Partida Rol por web

Podría haber sido peor, mucho peor, a juzgar el final prematura del imbécil que habló de más y ahora servía de tentempié a lo que fuera que aguardaba dentro de la jaula. Observé, en silencio, como se dictaba sentencia sobre nosotros, dejando claro el final que nos esperaba en caso de no lograrlo... era obvio que aquella misión era matar o morir, como siempre, pero con la amenaza de Hannibal detrás, sobrevolando nuestras cabezas en todo momento

No hice gesto alguno. Matar asiáticos o matar a cualquier otro desgraciado del páramo me era tan natural como respirar; nada podría ser peor de lo que habíamos pasado ahí afuera rodeados de monstruos, mutantes y gilipollas... al menos aquí adentro solo había de lo último, aunque en un número sin parangón.

Le dediqué apenas un vistazo al nuevo; otro superviviente más, y al parecer amiguito de Oscar... habría que tener vigilados a aquellos dos. Cuando se unían viejos compañeros en misiones como aquellas podía pasar cualquier cosa, y normalmente nada bueno. Hice un gesto con la cabeza en dirección a la puerta, sin hablar siquiera. Cuanto antes saliéramos del cubil de Hannibal mejor; podíamos dar gracias de estar de una pieza

Una vez fuera hablé con Valkyria

Pareces saber más de lo que parece o dices. Me parece bien siempre que no nos jodas... ¿sabes donde podemos encontrar a esos putos ojos rasgados? Será divertido volver a las viejas costumbres y dejar de esquivar y matar monstruos...

Me giré entonces hacia el nuevo

No sé quien eres, ni me importa una mierda, pero hemos salidos del puto páramo dejando atrás criaturas horrendas, mutantes y una guerra... colaborando. No nos intentes dar por culo y todo irá bien. No somos amigos, ni los seremos. Y como me llames bonita, bombón o chica te corto los huevos y te los sirvo en una bandeja

Estaba cabreada, mucho, por haberme sentido tan impotente frente a Hannibal y aquel tipo, descarado, no se me iba a subir a la chepa por muy conocido de Oscar que fuera. Si había llegado hasta donde estaba siendo una mujer no era por ser una frágil y cándida florecilla de campo

Salimos de allí presurosos por respirar aunque fuera momentáneamente un poco del aire caliente y viciado de aquella ciudad de mierda, pero que por lo menos nos daba ese sentimiento de libertad. Escuché como Andriel saludaba a su forma a Isaias. Sonreí mientras me acercaba:

- Veo que ya has conocido a Andriel. Una mujer singular cuando menos!!! Pero a parte de eso, me alegro de volverte a ver!! Cuando nos separamos la última vez no sabía si volvería a verte aunque veo que no has estao ocioso. ¿Cómo diantres te liaste con ese Hannibal?

Tras escuchar sus explicaciones comenté al grupo:

- Bueno!!! No se que planes tenéis!!! Pero yo voy a volver a retomar lo que quería hacer antes de que cierta persona me tocara un poco los cojones. – dije mirando sin ningún reparo a Valkyria mientras mi mano reposaba en la recortada dispuesto a reventarle la cabeza al menor movimiento brusco. – Decidme donde estaréis y os vengo a ver en cuanto resuelva la situación que me atañe.

Mis ojos se clavan con indiferencia ante ese hombre de extraña indumentaria, sus palabras parecen importantes para el y no podrian serlo menos para mi. Ladeo la cabeza como hace un depredador que examina a una presa que puede llegar a ser interesante... y entonces sonrio. No es una sonrisa agradable para nada y que muestra mis amarillentos dientes. Un simple gesto de cabeza es suficiente para que Rose se acerque y deje caer una pequeña bolsa sobre su mano. Coloco mi puño sobre mi mandibula... sin esperar si quiera a que cuente la cantidad que hay dentro, con una sonrisa y una postura que dan por terminada la reunion.

Salis de alli, tanto del salon del trono de Hannibal como del Coliseo hasta llegar de nuevo a la explanada frente al mismo. Alli a escasos metros esta el vehiculo blindado que habeis traido, con vuestras escasas pertenencias y tras este las puertas que dan a Parody, a la salvaje Parody. Teneis una mision, una que muchos definirian como peligrosa o suicida pero para vosotros simplementes es una mas... aunque claro esta vez sera dentro de la ciudad y vuestros enemigos son una banda rival con recursos y armas.

