Partida Rol por web

joder.... un jodido gigante... eso es un problema, un problemón, y bien grande, añado

Que si hay que entablar batalla, predispuesto a morir, entonando cánticos de alabanza a Tempus para que acoja mi humilde alma en su seno, y sea partícipe de su Gloria Eterna, pues allá que vamos, pero lanzarse a una muerte cierta, sin oportunidad de tener un resultado positivo... en mi pueblo se llama suidicio, y debe haber algún Dios de los Suicidas, y ese no es Tempus.

Rápidamente, oteo buscando un lugar donde escondernos... yo y mi barril, por supuesto, y veo un árbol caido, marcialmente decompuesto, cubierto por musgo... hummm... parece un lugar adecuado...

-Rápido, buscad donde ocultaros

... digo a los demás, pero sin osar gritar, que ya sólo faltaría eso. El caso es que llego con mi barrica, que... mierda... ya pesa mucho menos que cuando salí con ella de la ciudad... a la altura del árbol caído, que,... hey! está huecooo!... así que meto el barril, y me meto yo tras él...

Por cierto... está lleno de bichos... menuda feliz idea la mía... muuchos bichos....

Como era de esperarse, correr tapandose la cara y sin ver hacia donde iba no era la mejor manera de evitar una amenaza. En realidad, era una manera pésima.

Cuando Reshi se atrevió a bajar los brazos y a abrir los ojos, tenía al gigante prácticamente en frente. El mago solo atinó a levantar los brazos, como para mostrar que estaba desarmado (salvo por el libro de conjuros, que llevaba todavía en la mano). También levantó tensa la cola, pero ésto era más un efecto del miedo que otra cosa.

Entre el caos de la huida, Edirian observa el bosque en busca de un buen escondite. "¡Allí!" se dice, al observar unos arbustos altos pero no muy densos. Hay que actuar rápido, antes de que sea demasiado tarde, y...

Y al girarse contempla al grupo actuando como un atajo de idiotas: A un lado, el enano decide que coger el barril de cerveza es la mejor de las ideas. Correteando como un loco, con las manos tapando su cara, el mago parece entender que esa es la mejor solución a sus problemas. En lo alto del árbol, Sharamy, que parece que cree que "volar" es la solución a todos los problemas, en este caso subiendo a un árbol que estará a la altura de la cara del gigante cuando este llegue. Y bajo el árbol, la sacerdotisa está empeñada en hacerla bajar, susurrando y agitando los brazos como una veleta al viento, incapaz de llamar más la atención. 

- ¡Nótt! - le susurra con fuerza, agarrándola de la mano y arrastrándola consigo hacia los arbustos. La ayuda a esconderse, sin aceptar réplicas, y cuando están dentro, le aprieta las manos para intentar infundirle confianza, mirándola a los ojos intentando esbozar una sonrisa en la oscuridad de la noche.

Y en el claro, el mago sigue corriendo como un pollo descabezado. Por un momento, Edirian siente el impulso de salir a buscarle y arrastrarle con ellos... Pero no va a morir por un idiota que corre con las manos en la cara. No le cae tan bien. 

El bueno e inocente de Reshi, corre como alma que lleva al diablo, cómo era de esperar correr sin mirar a donde vas nunca es buena idea.

Un temblor a escasos metros de él le hace parar y mirar por encima de sus brazos, que hasta entonces le tapaban la visión, sólo para encontrarse con los pies, hediondos y destrozados, de un gigante de las colinas que viendo al pequeño Tifling debajo de él para en seco y deja de moverse. ¿Estará observandolo? ¿Habrá sido casualidad? ¿Estará pensando si comerselo crudo o cocinado aprovechando la hoguera ya hecha?

Un hedor nauseabundo inunda de pronto el ambiente y cuando Reshi mira para arriba va viendo al gigante, sus pies es lo más asqueroso que ha visto él en su vida, pero lo que va a ver le va a gustar todavía menos. El gigante está cubierto por multitud de pieles de animales mal cosidas entre ellas y en su mayoría sin curtir, con sangre e incluso todavía con algun cacho de carne colgando en alguna de ellas. Es un espectáculo muy grotesco a la vista... y al olfato. Si sube la mirada hacia arriba, podrá ver cómo al gigante le falta un brazo por la altura del codo, parece que se lo han arrancado de cuajo, y sangra abundantemente, la amputación parece reciente, el otro bazo no está mejor. Está en su sitio pero para nada entero, multitud de astillas de hueso le salen de las manos, del antebrazo y hasta la altura del codo, está completamente destrozado.

