Partida Rol por web

Veo como los dos elfos empiezan a perder el equilibrio, sin embargo no noto nada parecido a un temblor bajo mis pies. Miro a mis compañeros, quienes, sobresaltados, piensan que hay un terremoto. A pesar de no notar nada, la reacción del dracónido me hace ponerme en una postura defensiva, como si mis brazos fueran capaces de detener una roca que amenazara con aplastarme.
-Creo... Que no se está desmoronando nada...- digo, a los pocos segundos. Por fin, los dos elfos regresan con nosotros. Quizás ahora podamos comprobar quiénes son realmente...- Eh, vosotros- les digo-. Parece que os movéis muy rápido por aquí... ¿No sabréis donde estamos por casualidad?

Mi respiración está un tanto agitade, creo que hasta estoy transpirando, cuando logro figurarme lo que realmente pasó me siento como un imbécil, tuve un ataque de pánico por una leve sacudida provocada por dos personas. Creo que el estar en esta situación está alterando mis nervios. Intento recomponerme lo mejor posiblee y continuar avanzando aunque los pasos sean lentos y temerosos. 

Me mantengo callado para no atraer tanto la atención hacia mi.

Lunnaris resbala y cae al suelo, pero logra poner sus manos antes de golpear su cabeza contra la dura piedra. Algo había convertido el suelo en una superficie resbaladiza y aunque luchó por mantener el equilibrio, terminó cayendo como su compañero.

Ahora estaba allí, tirada en el suelo, bajo la atenta mirada de aquella serie de desconocidos. Cuando el tiflin les habló una mueca relució en su cara. No creía que ese fuera el momento para discutir nada. Alguien había hechizado el suelo bajo sus pies, y ahora más que nunca, pensaba que podía haber sido alguno de ellos pues parecía que querían detenerles a toda prisa.

La verdad que no, no conocemos el lugar. Pero tú parece que sí, ¿o acaso me equivoco? ¿No nos estarás engañando? dijo la elfa malhumorada por el tono de la pregunta del tiflin.

Tras casi el resbalon estoy apoyado en la pared, la elfa casi cae pero tambien agilmente consigue mantener la verticalidad, el suelo ahora era como hielo, eso desde luego no era algo natural, alguien o algo habia hecho esto."¿Quizas algun tipo de trampa que hayamos activado? Solo espero que si es una trampa no haya activado algo que avise de nuestra fuga." Solo esperaba que no fuera algun tipo de trampa magica, dado que eso mas lo que provoco nuestra fuga no era algo que ayudase a estar tranquilo.

Con cuidado paso a un lugar ya firme donde no resbale. Dejame ayudarte. Le digo a la elfa mientras extiendo el brazo para ayudarla a llegar donde estoy.

Tened cuidado el suelo es resbaladizo, apoyaos en la pared y avanzad despacio. Comento al resto del grupo, al igual que trato de ayudarles.

Gracias, dice la elfa mientras toma la mano de su compañero y se pone en pie con sumo cuidado. Usando para sostenerse bien el barrote de hierro que había cogido de la jaula y apoyándose en el suelo para no trastabillar de nuevo.

Aún seguía poco receptiva hacia el draconiano, no había contestado a su pregunta y no sabía si ya lo haría. De todas maneras la había formulado de forma retórica. No pretendía una contestación, pero tampoco le hacía mucha gracia sentirse ignorada de aquella manera.

La respuesta de la elfa no hace más que alzar un poco mi ira.
-¿Cómo que YO- digo, y remarco esa palabra- soy el que parece que conoce el lugar? Yo he esperado a más gente y he andado despacio y con cuidado. Tú sin embargo has salido disparada, así que parece mucho más factible que conozcas el lugar.- doy un largo suspiro y continúo- En fin, supongo que si no sabías lo que pasaba con el suelo en verdad no sabrás qué es este lugar...
Aún con un ligero enfado, sigo el camino de los elfos, apoyándome con cuidado en la pared y avanzando firmemente.

Escucho como la elfa y el Tiflin discuten y no creo que eso nos esté dando alguna solución. Meneo la cabeza en gesto de negación. Puede que yo esté perdiendo mi cordura pero comprendo muy bien que discutir entra nosotros sólo nos retrasará más.

- Necesitamos calmarnos un poco, y lo digo por todos. Si seguimos avanzando a lo loco y por separado seguramente vamos a terminar mal, puede que haya guardias esperándonos más adelante. Intentemos mantener la calma y unamos nuestras fuerzas para salir de esta. Creo que ya va quedando bastante en claro que nadie sabe dónde estamos ni cómo salir, busquemos la forma de hacerlo.

Silencio todo el mundo maldita sea

*Mi rostro se enfuerece y mis pupilas se dilatan observando la escena de todos los presentes discutiendo...

Acaso no sabeis otra cosa que discutir y comportaros como crios?

