Partida Rol por web

"La tarde llega a la tranquila DeadTown como cualquier otro dia, sin embargo, al finalizar este, nada volvera a ser como era..."

Sales del Saloon justo para escuchar como la pequeña discusion aumnenta de tono. Es igual, mejor no meterte enmedio - piensas.

Cuando sales a la calle principal de DeadTown te das cuenta que, pese la hora, hace un calor endiablado. Aun quedan un par de horas de sol hasta que termine de llegar el atardecer y la noche... estas acostumbrado a ello pues no eres un remilgado del norte...

Tras andar por la calle tranquilamente te percatas de que algunas mujeres estan comprando en la tienda del principio de la calle; en el banco tan solo hay un granjero que ha aparcado su carreta y esta hablando con otro hombre de pie a su lado. La barberia tiene a un cliente junto al cristal de la entrada que esta siendo afeitado con delicadeza mientras lee el periodico y, en la lavanderia, un par de chinos de no mas de 6 años juguetean con una pequeña madera.

Todo esta muy tranquilo alrededor, tal y como estaba previsto. Los tuyos no tardaran y, con suerte, los 4 podreis marchar para preparar el golpe con paciencia y tiempo.

Cuando llegas junto a los establos hay un muchacho mal encarado y sucio que te mira y sonrie:

- Necesita algo, Señor?, cualquier cosa!

Le miras de reojo y ves que al momento sale un hombre gordo y bastante sucuio, de mediana edad y calvo como un cactus, cuyo olor es el peor que has tenido que soportar nunca.

- Usted es el mexicano, verdad? el forastero, me refiero. Desmond nos trajo su caballo este medio dia. Necesita algo mas? puede verle si lo desea... aqui esta perfectamente atendido.

Te invita a entrar en los establos.

- Yo mismo vivo aqui atras por lo que no tiene que preocuparse de su seguridad ni nada. Ademas el chico se encarga de ayudarme.

El hombre al cuidado de los animales me invita a pasar a los establos. La idea de que viva al lado me tranquiliza. No es la primera vez que se roban monturas. Yo mismo lo he he hecho en alguna ocasión. El olor del forraje inunda el lugar. No le pierdo de vista al muchacho, pues con seguridad tratará de meter sus pequeñas manos en mi ropa buscando unas monedas. Probablemente alentado por su padre que no dudará en darle una paliza delante mío si le "pesco" para despistar.

Me fijo en la montura del extraño personaje que se ha hospedado conmigo hoy. No le he visto en el saloon al salir de mi habitación. debe ser un hombre que le gusta la soledad. O quizá le sigan y desea esconderse. desde luego, a no ser que sea con la compañía de una mujer, no suele ser muy recomendable pasar todo el día y la noche en la habitación. Aunque sean de la adradable decoración de la Señora Boree.

Una vez haya ojeado mi montura me despediré del cuidador para salir de nuevo al exterior espantando el enjambre de moscas que tratan de posarse en mí. A lo lejos, puedo ver la iglesia del predicador que horas antes se ha dejado caer por el saloon. El camposanto no queda lejos de ella. Vaya vistas debe tener ese hombre desde su habitación. Desde luego, no le envidio en absoluto.

Sigo paseando hacia el pueblo mirando sus locales hasta que llegue el momento de entrar al saloon, sentarme en una mesa y pasar el tiempo suficiente hasta que mi alcoholizado cuerpo necesite tumbarse. Mañana ya no beberé para estar fresco y hacer bien el trabajito, pero hoy, puede ser una gran noche...

Cuando mis ojos vislumbran al forastero, dejo a la señora Parkins disculpandome con educacion, y me acerco un tanto apresurado hacia el hombre de aspecto bronceado que camina en solitario bajo este acuciante calor.

- Pe... perdone Señor. Disculpe que le moleste, mi nombre es Semfield, Alex Semfield. Soy... soy el enterrador local y... quiza, quiza usted pudiese ayudarme con una cuestion que ronda mi cabeza...

Me quedo mirandole atusandome mi ropa oscura de "gala" y examinandole de arriba abajo.

Unas medidas curiosas... tendre que agrandar el centro y preparar otros maderos del almacen, creo que ira bien.

Las puertas del Red-Skin se abren dejando salir al viejo y desgastado Bamako, acompañado de Abraham. Ambos descienden de los tablones y se encaminan por los de los edificios cercanos hacia una desvencijada carreta cercana cuando las puertas del saloon vuelven a abrirse. Esta ves es Desmond quien sale de su interior con una mirada en su rostro bastante furiosa. Tras de el sale uno de los vaqueros del rancho O´Conner, un hombre joven con una cartuchera doble y aspecto bravucon. Tras de el sale otro vaquero que anda mas tranquilo tras el, alto, desgarbado y con mirada serena que examina los alrededores. Parece que Desmond y el primero de los vaqueros tienen algo pendiente aunque el joven negro no va armado.

