Partida Rol por web

Leia me indica que me tape la boca para no tragar humo yo frunzo el ceño ¡Hay cosas más importantes que el puto humo!

- Mi bate, ¿Lo has visto? ¡Lo quiero! Espero que no se haya quedado clavado en la carne del tipo de la dieta de verduritas. – Preocupada, ya he olvidado lo que ha dicho del humo, se me cegada por el bate – oye, Leia, eso que te pones ¿Escuece? Tengo el culo todo calentito.

Mientras gateo por el suelo, cagándome en mis putos muertos porque llevo el culo chorreando sangre, y toda la parte trasera de las piernas quemada, no encuentro mi puto bate, Khan no contesta  nada de lo que le digo, puto loco cabrón y… he perdido la cuenta ya de todo lo que pasa. Pienso salir viva de aquí aunque solo sea para chantarle el pico al pajarraco.

Estoy buscando mi bate, lo primero, al fin reconozco la silueta del bate, por fin, de lejos escucho una voz de un tipo que no llego a entender, pero yo tengo mi objetivo justo en frente.

- ¡Mi amooor! – suelto alegremente, esta clavado en algo… Frunzo el ceño, que no sea el gordo, que no sea el gordo… y si lo es… que este muerto.

¡Mierda! Es el gordo, pero… ¡Está muerto! ¿Lo está? Bueno, está hecho a la brasa, vuelta y vuelta, digo yo que lo estará. Trepo por el cuerpo calcinado de la cosa, el olor a grasa quemada es nauseabundo. Le vomitaré encima como me descuide ¡qué asco!

Me yergo sobre el trofeo de carne, y sujeto mi bate, las manos me escuecen, las piernas me escuecen, el dolor es punzante, pica como nunca antes había sentido, pero no me importa, quiero mi bate y en ello estoy, arrancándolo de la piel del cuerpo muerto de ese tipo. Casi voy a gritar GOL otra vez, el bate se me atasca ¿Pero cuantas capas de grasa tiene ste desgraciado? ¡Qué asco! Voy a rociar el bate en güisquito, y lo siento por Khan, pero tengo que desinfectarlo. En ello estoy pensando, el asa se me resbala de entre las manos tirando, cuando me da la sensación de que mis pies se mueven… este hijoputa tiene estertores. Miro a Leia, que no sé por qué coño, se mueve raro, señala al anoréxico, y a mí, y al tipo.

- ¿Qué quieres? – murmuro, dándole la espalda al gordo y mirando cómo coño me bajo de aquí luego.

Me seco las manos en los muslos, y vuelvo a tirar del bate, sonriendo ¡Ya está!

- ¡GOOOOOLMierda! - ¡¡¡¡¡¡¡¿?¿?¿?¿?!!!!! ¡Un momento! ¿Sigue vivo?

Tarde, estoy cayendo al suelo ya. Suelto el alarido de un animal herido cuando mi retaguardia choca contra el suelo sucio y lleno de cosas, el dolor es tan indescriptible que me anula durante unos segundos escucho gritos, voces, mientras intento incorporarme del suelo y sacudir la carne viva de mis nalgas. ¡Joder!

Muerta de rabia, de ira, inflada en la violencia y la adrenalina que me recorre futo del dolor, impacto con mi bate en uno de sus pies con todas mis fuerzas.

Kiabi estaba como una moto.

Todo lo hecho polvo que estaba su cuerpo y sin embargo su mente rezumaba vida, libertad y por supuesto adrenalina para reventar. Seguía a la chica de pelo azul como una polilla a la luz, todo su mundo se reducía a querer salir de allí detrás de ese culo quemado que buscaba su bate. Cualquier rastro de las cadenas psicológicas que la habían mantenido prudente, callada, obediente y salvajemente anulada parecía que se había desintegrado del todo con la explosión. Por lo menos de momento.

Intentó gritar pero no le salió la voz, dolorida, por un segundo vio que el seboso comenzaba a moverse al lado de su salvadora y le entró pavor: la chavala azulada iba a sacarla de aquel, literal, pozo de mierda y el capullo grasiento no iba a impedirlo, faltaría más. Empezó a hacer aspavientos avisando a la joven y pese a que ella se enteró tarde, reaccionó de la hostia, para tranquilidad de la ex-esclava.

Derechita iba a ayudarla, a lo loco, pero tropezó y cayó de bruces al suelo, con todos esos chungos con los que había convivido ni sabía cuánto, podían haber sido tres días, o tres semanas o hasta tres jodidos años, su olor ya de por sí brutalmente nauseabundo se mezclaba con el producido por el fuego, a su alrededor nada más que la piel negra, deformada, muerta, casi, casi hasta indistinguible....

¡COÑO!

Por primera vez en su vida se alegro de que hubiese tanta mierda, descomposición, asquerosidad y miembros desmembrados, le daba una oportunidad que ni en sueños hubiese imaginado, ya ves, mejor que cualquier sueño húmedo de los últimos veinticinco años.

