio un rato más. Cuando terminaron de pasar todos los malditos cara cerdos, Karag vio a otros orcos acercándose a lo lejos.

-Jummm- pensó aguzando sus ojos, imaginando que serían seres más fuertes que los que pasaron antes. Simplemente creía eso por verlos más grandes y estar solos-. Quiero matarlosh- fue lo primero que pasó por su mente al creerles más poderosos. Un animal debe medir sus garras con seres igual de fuertes o incluso más fuertes.

esos orcos de ahí atrás... no son como el resto, has visto muchos orcos en tu vida, y por la armadura que llevan... uno debe de ser el jefe y parece bastante herido, igual no están aquí solamente por conquista, deben estar buscando refugio de algo... o de alguien... al otro crees apreciar que le falta un ojo, no estas muy seguro pero te suena que los sacerdotes adoradores de Gruumsh (dios de los orcos) se sacan un ojo para obtener el favor de su dios... debe ser una especie de clérigo o paladín de Gruumsh.

No sabía si era porque no esperaba tanto orco junto o sus propios fantasmas internos agarraban sus pies para impedir que fuera lo suficientemente rápida como para correr, pero había algo que la frenó. El ruido del agua bajo sus pies le hizo recordar pesadillas demasiado vividas, el dolor del brazo obnubiló por completo su juicio y, cuando quiso darse cuenta, Ed ya estaba prácticamente a su lado.

No iba a darle tiempo, había fracaso otra vez y no iba a dejar que más gente muriera por su culpa, empujando a Ed si fuera necesario para que no parara por ella.

Esos orcos de ahí atrás... no son como el resto, puede que no hayas visto muchos orcos en tu vida, peri por la armadura que llevan... uno debe de ser el jefe y parece bastante herido, igual no están aquí solamente por conquista, deben estar buscando refugio de algo... o de alguien... al otro crees apreciar que le falta un ojo, no estas muy segura pero te suena que los sacerdotes adoradores de Gruumsh (dios de los orcos) se sacan un ojo para obtener el favor de su dios... debe ser una especie de clérigo o paladín de Gruumsh... no parecen buenas noticias a priori...

Reshi se tironeaba de los cuernos por el nerviosismo ¿Los orcos habían parado antes de cruzar el puente? ¡Eso no estaba contemplado! Él sabía que por algo aquel plan no terminaba de convencerle, que por algo había preferido el suyo, pero no había caido en la cuenta de por qué hasta ahora.

Si los orcos no empezaban a cruzar, él no podía hacer nada. La otra orilla estaba muy lejos ¡¿Y la chica rara se había parado a medio camino?! 

Podía intentar salir y asistirlos a la distancia pero ¿cuanto tiempo podía llevarle semejante recorrido? Además, sería definitivamente renunciar al plan ¿Qué debía hacer? Reshi no tenía ni idea, así que seguía agarrandose los cuernos y agitando la cola como si eso fuera a darle una idea clara.

La inesperada aparición de los dos orcos rezagados ponía el plan en entredicho rezagando a Nótt mientras Edirian corría delante de su compañera sin apenas darse cuenta de que la seguía de mas lejos de lo esperado, pero los orcos parecía que no se habían dado cuenta de que, la mayoría de ellos, estaban encima de una capa de aceite que Brummbar se había encargado de colocar previamente, junto a unos cuantos barriles desperdigados entre el caos previo. Una pequeña luz de un pequeño fuego salíó de una de las torres del alcázar cayendo directamente en el aceite que tardó poco en empezar a arder.

La calle parecía un infierno, las llamas se extendían rápidamente y las armaduras de cuero y pelo de los Orcos prendieron como antorchas. En un instante, hubo una desbandada hacia el puente, muchos de los orcos se tiraron por el puente hacia el río, desesperados por apagar las llamas como fuera, sin tener en cuenta si sobrevivirán a la caida. Sin embargo 6 de los orcos habían conseguido evitar el fuego y se dirigían ahora rápidamente hacia el otro lado del puente, dispuestos a entrar en el alcázar antes de que se cerraran las puertas mientas uno de los orcos, el que iba más avanzado, trata de coger la Nótt por la túnica para evitar que entre en el alcázar.