*Mi rostro si enfurecido pero las pupilas poco a poco vuelven a la normalidad

Es evidente que nadie sabe porque estamos aqui y como hemos llegado, solo sabemos que nos han marcado como ganado por algo, asi que callaos los que no podais aportar nada, y solo hablad los que podais proponer una solucion para salir de este sitio, asi que ahora dejad de discutir y hablad algo que merezca la pena

Mis compañeros, por llamar de algún modo a gente que acabo de conocer de manera forzosa, me mandan callar. Por el simple hecho de no comenzar una discusión monumental que acabe con alguno de nosotros empalado por uno de los barrotes de hierro, doy un fuerte suspiro.
-Está bien. Lamento haber sospechado de tí. Y ahora sigamos buscando la maldita salida.- digo.

La mujer elfa acepta mi ayuda y acaba cruzando sin problema, el resto parece que tratan de avanzar. La otra mujer de mala manera trata de aleccionarnos como una profesora que abronca a sus alumnos, el resto parece que aun no deciden si pasar hasta mi posicion.

Mi nombre es Aerandir. Susurro a la elfa acompañado de una ligera reverencia con la cabeza, mientras acabo de ayudarla a pasar sin problemas.

Debemos unir nuestras fuerzas y habilidades si queremos salir de aqui, al menos hasta ese momento. Les digo a todos. Mi nombre es Aerandir y os saludo a todos. "No los conozco, pero si se que cada uno por su lado no vamos hacer nada. Ahi algo que me da mala espina, pero aun no se que es."

Comienzo a cruzar con precaución, tratando de no caerme y quedar una vez más en ridículo. Me afirmo lo mejor que puedo contra la pared y muevo mis piernas con cautela. Estando ya del otro lado miro a las personas a mi alrededor.

- Pero que grupo más extraño formamos - haciendo referencia a la diversidad de razas - dos elfos que no se ven muy similares, también tenemos un tifling y dejenmes decirles que es la primera vez que veo a alguien de su raza señorita - señalo a Laisha - y también estoy yo, un Draconiano, para servirles. Mi nombre es Ledenik.

Lunnaris no dijo nada más, pero las palabras de Laisha no fueron muy de su agrado. Así que, simplemente callada se acercó hacia su compañero elfo y se unió a él para seguir encabezando la marcha que habían formado.

No iba a seguir discutiendo, no porque la otra dijera que no lo hicieran, sino porque no parecía que fuera algo apropiado. Aunque ahora fuera a ir con ellos, no dejaría de desconfiar en los presentes.

El variopinto grupo continuó avanzando, ahora ya con el obstáculo evitado de aquel suelo tan resbaladizo.

Por la densidad del aire se podía percibir que la salida estaba cerca o por lo menos aquellos más expertos en la materia era lo que podían deducir sin embargo el siguiente hallazgo logró poneros los vellos de punto.

En una nueva sala cuya puerta estaba derribada encontrasteis a un hombre desnudo atado por cadenas de brazos y pies y colgado como si fuese un cerdo. La sangre estaba desperdigada por toda la habitación y su rostro... su rostro era lo más aterrador al comprobar como tenía los ojos desorbitados y la mandíbula abierta y retorcida, como si hubiera emitido un alarido de dolor indescriptible.

Todo indicaba que había sido torturado hasta la muerte ¿pero con qué propósito? muchas ideas comenzaron a formarse en vuestra mente cuando visteis que en su pecho estaba tatuada la misma marca que teníais vosotros... aquella extraña marca a la que nunca le disteis importancia pero que ahora había marcado un patrón común entre todos los presentes.

Continuamos avanzando lentamente pero sin parar hasta que llegamos a una habitación que era la cede de todas nuestras pesadillas, allí se encontraba un hombre que poseía la misma marca que nosotros y éste había sido torturado hasta la muerte de una manera horrible. Lo más extraño era que la puerta había sido derribada.

- Supongo que no somos los únicos que buscamos la salida - le digo a mis compañeros mientras me acerco al cadáver colgando de las cadenas - tal vez este sujeto nos diga algo desde el más allá - comienzo a analizarlo detenidamente intentando descubrir alguna nueva pista que nos indique qué le sucedió.

Qué desagradable escena se nos presenta. Madre mía. ¿Cómo se le puede hacer eso a alguien? Contengo mis arcadas unos momentos.
-Más nos vale darnos prisa... No sé por qué demonios será, pero creo que los que tenemos la marca no somos muy bienvenidos por aquí...-callo unos segundos mientras pienso-Pero, ¿por qué derribarían la puerta...?
Imitando al draconiano, me pongo a buscar pistas que nos hablen sobre qué ha podido pasar.

Cuando veo el cadaver con la marca, lanzo una plegaria por su alma."Pobre infeliz". Pienso para mi trato de buscar algo por ella que pueda servirme o sino que me indique donde estoy. Pero me pongo a la par de la mujer elfa no parece que haya peligro pero si lo hubiese poder ayudarla. "He prometido ayudarla a salir de aqui, asi que la cuidare al menos hasta ese momento."

Opino lo mismo aqui corremos peligro, es mejor salir cuanto antes, dudo mucho que el cadaver pueda halblarte. Contesto al draconico que se dirigia a examinar el cadaver.