Por fin fuera, ya era hora... ese jodido antro de Hannibal olia peor que un matadero de hombres bestia. Escupo en cuanto estoy fuera esperando que eso mitigue el sabor y olor que se ha colado en mi boca. Joder que puto asco. Aun estoy en ello cuando Andriel se acerca. Me levanto y la miro con indiferencia. - Iba en la pareja de vehiculo del jefe de expedicion... y... Radio habia pirateado las comunicaciones, oimos claramente las ordenes. Es lo unico que se... y no me parecio tampoco demasiado importante sino llegabamos primero hasta aqui. Ademas de que coño te quejas, ha servido para salvarnos la vida.

Me encojo de hombros y miro a la zorra asesina. - Tienen su propio "barrio" pero entrar ahi sin informacion es un suicidio. Deberiamos ir a ver Moxxy, es el mejor lugar para divertirse de Parody y ella siempre tiene informacion... pero habra que pagar por ella y no sera barato. No suele elegir chapas, sino favores. - Sin decir mas se dedica a colocar cartuchos en su escopeta de combate... esperando ver que decidis, al fin y al cabo estais metido en esto... y cuantos mas seais mas probabilidades de sair tendreis.

En eso oigo la amenaza de Oscar, le miro con una sonrisa entre lujuriosa y amenazante. - Mira pequeño, si te quisiera "seco" ya lo estarias... asi que no amenazes. Hazlo o no lo hagas. - Con sus manos sobre la escopeta sin ningun reparo en indicar que tambien esta lista para volarte la cabeza.

Bueno, no iba a mirar dentro de la bolsa, sería una descortesía para Hannibal. Y una gilipollez por mi parte. El peso señalaba la cantidad que podría haber de chapas. Ahora ya estaba metido hasta el fondo en el asunto. Mostré mi mejor sonrisa a Rose, y salí de allí con mis nuevos colegas.

Una de las tías duras del grupo se presentó, por llamarlo así. Bla, bla, bla, me contó su historia que no me interesaba y una amenaza que, por su aspecto, quizá era capaz de cumplir. Pero eso es ya un síntoma de debilidad; debes cuidarte del que muerde sin aviso, no del que te habla de ello. Sin duda era una mujer a tener en cuenta, no se viaja por ahí si no lo fuese, aunque seguramente manejable.

Me puse las gafas, levanté un poco el sombrero e incliné ligeramente la cabeza como saludo. Sonreí:

-Cuando quieras follar conmigo, solo tienes que decírmelo.

Luego estaba Óscar. Un apretón de manos. Habíamos pasado lo suficiente juntos como para llamarlo amigo. O algo parecido, no se. Me fiaba de él, vamos. Hasta cierto punto.

-El Caníbal quería que os encontrara. Estábamos discutiendo los términos.

Caminamos. Escuché y miré divertido al grupito. Rencillas internas, es lo que tiene un viaje donde te salen mal las cosas o la cagas. Las tías parecían tener más huevos que los hombretones. Joder.

-Bien, chicos. Voy a hablar con alguien, a ver como le entramos a Moxxy. Intenta que no te maten estos, Óscar, me gustaría tomar algo contigo después.

Habíamos conseguido salir con vida de aquella. Aunque ahora nos quedaba un arduo camino. Sonreí ante el oportunista de Isaias al replicarle a la brava Andriel. Aquella relación prometía ser cuanto menos divertida!!! Ante las nuevas palabras de Valkyria no quise replicar. Ella tal vez tuviese unas convicciones fuertes pero las mías también. Tarde o temprano tendría que elegir un disparo entre salvarla a ella o a cualquier otro… Y tenía clara cuales serían mis prioridades a partir de ese mismo instante.

Apreté la mano de Isaías mientras sonreía con franqueza por primera vez en mucho tiempo.

