Partida Rol por web

Ese cabron de Tukson, era una vibora, no merecia anda, ni siquiera el dinero de este entierro, pienso para mi. Emfilo la calle desenfadadamente direccion al Saloon, un trago quitara el sabor a polvo que ha dejado el Camposanto en mi boca.

Ganarme la vida con el juego me ha enseñado muchas cosas, una de ellas a oler los nervios y el mejicano apesta. No se que se trae entre manos, pero sera divertido observarle, y me huelo que esos caballos nuevos tienen algo que ver con el.

Son 3$ al día por habitación -comienza con la retahíla habitual, para los nuevos clientes-. Si quiere disfrutar de alguna de las chicas, serán otros 4$ -No les ofrece la botella de whisky por un dólar más, pues los ve con pinta de preferir la zarzaparrilla-. También podemos prepararles un baño y el servicio de un buen barbero por otros 2$ -sugiere. Aunque no cree que lo acepten-. El establo y la comida para los caballos serán otro dólar más al día.

Una inquietante  sonrisa de satisfacción  cubre el rostro del sudista.Sube al caballo agilmente  a pesar de la edad y  enfila hacia la salida del pueblo silbando  por lo bajo   una vieja  tonada  del sur.Al pasar   delante de  los demás  hace un gesto   de saludo sin poder evitar una  sonrisa complice  al cruzar la mirada  con el mejicano .Espolea  el caballo y desaparece  entre un remolino de polvo en la dirección en que  se pone el sol.

Tras recoger el caballo y que el encargado responda tus preguntas sobre el rancho decides marchar del pueblo... segun parece no esta lejos y llegaras sin problemas en un par de horas por lo que aprietas el paso al caballo y dejas atras la calle principal y a todos aquellos congregados que entran en el Saloon.

- Joder, que puto robo! que es esto, la casa presidencial?

Miro a los compañeros y sonrio tras aquello, parece que la zorra quiere sacarnos tajada y nosotros no tenemos mucho que despilfarrar. Aun asi no emito mas comentarios al respecto hasta que el "jefe" diga que haremos.

Las puertas del Saloon se abren. Parece que el entierro ha finalizado al fin y algunos de los presentes, pese al tremendo calor del medio dia, ha atravesado la calle principal para tomar un trago y encarar la tarde.

El primero en entrar es el mexicano, Antonio, seguido del Predicador, que sujeta las puertas a Marcus antes de entrar el, y, finalmente, como a la sombra de ellos y tras unos segundos que parecen eternos para los presentes en el interior (que ya no esperaban a nadie mas por el gesto de sus rostros), el sheriff Hugh con semblante sombrio.

En el interior del local Tomas esta hablando con 3 recien llegados de aspecto bastante harapiento y un par de ellos tienen sombrero mexicano colgando de sus espaldas. Aun llevan los revolveres atados a la cintura excepto uno de ellos que ya lo tienen enrollado sobre si mismo y en su mano, para entregar al barman.

Live se encuentra al final de las escaleras, hablando con ellos, quiza de precios por su expresion seria y tranquila de su rostro.

A parte de este pequeño grupo no parece haber nadie mas en el local... exceptuando a Defer (un cazador de la zona), en una mesa del fondo con dos lugareños, un par de vaqueros en una mesa cercana jugando al poker y a Petra y Marie en el escenario (aunque ahora estan mas pendientes de los forasteros que otra cosa).

No hay rastro de Desmond o del co-propietario del local aunque todos sabeis que Morgan se debe encontrar arriba, en la habitacion de Rufus, cuidando aun de sus heridas.

Al ser un dia entre diario el saloon repartira algunas comidas aunque no se espera que aparezcan mas de otras cuatro o seis personas dado que el resto trata de seguir con sus familias o con sus oficios el maximo tiempo posible.

- No es que no tengamos dinero, Señora, aunque nos conformaremos con unas botellas de wisky y, quiza, alguna puta con la que descansar. Aunque - mirando a sus dos amigos - no nos vendrian mal un baño.

Suelto un pequeño saco con una docena de dolares americanos sobre la barra.

Al escuchar como las puertas del sitio se abren miro a los recien llegados apoyado en la barra y, dejando aun mi revolver encima de la barra bien sujeto, sonrio.

Ya era hora.

Avanzais por la calle principal hacia el saloon y todo alli parece desierto. El calor es tremendo y la gente, sin duda, esta encerrada en sus casas, comiendo y disfrutando levemente de las sombras, intentando evitar asi el calor.

Al llegar cerca del saloon veis que hay tres caballos de forasteros atados al poste y el carro de Semfield, el enterrador, con el sobre este, mirando silenciosamente las puertas del local y con una sonrisa en su rostro.

Live mira complacida la bolsa del mexicano.

¡Vaya! -medita sorprendida-. Por su aspecto nadie diría que estos son de los que pagan de buena gana por el servicio.

Contoneándose desciende por las escaleras, con una amplia sonrisa en el rostro.

