Partida Rol por web

Abraham continua su particular carniceria, empapado en sangre, mientras Live trata de mantener la calma y dispara para cubrir las ventanas del lado este. Son muchos pero parece que algo ha detenido su avance y ahora apenas intentan pasar de uno en uno lo que os da cierta ventaja sobre ellos.

De repente, cuando Antonio grita, un tremendo estruendo embarga la parte trasera de la iglesia. Es como si la torre entera del campanario hubiese caido... que habra pasado?

Antes de que podais reaccionar a los nuevos acontecimientos algo cambia en el exterior. Algo que os suena y os llena de esperanza... o quiza de mas terror... DISPAROS!!

El exterior, quiza en las cercanias de la iglesia, resuena con disparos de rifles y pistolas e, incluso, diriais que escuchais algun caballo y grito humano, no de esos horrendos seres.

Ahora entendeis el por que del descenso de la intensidad en el ataque, apenas hay seis de esos seres entrando por las diferentes ventanas de la iglesia y fuera, con vosotros, quiza no queden mas de ocho... es que alguien fuera os esta ayudando?

De repente el particular sonido de la corneta del ejercito os hace concluir con lo que esta pasando... es la caballeria! y por lo que parece fuera esta librando su propia batalla.

Deberiais luchar por salir? manteneros aqui a su espera? Ya no recordais el tiempo que llevais alli dentro pero parece una verdadera eternidad.

Desde el campanario Philips puede ver difusas manchas entre la extraña noche, quiza una treintena de ellas, que lucha brutalmente con las sombras para llegar a la iglesia... no estaran a mas de 200 metros y, por lo que parece, saben que estais alli, pero... llegaran? sobreviviran a esos seres? es algo dificil de saber...

Enviaron una patrulla pero ¿serán suficientes? - me pregunto, algo más animado por las nuevas e inmejorables noticias. Nunca me he alegrado tanto de escuchar disparos: lejanos y distintos a los nuestros.

Hay que aprovechar este momento: Lo mejor es que vayamos a ayudar al ejército y así acabar con ellos de una vez por todas. - Miro alrededor, comprobando que el edificio apenas se sostiene - Tampoco podemos quedarnos aquí y dudo que sea buena idea alejarse más de la ciudad e internarse en la llanura con la oscuridad reinante es una idea descabellada y a todas luces mala.

Reviso la munición que me queda y reparto algunos cartuchos de dinamita* para poder moverme con rapidez, quedándome con unos pocos. Es mi deber asegurarme que no corréis ningún peligro innecesario - echo una mirada de soslayo a Live -  Pero sería mucho mejor moverse en grupo que sólo, y el ejército tiene que saber qué es lo que ocurre si queremos que todo termine lo antes posible.

Nunca pensé que me alegraría de ver a un guerrera azul pero vivir para ver.Digo pensativo mientras recargo el rifle y el revolver con las escasas municiones que me quedan.Cuando el de la placa termina de exponer su plan no puedo por menos que decirEsos vienen hacia aquí sheriff, supongo que han oído los disparos y la explosión así que no se si es buena idea salir de aquí.Por muy destrozado que este esto al menos aun nos da cierta cobertura, en fin sheriff usted decide.

Los sonidos del exterior cambian. Ahora parecen oirse disparos sumarse a los aullidos. Estaré loco? Podría ser el eco de nuestras armas en las montañas cercanas? No, también hay voces. Gente gritando vítores de guerra. Deben ser soldados! Al parecer, las palabras del predicador han sido escuchadas.

El sheriff toma una última decisión antes de que las bestias invadan nuestro refugio. Philips contesta, pero mis atormentados oídos tan sólo recogen un rumor y no sé si acudirá a la llamada de Hugh. Agoto mi rifle y hago uso de mi viejo revolver una vez más con unas solitarias balas alojadas en mi cinturón como reserva. - Señor, si vamos con usted, no podrán resistir la oleada aquí dentro. Son menos los quedan y desde luego notaremos la ayuda del exterior, pero ya casi han entrado. Deberán venir todos o perecerán. No deseo que Live y sus chicas peleen ahí fuera, pero seguro que hay caballos que han sufrido la pérdida de su jinete. Podrían ponerse a salvo mientras dure la contienda ó salvarse si no la ganamos -

Afuera, realmente se está dando una carnicería. Con la voracidad que esos seres nos atacaron la noche anterior, no serán pocos los humanos que morirán entre sus garras.

Besando mi amuleto y revolver en mano le digo al representante de la ley. - Yo estoy listo, carajo! Cuando Usted diga podemos salir -

Pues salgamos todos -dice Live resuelta-. Somos cuatro gatos los que aún respiramos, no vamos a tener más oportunidades de sobrevivir que esta.
James -pronuncia con seriedad entre disparo y disparo-, si tú vas yo voy.