Cogió su bolsa en la que guardaba los utensilios de curar -que optimista era llamándolos así- y sacó dos botes pequeños, habían más cosas de cierto valor para ella pero si quería simular su propia muerte no podía llevárselo todo, y soltó el macutillo, tirándolo al recolector que se había tragado a bastantes, que estarían hasta peor que los cercanos.

¡MEJOR TODAVÍA!

Ya sí, todo rastro de la mujer que había sido se quedaba allí, en el que -estaba segura- era el peor sitio del mundo, y de un salto se incorporó a ayudar a la que para ella era la heroína del lugar. El cuchillo dispuesto a lo que hiciese falta...

A ventilarse al testigo que podía reventarle su desaparición.

Te miro desde donde estoy, mis brazos alrededor tuyo, suejtandote y mirandote con cierta malicia, la misma que habia tras mis palabras. Mas es mi sonrisa la que te indica que no es mas que un juego. Tus manos se agarran a mi abrigo y de un fuerte tiron me encuentro besando esos carnosos labios tuyos. No pierdo el tiempo, a sabiendas de que no hay mucho y mi mano rapidamente pasa por detras tuyo y te atrae con fuerza mientras saboreo ese beso salvaje que has decidido regalarme. Te separas tan rapido como has acercado, dejandome a medias. Aun soy capaz de saborearte. Mi cuerpo, mi mirada y mis labios entreabiertos reclaman mas pero sin darme tiempo a siquiera reaccionar, me sueltas mientras tu mirada se pasea por el suelo lleno de demasiada roña para ser reconocible...

El rugido animal reverbera en el lugar mientras la bestia se alza. El humo ha ido ascendiendo lentamente permitiendoos verla por fin, alli entera, grandiosa y completamente calcinada hasta el pinto de que gran parte de la cara presenta el tono blanco propio de los huesos. Abre sus brazos durante el fiero rugido y se queda alli plantada, esperando. Su cabeza se adelanta ligeramente, moviendola lentamente mientras una de sus manos rebusca en su costado. La punta de sus dedos tambien formada ahora por sus falanges rasca y hace caer pedazos de piel requemada mientras busco algo. La sonrisa, una capaz de arrebatarle todo el valor al mas peligroso de los hombres, asoma su cuarteado rostro, partiendo lo que queda de piel y provocando que finos rios de sangre resbalen por el mismo, tintando sus dientes del rojo de la sangre. Su mano se alza mientras algo tambien totalmente calcinado la sigue, hasta que la hoja sale de su vaina, mostrando lo unico que no ha sido tocado por el fuego. Una reluciente cuchilla de mas de un metro de longitud.

Sin venir a cuento lanza varios golpes rapidos delante de él, a la altura de donde estaria el pecho de una persona. Sus gruñidos de frustracion os asombran por lo extraño de todo esto. Sobretodo cuando Li esta practicamente delante de sus morros y aun asi, aun no ha recibido ni una misera mirada. De nuevo su rostro se adelanta y justo en ese momento un estallido resuena en la habitacion cuando Rusty apoyado como puede en la pared dispara. La bala no alcanza su objetivo, sino que golpea inerte la apred del fondo pero es ese segundo en el cual, la criatura se gira en direccion a él, revelando por primera vez la realidad de sus ojos. Ambos casi completamente calcinados por el estallido.

Li mira su bate y sin perder el tiempo lo coge con todas sus fuerzas y se prepara para darle con todas sus feurzas cuando ve a Andriel detenerla con la mano. Una sonrisa sadica se muestra en su cara al entender que quiere la rubita, mas ese momento de diversion le juega una mala pasada. Al relajarse, su dolorido y quemado culo toca algo en el suelo con bordes afilados, obligandole a soltar un gruñido. Solo hacia falta eso, ese simple gesto para que la bestia la detecte, los ojos de Li suben hacia arriba para ver la sombra de la bestia con el arma alzada. Esta a punto de ahcer su movimiento cuando Kiabi se lanza sobre ella, apartandola de la trayectoria y haciendo que ambas choquen contra el suelo. El metal golpea con fuerza contra el suelo de hormigon levantando unas leves chispas, asi como otro gruñido de mala leche por parte de vuestro enemigo.

Andriel lo ve todo mientras se mueve entre los diferentes cadaveres que adornan el paisaje. Estudiando cada paso y permitiendose el lujo de atravesar todo el lugar sin ser detectada por la criatura. La bestia empieza a mirar a su alrededor en busca un objetivo, encontrando de nuevo a la pareja de mujeres. Cada una de ellas rueda en una direccion mientras de nuevo la cuchilla pasa a escasos centimetros de ellas, a nada de arrebatarles la vida de un solo golpe. Hastiada, casanda de este juego Li levanta el bate estampandolo con poderosa fuerza contra el pie de la bestia. El ruido del mismo al provocar la rotura de los huesos del pie, hace que vuestros dientes se cierren por el rechinar. La bestia por contra levanta su mano para lanzar un barrido que sin duda impactara contra la loca del bate, los segundos casi se detienen mientras Li ve llegar la mano... mas cuando ya parecia que nada ni nadie la libraria del golpe. Kiabi entra en liza, clavando su pequeño cuchillo en el costado de la bestia, siendo esta quien recibe el golpe de reves, amortiguado por la posicion pero haciendola caer hacia atras.

