Partida Rol por web

Estaba exhausta, llena de sangre, polvo y mala leche, pero sobre todo sorprendida ¿Ya había acabado todo? ¿Tan rápido y, a la vez, tan lento? Parecía haberme pasado una eternidad en aquel horno con el amarillo y ahora... allí estábamos todos otra vez, al parecer más o menos de una pieza.

Miré alrededor nuevamente, básicamente para asegurarme de que no había rezagados o moribundos capaces de meterte una bala en el estómago por no tener los ojos abiertos antes de salir a campo abierto, a reunirme con el resto junto con Dante, requisando cualquier arma ligera u objeto de valor o de armadura que pudiera servirme. Aquello había que celebrarlo y así se lo hice saber a mi acompañante en aquellos momentos antes de que todos diéramos un brinco

¿¡Pero qué demonios significa eso!?- dije con los ojos como platos, no por el espectáculo de explosiones al que estábamos asistiendo, sino por ver como era todo ello provocado por aeronaves

Miré a Dante, sin entender nada, y luego al resto antes de reparar en el lamentable estado de la recién llegada Teela

Está claro que no estamos para una fiesta y esos- dije señalando con el mentón en la distancia, hacia las explosiones aun tienen ganas de más. Haríamos bien en ir a lamernos las heridas a algún sitio a cubierto como dice ella- sugerí mientras, sin esperar demasiado, me ponía en marcha hacia los vehículos - Ya nos explicaremos la batallita mientras nos cosen y remiendan; es momento de largarse con todo lo que podamos antes de que volemos por los aires

Seria y directa, no estaba el tema para monsergas ni gracias estúpidas. Habíamos hecho el trabajo, obtenido beneficios y tocaba poner tierra de por medio; ya vendrían después las confesiones, acusaciones y subnormalidades típicas de situaciones tensas como la que acabábamos de vivir

Tú- le dije a Dante, muy seria Te quiero pegado a mí como si fueras mi sombra... aun tenemos algo pendiente y no voy a dejar que te escabullas para librarte- le dije mientras le cogía del mentón para bajar su cabeza hasta mi nivel y, con un sonrisa más que intencionada, volver a dejarlo ir con un ademán de impaciencia ... que se quedara con las ganas de catar mis labios

Verlo sonreír así le sube el ánimo, sintiendo que todo volvía a lo normal. Ahí riéndose, llenos de sangre, en medio del campo de batalla, cuando Shawn apenas se podía su alma al intentar moverse. Eso era vida. Por supuesto que el cabrón se había tirado a la hermana o a la madre del hijo de puta que se habían encontrado, como a media Parody. Si es que a fin de cuentas eran muy pocos los que podían afirmar que ni se lo habían follado ni Shawn se había follado a sus parejas. Puto irlandés cachondo. 

Ya decidiré yo como matarte cuando lo haga - respondió con una sonrisa divertida, ignorando la segunda frase intencionalmente - Menos mal que no soy un buen caballero, ¿no? - le guiñó un ojo, riendo al verlo sacarle la lengua de esa manera, esperando pacientemente que dejara de apoyarse en el muro para seguir andando. Era normal que se agotara rápido con el golpe que le tendría que haber pegado el invitado extra. 

Cuando sus pasos los guiaron hasta el resto del grupo, se encontró con el montón de cuerpos hermosamente decorados por quemaduras y heridas que habían repartidos por el lugar, pero mucho más interesada en los camiones, sus ojos se posaron en estos con ambición. Suficientes recursos para durarle una vida, aunque claramente no fuera a quedárselos. Suspiró al ver al resto distraídos con la pelea a lo lejos, como quien ve un espectáculo de fuegos artificiales, al tiempo que se mantenía un paso más atrás de Shawn acompañándolo en su andar. 

El pecho de Teela, así como sus brazos, estaban cubiertos de profundos arañazos que parecían hechos por garras, surcando su piel con heridas que sin duda dejarían cicatrices permanentes. Debido a lo mismo la sangre había teñido su ropa, y el mismo aire que rozaba su piel le provocaba un ardor al que ya empezaba a acostumbrarse e incluso disfrutar. Por lo demás, estaba tan maltrecha como cualquier otro que hubiese pasado su día corriendo y peleando, y aunque había sido divertido mientras duró, ya estaba algo agotada y prefería irse a casa.

Cuando el pelirrojo se detuvo, ella lo hizo también, mirándolo con una ceja alzada y dejándolo ir a sentarse al lado del copiloto. Al menos hoy no tocaba discutir por quién manejaba. 

Mientras lleguemos a tiempo para la fiesta vip, voto a favor - contestó a la sugerencia de Andriel - De todas maneras me gustaría vendar esto - mira su pecho, frunciendo los labios con dolor ante la vista de las heridas. - ¿Vamos ya?

