Partida Rol por web

Te mire detenidamente, dandome cuenta quizas de que eras como habia dicho tu abuelo, mas listo de lo que parecias. Viste que desviaba la mirada a la ventana, disfrutando de la poca luz que entraba en estos momentos por la orientacion de la casa.

Tu abuelo te habra hablado de la tecnologia antigua seguramente. Los que estuvieron antes, construyeron cosas increibles… para bien y para mal. - Notaste un leve rictus, que dejaba claro que ni siquiera ella lo tenia claro del todo. - No te lo puedo asegurar pero por como saliste disparado de aquella forma... diria que alguien te disparo con un arma de impulsos. Si fue tu padre o tu madre… eso ya no lo se...

Te volvi a mirar, porque sabia que tu abuelo te hacia montar y desmontar cosas, muchas de ellas aunque no lo supieras, eran invenciones suyas o modificaciones de algo existente.

Mire el emblema y te mire a ti. - Es el emblema de mi gente… de mi familia… nos llaman la Hermandad... - Viste de nuevo esa mirada hacia la puerta y si miraste verias a Terrence, pero ni rastro del abuelo.

Te mostre mejor el emblema. La espada recta que caia hacia abajo y las dos gotas de sangre. Aunque viejo y sucio, eras capaz de percibir que una gota de sangre era mas oscura que la otra.

Asintio repetidas veces con ilusion mientras te escuchaba con una sonrisa sempiterna en sus infantiles labios. Se veia la ilusion vibrar en sus ojos a cada palabra que decías.

- El abuelo insitio mucho en que aprendiera a reparar los objetos que encontrábamos. Siempre dijo que para entender hacia donde vamos debemos conocer de donde venimos...

Se sentó a los pies de la cama con las piernas cruzada y la cabeza ladeada, como el niño que era mientras se preparaba para lanzar su siguiente pregunta.

- Cuando mama... murió... ¿que hacia hay abajo? Había muchas cajas de tecnología... ¿De donde las estaban sacando? -interrogo con suspicacia- ¿Que es lo que hace a tu familia diferente a las demas?

Se giro hacia la ventana extrañado. Terrence no se separaba del abuelo bajo ninguna circunstancia, salvo que el se alejase, momento en que se quedaba junto a Finn. Medito uno segundos antes de darle una orden al cánido.

- Terrence...busca al abuelo. ¡Vamos chico!

Viste una sonrisa melancolica, pero al mismo tiempo alegre, como si tus palabras le trajeran recuerdos de otra epoca. - Aun sigue diciendo eso ehhhh. - Se apoyo mejor contra el respaldo. - Si, y tiene mucha razon… demasiado a veces… - Notaste un deje triste, como algo que era mejor olvidar, dejar en el cajon de los recuerdos. Bajo llave.

Te sentaste en la cama, atrayendo de Nuevo mi atencion, mientras te veia con esa pose de niño, pero consciente de que tu cerebro iba a otra velocidad… de que sin duda eras hijo de tu madre… y nieto de tu abuelo. Un largo suspiro.

Supongo que el abuelo te habra hablado de una epoca diferente, antes de que todo quedara contaminado. - Asi era, aunque a grandes rasgos te habia contado esas cosas y muchas otras, pero solo ahora comenzabas a atar cabos. - Los que estuvieron antes, construyeron bunkeres, edificios bajo tierra, que podian resistir la contaminacion y la radiacion. - Conocias ambos terminos. - Hay uno bajo esta montaña… de alli sacaban tus padres, esas cajas con tecnologia antigua...

La mayoria no tienen nada en especial, son habitaculos para supervivientes. Otros poseen avances increibles... y otros... - Me calle al darme cuenta de lo que estaba hablando.

Nos hace diferentes el hecho de que no todos tenemos la misma sangre, pero todos buscamos lo mismo. Somos hermanos por decision, no por nacimiento. Establecemos vinculos cuando somos adultos, en busqueda de una meta... - Te mire, a sabiendas de que estan tan aislado, seguramente no lo entenderias del todo.

El perro te miro, ladeo la cabeza y salio corriendo en direccion al interior de la casa. No escuchaste que saliera de la casa, en ningun momento, ni siquiera la portezuela que habia bajo la misma puerta.