La bestia mira hacia donde deberia estar Li, luego hacia donde debe estar Kiabi y todo eso solo sirve para que Andriel por fin haya alcanzado su sitio en el tablero. Usa un saliente para darse impulso. El primer cuchillo se clava profundamente a la altura del homoplato, provocando que la bestia levante el cuello para gritar de dolor. facilitando el trabajo de la asesina, que no tarda ni un segundo, en colocar su segundo cuchillo en la garganta para abrirla de par en par como si fuera una fruta madura. Con una sonrisa producto de la adrenalina, Andriel acaba cayendo de bruces delante de la bestia cuando esta la arrastra al caer hacia delante.

Cuando Andriel se levanta ve a cada lado suyo a una de las mujeres, mientras Dante aparece por un lateral mostrando su sonrisa junto con un pulgar levantado. Por algun extraño motivo parecia orgulloso de lo que acababas de hacer, no sabias si era cachondeo o no... pero ahi estaba. Khan se abre camino entre los cadavers y demas porqueria hasta quedar delante de Li, el hacha al hombro y el cuerpo lleno de multiples heridas asi como varias quemaduras. Sin duda parece que haya intentado aparearse con una hembra yao guai hasta arriba de jet... y que encima lo haya conseguido. Su mirada se encuentra con la de su escualo mientras una elve sonrisa asoma a su rostro y tiende la mano para ayudarla a levantarse.

Ese momento queda roto cuando Rusty empieza a toser, a toser de verdad mientras algunos esputos de sangre caen por su barbilla.

Anexo (fuera combate)

Los cadaveres estaban hecho un asco, eso estaba claro pero sin duda eso tambien daba opciones. Abria caminos ante la mas que ativa mente de Kiabi. Toda una vida de esclavitud, una vida que en las ultimas semanas habia caido en picado. Conviertiendola en una mascota para un grupo de bestias que poco tenian de seres humanos y ahora... en este lugar lleno de muertos, cadaves y mierda, ella habia encontrado una salida.

Mientras un combate estaba a puntod e comenzar, sus manos y su mente trabajaban a mas velocidad de la que seria posible... pero no para ella. No para alguien que por fin veia el final a un camino lleno de oscuridad, un leve atisbo de luz en un mundo de golpes, humillaciones y cadenas que se apretaban contra todo su ser y ahora por fin desaparecian. Tiro parte de sus recursos, de los mismos que la hacian indispensable para los "heroes" que la rodeaban porque por pequeña que fuera debia trabajar esa opcion. Su cosas volaron, algunas fueron directas al grand esagúe, otras alrededor de los cadavers mientras las mas utiles e quedaban en su bandolera. Con un poco de suerte... esa mujer, esa esclava que fue... moriria aqui abajo... dandole una oportunidad, la unica que realmente habia tenido en su vida, de ser libre.

Mi bate no llega a impactar contra la bestia, pero nada importa porque termino por los suelos, o estampada contra la jodida pared otra vez. Un aullido animal vuelve a salir de mi garganta cada vez que mi retaguardia impacta contra algo, haciendo que el dolor, el picor, el escozor, se intensifique de una manera increíble.

Soy una puta inútil, apenas le he dado a esa cosa, estos podridos de mierda me han acribillado, estoy hecha una puta mierda. Me han clavado sus flechas, han abierto heridas en mi cuerpo, me han quemado, y no le he dado ni una sola vez como debería haberle dado. No se puede ser más inútil, joder. Después de esto nadie querrá volver a contratarme, coño, y con razón ¿Pero qué me pasa hoy?

La criatura muere, después de que Leia me haya librado de dos hostias más, y al fin, la rubia le rebana el cuello. Frunzo el ceño, en silencio, mirando el suelo, estoy tirada otra vez, otra vez, joder. No he parado de ir por los suelos. No solo no he servido para nada, sino que ha sido un estorbo mi puta presencia. Que cuatro muertos de hambre, rociados de basura literal, me hayan destrozado así… ese picudo de Poe se descojonaría de mí.

Veo a Khan, acercarse, le veo los pies, bueno, al menos está vivo. Voy subiendo mis pupilas hacia él, que finalmente me tiende la mano. La sujeto con fuerza, y me levanto, clavando mis uñas en su brazo, por no responderme ni una vez. Cabrón.