Cojeaba ligeramente del lado izquierdo. Cargado con la pesada metralleta era complicado distinguir la chaqueta rota y el fuerte vendaje comprensivo que lucía en el costado, por lo demás sólo un poco de sangre de algún rasguño.

Me alegré de ver a casi todos en pie, no porque realmente sintiera aprecio por ellos, sino porque significaba que los enemigos estaban muertos, y por lo tanto, mis posibilidades de supervivencia seriamente aumentadas. Eso siempre me alegraba el día…

¿Qué cojones?

¿Qué coño es eso?

Shawn no parecía especialmente sorprendido, y eso me tocaba los cojones, ¿acaso el cabrón lo sabía?

Ya tengo un nuevo objetivo en mi vida media vuelta para encararne con Leia, que había venido junto a mi montar en uno de esos y poder disparar lo que sea que disparen joder, tenía que ser la hostia ¿te apuntas? Sonreí mientras iba mirando al resto, uno por uno, los otros cuatro que seguían en pie.

Tenemos que volver por donde hemos venido, Isaías sigue vivo indiqué a Teela, que era la que al parecer iba a conducir, luego me moví hasta el camión a la parte trasera para poder obtener una posición de disparo decente llegado el caso ella lo salvó señalé a la doctora, no toda la gracia estaba en volar cabezas, había que vivir para poder contarlo.

Sorprendido por lo que había visto con la mira telescópica hicimos el camino que nos quedaba hasta las granjas a pie, ya que el todoterreno había quedado destrozado. Al llegar allí comprobé que las cosas no habían ido del todo bien. Habían algunos heridos, pero la verdad es que la cosa había acabado bastante bien. Y por lo menos ahora disponíamos de nuevos vehículos. Cuatro camiones para ser exactos, a rebosar. Aunque uno solo llevaba unas pocas cajas, pero era material más que suficiente para cubrir nuestra deuda o por lo menos una parte considerable.

Saludé a todos con un gesto de cabeza acercándome. El aspecto de todos era deplorable y la verdad es que los que mejor estábamos era yo y Alek. Solo unos arañazos.

- Siento no haber podido ayudar más!!! Un puto mutaescorpión decidió bailar con nosotros allí arriba…. Por cierto, ¿habéis visto esos aparatos? Pensaba que no existían!!! Y tres nada más y nada menos!!

Busqué a Isaias con la mirada pero no estaba por allí. Aún así me enteré de que estaba herido y que la doctora lo había salvado. Sin mediar palabra fui en su busca para saludar a aquel suertudo cabrón, no sin antes sonreír quedamente a la doctora a modo de agradecimiento. Subiría en el mismo camión si era posible. Tras pensármelo unos instantes dije,

- Alek… ¿Tú conduces uno de esos no? Pues vente conmigo anda… Que te estoy cogiendo hasta cariño!! – y comencé a caminar hacía el sitio donde estuviese mi colega de sombrero de copa.

Todos andaban, eso ya de por sí es buena señal. Y hablar despreocupadamente, otro buen síntoma – si no eres Shane, que entonces va en tu código genético y da igual- con lo que asuntos de urgencia no parecía tener.

Fui hacia el camión en el que estaba el que se tocaba el pecho con dolor – No recordaba el nombre- y asentí a Shane para que cogiese el mismo y disparase lo que le saliera de los cojones. ¿Para qué cortarle el rollo yo si no lo había hecho el agujero en el pecho? Pero quería estar cerca por si el movimiento le fastidiaba el vendaje....Que no sería raro.

Los que tengan disparos o estén peor, que vengan en este camión conmigo – Bien visto, incluyendo el movimiento, era uno de los mejores sitios en los que iba a curar, tenían suerte los cabrones y cabronas. Se quedó debajo para ayudar a subir a quien lo necesitase.

En la espalda llevaba la mochila con las medicinas, la quité de la espalda y empecé a abrirla, decidiendo que la información que había dado Shane sobre Isaías era completa unica y exclusivamente para él y para mí, que habíamos estado en la movida. ¿Ves? Eso es lo que me da coraje de él, sólo parlotea y se deja lo importante detrás, que pérdida de tiempo, de saliva y de todo.

Lo hemos dejado resguardado debajo del coche en el que veníamos nosotros, no podía andar pero si volvemos a por él lo cuenta seguro. - Asintió al hombre que le agradecía el gesto con Isaías, solo había hecho lo único que sabía hacer en su vida.

Miro al bobi bonito (por decir algo), y luego de reojo, busco a mi leñador. Sé lo que piensa, y entre todo el dolor, entre todas las putas moraduras, todos los cortes, toda la sangre, puedo notar como mi sexo se empapa. Sé lo que quiere, sé por qué está jodidamente cabreado. A él no le importa que estemos en una puta granja perdiendo como cabrones, no le importa que vayamos a morir aquí rodeados de hijosdeputa, no… a él lo que le jode es que no san interrumpido y eso… me hace suspirar, y logra empaparme hasta gotear entre los muslos. Me muero de amor, aquí en medio. Es tan romántico que incluso vomitaría corazones si me quedara algo ene l estómago y si no me doliera tanto todo el puto cuerpo.