Mientras el sudista mantiene la proteccion de su destrozado campanario y mantiene sus disparos sobre los endemoniados que ve en las cercanias (y le permite la oscuridad sobrenatural que envuelve todo) el sheriff James decide organizar la salida de la iglesia.

Mientras retrocede el propio Predicador tiene que utilizar su hacha contra uno de esos seres que intentaba atravesar la puerta de la sacristia e Ichii tambien utiliza su tomahawk para cercenar la cabeza a otro de ellos hasta llegar con Antonio, Sofi, Live y Abraham.

Una vez todos alli la manera mas facil de salir y por la destrozada puerta principal y no os cuesta demasiado abriros paso por ella aunque apenas os queda municion mas alla de un par de recargas de vuestras armas.

En el exterior la oscuridad parece que se aparta a vuestro lado hasta que, al camino principal que lleva a DEadTown comenzais a ver y oir los gritos de la lucha.

Al menos los cuerpos de diez soldados yacen ya en el suelo y veis que el capitan confederado lucha con su sable de caballeria contra seis de esos endemoniados seres que tratan de tirarlo del caballo. A su alrededor veis cantidad de restos y al menos 4 caballos que aun estan fuera del alcance de los devoradores (el resto yace en el suelo muerto o siendo devorados en vida).

La cosa no pinta nada bien... parece como si la iglesia realmente hubiese actuado a vuestro favor dado que alli fuera parece que las sombras se reproducen y estan por todas partes... aun asi no sufris, por ahora, el ataque de ninguna de ellas, parece como si estuviesen demasiado ocupadas en los cadaveres de soldados o en el propio capitan... aunque tampoco sabriais decir por cuanto tiempo...

Aun quedan un par de horas para que amanezca al menos lo que os da algo de esperanza.

Reprimo una sonrisa al pensar en aquel capitán medico que siempre me decida que el tabaco acabaría conmigo.Te equivocaste matasanos.Con la mano izquierda comienzo a cargar mi pipa mientras con el derecha empuño el revolver.al menos si me voy de este mundo me iré fumando y llevándome a unos cuantos por delante.Un ruido me hace asomarme a tiempo de ver al resto de los refugiados salir de la iglesia. Imbéciles, fuera esta la muerte y no la veréis llegar aquí al menos tenias tiempo de meteros una bala en la cabeza si llegaba el caso.. Callo al darme cuenta que ya empiezo a hablar solo como aquel que sabe que no falta mucho para el desenlace final.

Esperaba ver más soldados con vida, quizás así hubiéramos podido acabar con esas criaturas y el que las gobierna, pero tan solo el oficial está vivo y no podemos ayudarle sin ponernos en peligro. Le deseo suerte en voz baja y luego me vuelvo a los demás.

¡A los caballos! - les susurro. Cojo a Live de la mano y nos movemos rápidamente hasta uno de los jamelgos, me monto en él y luego ayudo a Live a montar junto a mí. cojo de las riendas y lo muevo al paso hasta los demás. Guardo la escopeta en la funda y mantengo mi revolver preparado.

Tendremos que movernos rápidamente pero ahora permaneced en silencio. -les digo mientras veo como los demás montan en sus caballos - Abraham, monta con Ichii. Sofi, con Antonio. Joe mantente alerta eres el único que no lleva a alguien, por lo que irás más rápido y tendrás mayor margen de reacción.

No era necesario que nadie me lo dijera, cuando el sherif me dijo que montase, ya me dirigía a los caballos. Aunque la idea de llevar pasajero no me hacia gracia, no había otro remedio.
Le hice señas al indio para que me acompañase, pero si se lo pensaba dos veces, por mis antepasados que se quedaría en tierra.
Vamos indio, larguémonos de aqui.

Live se deja llevar por las seguras manos del sheriff, hasta la montura.
No necesita ayuda para montar, pues a penas queda nada de las faldas de su vestido. Aún así se deja acomodar por James, encantada.
Casi no me puedan balas[/A] -anuncia. Sabe que él es consciente, pero siente la obligación de decirlo en voz alta. Casi parece como si se excusase por su forma de malgastarlas.
El caballo se mueve bajo las órdenes de Hugh.
Live no puede evitar dirásap cuando siente la amenaza de los demonios...
[B]Me quedan un par en la Pimentera Mariette -susurra a modo de advertencia-. No voy a morir como los otros...