Por otra parte, los dos orcos rezagados empezaron a gritar lo que posiblemente eran ordenes (aunque a vuestros oídos solo eran gruñidos y bufidos sin sentido). Hacia sus subordinados mientras empuñaban sus armas y con la intención de rodear el fuego dirigirse hacia el puente.

Oír el barullo de los orcos siendo quemados resultaba sobrecogedor, daba miedo y terror… pero para el enano eran como sus propios tambores de guerra que enaltecían sus actos y les daban los ánimos para continuar sembrando muerte sobre las filas enemigas. Oyó como esos dos daban órdenes o eso pensaba, podrían estar hablando de mil cosas, pero imaginaba que eran líderes y los líderes solían gritar órdenes.

-Avé como gritash ordenesh con esto atravezao- el plan era atacar a los orcos que iban al fuego, pero tener a dos poderosos orcos dándoles por culo, quizás literalmente, no era algo que debería dejar pasar. Mejor acabar con al menos uno de ellos con rapidez. Hasta pudiera ser beneficioso si les mostraban a sus súbditos sus cabezas cortadas. Tomó una jabalina, comprobando su peso y equilibrio. Debía funcionar. Apuntó al orco grande y herido, teniendo en cuenta que los animales heridos peleaban más fieramente y a veces también eran la presa más fácil de abatir. Esperó a que estuvieran a la distancia segura, conteniendo la respiración justo antes de arrojar el proyectil, todo el cuerpo del enano se tensó como si de un arma de asedio se tratase y usando cada parte de su compacto ser, arrojó el arma…

La cosa anda más o menos así justo antes de la acción de Karag:

El fuego está con los dos batallones que están juntos, que andan quemándose pero se puede rodear el terreno sin problemas. Los dos orcos rezagados están justo al lado de las casas donde se esconden Karag, Brummbar y Darnys.

En el puente (donde hay agujero imaginaos unos tablones para que podáis pasar), el otro batallón le pisa los talones a Nótt mientras Edirian está casi a las puertas.

ATENCIÓN A JUGADORES:

Os debo disculpas a todos! Debido a un error de comprensión lectora por parte de mi maltrecho cerebro, Nótt estaba en una posición más avanzada de la que yo interpreté en un primer momento. Así que Reshi, tienes a tu disposición un batallón de orcos "atrapados" en el puente si quieres modificar tu acción anterior!

A la carrera, Edirian recorre agitando sus brazos la distancia que le separa del puente mientras grita para advertir a todo el mundo del plan. No tiene tiempo para pensar más allá de la carrera. Se precipita sobre los maltrechos tablones, cruzando el puente roto hacia el interior del alcazar...

Justo antes de cruzar se detiene en el umbral, desenfundando su estoque, mientras las puertas del alcazar se cierran. Duda. Sabe que no es parte del plan, pero también es cierto que en ese espacio pequeño, con un poco de magia, podría poner punto y final a la batalla... 

Pero se da la vuelta y entra dentro, mientras mira a los defensores del alcazar.

- ¡Preparaos! - ruge, mirando en derredor y subiendo a toda prisa hacia las almenaras desde las que poder atacar.

Todavía estaba maldiciendo por la presencia del sacerdote orco, cuando los gritos le obligaron a mirar en la otra dirección... Desde el alcázar, habían prendido el aceite, y una buena cantidad de orcos se debatían entre las llamas, cayendo muertos unos, intentando huir hacia las aguas salvadoras otros. Más allá, hacia el portón de la fortaleza, se dirigían los ue habían escapado al fuego, y se adivinaban las formas de algunos de sus camaradas.

... Parece que esto les dejaba con dos bichos de cuidado, el que parecía ser el jefe de los orcos, y el sacerdote, como cosa suya...

-Bien... una guerrera humana y dos enanos contra este par de pieles verdes... mal tendrá que dársenos para no poder con ellos, con la ayuda de Tempus...

Un giro rápido que casi hizo que cayera de bruces contra el suelo para cruzar al otro lado de la puerta junto al bardo para cerrarlas y, así, dejar a salvo a los supervivientes en el interior.