Estoy muy callada para ser yo. Miro a mi alrededor, fijándome en si queda algún basuras por ahí, qué hacer, hacia dónde coño ir…

El gordo capullo va a dar por saco hasta el final.

Hasta hacía nada le debía -y cumplía- la más absoluta de las obediencias y ahora estaba totalmente cegada por el odio, que deje de respirar, de joder, de dar por culo... De interponerse entre la libertad y Kiabi.

Dos intentos de que la chica de azul no acabe como los muertos que los rodean, con energía para reventar a tres o cuatro clavo satisfecha mi cuchillo en mi enemigo, respirando pesadamente mientras otra mujer rebana al mongolo mayor en condiciones, primera vez que la veo, se las basta y sobra para reventar la jodida masa, efectiva de narices...

Un fugaz recuerdo, una imagen de otra vida en el momento menos esperado, -¿de qué cojones me suena?- ... mi gesto cambia a confusión sin dejar de mirarla, pero no es momento ni lugar para conversaciones o saludos o cualquier gilipollez de esas, ni para recordar absolutamente nada, hay que salir echando hostias, por lo menos los que todavía tienen una vida que salvar.

Una evidencia que no hacía falta ni mencionar y que por desgracia Kiabi no sabe como hacer.

La criatura gargantuesca se alza nuevamente, buscando y olisqueando el aire como... como si estuviera ciega. La certeza llega rauda a mi mente pero no es hasta que le vemos la cara, con los ojos licuados, o destrozados, por la detonación que no me convenzo de ello. Sonrío como un gato que tiene ante él a un ratón malherido, indefenso, solo que en este caso el ratón es del tamaño de un buey

Miro a Dante y le indico, con el dedo, que guarde silencio mientras le guiño un ojo y desenfundo con inusitado cuidado ambos cuchillas, como mimándolos, haciendo que el sonido característico de la hoja al ser desenvainada; era hora de bailar

Moviéndome casi como una bailarina, sorteando charcos y montañas de mugre, eludiendo el chapoteo lo máximo posible mientras el ser se intenta desquitar con las dos mujeres que tanto le han acosado durante la refriega. Sin duda le va a costar acertarles pero, como lo haga, se las va a llevar por delante convertidas en un desperdicio de carne vapuleada.

Prosigo a lo mío, sin prisa pero sin pausa, sabiendo que en esos momentos la premura no es el mejor aliado. Hay que tomárselo con calma, como siempre he hecho al cazar a un objetivo, y el resultado no tarda en ser el deseado viendo como la espalda se me muestra indefensa, presta para la ejecucion, haciendo que una leve sonrisa baile en mis labios durante un segundo

Me encaramo a una tubería, un pequeño salto y, cual jinete sobre su montura, me avalanzo sobre el obeso enemigo clavando una de mis armas en su cuerpo, provocando su grito de dolor y que me presente una oportunidad inmejorable para degollarlo. Dado que no soy de las que desaprovecha oportunidades tan claras, con un gesto rápido y decidido seccioné el gaznate regando con su sangre la zona frente a él mientras se derrumbaba, alzándome victoriosa con una cabriola sobre su cadáver

Ese ya no volverá a ser un problema- dije satisfecha mirando primero a Dante, a quien dediqué un guiño, antes de fijarme en la recién liberada mujer. Su rostro, su mirada fija en mí...

Había reconocimiento mutuo pero no sabía identificar de donde la tenía vista, siquiera si había sido para bien o para mal. Demasiados años sola, demasiado tiempo tachando nombres por unas pocas chapas o por ganarme un lugar más favorable en aquella despreciable sociedad

Pero no había tiempo de más puesto que se pusieron en movimiento apenas me reincorporé, con lo que dejé el asunto para más adelante... en especial dada la interrumpción de Rusty que parece haberse tragado un cable de espino. Alzo una ceja y le echo una mirada al hombrecillo valiente, ahora doblado por la mitad escupiendo babas

¿Puedes seguir, hombretón... o te colgamos un cartel de "buffet libre"?- dije con sorna, intentando que Rusty se sintiera herido para que hiciera de tripas corazón y siguiera para adelante.

La maldita rubia se acerca. Bufo como unica contestacion mientras mis ojos aun llenos de ira se clavan en los suyos. Mi respiracion provoca que algunas burbujas sanguinolentas aparezcan en mis labios mientras con un mas que claro esfuerzo, apoyando mi espalda en la pared, me levanto. - Eso quisieras tu rubita... tener un pedazo de este buffet. - Escupo sangre al suelo mientras consigo estabilizarme. Mi sonrisa para nada tranquilizadora, da a entenderte que entiendo tu juego...

- ¿Y ahora que? - Mi mirada señala a la nueva. Esta claro que no me gustan las sorpresas o las nuevas adquisiciones, al menos no viniendo de un sitio como este. - ¿Piensas llevartela de recuerdo o que?

 Miro a Rusty y enarco una ceja ante la pregunta, como si fuera algo obvio.