Ichii había perdido la noción del tiempo por completo. Sus ojos rojos de fiebre solo buscaban más de esos demonios a los que abatir. Cuando las balas se le acabaron, golpeó con la culata, machacó aquellas caras de expresión desquiciada, golpeó una y otra vez las cabezas. Echó mano al tomahawk abriéndose paso enloquecido por la barbarie del combate. no reparó si alguna de esas bestias le había herido, levantaba el brazo y lo descargaba con toda su fuerza. Fuerzas que menguaban a cada momento, se debilitaba a pesar de su juventud.

Embadurnado de sangre ajena, corrió afuera con sus gritos de guerra, detrás del hombre de la placa. había comprendido que venía alguien a ayudarles, y decidió seguir al sheriff, si saber del todo que era lo mejor. Miró a su alrededor, giró sobre sí mismo,y vio muchas de esas cosas todavía. La decisión había sido tomada ya. Vio por el rabillo del ojo a un indio y usó su arma para cortarle el cuello. El chorro de sangre negra le impactó en el cuello.

Los caballos. Sí, los caballos. Asintió con la cabeza. Abraham le exhortaba a ello. Pero el joven Ichii tuvo una duda. Vio a aquel soldado, luchando contra los monstruos; vio a los cadáveres de los otros. Enemigos de su pueblo, pero aliados en estos momentos. Algo en su corazón le impedía huir, escapar en el caballo. No al menos si no intentaba ayudarle. Era un guerrero.

Corrió, aullando como la misma muerte, alzado su tomahawk, hacia el oficial que se debatía contra los seis no muertos.

Los acontecimientos se sucedieron con una rapidez pasmosa. Los oídos le pitaban y la vista se le nublaba ante la aterradora visión que se desnudaba ante él. Sangre, pólvora, cuerpos desgarrados o poseídos por aquella oscuridad perversa. A pesar de todo, una claridad absoluta reinaba tras sus retinas. Estaba completamente decidido a luchar contra aquel mal, a velar por su rebaño, a proteger a aquellos hombres y a transmitir la palabra y la fe del Señor. Pues Dios le había salvado, Dios le había perdonado, y solo Dios podía proteger y perdonar a aquellos hombres.

Denspec salió de la iglesia como un autómata que no quisiera separarse del resto, empuñando un hacha sanguinolenta y su sombrero colocado de medio lado sobre su cabeza. La cruz de plomo devolviendo oscuridad a la noche. Las botas de cuero llenas de barro y sangre negruzca y cosas mucho peores. Se detiene vacilante junto al caballo, justo antes de seguir las indicaciones del sheriff.

-De eso nada. Denspec suelta las riendas del caballo más próximo y corre tras el indio empuñando el hacha. -¡Todos somos hijos del Señor en los Cielos! ¡Debemos ayudar a este hombre!

James alcanza el caballo mas cercano con Live mientras Abraham se lanza sobre otro de ellos esperando ver al indio con el... pero no es asi.

Antes de que apenas os deis cuenta Ichii y el Predicador se lanzan sobre los poseidos que acosan al capitan.

Sofi aprovecha para montar en el caballo junto Abraham, aunque con bastante dificultad por su parte, dejando a Antonio llegando a otro de los caballos que ya se encuentra mas lejano.

Desde lo que queda de la torre del campanario el Sudista puede ver toda la escena, parece como si las sombras se apartasen del Predicador mientras este se mueve.

Con los relinchos de los caballos y la accion desencadenada por Ichii y Denspec parece como si la "bestia dormida" de los demonios despertasen y todo a vuestro alrededor parece hervir contra los vivos.

Cuando Ichii llega al primero de estos, que ya han derribado al capitan y a su montura, su tomahawk destroza la cabeza de este, esparciendo sangre y sesos por doquier. Tras de si el Predicador se abalanza sobre otro de ellos, golpeandole con fuerza con su hacha y lanzandolo al suelo mientras los otros dos mantienen al capitan en el suelo mientras lo muerden a el y su montura sin compasion, como si con ellos no fuese la cosa.

Al resto del grupo, montados ya en sus cabalgaduras (menos Antonio que se encuentra a su lado tratando de contener el miedo del animal), veis como las sombras comienzan a cercaros y varios seres mas salen entre ellas tratando de cerraros el paso, aun no son muchos pero parece que ya se han percatado de vuestra presencia.

En la iglesia, Philips, ya con escasos seis tiros para su rifle y un tambor para su revolver, se percata que el ataque a la iglesia parece haber cesado con la huida de sus huespedes. Ahora tan solo quedan algun que otro ser que parece ser absorvido por las propias sombras pero nada que parezca presagiar un nuevo ataque sobre ella.

Salimos al exterior y vuelvo a percibir el frescor nocturno. La contienda es feroz entre bestias y soldados. Ya tan sólo queda el capitán dispuesto a combatir. Venderá cara su vida, pero está rodeado de esos seres y seguro sucumbirá pronto. La oscuridad maldita parece querer enredarnos ahora que somos presa facil. Las monturas se encuentran nerviosas, mucho más la mía, que parece percibir la muerte a su alrededor. Tiro de las riendas para sacarle de su estado sometiéndole, después trataré de subirme a la silla.