Derribo al primer perro de un batazo, me duelen los brazos de tanto batear, me duele todo el cuerpo, estoy cansada, y aun así nunca me había sentido tan llena de vida. Qué bonito es estar enamorado…. La sangre del perro me salpica la cara mientras yo río como una adolescente encoñada. Me echo a reír mientras voy a por el bobi más grande, el de dos patitas.

- Prepara tu rabo porque vas a tener que embestirme, estoy chorrando… – murmuro como si tal cosa un instante antes de dar el primer golpe a mi enemigo.

No veo a Khan, pero sé que está bajo esa marabunta de perros sarnosos, sé que ha escuchado mi voz, y sé que no podrán con él, ahora queda la difícil tarea de ver si salgo viva de ésta. ¡Soy un tiburón! Y estoy hasta el coño de batear, joder. Ni lo pienso, tiro a morderle la yugular, y fallo, mis dientes castañean uno contra el toro con fuerza. Estoy cansada pero furiosa, me está jodiendo viva. Mi bate se mueve, y clava, a estas alturas ya no sé ni dónde le he dado, pero lo oigo gritar y me echo a reír. Veo venir uno de sus golpes, lo que me da fuerzas, pero no todo en la puta vida es rabia, mi cuerpo falla, está cansado y rodo por muchos sitios, está dolorido. Todo tiene un final, y lo único que sé en este puto momento, es que no me guardé nada para la vuelta, morir matando, rodeada de sangre, junto a él…. El brillo del hacha, el cuerpo de mi enemigo retrocediendo, mi mano recuperando fuelle, mi brazo levantando un bate que ahora pesa como una vida entera.

Su cabeza estalla, soy pelirroja, mi pelo lleno de restos humanos, caninos y a saber de qué más, mi cara completamente empapada y justo cuando voy a trepar por el contusionado cuerpo de mi amado los disparos se escuchan. No hay puto tiempo. ¡Joder!

Así aparece Ligeia:

Pasillos y puertas, y al final… respiro hondo extendiendo los brazos, joder, por fin el puto cielo. Miro hacia arriba buscando a Poe, no debe andar lejos, y en ello estoy, ausente a todo lo que dicen los demás. ¡Miento! Busco a Leia, y de un plumazo al ver que está, sigo buscando a Poe. En eso estaba yo cuando veo los fuegos artificiales.

Abro los labios y doy un pequeño saltito de emoción, dejando de lado el increíble dolor de mi mandíbula prácticamente desencajada, olvidando las costillas que debo de tener rotas, la laceración en la cabeza, toda la sangre que es mí y de los mongolos que han querido enfrentarse a mi bate, olvidando todas las laceraciones que serán cicatrices dentro de un tiempo…. Todo… todo se olvida cuando veo una puta máquina nadar por el cielo. ¡Eh! ¡No una! ¡Hay tres! ¡¡Y hacen boom!!

- ¡Eh! ¡¿Qué cojones?! Tenemos ruedas ¡¡Yo quiero ir hacia allí!! – no he escuchado lo que quieren hacer, pero tenemos los camiones, podemos ir hacia esas cosas que vuelan.

Al dar un saltito emocionada un reguero de sangre corre por mi costado, no es una arteria, pero desde luego he perdido mucha sangre.

- ¡Joder! ¿En serio nos vamos a ir? ¡Yo quiero volar!

¿Cómo pueden querer volver por donde hemos venido ¡Tenemos lo que queríamos! Podemos dar un pequeño rodeo e ir a ver qué son y cómo podemos subir…

Parecia que al final os habias salido con la vuestra, quizas no enteros, quizas no hubierais destruido por vuestra manoa mabas granjas pero alguien mas parecia estar interesado en los chinos o al menos, en Parody. De una u otra forma os reunisteis delante de los camiones dispuestos a llevar el pago a Moxxy y Roland, de esa forma dos favores serian pagados. Dos menos de una lista que sin duda no era corta, pero que al menos os permitiria seguir con vida.

Khan vio las locuras de Ligeia y ni siquiera penso se acerco a ella y con cuidado, para ser la bestia que era, la levanto y se la llevo al camion mas pequeño. Su voz sono alta y clara en el lugar. - No escualo, nada de volar, no hoy. Tienes algo que te esta esperando... - Ante cualquier replica de la pelirroja la moveria en suaves bandazos destinados a marearla lo suficiente para que dejara de rezongar y quejarse por no poder volar, sobretodo porque ya estaba medio para el arrastre. Se acerco al mas pequeño de los camiones, alli donde Leia tendria espacio para curar a los mas heridos, sin duda la nueva pelirroja era de esos, junto con Isaias. Al cual recogerian nada mas salir de la granja. Las heridas de estos tres eran sin duda las mas graves, asi que los demas deberian esperar a llegar al refugio.