Finn afiliación la mira intentado entrever la verdad en las palabras de Lau. Las respuestas a todas las preguntas, tanto las que habia formulado como las que estarian por llegar. Leyo tú gesto como un libro abierto y para colmo entendió el idioma en el que estaba escrito.

- Me estas diciendo, que los cuentos del abuelo... ¿¡pasaron de verdad!? El fuego del cielo, los mares hirviendo... las armas que disparaban luz... ¿y otros que? Vegaaaa Lau... cuéntamelo, porfiiiiiii

Se abalanzó levemente sobre ti tomandote delas manos mirándote con una expresion a camino entre la ilusion y la suplica. Quería saber, ¿y quien no? Habia crecido con cuentos que en cuestión de segundos se estaban haciendo realidad. A una mente mas adulta, le habria costado de asimiliar, pero a la despierta mente del joven Connor no le estaba costando apenas tiempo ni esfuerzo.

-... Entonces, mama y el abuelo, ¿son de la Hermandad como tu? ¿Y papa?

Vio como el can corría dentro de la casa lo que le hizo respirar mas aliviado, para volver a centrarse en el aluvión de información que le estaba proporcionando Lau.

Tu impetu, tus ganas y el hecho de que te moverias mas cerca la sorprendio en gran medida, pero te clavo una mirada en el ultimo momento, deteniendo tu gesto porque despues de todo, seguia estando herida. - No conocemos toda la historia Flinn, pero si, muchas de las historias que te ha contado son ciertas, en mayor o menor medida... las demas... bueno son teorias o suposiciones a partir de lo que hemos ido averiguando... - Ante la mencion de otros, su mirada se hizo algo mas dura, mientras notabas como se cerraba en banda. - Otros nada Flinn... ya sabes mas que la mayoria en toda una vida... ten cuidado con excavar mas de la cuenta...

Inspiro detenidamente… y se removio un poco, para ponerse mejor, tras tu ataque de impetu.

Miro a Terrence y escucho, para luego mirar hacia la ventana de nuevo. Pasaron unos segundos. - Eso deberias hablarlo con tu abuelo, no me corresponde a mi hablar sobre ello... es su historia, y a la de su hija y yerno. - Viste como su mirada iba hacia la puerta.

Se retiro moviéndose con suavidad mientras se disculpaba. Reconocía que se habia venido arriba muy rapido, aprovechando para preguntar de nuevo.

- Hay una cosa que no entiendo. Si sabemos donde estan los Búnker, ¿porque no se vive en ellos? Al menos seria mucho mas seguro cuando llueve... ¿no?

Las preguntas sobre su familia deberia esperar... Esperar a que el abuelo quisiera hablar del tema, cosa que seria mucho mas tiempo del que su paciencia infantil estaba dispuesto a esperar. Así que tocaría saciar su curiosidad de otro modo. Su cerebro era una esponja dispuesto a asimilar toda la información que le contase Lau.

- .... ¿y que se suponeque SI puedo saber, Lau? Cuéntame lo que puedas por favor...

El ver como te retirabas te gano una sonrisa, mientras inspiraba de nuevo. - La mayoria de los bunkeres no estan preparados para albergar vida, ya no. Ha pasado mucho tiempo y en muchas ocasiones, varios de los sistemas han fallado, ademas de que sus capacidades no eran especialmente grandes... y no es facil encontrarlos. Antaño, suponemos, los esparcieron por territorios extensos, para que en caso de volver a la superficie, hubiera espacio suficiente para prosperar, como los nuevos nucleos de vida. - El estar alejados permitia expandirse, sin chocar con posibles hostilidades.

Volviste a preguntar y observaste como parecia pensativa. Entonces se escucho un ladrido, que os alerto de la llegada del abuelo. Se apoyo levemente contra el marco de la puerta.

Viste como Lau se quedaba mirando a tu abuelo, una conversacion completa, solo con una mirada.

(Abuelo)Cuentaselo… al menos, lo del bunker.

La mirada de Lau, se quedo fija y acabo por suspirar. - (Lau)Eso solo despertara mas su curiosidad… y ya se parece mucho a su madre… y a ti...

(Abuelo) Sino, me dara la lata o lo aprendera por su lado.

(Lau)Te acuerdas que te dije que habia otros… bueno pues los que estuvieron antes... no es que fueran… las mejores personas del mundo. Quien estuviera al cargo de los bunkeres, uso algunos para fines de investigacion sobre humanos… - Por si no te enterabas. - Experimentaron con humanos… y tambien con animales...