- ¿Qué ladras ahora? Leia se viene con nosotros, tenemos que salir de aquí.

Miro a la morena, que parece algo ensimismada mirando a Andriel.

– Leia – murmuro asumiendo que ese es su nombre, el primer nombre que me he inventado, o que ha salido de algún lugar de mi mente que no ubico – Andriel, Andriel, Leia. Ese feo de ahí es Rusty. Dante – señalo a Dante con el bate – y Khan – me apoyo en el cuerpo robusto y grande de Khan. - Venga, los besos y los abrazos ya luego. Arreando.

La verdad es que no soy muy habladora, y teniendo en cuenta que solo me apetece soltar palabrotas por la boca, pensaba procurar no hablar.

- ¿Tienes pomada de esa? – suspiro, mirando mi retaguardia, joder, me escuece muchísimo, este dolor es una mierda, prefiero las heridas, las contusiones, prefiero los golpes a las quemaduras, las putas quemaduras tardan más, y el escozor es una puta mierda.

Ni un minuto de relativa paz, recién matada la mole de sebo y ahora tocada de ovarios de otro hombre.

Kiabi miró de madera hostil al que tosía, de momento, porque seamos sinceras, según la tos y experiencia de la médico estaba más muerto que vivo – perforación del pulmón mínimo, y sangre abundante además: para la morgue -. Kiabi no sabía hacer milagros, y bueno, según la había tratado tampoco tenía especial interés en curarlo.

Iba a decir su valiosa utilidad cuando la chica azulada la bautiza y defiende, con lo que consigue dos cosas: que sonría por primera vez en ni se sabe cuánto y ser la primera a la que piensa ayudar, aunque no lo hubiese ni pedido.

La joven se quita rápidamente una de las múltiples capas de ropa que tiene y se la coloca por detrás del culo a la única de la que no sabe el nombre todavía, anudando alrededor de la cintura -Así estará ventilado pero no te joderá el aire directo. Aquí poco más se puede hacer.... la pomada después de limpiar.

Se encogió de hombros mirándola. Creía que era bastante más jodido lo que lleva clavado en la pierna, pero si no tiene arreglo por ahora ¿para qué ponerle mal cuerpo? Una breve indicación y poco más, tendrá que valer: Intenta andar con la rodilla lo más recta posible, hasta que te quite eso, para que no se desgarre.

Luego puedo curaros, soy médico. -O todo lo médico que se puede ser en un sitio de mierda sin utensilios, gasas, ni cremas ni nada de nada.  Mientras decía eso miraba a Andriel, la siguiente en su lista -en la de curar, no en la de liquidar-. Le parecía un buen trato en agradecimiento por la liberación.

Miró para todos lados, estaba totalmente de acuerdo con lo de salir a toda mecha – Van a tardar poco en volver, esto está plagado.... yo no sé salir... -Bufó, molesta consigo misma por su incompetencia en ese importantísimo aspecto.

¿Leia? Un nombre tan bueno como cualquier otro si de no dejar rastro se trata.

La escena sin duda es de las que es mejor olvidar. Esta vez habeis tenido suerte, si el disparo de Andriel hubiera provocado una explosion mayor probablemente estariais criando malvas junto con esos tipos de aspecto tan jodidamente asqueroso, pero no, por ahora al menos estais vivos. Jodidos, heridos, libres pero vivos apra seguir "disfrutando" de esta vida tan poco justa. El olor de los cuerpos quemados, hundiendose en desechos de colores que preferis no mirar demasiado tiempo, hasta el punto de que Andriel sufre una breve nausea solo de pensar que mierdas podia contener lo que ha tragado, es simplemente insoportable. Unido a las palabras de Leia sobre la posibilidad de que mas de esos cabrones vengan decide rapidamente cual va a ser la situacion largarse de ahi.

Las palabras de Rusty no reciben demasiado de atencion, a excepcion de la loca del bate que le contesta a las claras de que la antigua esclava se queda con ellas. Le guste o no, por su cara y las pintas del que sin duda parece su "compañero", el hombre decide dejarlo pasar, unicamente soltando un escupitajo que se pierda entre todo lo bueno que hay en el suelo.

Asi que os poneis en camino, Rusty jodido como esta, semiarrastrandose contra una de las paredes, acaba apoyandose contra una de las salidas donde tambien descansa Dante. Ambos hombres se miran mientras el piromano señala unos simbolos en la pared. - Parece que esta es la direccion. - Su voz sigue como siempre, su mirada ligeramente cambiada desde el beso que le ha dado la rubia pero al menos todo esta bien. Mira a Kiabi y muestra una leve sonrisa de comprension antes de acercarse a ella. Le muestra las manos amablemente para que no espere nada malo, mirando durante un segundo a Andriel para que no se lo tome a mal. - Esos cabrones pertenecen al Coleccionista... espero que cuando tengamos un momento podamos hablar sobre ello. -Tras esas palabras y tras asegurarse de que esta bien la nueva compañera se levanta para encaminarse al tunel, haciendo un gesto en direccion a todos vosotros. "Adelante" para acto seguido pasar su brazo por debajo de la axila de Rusty y obligarlo a apoyarse en el. Esta claro que es de los que no dejan a nadie atras. Rusty parece gruñir algo por lo bajo pero ahi termina la supuesta discusion.