5 metros más arriba de sus pies, su cara es un amasijo de moratones, y un ojo lo tiene completamente oculto tras una bestial hinchazón.  Viendo el estado del gigante podréis deducir fácilmente que los arboles que ha tirado ha sido por ir chocando con ellos.

Lo que no entendéis es cómo puede seguir en pie, pero está claro que está sufriendo un dolor horrible y no le quedará mucho si sigue en este estado. Pero de momento no parece que vaya a moverse, para bien o para mal aunque podéis escuchar como va emitiendo unos gruñidos de dolor cuando respira.

Los que estéis observando la escena podéis ver ya al gigante en toda su decadéncia. Está a unos 10 metros del linde del campamento y la luz de la hoguera ilumina levemente tanto al gigante como a Reshi que está debajo paralizado y con los brazos alzados.

"Mierda" pensó. Había sido muy descuidada, ¿que demonios hacía un gigante ahÍ? Normalmente no bajaban tanto. ¿Tan mal estaba la situación? Si era así, pocas cosas podían ellos hacer. Aquello les venía, nunca mejor dicho, grande.

Con un gesto que antiguamente había sido veloz, aunque ahora más que rápido era preciso, sacó su espadón a dos manos y se colocó delante de Reshi casi instintivamente. Estaba sin armadura y seguramente no aguantaría más de un asalto contra aquel ser pero instintivamente no pensaba permitir que alguien sufriera si ella podía hacer algo. Aunque lo único que pudiera hacer era comprarle tiempo a aquel mago repipi.

Miró al gigante con una expresión feroz. Estaba muy malherido. ¿Que podría haber herido así a un gigante? La verdad es que si podía esperaba no tener que averiguarlo. Si el gigante ya era mucho para ellos no quería saber que podía dejar al gigante tan mal. Quien sabe quizás si que tenían una oportunidad, pero no sin pagar el precio de la batalla.

Casi siseando se dirigió a Reshi sin girarse. -Voy a comparte tiempo. Huye o ayúdame pero elige rápido. Dicho esto aguardó a los acontecimientos. Si algo había aprendido con los años había sido la virtud de la paciencia.

Sharamy, no mucho más arriba que la cabeza del gigante, lo observó desde detrás de las ramas con una mezcla de fascinación, temor, asco y compasión. La tiefling vió abajo a Reshi y a Darnys, en mitad del paso de la criatura y tensó la cuerda del arco pero, en el fondo, no quería abatir a la criatura. Se fijó entonces en el enano, que parecía que se acercaba a hablar con él.

¿Era eso posible? ¿Se podía razonar con un gigante? Y, más aún, ¿con uno moribundo y tan herido como aquel?

Sharamy decidió esperar. Si el combate comenzaba, ella liberaría su flecha. Si no, esperaría a ver qué podía hacer Brümmbar

Desde su escondite entre los arbustos, Edirian observó al enorme gigante acercarse. La bestia parecía al borde del colapso... Sus huesos astillados casi le produjeron al bardo una arcada. Fuese como fuese, dudaba que atacar aquella criatura fuera prudente, pues le bastaba una simple patada para acabar con cualquiera de ellos.

Su primera tentación fue curar al engendro. Quien sabe, con suerte agradecería la ayuda y les dejaría irse. Era una apuesta demasiado arriesgada, y tampoco estaba seguro de que pudiese hacer demasiado. Tenía que pensar rápido, rápido. Odiaba tener que pensar con rapidez. No es que se le diese mal, pero a veces se dispersaba demasiado, y esos segundos en los que pensaba en tonterías al final podían ser decisivos, como aquella vez con...

"Beshaba me lleve, ya lo he vuelto a hacer" maldijo para si. Negó y sin dar mucho tiempo a pensar, movió los dedos trazando una melodía invisible que solo él podía ver, apuntando a los arbustos detrás de Darnys y Reshi, y conjurando sobre ellos un potente rugido de un dragón.

Sus extremidades todavía no la obedecían del todo bien por el fuerte despertar, notando que sus piernas flaqueaban y su orientación perdía credibilidad.