En cuanto lo consiga debemos salir con prisa. Introduzco una bota en el estribo y veo salir al indio corriendo hacia la batalla. - Maldito salvaje, a dónde va? - El predicador, tras unas palabras sale tras los pasos de Ichii, hacha en mano. Ayudan a un Capitán presa de numerosas fauces. - Malditos chiflados, les mataráan - El grito de guerra y la ausencia de presas alertan a la "muerte nocturna" de nuestra presencia. Confiando que mi caballo esté lo más apaciguado posible, me impulso sobre el estribo para tratar de sentarme. Si el caballo no me tira, lo espolearé para que vayamos a refugiarnos. Confiando en el criterio del Sheriff. Sigo dando mi opinión de atrincherarnos en la cámara del banco, donde pasadas un par de horas la luz nos daría tiempo a volver a organizarnos.

Vuelvo a contar y recontar la munición que me queda, apenas unas balas.La situación es mala pero parece mejorar por momentos; los ataques a la iglesia han cesado al estar ocupados con los soldados y ahora con los supervivientes del pueblo.Pego una calada a la pipa y me dedico a ver como los anillos de humos ascienden hacia el techo.Además ya no queda demasiado para que el sol se levante y con el la oportunidad de escapar.

No sin sorpresa, veo como el indio decide no montar conmigo, aunque en unos segundos su lugar es ocupado por Sofi, a la que ayudo a subir.
Una vez bien montada, le pregunto:
Bueno, guapa, dime una sola palabra y saldremos disparados de aqui, no se a donde pero huiremos de esta pesadilla. Quizás mi subconsciente busca una excusa para salir corriendo de allí, salvar a una damisela pueda encubrir mi deseo por librarme de una muerte casi segura si me quedara a ayudar a los demás.
Antes de que responda, saco el revolver de mi cinturón y le disparo en la cabeza a un indio que estaba demasiado cerca de nosotros.
Vamos, decidete, no tenemos toda la noche!!- le apremio

Lentamente guío a mi caballo alejándonos de las sombras que comienzan a rodearnos intentando conseguir algo de tiempo para aquellos insensatos que se han lanzado a salvar al capitán sin pensar que no solo no era posible sino que además estaban arriesgando algo más que sus vidas... también las de los demás.

Qué hipócritas. Hace un momento no querían salir, refugiarse en la iglesia era en lo único que pensaban y no ha mucho, tirotearon sin contemplación ni excusas a un pobre vaquero a las puertas de nuestra fortaleza. ¡Cuán alegremente se han olvidado de lo vivido en las últimas horas!

El capitán yace en segundos tirado en el suelo, gritando mientras uno de esos salvajes le desgarra la yugular a mordiscos. Frenados en su frenesí salvador, desorientados ¿qué harán? Abandonaron sus monturas y ahora será difícil que vuelvan sanos y salvos.

Intentaremos cubrirlos mientras sea posible, si se acercan demasiado no podemos hacer otra cosa más que alejarnos de aquí o no llegaremos a ver el próximo amanecer. - Les grito a los demás, esperando que estén de acuerdo conmigo. Revólver en mano disparo únicamente a los que se acerquen a ellos o a nosotros, y no sin antes apuntar serenamente para no desperdiciar un sólo disparo. Agarro bien de las riendas y mantengo el arma alejado lo más posible de la cabeza del jamelgo para no asustarlo aún más, con las detonaciones.

Montados sobre los caballos, mientras el indio y el Predicador se han lanzado en la futil empresa de salvar al capitan confederado, esperais una señal para huir de alli aunque quiza ya sea demasiado tarde. Las sombras se han hecho mas fuertes a vuestro alrededor, quiza por la lejania del Predicador de vuestro lado o de la propia iglesia tras de vosotros. Sea como fuere sentis un escalofrio recorriendo vuestra espalda y como se os eriza todo el vello cuando los gritos guturales vuelven a surgir de todas partes contra vosotros.

Varias figuras surgen del manto tenebroso. James abate con su revolver a una de ellas y Antonio logra abatir a otro de ellos justo cuanto este esta alcanzando su caballo. Sofi grita presa del panico al ver como por vuestra retaguardia se acercan otros tres de ellos para hostigaros; esta vez no son indios, son vecinos y amigos de DeadTown, imbuhidos en la sed de sangre y la locura.

Los caballos son dificiles de controlar y tratan de huir de vuestro control lo que hace todo aun mas dificil... si no salis de alli en seguida no quedara nada que salvar...