- Así que encontrarnos ¿eh? Maldito cabrón!!! Siempre fuiste bueno encontrando cosas!!! – bromeé. Luego añadí, - Tengo un recado que hacer en un bazar de la zona de alterne. ¿Por curiosidad no conocerás una tienda de antiguallas y a su dueña Samantha, no? Supongo que no me llevará más de un par de horas. Si te parece nos vemos en garito de Grasty. Así pdrás contarme que has hecho estos últimos meses mientras te explico como de simpáticos son mis nuevos amigos y de paso me explicas que has descubierto de los malditos ojos rasgados. Si queréis podemos vernos allí!!! – Dije el último comentario mirando a los demás. – Es un sitio tranquilo y lejos de miradas indiscretas!! O por lo menos lo era…

Y dicho aquello me encaminaré a la tienda de antiguallas que tenía que encontrar, con o sin la información que me pueda proporcionar Isaías.

Samantha. Una loca que quería hacerse la bruja. Dejé que Eagle lo descubriera por sí mismo.

-La conozco. Desde la plaza que hay antes de llegar a Moxxy tuerce por el callejón de la derecha. Casi al final encontrás la cueva de Samantha.

Asentí a su propuesta de encontrarnos luego. Estaría bien saber más detalles de lo sucedido.

Atraviesas las calles tal y como te lo ha indicado Isaias, ves de lejos la Zona Roja y el letreo de Neon de Moxxy, pero por mucho que te apetezca ir a regar tu garganta con algun licor y sentir las fuertes piernas de alguan streaper contra tu cadera, sabes que tienes cosas mas urgentes. El callejon es uno de tantos, lleno de la inmundicia que no puede permitirse el lujo de entrar en la zona reservada para los que tienen pasta que gastar. Un par de matones te miran de arriba a abajo y por sus caras te das cuenta de que se dan cuenta de que eres demasiado para ellos, aun en un dos contra uno.

Apartas y esquivas bolsas de basura, los cristales de botellas de licor estallan cuando los pisas sin ni siquiera deternete hasta llegar al final del callejon. Alli en un cartel que parece a punto de caerse ves garabateado "Bazaar" y un par de cristaleras con rejillas metalicas junto a una puerta que al igual que el resto se mantiene en pie de milagro. Abres la puerta temiendo que la misma se caiga sobre ti pero aparte del chirriar de los goznes todo va bien... el lugar esta lleno de trastos de todo tipo, sin duda te das cuenta de que aunque en un principio no parece que tengan valor son todo objetos mas o menos cotidianos con cierta antiguedad, es decir, sabiendo a lo que se viene a esta ciudad dificil que puedan tener mucho clientes... aun asi, el sitio esta limpio. Te acercas al mostrador donde una anciana con cara de haberse tragado algo muy amargo temira por debajo de unas gastadas gafas viejas, esta a punto de gruñlrte, o eso crees cuando dices el unico nombre que sabes. "Samantha".

Te mira y da varios golpes a la pared. Escuchas como alguien se levanta e instintivamente tu mano va hacia tu arma cuando oyes el tipico click de una recortada. La sonrisa de la abuela es mas que obvia.

Una mujer aparece ante ti y te mira de arriba a abajo antes de quedarse donde esta con los brazos cruzados. Las gafas estan algo caidas sobre su perfecta nariz, mas su mueca de desagrado por la interrupcion tambien es obvia. Mira a la abuela y despues a ti, ves un latigo con puas en su costado. Se acerca a la abuela y susurra algo que llegas a entender.

- Vas a molestarme cada vez que algun desgraciado aparezca por la puerta con mi nombre en sus labios. - Su voz es suave aunque dura, por mucho que no lo parezca algo te dice que esa forma de vestir es por gusto no por la apariencia de niña indefensa. Se separa de la abuela y vuelve a clavar tu mirada en ti. - ¿Y bien?

Asentí ante las indicaciones de Isaías y sin más preámbulos me encaminñe hacia allí. Vi de lejos el local de Moxxy. Por un instante estuve tentado de entrar y tomar algo rápido, pero saber que posiblemente un veneno recorría mi cuerpo me hizo desestimar la idea.

Ya en la zona un par de rufianes intentó evaluarme. Mi mirada fría y desprovista de emoción los hizo recular dejándome paso franco y evitando una pelea que para nada necesitaba ni quería. Ver el callejón no ayudó a tranquilizarme. El callejon era como todos aunque si cabe tenía más desperdicios de lo normal. Pero si había llegado allí era por algo…

Resuelto llegué hasta la puerta donde miré tanto el cartel como la desvencijada puerta. Aquel cuchitril parecía a punto de caerse sobre mi cabeza. No obstante al entrar comprobé agradecido que no era un lugar demasiado desastrado, si bien el tipo de artículos que vendían no debían de tener demasiado éxito. La vieja que me miró tras las gafas no ayudó a relajarme. Sin preámbulos dije el nombre de la que creía que sería la dependienta, rezando por dentro para que no fuese aquella mujer ajada y estrafalaria.