Siento como te apoyas en mi, tu cuerpo ligeramente mas caliente por la explosion, contra mi pecho casi desnudo por los golpes y la misma mierda que te ha dejado el culo frito como un puto pincho de iguana.Te lo miro de refilon y no puedo evitar mostrar una sonrisa que sin duda no llega a mis ojos, sobretodo porque verte con esa parte de la anatomia al aire hace que quiera hacer cosas que probablemente los demas no entenderan... menos aun si es en mitad de un campo de muertos, pero a mi me importa mas bien poco esas cosas.

Acerco mi nariz a tu cuello y a tu pelo para olerte durante unos segundos, antes de que mi mano te indique que es hora de ponerse en marcha, tal y como el otro barbudo indica. Dejandote pasar primero para ver el destrozo en esas preciosas nalgas que considero mias por derecho. No hacen falta las palabras, no cuando la bestia esta tan cerca de la superficie. La notas en mis ojos, en como me muevo pero sobretodo en como mis ojos no pierden de vista en ningun momento tu anatomia y mi lengua se relame ligeramente los resecos labios manchados ahora de sangre.

El nuevo conducto no se diferencia en nada de los demas por los que habeis pasado. Si cabe en todo caso aprece mas transitable, no sabeis si porque practicamente nadie va por ellos por lo que hay menos mierda o porque alguien se ha dedicado a despejarlos cada cierto tiempo. De una u otra forma, las marcas en el hormigon, asi como la limpieza os indican claramente que es muy probable que os esteis acercando a vuestro destino. Aqui bajo tierra, sin saber que hay sobre vuestras cabezas, la sensacion de opresion se va haciendo mayor segun seguis caminando. La luz a veces es completamente inexistente pero gracias a algunos trucos de Dante conseguis seguir sin demasiados problemas.

Tuneles y mas tuneles, izquierda, derecha y vuelta a empezar. El tiempo deja de tener mucho sentido, sabeis que aun no ha pasado un dia pero sin duda llevais al menos media dia de mierda ahi abajo. Mas desde vuestro ultimo enfrentamiento no habeis visto mas enemigos, ni oido nada que indique que os siguen, como mucho las numerosas toses de Rusty que aunque podrian delataros... ningun enemigo parece usar en vuestra contra.

Cuando por fin ya no podeis mas, cuando vuestras piernas y fuerzas estan al limite veis como algo cambia. El hormigon deja paso a ciertas planchas de metal y tuberias de diversos diametros que corren tanto por encima vuestro como por una de las paredes. No parece que esten huecas, sino que algo circula por ellas aunque no sepais el que. Leia se acerca a una de ellas, coloca la mano y con sorpresa la aparta rapidamente, la forma de apartarla y su cara dejan claro que pasa. Esta caliente. Sin creerlo demasiado os acercais para comprobarlo cuando unos ruidos os alertan de que alguien se acerca por el corredor mas cercano. No parecen haberos detectado, es mas sus pasos son ritmicos, tranquilos como si estuvieran de ronda.

Sus voces llegan hasta vosotros, Andriel es la primera en levantar la mano indicando que son dos. Dos hombres de edad indeterminada que comentan chorradas de una partida de poker donde se ve que han ganado una pequeña fortuna. La converscion es clara para todos... pero porque aqui en mitad de la nada. Os preparais, armas listas cuando un breve haz de luz aparece sobre vosotros y los dos hombres se llevan un susto de muerte. Li levanta el bate, dejandolo sobre la sien de uno de ellos mientras la rubia apunta con una de sus Desert al otro. Las miradas de ambas llevan escritas la muerte y unicamente el brazo de Khan sobre el hombro de Li, indica lo cerca que uno de ellos ha estado de perder la cabeza en mitad de un grito que ya es caracterisitco en la mujer del pelo azul.

Uno de los dos habla, la sorpresa en su voz ya no es por miedo sino de admiracion. - No me jodas... lo habeis hecho. - El hecho de que parezca saber quienes sois es algo que sin duda os deja ligeramente sorprendidos, como poco. - ¿Os habeis cargado a esos cabrones? Nadie apostaba a que lo conseguirias,es mas ya se hablaba de que erais excrementos de ratatopo. - Le da un golpe al de al lado sin perder de vista el cañon de Andriel. - Te dije que lo conseguirian... - Os devuelve la mirada, pasandola por todos vosotros.