Se quedo callada, esperando a ver que decias.

A Flinn casi le da un vuelco el corazón cuando escucho a su abuelo a la espalda. Mientras se le reacompasaba el pulso, escucho a Lau con atencion. Thomas le habia dado permiso para que le contase lo de los "Bunkers", sonaba tan interesante... Cuando termino de hablar, un escalofrío recorrió su espalda.

- Eso no esta bien, ¿verdad? Quiero decir, que los que estuvieron antes que nosotros hicieron muchas cosas mal, el abuelo me lo contó, pero yo siempre me he hecho la misma pregunta ¿Porqué? ¿Que les llevo a arriesgarse a cometer tamaños errores? Se me hace dificil creer que un dia se despertasen y dijeran: "Me apetece empezar el fin del mundo, voy a pulsar el botón"

Habia una sonrisilla nerviosa en su rostro. Obviamente estaba usando el humor para encajar la información y que todo el mundo de héroes que habia creado en base a las historias de su abuelo, no se viniera abajo como un castillo de naipes ante un soplo de brisa...

- Solo hay una cosa mas que no entiendo, si habia tan pocos bunkers, ¿Fe donde hemos salido todos los que somos ahora? es mas, ¿Porque nuestros predecesores dejaron atras la tecnología en vez de llevarla consigo?

Lau te miro y luego a tu abuelo, para reir, de tal forma que notaste que acabo haciendose daño. Suspiro perdiendo la sonrisa. - No lo sabemos Flinn… no es que haya mucha informacion y si alguien la tiene, no lo hemos encontrado aun… ni siquiera sabemos donde estan los bunkeres, a veces encontramos algo de informacion, otras tenemos suerte por eso cada bunker es importante para la Hermandad. - Se dio cuenta de que habia hablado de mas por como miro a tu abuelo.

Hay un termino que sale amenudo en algunos escritos… DMA... - Se giro y miro hacia la ventana, mientras negaba.

Entonces escuchaste el termino de boca de tu abuelo. - Destruccion Mutua Asegurada. Es cuando dos o mas potencias, grandes ciudades o terrenos controlados por un solo hombre se enfrentan a tal crisis entre ellos, que estan dispuestos a usar armas que de normal no harian… y eso… puede provocar la muerte de todos… y todo. Es la teoria que mas se maneja al respecto, pero la verdad… es algo que sigue oculta en algun lugar de este mundo.

Lau volvio a mirarte… al decir aquellos. - No habia espacio para todos en esos bunkeres, cuando ocurrio eso… asi que algunos tuvieron que sobrevivir por su cuenta… algunos mas capacitados… otros menos...

El abuelo es el que hablo entonces. - Y ahi es donde entran los estudios de tu madre y el motivo por el que nos mudamos a este lugar.

Lau le miro y luego a ti, a sabiendas de que no lo entenderias y busco la aceptacion que habia en aquellos papeles. - Lo llamaron o acabo llamandose... Las Sangres...

El abuelo se adelanto y miro a Lau. - Descansa. Te traere algo de comer luego.

Pudiste notar Aun como niño, como efectivamente, estaba cansada.

Flinn se rasco la nuca en un ejercicio de comprensión que apenas le llevo un minuto. Mientras tanto escuchaba atentamente.

- Pocos bunkers, lo suficientemente separados para no interferirse... mhhhhh.... supongo entonces supongo entonces que el líder de cada uno de ellos sabria cuanta distancia de expansión tenian, por lo que se podria triangular de una manera eficiente la localización del resto. A cuantos mas bunkers localizemos, mas precisos serian los cálculos para localización, ¿No abu?

Pregunto con la inocencia de un niño que creía que para ir a la luna solo hacia falta combustible y potencia de motores.

- ¿Destrucción mutua asegurada? Osea que las historias del Botón Rojo del Fin del Mundo eran ciertas... Pero no tiene sentido, ni los animales se hacen eso a si mismos, ¿porque lo hicimos nosotros? -parpadeo- ¿Como podria un Hombre mantener el control de tanto territorio y tantas gentes?