Tras mirarme y golpear la pared escuché demasiado tarde el click de un arma al ser armada. Joder!!! ¿Es que no podía uno hablar con alguien sin ser encañonado? Con lentitud mis manos volvieron al mostrador, ya que de forma instintiva habían volado a mi espalda para coger la recortada. La mujer que apareció en el quicio de la puerta era realmente guapa. Las ropas que portaba se veían limpias y su voz sonaba firma y clara. Decidí que fuese lo que fuese que tuviese que suceder era absurdo hacerse esperar. Así que sin m´ñas preámbulos dije:

- La espada siempre golpea dos veces. – esperaba solo que aquello no fuese la orden de liquidarme y que realmente aquella mujer me ayudara a eliminar lo que sea que me hubiesen inoculado.

La mujer te mira de arriba a abajo y asiente lentamente, oyes como el "click" de antes vuelve a sonar indicando que han quitado el arma. Se gira y te hace un gesto para que la sigas, lleva lo que denominarias como algun tipo de uniforme en tono azul pero no estas seguro de a que pertenece o si simplemente es por gusto. Pasas la pequeña cortina que separa la trastienda y la acompañas hasta una mesa que parece vacia, ella se sienta y tu haces lo mismo.

Se apoya en el respaldo y te mira por entre las gafas que se ha colocado en el sitio. Ladea levemente la cabeza, inspeccionandote y evaluandote. - Se me informo de que era posible que llegara alguien nuevo... pero la verdad no esperaba que sobrevivieras. - Lanza un leve suspiro. - Si estas aqui es porque el asi lo ha decidido y eso ya es mucho... la verdad. - Ese simple pronombre te hace recordar al jefe de asesinos y un escalofrio recorre tu espalda sin poder evitarlo. - Necesito informacion sobre las bandas de la ciudad, efectivos, puntos de encuentro, armamento y producto que suministras. Nada de valoraciones generales, de esas tengo bastantes para hundir este maldito bazar, necesito datos concretos... y tu vas a darmelos. - Se vuelve a recostar y te mira de nuevo, haciendo relucir una leve sonrisa que te deja sin saber que esta pensando. Te lanza una jeringuilla con un liquido verde dentro... y se queda ahi callada esperando.

Isaias, el nuevo, el amigote de Oscar, el bocazas. Desde luego era otro que perdía la fuerza por la boca y luego resultaba un botarate, seguro, pero no por ello me iba a dejar ningunear.

A lo mejor me lo pienso si demuestras ser lo suficientemente hombre- le replique con una sonrisa burlona antes de girarme. ¿Porqué todos los memos del mundo con polla, cuando querían faltar a una mujer, recurrían a la misma frase una y otra vez?

Obvié el asunto y me dirigí, por mi cuenta, a Moxxy. Había asuntos urgentes que atender y allí nadie parecía querer colaborar más de lo necesario, así que no veía el motivo de porque narices tenía que hacer yo algo diferente. Hacía mucho que no me pasaba por allí, desde que fui camarera de aquel antro... veríamos si me servía de algo. 

Por lo pronto lo primero era encontrar información, útil a ser posible, sobre aquellos putos ojos rasgados y saber a qué nos íbamos a enfrentar. Aquello podía convertirse en una orgía de tiros y sangre si no nos movíamos con pies de plomo y, desde luego, como aquellas sabandijas se enteraran de que estábamos socavando información sobre ellos nos iban a empezar a buscar.

Nos tocaba mover ficha pero con sumo cuidado

Solté el aire aliviado al sentir como el arma era descargada, dándome cuenta de que sin saberlo había contenido la respiración. Al menos la contraseña o lo que fuese que era aquella frase había servido para algo. La seguí al interior de la trastienda fijándome en que tenía un culo realmente espectacular.

Tras sentarnos me soltó una parrafada a la par que me lanzaba una jeringuilla con un líquido verdoso, que bien podçia ser un antídoto, u nuevo veneno o una droga.