Leia se dedico a inspeccionar y curar las heridas. Isaias parecia estar bien, los vendajes realizados antes seguian aguantando y la hemorragia se habia detenido. Khan por contra presentaba quemaduras de primger grado en los brazos y en algunas partes del torso, asi como cortes, y moratones por casi todo su cuerpo. Mas la que realmente estaba para el arrastre era la anterior peliazul. Tenia la manidbula ligeramente desencajada, contusiones en el pecho, varios cortes grandes en la cabeza, por su manera de respirar debia tener al menos un par de costillas rotas y seguro que mas de un diente se movia con ganas, mas aun asi seguia siendo la mas activa y habladora de todos. Cuando comenzaste con Khan, viste esa mirada oscura, animal en su interior y te sorprendio escuchar su voz, baja y profunda. - Gracias.

Los restantes deberiais repartiros por los cuatro camiones pues eran necesarios cuatro conductores, Alek se adelanto hacia uno de ellos, Shawn no tardo en hacer lo mismo tras darle una nalgada a Tee. - Tendrias que estar cerca mio para poder tomar esa decision... ¿no? - Con esa sonrisa suya capaz de eclipsar cualquier dolor se adelanto hacia el camion que le tocaba. De entre las sombras de los camiones aparecio Chris, subiendo a uno de los camiones, no sabiais donde habia estado pero sin duda por la sangre y como andaba debia haberselo pasado en grande. Estaba mas callado de lo habitual. Con un gesto de hombros y una mirada a la rubia mas loca que conocia hablo antes de moverse. - Como si fuera tu sombra, no es problema. Segundo camion. - Te guiño el ojo junto con una sonrisa capaz de apagar incluso sus propios fuegos. Si, sin duda queria jugar.

Tal y como iban repartiendose, Shane acabo subido al camion con Chris. La mirada del hombre estaba como ida, como si hubiera visto algo imposible y no tuviera claro si habia sobrevivido o no. No era una buena mirada y apenas respondo con un gruñido a tu saludo si es que lo hiciste. Oscar tomo de nuevo la dura decision de subirse con Alek. La mirada del viejo, junto con un puro que aprecia lleno de arena eran de las que podian matar, al menos hasta que saco algo de debajo de uno de los asientos lanzandoselo sobre el regazo. - Riega tu ganzate cabronazo, a ver si asi aprendes a soltar bueno improperios.

De esa manera salisteis de alli, dejando atras muerte y destruccion, llamando a las puertas de la fama o de la tumba. Pues de una u otra forma eso se iba a saber y aunque sabiais que no todos lo creerian, sin duda nadie creeria que unos aparatos voladores habian hecho esto. No, esta mierda, buena o mala caeria sobre vosotros... y os pringaria alli donde fuerais. Habia que terminar un trabajo, habia que terminarlo para no acabar ni en el Circo de Carne, ni en el estomago de Hannibal. Los camiones tomaron la ruta, delante de todos ellos iba Alek, era el mejor conductori con diferencia y guiaria las otras tres moles a traves de las dunas hasta el refugio de Roland. Solo asi, el juego podria proseguir, la dama fortuna sonreia a lo audaces, solo hacia falta recordar que esa dulce sonrisa no estaria siempre ahi.

El camino fue bastante suave y antes de lo que creiais, viste las patrullas de Roland rodeandoos. No tardasteis en lelgar al refugio, las puertas volvieron a abrirse apra vosotrs pero lo que no esperabais era el comite de bienvenida. A diferencia de la ultima vez, la gente de alli estaba esperandoos, no con malas caras no, ni mucho menos. Ellos habian sufrido mucho por culpa de los chinos y sus rutas de seguridad y abastecimiento. Ahora serian un problema menos, dos hogueras ardian en la noche, dos que dejaban claro que esa parte del desierto ahora era de Roland y era gracias a vosotros. Nada mas aparcar el gran hombre os esperaba, con una amplia sonrisa os saludo mientras os llevaba a un sitio donde pudierais descansar. habia dos enfermeras alli y una medico, los cuales se pusieron a las oredenes de Leia en ese momento, al fin y al cabo era la medico del grupo.

La zona era diferente de la otra, estabais dentro de la estructura del barco. Habia camas, camas de verdad y utensilios medicos apra poder curaros, asi como un par de sofas. Roland no escamito en gastos esta vez, queriendo no solo que estuvierais vivos sino que os dierais cuenta de que los amigos, son eso mismo, amigos. Con una amplia sonrisa no hizo mas que miraros. - Buen habeis liado ahi fuera cabrones... las dos. Habeis reventado las dos granjas. - Por el tono de voz estaba claro que no lo decia solo para vosotros, sino para los que debian estar mas alla de las puertas. Si, el rumor correria, no habia duda. Mas por su mirada dejaba claro que sabia que habia algo mas.