No era capaz de comprender aquella situacion tan maquiavélica. Miles,no millones de almas dispuestas a servir ciegamente a una persona, no por su bondad o sus ideas, sino porque podia pulsar el botón al joven Connor eso le daba escalofríos.

- Lo que no entiendo es como sobrevivieron los que no estaban en los bunkers, a lo mejor eso del DMA no era tan destructivo, ¿no?... y que es eso de las Sangres, ¿me lo podéis explicar?

Las ultimas preguntas iban dirigidas a su abuelo, obviamente se habia percatado de que Lau necesitaba comer y dormir tranquilamente...

Tu abuelo suspiro y nego levemente. - No hijo, no funciona asi. Supongo que eso seria lo mas logico, como te he enseñado, pero por algun motivo… no fue asi. No es tan facil encontrar los bunkeres y solo en algunos de los que hemos encontrado, habia pistas sobre otros bunkeres... El motivo, lo desconozco... - Se encogio de hombros, aunque su mirada fue a Lau por un momento.

Viste una suave sonrisa, en parte melancolia en parte cargada de esperanza. -  No hay registros de ello, o al menos, no los hemos encontrado. Solo partes de archivos de comunicacion... y muchas estan en un idioma que desconocemos.  - Tu abuelo te miro, comprendiendo que era demasiada informacion. - Poder, miedo, politica… hay muchas formas hijo. Como controla un lider de una banda a cien en lugar de a diez. Carisma, fuerza… cada uno eilge su forma, pero se puede, solo hay que tener la voluntad para ello. Recuerda eso siempre hijo, la voluntad, lo es todo.

Con una señal tranquila, saliste de la habitacion para dejar que Lau descansara. La puerta se cerro tras ella, hasta solo dejar una rendija, por si acaso os llamaba. Tu abuelo te llevo hasta la cocina-salon. - Las bombas no estan destinadas para todas las areas hijo, a menos que seas un genocida insensible. Lo normal es atacar las zonas pobladas y militares, no las mas aisladas y remotas. Las bombas se concentraron donde su enemigo tenia mas fuerza… y por eso, no todos morimos en el proceso, aunque si la mayoria... ademas de que en la guerra se cometen errores... quien sabe lo que de verdad ocurrio... seguramente nadie... lo importante es fijarse en el pasado, pero no vivir en el... este es nuestro munddo ahora hijo... - Te señalo una banqueta para que te sentaras a comer algo.

Las Sangres. Era un proyecto que estudiaba tu madre junto con tu padre... y creo que encontraron algo sobre ello en el bunker... - En su tumba.

Come. Hoy tendremos trabajo… y ya has hecho muchas preguntas por hoy. - Era una forma sutil de dejar claro que se habia acabado la conversacion por el momento.

Se sentó en la mesa sin decir ni mu. El joven reconoció que le habian respondido a muchas preguntas y algunas no habian hecho mas que generar preguntas nuevas.

- Vale Abuelo... ¿Lau se pondrá bien verdad?

Es lo unico que se atrevió a preguntar mientras ponía los platos y los cubiertos en la mesa y se colocaba de nuevo el delantal parra terminar de hacer la cena y a posteriori servirla en la mesa. Durante la cena no hubo más preguntas. Ni uns sola. Pero la mente del joven Connor no paraba de darle vuelas a eso de "las sangres" y de lo importante que seria para que sus padres lo arriesgaran todo, incluso su vida, por ello.

PLOMO Y PAPEL SOBRE FONDO ESCARLATA

Musica de fondo, en una posada/taberna/bar/vete tu a saber que, que has tenido el enorme placer de encontrarte en medio del Yermo, afincada en una comunidad algo mas grande de lo habitual. Cosa rara no esta llena de bandidos, saqueadores, hijos de puta y ese tipo de escoria que el abuelo te dijo siempre que tuvieras cuidado. No es una comunidad medio decente, con algunos guardias incluso y una buena muralla, seguramente los restos de algo del pasado, porque sin duda hay partes que son antiguas, las has reconocido, pero no es nada que pudiera llamar tu interes.

El lugar ademas tiene un licor hecho a base de algun tipo de tuberculo que no esta del todo malo, aunque no es tu amado liquido de dorados reflejos, es pasable por el momento aunque al mirarlo parezca agua.