- Soy Mike, nos encargamos de esta parte de la puerta para que esas ratas podridas no lleguen hasta aqui. Roland sabe de vuestra llegada y os esta esperando. - Al miraros su confianza parece diluirse, al fin y al cabo estais hechos mierda y las pintas de que vayais a matarlos sin mas son mas que obvias para los presentes.

El camino ha sido un asco para que negarlo. No soy de los que se quejan, pero joder mas de medio dia caminando en este lugar, usando mis varitas de luz para poder seguir nuestro camino, cansaria incluso a un puto bhraman lleno de psycho hasta arriba. Mis ojos aun asi no pierden de vista a la mujer, lo ocurrido ahi atras la ha hecho si cabe mas atractiva a mis ojos... una asesina, una que no duda y que tiene claro lo que quiere. Tras lo ocurrido ahce años nunca pense llegar a encariñarme de nuevo... mas por mas que lo intento no puedo evitar sentir eso cuando la miro, incluso aqui en mitad de la oscuridad.

Estoy seguro de que ella se ha dado cuenta, pero aun siento sus labios contra los mios y una promesa de algo mas. Suspiro levemente cuando mis ojos se encuentran de nuevo durante unos segundos con los de la rubia, antes de que unas voces rompan el momento.

Cuando nombran a Roland no digo nada, pero mi postura es indicativo de que algo pasa, como si lo conociera.

Rusty masculla una nueva sarta de idioteces referente a la chica que acabamos de rescatar aunque, de hecho, parecía capaz de acabar logrando eso mismo ella sola... lástima que el lugar no era el idóneo para entretenimientos banales, de lo contrario puede que incluso hubiera dejado seguir el peculiar baile entre ella y el coloso ciego. Lo miro con indiferencia, sopesando su estado y a la recién incorporada

Diría que no estás para sermones, Rusty, así que cierra la boca si no tienes nada productivo que añadir... parece que necesitas el aliento- le espeté tras al contestación de Ligeia, a la cual miré con cierta intención de amonestar su actuación alocada.

Luego desistí. ¿Qué esperaba de alguien que va por el mundo con un bate con clavos cantando golpes cada vez que machaca un cráneo? Negué con la cabeza ante la sandez de pensar que actuaría de forma cohesionada. Que alguno lo haría. Era evidente que allí cada cual se salvaba el culo a su manera

Entonces llegó la revelación. La nueva ¿Leia? era médico, sin duda algo más que necesario dado lo que teníamos entre manos y que el anterior matasanos se había largado con el otro grupo Empezamos el avance, observando como Rusty se medio arrastra encorvado mientras Leia sigue siendo un misterio para mí, sonándome tanto y a la vez tan irreconocible en la bruma de la memoria... dispuesta a solucionarlo me acerco a ella

Leia... me suenas mucho pero no se ubicarte... ¿dónde nos hemos visto antes? -le pregunto sin tapujos. Ir con rodeos absurdos no es lo mío

…

El camino nos lleva hasta una nueva marca, al parecer una a donde no han llegado aquellos desperdicios que antaño fueran humanos, indicándonos que íbamos bien encaminados, más las palabras de Dante me hacen olvidarme momentáneamente de nuestra actual misión y centrarme en el duro y odioso recuerdo. El Coleccionista. Ese perro bastardo acabará siendo un número más en mi lista de muertos... de un modo u otro

Parece que Leia sabe algo al respecto, lo que me hace mirar con cierta suspicacia la breve conversación entre ella y Dante; ahora el hombretón me mira diferente, casi como pidiendo permiso. Solo espero que después de lo acontecido allí atrás no se vuelva un pelele, o un pelma, o ambas. Sería una lástima tener que cortarle ciertas partes de su anatomía para hacerle entender el tipo de hombre que espero que sea.

Pero todo en segundo plano cuando primero unas arcadas me sacuden durante unos segundos, hecho que verifica los peculiares sonidos de mi estómago durante el trayecto, haciendo que me pase una mano por el rostro. Solo espero no haber ingerido nada que me afecte a la larga o estaré jodida; a saber que mierda había allí abajo

Leia ¿no tendrás un purgante, verdad? Me iría bien limpiar el estómago- le pregunto justo antes de escuchar unas voces

Como una víbora me muevo, en silencio y con rapidez hacia las sombras del corredor alzando dos dedos y la dirección concreta por la que vienen. Me fundo con la penumbra mientras aguardamos, emergiendo sobre los dos desafortunados junto a Ligeia, quien a duras penas contiene el golpe que hará explotar la cabeza de su víctima como un melón. Mi arma no resta mucho más lejos de cumplir la misma función

Llegan la sorpresa y la admiración junto a la confesión de quienes son y a que se dedican aquí abajo. Enarco un ceja y, cuando Dante cambia de actitud, acerco el cañón del arma hasta la yugular del que encañono mientras uno de los cuchillos se desliza hasta colocarse en los riñones, haciendo notar la afiladísima punta.