Ahora descansad, recuperaros... al menos un poco. No tendreis una mejor ventana de oportunidad que esta. No se en que vais a meteros ahora, pero Moxxy mando material para vosotros. - Señalo una serie de cajas al fondo. - Coste cero, dijo que si estabais lo bastante locos para sobrevivir, lo ibais a necesitar. - Sin mas se dirijio a la puerta, no sin antes aseguraros que no tardarian entraer bebida y algo de alcohol.

Montamos en los vehículos. Parecia que todo había salido bien… A pesar de querer ir en el vehículo de Isaías, este estaba destinado a los heridos y a la doctora…así que me tocó de nuevo ir con Alek. Aquel malnacido mostraba su sonrisa más socarrona que nunca, mientras saboreaba un nuevo puro que había sacado de dios sabía donde, aunque a juzgar por la arena que lo coronaba debía de ser del suelo…. Mientras arrancábamos el camión sacó una petaca y me la lanzó al regazo.

- Desde luego aprenderé algunos si sigo viajando con un cabeza hueca como tú. – le dije mientras olisqueaba el contenido de la petaca antes de propinarle un buen trago. – Joder!! Esto sabe a gasolina!!!

El camino de vuelta se podría decir que fue hasta apacible. El yermo pareció darnos una tregua y no surgió ni un solo problema hasta llegar al escondite de Roland. Las puertas nos recibieron como si de un animal hambriento se tratasen dejándonos en una zona diferente a la inicial. Aquella parecía mucho más cómoda, como si nos hubiesen llevado a la zona VIP. Al parecer nos habíamos ganado su respeto por lo que habíamos hecho y de paso pagábamos algunas deudas… Tras saludar a Alek, le dije:

- Voy a ver a ese marica de Isaías!!! Siempre se pone lloroso cuando está herido!! – y me encaminé hacia donde la doctora lideraba a un equipo de enfermeras… - Doctora!!! Leia no? ¿Cómo esté ese estúpido de Isaías? 

Dejamos atrás las explosiones, el fuego y los cadáveres de los amarillos con presteza pese a las quejas de Ligeia, antes de que los más que posibles refuerzos o al menos exploradores llegaran a comprobar no tanto el qué había pasado sino el quién lo había provocado... por nuestra parte como mucho encontrarían polvo y las marcas de los pneumáticos, y alguna gota de sangre, ya que al parecer no era la única que se había dejado el pellejo en aquel agujero.

Un punto a nuestro favor, otra muesca en el cinturón para indicar las nuevas muertes, y la mirada al frente buscando nuevos objetivos... no quedaba otra, tocaba seguir adelante pese a estar hechos una mierda, con la ropa hecha jirones y el cuerpo clamando un largo descanso. Era eso o enfrentarse a la furiba del Caníbal en todo su esplendor y eso, desde luego, era algo que prefería evitar.

Pronto nos rodearon los hombres de Roland, lo que me hizo preguntarme no por primera vez hasta qué punto habíamos estado solos y cuánto sabía de todo el asunto realmente. Aquel tipo, además de sacar tajada del asunto, era evidente que tenía recursos más que suficientes para darle por el culo a más de uno, entre ellos nosotros. Sería bueno andarse con ojo con él por mucho que nos apoyara, de momento, en todo aquello.

Una vez en la guarida de Roland me bajé, junto a Dante, y me acerqué a su oído antes de irme con la matasanos y su ayudante. Era evidente que necesitaba unos cuidados que yo misma no era capaz de prodigarme por mucho que me jodiera reconocerlo.

Estaría bien que me remendárais esta caricia... un cuchillo con el brazo medio inútil no se maneja con soltura- medio bromeé apretando los dientes al mostrar la herida. Aquel brazo agujereado de lado a lado no tenía buena pinta pero era curarlo o perderlo... - Leia... cuando acabes con esos blandengues me iría bien un vistazo
 

Cuando te remienden ese arañazo y me venden el brazo te quiero ver en una habitación, a solas. Veremos si eres tan duro como aparentas- dije con un susurro duro y sensual - Pero como me hagas salir a buscarte te aseguro que vas a desear haberte quemado ahí adentro con los amarillos- añadí con cierta rabia

Estaba cabreada, y caliente, fruto de la brutal descarga de adrenalina, el fuego, las explosiones... todo había sido un cúmulo de sensaciones que me hacían tener la necesidad de devorar a Dante o convertirlo en un alfiletero con centenares de cuchillos clavados por su cuerpo

Aquellos momentos le encantaban, la gente más o menos entera, viva que ya es mucho, y no tener que curar con las balas despeinándote o esquivando palazos. ¿Qué más se puede pedir? Pues material en condiciones y un equipo de enfermeras que sabe lo que hace y que va terminando lo que tú y tus instrucciones empiezan. Un auténtico gustazo la puta sede del Ronald ese. Se podría acostumbrar a ella sin ninguna duda.