No has tardado mucho en meterte en una partida de cartas, mas que nada porque desde que has entrado has estado mirandola de refilon todo el rato, y claro cuando uno de ellos se ha levantado, la tentacion era demasiado grande. Asi que sin dudarlo has preguntado y un tipo la mar de simpatico, aunque te fias de el aun menos que la mayoria de alli te ha dado la bienvenida.

Por favor, sientese. Siempre es un placer tratar con los nuevos... - Una pocas risas, mientras otro de los presentes no duda en comenzar a repartir.

Beba por favor, a la saluda de la casa. - El hombre te tiende un vaso, esperando que seas minimamente civilizado y lo cojas.

La mesa esta hecha de buena madera, seguramente capaz de detener un balazo de un revolver normal, pero no del tuyo. Aunque a tenor de ser sincero, no has visto muchas armas de fuego, la mayoria estan con la "guardia" aunque algo te dice que hay mas de una escondida en el lugar.

El hombre de delante se presenta, el mismo que te ha dado la copa. - Al Rugart. - Obviamente espera a que te presentes. - ¿Que le trae por nuestra comunidad?

Un hombre a cada lado y el tal Rugart delante. El local esta medio lleno y nadie os hace mucho caso, aunque eres capaz de oir el rechinar de algunos muelles en la parte trasera del local.

Lucky esbozo una leve sonrisilla al comentario sobre los novatos, pero igualmente lo encajo con humor. Intentaban amedrentarle antes ni siquiera de jugar. En contra de lo que la gente cree, es lo que tenia el poker y el resto de juegos de cartas. La partida comienza antes siquiera de que te repartan y las consecuencias pasaban de una mano a otra, para bien o para mal.

- Muchas gracias caballero...

El anciano se quito el sombreo y lo dejo colgado del respaldo de la silla para a continuacion tomar el vaso de licor y tras olfatearlo, agradeció con un gesto de cabeza y bebió de un trago, tras lo que decidio dejar el vaso a un lado. Mientras desviaba su mirada sobre la mesa y la firmeza de está.

- Flinn Connor. Un placer. -tomo las cartas y comenzó a barajearlas torpemente mientras miraba a los otros dos jugadores esperando que se presentasen- Vengo por negocios, señor Rugrat, me dedico a arreglar cosas... -durante el proceso se le escaparon algunas cartas en varias ocasiones, parando para recogerlas y continuar mezclando sin demasiada habilidad, y con la torpeza de un "rookie".¿Cuales son las normas de la casa?

Repartió las cartas escondiendo su habilidad con lanzamientos poco apurados y una sonrisilla de lado cuando callo en la cuenta del ruido de muelles en el fondo del local. No puedo evitar arquear una ceja sorprendido. No se esperaba que fuera un local de ese tipo, pero esto ers el Yermo. Y cada uno vendía lo que mejor se le daba para vivir de ello.

- Parece ser que aqui hay todo tipo de diversiones, jejejejejeje...

Miro sus cartas fugazmente para evaluar su mano.

De nada. - Una sonrisa apreciativa pero al mismo tiempo estaba claro que te evaluaba.

¿Arreglar cosas? Interesante... porque aqui no hay nada que funcione como toca... asi que quizas tenga mucho trabajo y pueda venir luego a "perder" esas chapas aqui. - El tono aunque podia parecer arrogante, no lo era, habia broma y humor en ello, no ofensa ni insulto.

Levanto su vaso y brindo contigo. - Eso esta por verse señor Connor. No habia malicia, sino el de alguien acostumbrado a tratar con todo tipo de gente. - Por sus formas casi estabas seguro de que era el dueño del local o algo similar.

Recibio tus cartas y a diferencia de los otros dos que se quejaron por lo "malo" que eras. El por contra no dijo palabra ninguna y simplemente fue mirando sus cartas. - Lo llamamos el Hothem* - Te explico las reglas si no las conocias, o al menos la variante local, porque era uno de esos juegos que todos mas o menos conocian, al menos los que se dedicaban a jugar aunque fuera ocasionalmente.

Una sonrisa de medio lado. - Intentamos diversificar señor Connor. Es la unica manera de prosperar. Si luego aun tiene algo para gastar estoy seguro de que Betty o Ima, no tendran problema en atender sus necesidades.

El que tenias dijo una groseria sobre Ima y recibio una colleja de impresion del señor Rutgart. - Disculpe a mi parroquiano, no todos entendemos el termino educacion.