Cuando empezó a correr no tenía rumbo fijo. ¿Las rocas? ¿Un árbol? ¿La hierba alta? ¿Subida a lomos de Sharamy? Complicado, ya se marchó. No podía decantarse por ningún lugar que le diera la protección suficiente y, por suerte para ella, el bardo escogió por los dos. Un tirón en su mano hizo que virara el rumbo para conducirla a unos arbustos, prácticamente cayendo de rodillas para estar lo suficientemente agazapada como para que no se percataran en su presencia.

Pero lejos de creer que estaban a salvo, que el resto del equipo no hubiera tenido la misma destreza para esconderse sólo delataba su posición. Sintió verdadera pena por el mago, tan grandilocuente como lo veía y ahora una pequeña mota correteando antes de ser devorado e ingerido por un gigante, o pisado en el mejor de los casos.

A diferencia del resto, Nótt no tuvo la imperiosa necesidad de salir a socorrerlos, más bien todo lo contrario. Esperaba que la muerte del mago fuera lo suficientemente rápida como para cansar al gigante y que se marchara tranquilamente, dejando al resto en relativa calma. Sólo espero que no sufra. Contó el tiempo desde el avistamiento del gigante hasta el encuentro, asustándole el estado en el que se encontraba.

Sabía de la fiereza de los gigantes, había escuchado cientos de historias de pueblos ficticios masacrados y devorados hasta los cimientos por apenas unos de ellos sin poder hacer nadie nada para evitarlo pero, el que tenía delante, parecía haber sufrido una verdadera tortura.

No, no sintió pena por él, tampoco pasó por su mente el hecho de intentar hablar o curarle. Sus miedos viajaron al causante de aquellas heridas y la distancia que les separarían, ¿estaría cerca? Nótt oteó el lugar, incluido el cielo, sin saber a qué atenerse. Curarlo sólo alargará el dolor. La muerte es la única salida que le queda para detener el sufrimiento.

La sacerdotisa de Selune tenía claro que no podía hacer nada por él y, a sabiendas de que ahora eran tres de sus compañeros los que estaban en primera línea frente al gigante, tuvo claro lo que debía de hacer.

Soltó las manos que aferraban las del bardo para apoyarlas en el suelo unos segundos, los suficientes para canalizar parte de su energía en provocar un leve temblor. No esperaba dañarlo más, sólo espantarlo haciéndole creer que el agresor de su destrozo venía en camino.

Jooder, pienso.... pues.. pocas criaturas imagino capaces de dejar a un señor gigante adulto en este estado.... tal vez uno de su especie como mínimo... el caso es que ... me da lástima.
Sacudo la cabeza... ese tío ha recibido una tunda épica, y cualquier sacerdote de Tempus, Dios de las batallas, luchas y combates, respetaría eso, pues seguro que habrá sido del agrado de Él.
En el claro la cosa está clara; esta gente tiene valor, pero tal vez no baste contra este ser así que... salgo de mi tronco, recojo la barrica de excelente cerveza, pero que se está calentando, y avanzo a paso firme al frente, cabeza erguida y emblema de mi Señor bien visible.
Alcanzo la posición de bloqueo de Darnys, y la rebaso, consciente de que mi vida, y quizá la de otros depende de esto....
Deposito la barrica en el suelo, quito la tapa, meto la jarra dentro, la lleno y dejo caer de nuevo su contenido al recipiente mayor...
- Esto seguro que lo entiendes: Cerveza! Beber!
-Tu, grande y fuerte, necesitar beber. Si tu querer, yo ayudar y algo curar. Tu entender? Yo sacerdote de Tempus, yo amigo!
... mientras espero que le llegue el aroma de la cerveza, y rezo para que lo identifique, e incluso entiendo algo de común, me quedo esperando a pie firme.

Ante el encuentro de Reshi con el gigante, sus compañeros salen en ayuda de Reshi (o en la suya propia según cómo...) Cuando Darnys se antepone entre Reshi y el moribundo gigante, el suelo empieza a temblar levemente, lo suficiente como para que se note. El gigante por un momento deja de mirar a Reshi y mira a su alrededor, parece realmente asustado cuando Brummbär le saca de su estado de alerta brevemente al ofrecerle su preciado barril lleno medio lleno de cerveza al gigante, que parece interesarle tal ofrenda y por un momento se olvida de su dolor, y intenta coger el barril con su único brazo, del todo destrozado pero obviamente no es capa de mover un solo músculo, pues dificilmente habrá alguno entero... pero entonces se agacha hacia el barril y podéis oler su nauseabundo aliento que hace que os entren arcadas cuando véis que se traga el barril entero sin llegar a dejar ni una triste astilla detrás.