- Me encanta el halo de misterio que le ponéis a todo este asunto... No habría sido necesario todo este tema del veneno para que viniese aquí. Pero si que me gustaría saber, por lo menos, por que lo hago. ¿Qué saco yo con ayudaros? ¿Cómo se que no me estas vendiendo como una rata? Ya sabes!!! Ese tipo de cosas que uno necesita saber cuando no sabe nada. – dejé pasar unos segundos y añadí – Si lo que quieres es una confirmación de que lo haré, te diré que sí joder!!! Pero me gustaría dejar de ser un títere y conseguir algo de respeto por vuestra parte, sea lo que sea que seáis.

Tras aquello cogí la jeringuilla y la examiné a la escasa luz de la trastienda.

- ¿Qué es esto?

Ella aguanto todas tus criticas y todas tus necesidades mostrandote unicamente una sonrisa cargada de sarcasmo... hasta que dijiste una palabra "respeto". Entonces su cara cambio, dura, firme y con toda la pinta de que podria arrancarte cada centimetro de tu piel con el latigo si quisiera... y por algun motivo seductora al mismo tiempo. Una rara combinacion que la hacia aun mas especial a ella. - ¿Respeto? ¿Que has hecho para ganarte nuestro respeto... y ya no digamos el mio? Cruzar el Yermo... no me hagas reir. - Señala la jeringuilla. - Ese vial es para lo que te puso el hombre en el Yermo. Anulara esa mierda de tu metabolismo... pero si quieres puedo quedarmelo. - Alarga la mano por si realmente quieres darselo.

Se levanta dejando que veas su culo otra vez, te das cuenta de que no le pasa desapercibida tu inspeccion. - Supongo que tienes derecho a saber algo al menos. Sigues vivo porque "ese" hombre vio algo en ti y lo digo como un cumplido, asi que mas te vale no decepcionarme. - Apoya su mano sobre el latigo. - Y si una palabra sale de esta sala... te matare. No habran lloriqueos ni conversaciones. me encargare de que te metan una bala en la cabeza mientras duermes y se acabo... ¿He sido clara? No soy como esos inutiles de ahi fuera que sacan pecho y despues se tiran para atras, si me jodes te mato. - No puede haber sido mas clara y por su forma de hablar queda claro que no le van las coñas.

Se vuelve a sentar y le da un trago a un vaso de agua que habia sobre la mesa. - Creemos que alguien de esta ciudad tiene tratos con las bestias que viste en la ciudad. Esos cabrones no pueden sacar municion en esa cantidad sin que alguien se lo suministre. Necesito saber quien. - Se vuelve a apoyar sobre la silla. - Ahora bien... ¿que quieres exactamente tu de mi?¿Quieres chapas? ¿Quieres informacion? ¿O te gustaria cambiar esa mierda de vida que llevas y servir de algo en este mundo?

Sonreí quedamente mientras Samantha me soltaba su pulla.

- Es cierto!!! No me he ganado el respeto, aunque he venido hasta aquí. Pero yo tampoco pedí que me metieran esa mierda en el cuerpo allí en la ciudad. Pero eso me lo quedo!!! – dije cogiendo la jeringuilla.

Tras eso escuchñé lo que decía de la gente que me había encontrado en la ciudad. Aquellos tipos parecían duros y bien pertrechados. Y Samantha no parecía una desválida tampoco. Su mirada me pilló observándola nuevamente de forma descarada, antes de que se sentara de nuevo.

- Está cristalino Samantha!!! Hablas con suma claridad!!! No te voy a decir que mi vida sea una bicoca. Realmente no es mucho mejor que la de cualquiera de allí fuera. Pero es mi vida y solo por eso la quiero. Soy tu hombre y lo sabes!!! Quieres información y yo te la daré. Solo hay algunos grupos que puedan hacer ese tipo de cosas con esos malditos mutantes. A uno estamos a punto de ventilarlos y el otro es el que me lo ha encargado. Sea uno u otro te iré informando. Cualquier cosa que me puedas decir de la banda de asiáticos será bienvenida. Y no!!! De momento no te pido nada. Pero si hago un buen trabajo espero tu…respeto, y tal vez algo más. – añadí lo último guiñándole un ojo y mostrándole una sonrisa burlona