En cuanto Desmond llega al centro de la calle el vaquero rubio se remanga y escupe en sus manos, dispuesto a empezar la pelea, mientras que su amigo se queda observando desde los tablones de la entrada al local.

Abraham continua con su amigo Bamako hasta la carreta, mirando de reojo al naciente centro de atencion de todo el pueblo.

Mientras tanto Antonio, el mexicano forastero, esta en mitad de la calle, con Semfield, el enterrador local, observando un tanto abrumado ante tantas novedades...

El enterrador local se presenta y me pide dar opinión a una cuestión que tiene en mente. - Y dígame, gringo, qué problema tiene Usted que un mexicano pueda solucionárselo? - Me incomoda la forma en que me mira. Parece estudiarme.

En ese instante, varias figuras salen del saloon. Por el rostro que esboza Desmond, yo diría que ha habido jaleo en el bar. Es más, juraría que va a haber pelea. No me gustaría estar delante del negro en una situación así, parece un hombre difícil de tumbar con los puños.

Me dirijo de nuevo al enterrador. - Amigo, podría tener clientes en breve - Observo que el ranchero lleva las armas en su cintura. Si ha bebido y si va a llevar un buen rato recibiendo golpes, es muy probable que intente hacer uso de ellas. Habrá que verlo. En mi ciudad, ya se habría organizado una timba de apuestas. Ahh, añoro mi tierra. La gente es más acogedora y es mejor que se peleen los gallos...

Contestaré las preguntas que pueda plantearme Semfield siempre que no me comprometan demasiado. No olvido que pronto tendré que estar preparado para una cuestión importante.

- Pues, ciertamente, parece que usted pueda...

Cuando sale la gente del saloon me retengo, mirando ansioso la escena de la gente y como el vaquero se prepara para una pelea con Desmond. Dejo la conversacion que tenia en mente con el mexicano para prepararme mentalmente por lo que pueda ocurrir... tomo medidas mentales y calculo proporciones mientras me froto las manos.

Bamako y tu avanzais hasta la carreta cercana antes de que empiece la pelea. Antonio, el mexicano, y el enterrador local miran desde el centro de la calle y, alrededor, la gente se empieza a asomar por las ventanas y arremolinarse para ver que ocurre.

Esta es la lacra del pueblo, un pueblo de cobardes que observan sin hacer nunca nada y que se complacen en el sufrimiento ajeno... esto te recuerda mucho como ninguno de estos desgraciados hizo nada para ayudar a tu familia aquel fatidico dia.

Bamako sube a la carreta que esta cargada de provisiones y mira la pelea y luego a ti sin decir nada, luego espera un momento por si tienes algo que hacer. Pasareis por tu rancho antes de salir de DeadTown para recoger alguna otra cosa que pudieses necesitar.

Sales de la oficina del sheriff con la sensacion de que las cosas empiezan a coger forma. Con esa media sonrisa que te caracteriza ves al joven Rufus, el ayudante del sheriff, que parece haber quedao impresionado contigo y camina a tu lado, impaciente por llegar al saloon a vigilar al mexicano... o quiza a pegar tiros, eso si que le gustaria... seguro.

Mientras andais por la calle hay algo de lo que os percatais, en el centro de la calle, a la altura del saloon (aun a mas de 20 metros), hay un pequeño alboroto y unas cuatro personas, alrededor se esta montando un pequeño barullo extraño, como si hubiese algun tipo de pelea. Aun estais lejos para distinguir nada mas...

Llevais un rato cabalgando desde el rancho hacia el pueblo. Pese a la hora, y que empieza a atardecer, el calor es sofocante y los chicos parecen un tanto intranquilos aunque ninguno de ellos ha dicho nada sobre el encargo del señor O´Conner.

Empezais a vislumbrar la iglesia del pueblo y encarais la calle principal cuando te parece ver que la gente ya se arremolina en torno a la calle principal, donde parece que se ha montado una buena pelea y la gente, como siempre, curiosa, ha montado su propio circo.

- Tengo que avisar al sheriff cuanto antes!!

Salgo corriendo hacia la oficina para avisar a James para que me ayude en caso de ser necesario.

- Bastardo hijo de mil puercos!

Me abalanzo sobre el negro tan pronto como este llega a la arena de la calle dispuesto a golpearle en el rostro con todas mis fuerzas antes de que pueda reaccionar.

Le hago uan señal a Bamako.
Espera un momento...veamos como se resuelve esto, me gustará ver como Desmond le atiza a ese estúpido.
Contemplo a los dos personajes en plena pelea.

- No se, amigo, algo me dice que ese tipo no es de los que buscan una pelea justa sino, mas bien, la ventaja para ganarlas. Ese negro no tenia que haber sido tan estupido como para caer en su juego.

Miro la escena, desde nuestra posicion mas elevada podemos ver todo con claridad.