Edirian conjura una ilusión menor para asustar al gigante, y lo consige con creces, el problema es que con la tensión del momento, no ha excluido a sus compañeros del conjuro, y parece que no se ha dado cuenta de ello, o quizá si ya sabemos como són los bardos....

Cuando el gigante oye el rugido de un dragón a su espalda, se gira atemorizado, y con una cara de verdadero terror emite un grito ensordecedor, e intenta hir por donde ha venido con gestos torpes ignorando a Reshi y Darnys que tienen que decidir qué hacer. Si dejan avanzar al gigante, éste se irá por donde ha venido o pararlo y luchar, y debido a sus grandes heridas podría no ser muy difícil acabar con él, y más ahora que está mas centrado en huir que en combatir.

A todo eso, Sharamy observa pacientemente el "espectáculo" desde la seguridad de una rama, parece que el gigante no se ha percatado de su presencia con todo el alboroto.

Parecía que su plan había ido como la seda, viendo el miedo reflejado en los ojos del gigante. Técnicamente ya habría que valer, ahora saldría disparado por la dirección que había venido y… ¿Qué está haciendo Brummbär? Observó estupefacta al enano acercarse con su barril de cerveza y, ¿tendiéndoselo? ¿Realmente cree que puede hacerse amigo suyo? La joven sacerdotisa no estaba entendiendo nada y las ganas de tirarle una piedra al enano crecieron por segundos, aunque posiblemente eso delataría su posición y, con la suerte que tenía, seguro que le daba en la cabeza al mago y lo mataba.

Selune, cada vez entiendo menos tus pruebas, ¿qué se supone que debo hacer con esta gente? Alzó la mirada al cielo, todavía oscurecido sin ningún rastro de estrellas, como si su diosa madre las hubiera apagado a posta para dejarla en completa soledad.

O eso hubiera querido, soledad.

Sintió que se paralizaba, que una gota de sudor frío descendía por su frente y recorría su columna ante aquél atronador grito. Instintivamente miró a la hoguera y debilitó las llamas*, procurando así no llamar la atención.

- ^_Dra…- Intentó articular palabra pero sólo el hecho de pronunciarlo le daban verdaderos escalofríos. ¿Eso era con lo que se había enfrentado? ¿Un dragón? A cámara muy lenta, como si temiera que moverse a 1 km/h delatara su posición, Nótt caminó a gatas temblando hasta colocarse tras el bardo.- ^{_{Dragón. Hay un dragón Ed.}}- Estiró momentáneamente los brazos intentando simular el tamaño del animal mientras hablaba en un susurro tan débil que le costaría escucharlo, pero apenas los alzó volvió a bajarlos, haciéndose un ovillo apoyada en la espalda de Ed.- ^{_{Ve y mátalo. Al dragón.}}- Parecía que le mandaba a matar a una pequeña araña que se había colado en el campamento, dándole pequeños toques en la espalda, incitándolo a luchar con tal de que se fuera el animal mientras ella se quedaba agazapada completamente asustada.

Sharamy continuaba apuntando al gigante cuando un enorme dragón pareció cernirse sobre el bosque. La tiefling se encogió de terror, preparada para ser arrasada por su aliento.

Desde la seguridad de su escondite, Edirian vuelve a concluir sobre lo mucho que le gusta la soledad de su propia compañía. Lejos de idiotas como ese enano que le da barriles a un gigante, o ese mago alelado que corre como un pollo descabezado. Al menos Darnys, de nuevo, sigue pareciendo una profesional. "Pero demasiado... altruista" concluye, negando. ¿Exponerse así por unos desconocidos?

Por suerte, su plan funciona, y la pobre bestia se aleja por donde ha venido. Deseando que nadie la interrumpa en su huida, Ed espera agazapado. "Algo va mal" piensa, probablemente equivocado. "El gato. Y este reconcome en la nuca. La misma sensación que sentí en el templo" se dice, aunque lo más seguro es que sean invenciones. No es la primera vez que se dice que algo va mal y luego todo va mas o menos bien. Lo normal, vamos, de alguien que creía sentir premoniciones y la mayoría de veces sentía gases.

Pero pensar en el templo le altera. Echa un vistazo a Nótt, que camina a gatas a su lado como apartándose de algo, y no puede evitar aspirar su aliento al pasar. "Puag. Necesitamos una ducha" reconoce, aunque es probable que el hedor de la bestia fuera ayude. Y es que un mal olor lo cambia todo, pero una brisa ligera alegra cualquier día. Igual que una buena vista. ¿Y es el mejor momento de pensar en eso? ¿Justo ahora?