Después de atender a los que conocía menos se dispuso a esmerarse con Ligeia, como si fuese la hija que nunca había tenido, ni pensaba tener ni de coña - Había que ser gilipollas para traer un churumbel a ese mundo- así que dejó como nueva la mandíbula de la joven, esmerándose después en recolocar e inmovilizar -Será por poco tiempo Ligeia, confía en mí- las costillas y curando el resto de heridas de más o menos gravedad que encontró en la cabeza y en el resto del cuerpo. Culo inquieto era poco para definir a la que ya consideraba su amiga. 

Tuvo que lavarse a conciencia después de curarla para poder seguir con los demás.

Está mejorando, dale un rato y despertará – Contestó a Oscar sobre Isaias con voz tranquila mientras enchutaba anestesia en una jeringuilla, para ponerse inmediatemente con Andriel, tanto a ella como a Ligeia las curaba ella expresamente, sin plantearse lo contrario. Las consideraba las responsables directas de que su vida hubiese mejorado un ochocientos mil por ciento y era una deuda que estaría encantada de compensar curándolas.

Parecía que ese trabajo en particular lo iba a tener bastante a menudo, pues no eran de las que se quedaban escondidas esperando a que capeara el temporal.

Sonrió a la mujer, que buenos ovarios tienes, compañera – El brazo quedará como nuevo, no te preocupes -Iba a echar un rato, pero no le pesaba lo más mínimo, sino que por el contrario estaba de un estupendo humor. No la avisó de que aquello dolería, sabía que no era ninguna blanda.

Pincho en la base del hombro, en varios sitios, y le indicó que se sentase y lo pusiera casi horizontal, con una mesa plegable en la que tenía utensilios quirúrgicos de todos los tamaños y tipos. Negó con la cabeza cuando se acercó una enfermera predispuesta a quitarle tarea – Yo me encargo de ella – Y no se levantó del sitio hasta que considero que estaba absoluta y perfectamente bien, asintiendo satisfecha después de vendarlo - Curará rápido.

Al otro que le hubiese encantado curar hacía mucho que no lo veía y todavía no se había atrevido a preguntar por él.

A la orden, soldado - le dijo a Shane, llevándose la mano rígida a la frente como haría un militar para luego relajarse con un guiño y una sonrisa. Y viendo que llegaba su contacto, aquel recomendado por su mejor amiga de toda la puta vida - Puta zorra - lo saludó con un gesto igualmente alegre. Siempre era bueno ver que la gente sobrevivía a la danza bajo las balas o a cualquier variante de ello. Incluyendo jodidos perros asesinos. Y mucho mejor ver que aprovechaban de ducharse en sangre, eso nunca estaba mal - Cada cual con su pasatiempo, supongo... - se encogió de hombros, saludando con una sonrisa a la recién llegada que parecía especialmente entusiasmada con las máquinas esas.

Entonces Shawn le da una nalgada. Ahí. Frente a toda esa gente. - Tú tienes claro que vas a perder esa mano, ¿no? - preguntó alzando una ceja y negando con la cabeza. Hubiera sido cualquier otro y ni la advertencia le daba antes de volarle los sesos o dejarle los huevos de corbata. Aunque claro, con esa sonrisa era imposible tratarlo como a cualquier otro. - Borracho hijo de puta. La venganza es dulce, irlandés - sonríe maléficamente mientras se sube de un par de saltos al vehículo que le tocaba manejar. 

Cuando llegaron al campamento, y a pesar del amor de recibimiento lleno de sonrisas, fiesta y aire de victoria, Tee volvió a mirar recelosa a Roland una vez bajó del camión. Sí, tenía sus problemas con el hombre. No terminaba de entrarle, no había manera, por mucho que intentara causar una impresión esta vez o incluso les ayudara en su reputación. Teela rara vez olvidaba una primera impresión y la de él había sido pésima. Sin embargo, en cuanto se fue, la mujer volvió a respirar tranquila, relajándose lo suficiente para no estar a una fracción de segundo de sacar las armas. 

Con heridas profundas pero más que soportables, fue a rebuscar entre las cajas que había mandado Moxxy - Permiso, si a nadie le importaaa - dijo cuando ya las había abierto, siempre pendiente del pelirrojo de reojo. Conociéndolo y habiendo alcohol por ahí, o se follaba una puta (o varias) o comenzaba una pelea o ambas. Y en caso de las últimas dos opciones tocaba meterse si la cosa se iba a peores.