Las cartas estaban sobre la mesa. Todos colocaron lo minimo para apostar. Era tu turno de decidir que hacer, asi que miraste tus cartas, y luego a los que te acompañaban. El mas indescifrable era el señor Rutgart. El de tu izquierda parecia tener algo... pero el de tu derecha si por ti fuera diria que iba a lo minimo.

Volvió a depositarlas cartas sobre la mesa, mi entras sonreía con cierto nerviosismo y paseaba la mirada por el resto de parroquianos, evaluandolos como quien no queria la cosa para terminar en el señor Rugrat.

- Ya sabe señor... arreglar una bomba de agua,  el circuito eléctrico de una casa, el motor de un coche... ese tipo de chapucillas

Sonrio afable mientras adelantaba la apuesta mínima cuando fue su turno de ir. Miraba fugazmente las cartas una y otra vez como si estas fueran a cambiar mientras estaban boca abajo en la mesa.

- Oh no señor Rugart, no tiene porque disculparse por su amigo. Entiendo perfectamente que este molesto por mi presencia, la de un foráneo en su lugar de recreo. Déjeme intentar arreglarlo a mi modo...

Hizo una seña al camarero con la cual estaba invitando a toda la mesa a un trago, a modo de presentación.

- Esto por las molestias, caballeros. Los modales ante todo.

Rutgart asintio con una sonrisa ante tu explicacion de lo que hacias. - Interesante, alguien educado… - El tono dejaba claro que sabia que eso implicaba aunque no fueran estudios, si algo mas de lo que tenian los cabezas de chorlitos de aqui. Levanto su vaso a tu salud.

Intentaste arreglarlo a tu modo, pediste las bebidas y un hombre viejo se acerco con una botella y no dudo en rellenar los vasos. Lo hizo con cierto hastio, menos cuando le sirvio a Rutgart, a ese hombre parecia mas bien tenerle una mezcla de miedo y respeto.

El hombre que habia sido un grosero sonrio ante la bebida, se relamio y cuando fue a cogerla, una escopeta recortada, de calidad, aunque muy cascada por el tiempo cayo sobre sus dedos como un mazo de construccion. El sonido de los huesos al romperse fue claro y sin duda hizo que mas de uno empatizara con un gesto de dolor. - Vaya… que placer encontrarte aqui… recuerdo decirte que buscaba una escopeta que disparase como toca pedazo de hijo de puta... no que sirviera para clavar clavos… - La siguiente hostia fue directa a la dentadura, partiendole varios dientes, con la dura y bien conservada madera, el principal problema era la parte mecanica del arma.

El tipo cayo directamente ko y cuando la mujer en cuestion, parecia ir directa a romperle los huevos y hacer una tortilla, fue Rutgart quien hablo. - Rea... relajate… pilla la pasta de Lukas de la mesa y habla con nuestro invitado de hoy… parece que sabe reparar cosas… y quizas puedas… regatear un precio...

La mujer se giro, miro a Rutart con una mirada cargada de pura furia para luego mirarte a ti. Sus ojos te evaluaron, sin perder en ningun momento las ganas de partirle el cuello al del suelo. - Es cierto… reparas cosas? - Por primera vez se acerco y dejo la escopeta en la mesa, con cuidado, notandose que le tenia cariño. - Puedes arreglarla?

Dio un paso atras mirandote con desconfianza, pillo el trago al que habias invitado y se lo metio de un solo trago, dejandote ver un cuerpo lleno de tatuajes y piercings, pero moldeado a la perfeccion. Era dura, de eso no habia duda y ademas tenia pinta de saber cuidarse muy bien solita...

Las apuestas seguian sobre la mesa. nadie habia intentado mover las cartas.

Que la dama entrara como un tornado y le dira dos sonoras oxtias al parroquiano no le pillo de nuevas, al fin y al cabo esto era el Yermo, aunque fuera un núcleo civilizado, aqui no valía con aparentar ser un tipo duro, tenias que serlo y acaban de hacer una demostración practica en sus narices: Lukas iba de duro, la tal Rea era una tipa dura de verdad, y el comportamiento del camarero demostro quien llevaba la voz cantante en el lugar, pese a su perfil bajo, Rugart. Miro a este ultimo con respeto, pero no miedo, reconociendole la autoridad, y se dirigio a el.