No. 

Pero también tenía que pensar que por mucho que hable de soledad, de cuidar de uno mismo, de todas esas historias, lo primero que había hecho era agarrar a la chica y apartarla del peligro. A la misma chiflada que había intentado asesinarle en el templo. Por Sune, que empezaba a preocuparse... Si seguía dejando que estas distracciones se pusiesen en el camino de la Melodía, jamás encontraría su significado. ¿O...? Quizás... Quizás todo estuviera, ahí, ¿no? ¿Acaso no iban de eso casi todas las canciones, de besuqueos, de amoríos, faldas y todo eso? Por principios, el bardo renegaba de aquellas historias, que le aburrían sobre manera. Quizás por su poca experiencia en esas lides, poca experiencia siendo un eufemismo de campeonato. Pero eso no quitaba que uno tuviese ciertos impulsos como cualquier otro hijo de vecino, y... "Espera, espera, no, no, no, abandona esa idea muchacho, está más pirada que un goblin acelerado". 

_{^{Dragón. Hay un dragón Ed.}}

_{^{- Claro, claro -}} susurró el bardo hacia la chica, intentando centrar sus pensamientos. "Vale. La próxima vez la salvare, pero solo porque si no la salvo estoy muerto". Odiaba haber olvidado que tenía una excusa perfecta para salvarla, pues el gesto había sido puramente altruista y absolutamente imprudente, pero claro, si lo justificaba así, pues su problema mental se solucionaba solo. "Sí, sí. La salvaré, claro, pero para salvarme el pellejo" asintió. Engañarse a uno mismo era un don que casi todos los bardos dominaban. La mayoría lo enfocaban en creerse o más guapos o más listos o más hábiles de lo que realmente eran. Ed, que era guapo, y listo, y probablemente bastante hábil, solía enfocarlo en el acto literal de engañarse a si mismo. 

_{Ve y mátalo. Al dragón.}

^{_{- Chica luna, dalo por muerto -}} le susurró, volviendo una hermosa sonrisa hacia la sacerdotisa. Por un instante, olvidando que el dragón no era real, y olvidando que acababa de decirse sobre hacer actos estúpidos de altruismo, abrazó a la chica y cuando se separó de ella, consciente de nuevo de la realidad, solo pudo enarcar una ceja sin saber muy bien ni que decir ni que hacer, mirándola con una expresión tan estúpida como ridícula.

"Ah. Soy un soberano imbécil" gruñó para sí. Al menos encajaría en ese grupo de zopencos.

Por suerte, la idiotez aún mayor de Sharamy de disparar a aquel pobre diablo les sacó a ambos del extraño e incómodo momento en que se encontraban.

Desde luego... el gigante está hecho unos zorros, pero reacciona a la presencia de cerveza.. o sea, es civilizado.
Antes de poder establecer un contacto más ... intenso, que nos permita intercambiar algo de información, algo detecta, que parece aterrorizarle. Queda claro que huía, pero no me percato del motivo de su terror.... pero debe ser algo temible.
Mientras se va, me quedo donde estoy, buscando alguna respuesta en la cara de mis compañeros

Reshi volvió a erizar el pelo y la cola al escuchar aquel rugido, pero apenas un instante después reparó en que por debajo del sonido se podía intuir una vibración de tonalidad levemente arcana, entendiendo que no era real.
Viendo que el gigante no era tan astuto, lo dejó huir y se dedicó a recuperar la respiración que hasta ese momento estaba conteniendo.

Darnys alzó una ceja. Ya esperaba que algo hubiera herido al gigante, lo que no esperaba que fuera un maldito dragón. ¿Que hacía un dragon por estos lares? Sin duda el mundo se había vuelto loco completamente, ya no se podía estar seguro en ninguna parte. Temía por lo que les pudiera deparar el futuro.

Se giró hacia donde estaban sus compañeros dejando huir al gigante. La verdad es que tenían mayores problemas que un alelado medio muerto.

Se colgó la espada en la espalda y habló con franqueza. -Deberíamos recoger. Tenemos que movernos. Hay cosas peores que el olor de ese gigante allí fuera y quizás no tengamos tanta suerte.

Dicho esto empezó a recoger sus pertenecías con relativa celeridad.