El tiempo paso. La doctora os fue atendiendo poco a poco a todos. Remendando vuestras heridas, lavando las partes donde pudierais sufrir una infeccion por culpa del sudor, la sangre y la arena del desierto y cerrando los agujeros que os habian abierto en el cuerpo. Shawn, Dante y Khan no son menos y aun con sus mas que dispares personalidades, agradecen los cuidados de la doctora. En un lado de la habitacion, Isaias reposaba tranquilo en la cama, la anestrsia y los medicamentos habian hecho su labor junto con las tareas de Leia, lo que significo que al cabo de un rato semi despertara algo drogado aun pero consciente al menos.

Los demas permaneceisteis relativamente en silencio. Probablemente repasando los acontecimientos pasados, sobretodo ese final tan pirotecnico y preguntadoos que pasaria ahora. Habias sobrevivo a las granjas, pero aun con los remiendos de Leia estabais agotados como poco y llenos de heridas. El plna consistia en meteros en la zona mas protegida de las ratas y robar, el mismo cargamento que habian robado a Hannibal. De plan suicida en plan suicida. La parte buena es que os habias quitado un par de pagos de encima pero aun asi, mas o s valia buscar otra forma de pagar vuestras deudas o no durariais mucho... incluso entre los "chaperos" lo que estabais haciendo rayaba la mas absoluta locura.

La comida y la bebida no tardo en venir. Algunos comisteis un poco de aqui y de alla, otro preferisteis dedicaros a mirar los juguetes que mamaMoxxy habia dejado para vosotros. Vuestras cartucheras llenas, armaduras nuevas y amor de madre en forma de equipo para lo que estaba por venir. Sin duda alguna no seria bueno, os habias quedado sin vehiculos, lo que implicaba que volver a traves deld esierto no era una opcion. Las alcantarillas parecian ser el unico lugar decente, a menos que quisierais morir entre las dunas.

Aun asi mientras esos pensamientos se agolpaban en vuestras cabezas la puerta volvio a abrirse dejando paso a Pratt, el cual aunque mejor que vosotros no parecia haber estado de ruta turistica justamente. Se quito las gafas que llevaba y la gorra para que pudierais verle mientras avanzaba con unos papeles bajo el brazo. Estaba agotado, al menos al mismo nivel que vosotros pero no parecia quejarse.

Los planos habian llegado a mis manos y aunque sin duda no era para nada gracioso. Debia pagar mis deudas de una u otra forma... mierda. Roland se iba a cabrear si se enteraba. Aun asi con los papeles en la mano fui a verles, a todos ellos y a... Leia. Avance por los oxidados pasillo y abri la puerta, el lugar parecia una especie de monasterio donde nadie hablaba solo parecian intentar centrarse en las cosas que tenian en mente. Aun asi parecia que no era una habiatacion grande y ya, habian un par de puertas mas... ¿habria alguno dentro de ellas? Tampoco es que me interesara mucho.

Avance hasta llegar a la mesa apartando comida y bebida mientras mis ojos no paraban de desviarse en direccion a Leia. Me quite las gafas y la gorra dejandolas al lado junto con un poco de arena del desierto. Extendi el mapa y mire en busca de alguno de ellos que estuviera atento a mi. - Esto es cortesia de vuestra madre. - Pasaba de dar mas nombres de los necesarios. Roland y Moxxy se llevaban bien, pero este juego era demasiado cambiante. - Es una forma de alcanzar la zona de los chinos a traves de las alcantarillas. Gracias a la limpieza que hicisteis, ella ha tenido a bien abriros un camino hasta alli... por si la arena era demasiado... o Abraham, no se exactamente quien ha sido tan... amable. - Sonrie de medio lado, cansado tanto fisica como mentalmente. Sin duda habia ironia en sus palabras, cualquiera que hiciera algo por ti de ese calibre es porque o bien ya habias hecho algo por él o esperaba mas de ti. Aun asi parecia mas un pago que una deuda. - Estais locos si vais alli... bueno peor de lo que estais, pero la arena esta llena de sus patrullas por lo que sin duda no habran mucho cabrones de ojos rasgados por alli.

Deje los papeles, suspire y me levante para irme. Mis ojos se quedaron fijos en Leia, luego pasaron a la puerta y hacia alli me encamine. - Suerte...

De nuevo, toma de decisiones.

Recordad que aunque todo parece indicar que vayais por las alcantarillas. Podeis hablar con Pratt, con Roland o pedir algo a los PNJs, igual eso os ayuda a encontrar vehiculos u otros caminos. De nuevo es decision vuestra.
 

Me acerqué a Isaías el cual descansaba plácidamente con los vendajes que le había aplicado la doctora.

- Maldito cabrón!!! Te dejo un rato y casi la palmas… Aún así, no se como lo has hecho para acabar en los brazos de una mujer y que te cuide. Debe de ser un don que tienes bastardo!!!