Las puertas del saloon se abren lentamente mientras las mantienes con una mano y te abrochas el cinturon con la otra. El sol, aunque va siendo de menor intensidad por momentos, aun es una antorcha implacable de calor.

En medio de la calle ya ha empezado la pelea y Tukson se ha abalanzado sobre Desmond, llevando por ahora la iniciativa. Al lado tuyo, apoyado en la pared del local, esta Tomas, sujetando con desgana su escopeta. Mas adelante, sobre los tablones de la acera, se encuentra el vaquero amigo de Tukson, Donald, que mira atras un momento para volver a prestar la atencion que merece la pelea.

En este mismo lado de la calle, a mas de diez metros, esta la carreta de Bamako, con el y Abraham subidos, viendo tambien el espectaculo.

Al otro lado de la calle ya han surgido curiosos, niños y mayores, que se agolpan para mirar la pelea, al igual que desde ventanas y escaparates; parece que todo DeadTown se ha detenido para ver la paliza.

En la calle, hacia el norte y los establos, a no mas de diez metros de la trifulca, se encuentra el mexicano Antonio y el enterrador Semfield junto a el.

Hacia el sur de la calle, hacia la oficina del sheriff y la entrada del pueblo, sube la calle el otro forastero, el sudista, interesado en los recientes acontecimientos.

Parece que la pelea acaba de empezar y tan solo se han intercambiado aun un par de golpes... y promete ser una gran pelea...

Las puertas del saloon se abren lentamente mientras te quedas apoyada sobre ellas. El sol, aunque va siendo de menor intensidad por momentos, aun es una antorcha implacable de calor.

En medio de la calle ya ha empezado la pelea y Tukson se ha abalanzado sobre Desmond, llevando por ahora la iniciativa. Al lado tuyo se encuentra Marcus y, apoyado en la pared del local, esta Tomas, sujetando con desgana su escopeta. Mas adelante, sobre los tablones de la acera, se encuentra el vaquero amigo de Tukson, Donald, que mira atras un momento para volver a prestar la atencion que merece la pelea.

En este mismo lado de la calle, a mas de diez metros, esta la carreta de Bamako, con el y Abraham subidos, viendo tambien el espectaculo.

Al otro lado de la calle ya han surgido curiosos, niños y mayores, que se agolpan para mirar la pelea, al igual que desde ventanas y escaparates; parece que todo DeadTown se ha detenido para ver la paliza.

En la calle, hacia el norte y los establos, a no mas de diez metros de la trifulca, se encuentra el mexicano Antonio y el enterrador Semfield junto a el.

Hacia el sur de la calle, hacia la oficina del sheriff y la entrada del pueblo, sube la calle el otro forastero, el sudista, interesado en los recientes acontecimientos.

Parece que la pelea acaba de empezar y tan solo se han intercambiado aun un par de golpes... y promete ser una gran pelea...

El vaquero, Tukson, se abalanza sobre Desmond cuando este apenas se lo esperaba. El impacto del puñetazo es brutal y el sorprendido negro trastabilea hasta caer de culo sobre la polvorienta calle principal de DeadTown. Sin duda, afianzado por su primer ataque, Tukson se dispone a lanzar una patada contra Desmond pero este logra reaccion con celeridad y la detiene, logrando girarla y haciendo que el vaquero caiga tambien al suelo.

Parece que ahora es Desmond quien toma la iniciativa y se abalanza sobre Tukson, lanzando golpes a diestro y siniestro en una acomnetida furiosa, agarrandolo por la cabeza para intentar evitar que este se levante o pueda seguir atacandole.

A estas alturas el numero de mirones es ya elevado. A ambos lados de la calle los pueblerinos se agolpan junto a puertas y ventanas y muchos de ellos salen de sus casas para ver la pelea. Muchos incluso jalean la misma ante la pasividad nadie para intervenir... es una cosa privada y es raro ver saldar una ofensa sin el ruido de las balas alrededor.

Desmond sigue sobre Tukson que trata de ponerse en pie y por zafarse de la presa del negro mientras este le sigue golpeando en la cara una y otra vez. Finalmente, con el rostro ensangrentado, el vaquero logra quitarselo de encima y ambos retroceden, jadenado, cansados, cubiertos de sudor y arena. Sus miradas se entrecruzan...

Me limpio la sangre que brota de mis labios y mi nariz y miro fijamente a aquel negro del demonio. Si cree que esto va a quedar asi esta muy equivocado, aun tengo que darte una buena paliza...

Apenas soy consciente de la gente que hay alrededor, de los que miran y los que me vigilan desde atras, seguro que Donald tambien esta alli pero creo que en este pueblo hay muchos "amigos de los negros" dispuestos a ayudarle. Sonrio, no puedo evitar pensar en el cerdo de piel oscura tirado en la arena, con su sangre regando la arena de la ciudad. Nadie dira que no se lo adverti.

Me preparo para mi siguiente accion contra este malnacido...

- Malnacido hijo de mil padres, ahora vas a ver quien es Bart Tukson.