¿Quien es ese Roland? -pregunto, a los tres, a Dante y los dos compañeros dicharacheros, lanzando una mirada inquisitiva al primero - ¿Cómo se supone que mantenéis a raya a los podridos sin no habéis sabido de nosotros hasta estar muertos... o casi- añadí ejerciendo un leve aumento de presión en los riñones con el cuchillo
 

Lo que es la supervivencia: en cuanto Kiabi escuchó Leia, giró su cabeza hacia Andriel como si verdaderamente fuese su nombre, asintiendo en cuanto terminó de hablar, pues también le había estado dando vueltas a la cabeza a que se conocían de algo– Joder, estoy igual que tú, pero tampoco lo sé -Se encogió de hombros, desde luego el lugar no ayudaba para concentrarse en esas cosas, seguramente con más luz y dándose algún dato más lo conseguirían, pero por el momento la mujer tampoco tenía nada que aportar.

Para que negarlo, le molaba que las dos mujeres la defendiesen a su manera, no sólo porque de primeras siempre había más posibilidades de que subjetivamente le cayese mejor una mujer que un hombre, sino porque aquellas dos tenían un buen par de ovarios y eran las putas amas luchando y eso, multiplicaba las ganas de quererlas de aliadas.

A los demás, por el momento, les podían dar bastante por culo, la verdad.

No se dignó a contestar sobre El Coleccionista, entre otras cosas porque se acojonó al escuchar ese nombre, su mente no podía procesar nada relacionado con él hasta no sentirse totalmente a salvo, no quería arriesgarse a ni siquiera plantearse entregarse de nuevo a él, por miedo a las replesalias o a la inseguridad que le producía no estár bajo su manto protector...

El camino se le estaba haciendo largo, muchísimos fantasmas la rondaban, tiraban de ella hacia la negrura, hasta la zona de confort en la que nada dependía de ella, el puteo psicológico era importante, su respiración era acelerada, cada paso que daba a favor de su libertad la ponía más nerviosa, alerta y dubitativa, pero por otro lado prefería morir que no seguir largándose, tuviese las consecuencias que tuviese.

Pegó un respingo cuando la guerrera rubia volvió a hablarle-Tranquila, coño ya-. Y tras recapacitar sobre lo que le pedía le negó con la cabeza, pero se metió a sí misma los dos dedos en la boca, todo lo que pudo, indicándole que ese era el mejor remedio natural que se le ocurría si lo que quería era potar , iba a decirle que no tenía problema en hacérselo ella -Unos vómitos eran de lo más light que te podías encontrar en el mierdoso sitio del que salían – cuando escuchó las voces y su cuerpo se envaró.

En un plis plas volvían a tener el control de la situación las mujeres -Si es que nos iría mucho mejor si fuesemos nosotras las que manejáramos el cotarro – y tras escuchar las conversaciones a las que no tenía absolutamente nada que aportar, optó por mantenerse en silencio y pasar desapercibida, pues le interesaba -Mucho- que pareciese que ella era del grupo inicial que había entrado, que no se percatasen de que salía alguien que no había entrado con su nueva pandilla temporal.

Ojalá no la cagué ningún tío dando detalles innecesarios.

Las palabras de Andriel, hacen que la mire con verdadero enfado, pero para una vez parece que tal vez sea mejor callarme. No por quedar bien ante nadie, eso me la traia floja sino porque notaba como el pecho me ardia y preferia guardar fuerzas. Asi que lentamente me pue en pie del todo y segui al resto del grupo, a sabiendas de que poco podia hacer para ayudar hasta que no me viera un medico.

Eche un ultimo vistazo a la nueva y escupi algo de sangre en el suelo. No parecia predispuesta a yudarme y yo preferia que no fuera ella... a saber que cosas traia consigo.

La velocidad de Andriel no me pilla por sorpresa, su agilidad y la manera de moverse en completo silencio hacen que entre ella y la loca del bate reduzcan a los dos guardias rapidamente. Mientras una parece controlar la situacion con sus armas y sus palabras, la otra parece a punto de reventarla sino fuera por el que solo puede ser su novio... o algo similar.

La mirada de la rubia, tanto hacia como hacia los dos hombres es mas que clara. Que coño espera que le cuente a todos los que conozco, yo no soy de parody pero eso no quiere decir que no conozca a gente gracias a la cual sobrevivir. - El botin de Moxxy, es a él a quien teneis que entregarselo. El refugio, la opcion de alcanzar Parody a tiempo pasa por su buena fe y voluntad. Venir de parte de Moxxy ayuda, si los matas, no servira de nada. - Mi tono no indica nada, resolucion en todo caso. La vida de esos dos hombres es cosa de las dos mujeres... aunque queda claro por el ligero brillo de mi ojos y la sonrisa, que si ellos mueren y Roland se cabrea, nuestras opciones de dar con el Coleccionista se reduciran y eso si me hara cambiar de actitud. Puedes gustarme mucho rubia pero tengo cosas que hacer...