Tras asegurarme que estaba bien volví a la sala donde todos conversaban, o comían… o lo que diantres que estuviesen haciendo. Recuperé parte de la munición perdida, así como un nuevo chaleco. Incluso logré asearme un poco y aparentar estar más limpio. Para cuando llegó Pratt, estaba desmontando mi rifle y limpiándolo con tranquilidad y parsimonia, colocando cada componente de forma ordenada. Era un trabajo que me relajaba y me permitía aislarme de todo. Aún así, no pude evitar escuchar la conversación que se desarrollaba a mi alrededor sobre el próximo objetivo.

Cuando se marchó termine de montar mi arma disparando y notando un chasquido del percutor en perfecta sincronía. Perfecto!! Me acerqué a los mapas y los ojees. Marcas y marcas y caminos por las alcantarillas que a saber donde diantres iban. Mire a Andriel.

- Andriel!! ¿Tú estuviste ahí abajo verdad? Como ves esa alternativa. Si hay alguien que se mueva bien en sitios tan cerrados y oscuros eres tú… Personalmente preferiría los espacios abiertos del Yermo, pero es más fácil entrar desde abajo que caminando abiertamente desde el maldito desierto…

Quedé a la espera de los comentarios de los demás. Había que seguir adelante y no podíamos pararnos demasiado…

Con Leia

Asentí ante las palabras reconfortantes sobre el brazo de la matasanos, apretando ligeramente los dientes cuando apretó los vendajes y aplicó los antisépticos al boquete; aquello iba a dejarme una buena marca pero, al menos, el cabrón que lo había hecho ahora yacía entre el polvo

Gracias- le dije secamente, aun recuperándome del hecho de no emitir grito alguno de dolor - En cuanto al guaperas Pratt... harías bien en decirle algo, o tirartelo directamente- añadí mientras me levantaba, como quien comenta alguna nadería - ¿No creerías que vuestro intercambio de miradas, gestos y sonrisas bobaliconas pasa desapercibido, no?- le dije sorprendida por aquello

La próxima vez que lo veas podría estar muerto, y sería tarde. Aprovecha el momento... yo pienso hacerlo ahora mismo- le añadí con una sonrisa amigable, pícara incluso, antes de salir y que la manaza de Dante me arrastrara a uno de los cuartos privados

...

Con el grupo

Bajar nuevamente a aquel infierno pútrido y nauseabundo era lo que menos me apetecía en aquellos momentos, pero era evidente que teniamos más posibilidades de éxito siguiendo aquella ruta alternativa y que los chinos no se esperaban a entrar de frente. Las patrullas ya eran un peligro, pero las cambiantes arenas y sus tormentas era algo que si se podía evitar mejor no enfrentábamos.

Si, he estado ahí abajo, y varios de los presentes también. Y es una mierda, en toda la extensión de la palabra- dije seria, tomando algún bocado ligero más junto con algo que lo hiciera bajar, sin alcohol - El hedor es insoportable, las opciones de contraer alguna enfermedad muy elevadas y las criaturas que lo habitan disfrutan de una penosa vida que parece solo alegrarse cuando dan caza a los insensatos que pasean por su territorio... pero es rápido, y relativamente seguro si nos movemos en silencio y sin hacer el idiota. Hemos matado a un puñado de esos carroñeros, incluso a uno de sus cabecillas me atrevería a decir... aunque de eso ella sabe más que yo- dije mirando a la doctora - Era su prisionera antes de que le cortara el gaznate

Miré a la mujer unos segundos, en silencio, esperando tal vez alguna intervención al respecto. Después de que la hubiera, o de un silencio casi incómodo, proseguí

Sola me jugaría ambos brazos a que soy capaz de llegar sin ser vista... viniendo conmigo el resto, nos la vamos a jugar, pero podemos minimizar riesgos si no hay gilipollas que necesiten hacerse notar de forma innecesaria. Entramos, en silencio, me seguís pisando donde yo y sin decir nada a menos que sea absolutamente necesario. Las armas enfundadas y con el seguro puesto, y cualquier cosa metálica envuelta en paño... si digo que os pareis, lo haceis, y si me sumerjo hasta el cuello en el río de mierda casi compacta que fluye por ahí abajo lo haceis sin pestañear. Bajo esas condiciones me ofrezco a hacer de avanzadilla e intentar guiaros hasta la salida lo mejor que sepa. Sino iré por mi cuenta... y ya nos veremos cuando los chinos empiecen a caer muertos- sentencié muy seria

Ya había tonteado con la muerte por culpa de la impulsividad de Ligeia y no tenía intención de jugármela dos veces por semejantes acciones. Si querían ir por ahí abajo correteando como pollos sin cabeza, haciendo ruido y atrayendo a los carroñeros que lo hicieran, pero no a mi lado.