Ed, algo va mal.- Ahora no sabía muy bien qué hacer ya que la parte del plan que comprendía su parte acababa de terminar, así que le siguió por las almenaras mientras le comentaba un pequeño detalle que había visto y le preocupaba.- Están heridos, creo que vinieron buscando refugio.- Subió por unas escaleras con cuidado de no tropezar, apoyándose en las paredes de piedra.- Creo que hay un sacerdote de Gruumsh en sus filas, le faltaba un ojo. Tengo un mal presentimiento.

Reshi vio pasar a sus compañeros corriendo por el puente. Un poco más atrás, tres orcos les pisaban los talones, ¿pero no se suponía que eran una veintena? Eso significaba que el resto estaba enfrentándose a un número mucho más grande ¿Valía la pena dejarlos encerrados a estos tres? ¿No era mejor esperar un poco más, a que hubieran cruzado otros?

Para cuando Reshi quizo acordarse ya era tarde, y los orcos ya habían cruzado la pasarela. Así que hizo lo segundo mejor que podía hacer. Atacar directamente a alguno de ellos.

Reshi preparó la zaeta de fuego, la lanzó hacia los orcos amontonados, y agachó la cabeza bajo el alfeizar de la ventana desde la que se había asomado, con la esperanza de no haber delatado su posición.

El fuego, como siempre, es el adalid del caos. Los orcos siguen ardiendo como grandes antorchas en mitad de la noche y sus gritos de dolor, agónicos y desesperados inundan el abandonado asentamiento. Algunos ya se han tirado al río, pero otros, confundidos por el terror y cegados por las severas quemaduras son incapaces de orientarse, revolotean por las casas, provocando pequeños (de momento) incendios en la hierba que crece alrededor de las casas mientas se están quemando vivos.

Una jabalina silva disimuladamente y describiendo un arco perfecto impacta en un orco ya herido, pero él sabe lo que es el dolor y eso ni siquiera parece molestarle viendo como el fuego acaba lentamente con los suyos cuando se arranca la jabalina del hombro soltando un grito de guerra que os hace temblar el pecho a los que estáis mas cerca. Y empuñando un gran hacha sigue andando cada vez más rápido aunque con cierta dificultad acompañado de un orco con un solo ojo, que no parece inmutarse en absoluto por la escena.

Unos metros más adelante, en el puente, una saeta de fuego salida de un conjuro golpea a un orco, haciéndole caer por el puente mientras las puertas del Alcazar se cierran tras el paso de Nótt y Edirian. Los orcos parecen maldecirlos mientras preparan sus arcos y sus jabalinas.

Había llegado la hora; Miró a Darnys, sonrió y le guiñó un ojo... iba a hacer una pequeña maldad, algo que... no era precisamente el tipo de acción que cabría esperar en él... algo demasiado "sutil"...

Desde el interior de la cabaña en que estaban, se encomendó a su Dios, con voz comedida y suplicante...

-Tempus, escucha a este, tu fiel servidor. Haz que mi voz resuene en el alma del ser al que va dirigida, y se pliegue a tu Voluntad por medio de ella.

... Y soltó con su vozarrón, en dirección al Jefe Orco:

-¡TU!!, ¡FOLLACABRAS CON COLOR DE LECHUGA!! ¡DALE DE HOSTIAS AL CLÉRIGO VERDE QUE TIENES AL LADO!!! ¡NADA MAS IMPORTA!!! ¡TEMPUS TE LO ORDENA!!!!!

... Y empezó a reir como un demente... Si era el montón de músculos sin cerebro que solían ser los jefes orcos... funcionaría, y estarían uno machacando al otro, y el otro intentando defenderse, dándoles a ellos oportunidad de actuar del modo más conveniente...

El conjuro de Brummbar penetra en la mente del Jefe Orco y hace que por un momento el piel verde se detenga y mire la mano en la que tiene su hacha. Parece moverse ligeramente y el jefe orco se tapa la cara con su mano libre y sacude la cabeza mientras suelta un grito de furia. Parece haberse librado del intento del Clérigo de Tempus de confundirle. 

─ ¡Enano!¡Pequeño y cobarde sabandija! ¡Tukwuk destrozarte! ─ Con éstas palabras, el jefe orco alza su hacha y carga contra Brummbar con tanta furia que no ha sido capaz de ver una de las estacas que sobresalía de una de las vallas de las casas y se la ha clavado