- ¿Tendremos que posponer la partida entonces, señor? -giro la mirada hacia Rea- ¿O quiza la señorita puede esperar?

Observo la escopeta con las manos tendidas hacia ella, pero sin llegara a tocarla salvo que aquel huracán de piercings y tatoos le diera permiso. Madera solida. Metal cuidado salvo por el paso de la arena y el tiempo. La verdad es que estaba deseando ponerle las manos encima y dejarla como nueva. Suponía que no tardaría demasiado, salvo que quisiera alguna de las modificaciones "de la casa"  en cuyo caso le llevaría dias si no tenia los materiales apropiados. Cuando se quiso dar cuenta tenia las miradas de ambos fijas en el. Se habia ausentado ensimismado en su pensamientos.

- No te cobrare ni mas ni menos de lo que te cobro el. Y no tendras que pagarme hasta que estés satisfecha con el resultado. Tomalo como una oferta de fidelización.

Sonrió mientras esperaba la respuesta  de Rugart y sus dedos tamborileaban sobre la mesa no por la partida sino por poner las manos encima de aquella belleza resplandeciente de dos cañones...

Te miro de arriba abajo y luego a Rutgart, volvio a mirarte a ti. - No voy a esperaros... voy a desplumaros... - Avanzo hasta ti, adelantando su cuerpo de tal forma que su cuerpo quedo aun mas a la vista de tu mirada, por la forma en que se inclino hacia ti. - ¿Señorita eh? - Una sonrisa divertida y juguetona, mientras te miraba de arriba a abajo, evaluando si intentabas ligartela y al mismo tiempo evaluandote a ti. - Espera madurito... a que esta señorita te desplume y hablamos... del... precio... - Arrastro levemente las ultimas palabras con un tono meloso, pero al mismo tiempo peligroso, como si te estuvieran embadurnando en queroseno.

Miro la escopeta y a ti, para asentir a que podias cogerla. Notaste cierta tirantez, pero aun asi te dejo hacerlo.

Sin mas se dio la vuelta pillo la silla y la coloca al reves, para abrise de piernas al sentarse en ella, coger las cartas y devolverselas a Rutgart sin mirarlas. - Reparteme nuevas... paso de jugar con la mierda que tuviera Lukas. - Ni las habia mirado, pero si te miro a ti y al otro. - A menos que alguien tenga un puto problema con ello... claro esta...

El tipo del otro lado no dijo palabra y Rutgart al ver que estabas en tu mundo, repartio, una de arriba, una de baajo y repitio la jugada hasta repartir las cinco cartas.

Mas tu parecias no haberte enterado, porque tenias los ojos fijos en la escopeta, eso le arranco una sonrisa maliciosa. Entrecerro los ojos y te miro, casi como si quisiera sacarte el corazon, luego se mordio el labio de forma absurdamente sensual para sonreirte de oreja a oreja. - Lo que tu digas madurito... pero como intentes joderme... te acordaras de mi... - Por algun motivo, no sabias bien como tomarte eso...

Coloco su parte de la apuesta y espero.

- ...no, ninguno...

Dijo ensimismado revisando el estado del metal, por si iba a ser necesario algo más que pulir y quitar el oxido cuando las palabras de Rea le puso los pies en el suelo.

- Rea, si me permite que la tutee, mi nombre es Flinn Connor. Un placer. -miro sus cartas y asintió sin mostrar emoción alguna- y como comprobara cuando termine la partida... -empujo la escopeta de vuelta a la morena tatuada- Solo "jodo" a la gente que me "jode" o que me pide que la "joda" -la devolvió la mirada con una tenue sonrisa en los labios ocultos por la barba- Yo voy.

Adelanto las chapas para ver la apuesta y continuar la partida. Su mirada se paseo por todos los jugadores en busca se alguna microexpresion o gesto que denotase su mano o la intención de hacer trampas. Era una ciudad nueva. Unas reglas nuevas. Y al parecer las traiciones se castigaban con contundencia.

- Si dejas que la sangre se acumule sobre el metal, se oxidara rápidamente. Cuando eso ocurra deberias limpiarlo en el acto, es un consejo. Y gratis.

Ni siquiera miro a Rea aunque las palabras eran claramanete para ella, y su entonación lejos de prepotente, sonaba calida y calmada, como la de un abuelo que regala consejos.