Tomas, dile a Desmond que hable con el barbero para que atienda a estos amables caballeros en cuanto pueda -manda, para luego dirigirse hacia donde se encuentran los recién llegados-: Sheriff le acompañaré a ver a Ruffus, si así lo desea…

Noto los pasos de varias personas detrás mío cuando voy a entrar al saloon. No me giro para aparentar normalidad. Me retiro el sombrero ya que el sol no ataca con justicia dentro del local de Live. 3 figuras se arremolinan en la barra. Me acerco hasta ellos apoyándome también en la barra y hago un saludo a la dueña en seña al exquisito gusto y atención que ha demostrado en mi corta estancia. Desde luego, es de lo poco que recordaré de este pueblo cuando sea rico. Sin mirar a mis compañeros, hablo con voz ronca:

- En este pueblo no nos gustan los forasteros... - Espero la reacción de mis viejos socios para después reirme a carcajadas. Hablando en español les recibo. - Amigos, qué bueno verles de nuevo. Se han demorado pendejos. Anden con cuidado, aquí la gente tiene muchas ganas de apretar el gatillo - Les digo mirando ligeramente a Marcus. - Hay un tipo que me da mala espina, parece que se acaba de marchar de la ciudad, pero podría ser un cazafortunas de gente honrada como nosotros, jejeje. Han notado si les han seguido? Pero qué carajo! denme un abrazo compadres! -

Miro a la señorita Boree y despues a los recien llegados:

- Desmond y el Señor Creight aun no han regresado del rancho "Reins".

Me impaciento al ver que el "jefecillo" de estos tres aun no ha soltado su revolver que tiene en la barra mientras que los otros dos aun tienen los cintos y las armas puestas. Asi pues mantengo tambien una de mis manos sobre mi escopeta.

*- Miren no mas de donde sale este puerco hijo de mil padres!! Antonio, ya era horita que te pasases por aqui a saludarnos!

Creo que vamos a celebrarlo con un tequila y charlar tranquilamente.

Le doy un fuerte abrazo a Antonio y les señalo al resto una mesa cercana sin hacer ni caso al resto de lugareños que entran. Recojo tambien el revolver en su cinturon de encima de la barra y me lo llevo hacia la mesa con la botella.

*- Ven aca pendejo!

Saludo con fuerza a mi amigo y le paso el brazo por encima del hombro mientras la otra mano agarra la botella y nos vamos a la mesa.

Live asiente, comprendiendo el desasosiego de Tomas. Y empieza a sentirse un poco inquieta por los “sola” que la está dejando ultímamele David…

Señores -interrumpe a los forasteros-. Antes de continuar con la jarana*, sean tan amables de entregar todas sus armas a mi compañero. Él cuidará de que no vuelva a haber incidentes desagradables en el saloon, así que esténse tranquilos.

Y -Se toma de un trago uno de los vasos que hay sobre la barra-, que disfruten de su estancia -sonríe, dejando el vidrio en su sitio e indicándole a Tomas que lo vuelva a llenar para el caballero.

Luego, se aproxima impaciente a las escaleras, esperando que el Sheriff quiera por fin subir con ella a la habitación en la que se encuentra su alguacil.

En presencia del Sheriff no es conveniente montar el espectáculo, aunque creo que ya es inevitable, y que malentendidos con él nos pudieran retrasar en nuestros planes. Siguiendo la conversación en español con el marcado acento mexicano les digo a los recién llegados:

- Compañeros, no hagamos enfadar a la dama. Es una gran anfitriona y está rebuena ehhh? Jajajjaja! - Exclamo mientras le doy una palmada a Juares en el hombro que hace saltar una nube de polvo. - Muchachos, deberían enviar a lavar esa ropa, parece que han sido arrastrados por el maldito desierto - Entrego el cinto con el revólver (creo que no lo había recogido, pero por seguir la trama así lo hago) y pido a mis socios que así lo hagan. Esta vez en inglés les digo: - Amigos, con el sheriff aquí presente no deben temer por su seguridad. Su ayudante yace arriba, ha sido herido de gravedad, no sé si pasará de esta noche. El asaltante acaba de ser enterrado. Fue muerto por el relamido de allí - Señalando a marcus con la cabeza.

Si nada lo impide les insto a acercarnos a una mesa apartada y con seguridad vaciaremos una botella y recordaremos viejos tiempos. - Ahh, lo que daría por un buen trago de agua de fuego. Seguro que no llevan una en sus alforjas, eh canallas? -

Me siento tranquilamente es un aesquina del local a jugar con mi baraja de cartas, mientras escucho la conversacion de los hispano, aunque no entiendo nada de lo que dicen. Les observo con detenimiento, quiero saber que clase de gente son, al fin y al cabo pueden ser "pajaritos" que desplumar, aunque lo dudo.

Desmond echa un vistazo a los caballos, tratando de reconocer alguno...

Muchas evces, es más fiable la montura de un hombre que el hombre en sí mismo...

Miro al enterrador y luego a los caballos.

- Ya estan acechando los putos carroñeros...

Desmond, vamos por la puerta trasera para entrar con mas tranquilidad.

Vamos a la parte trasera, dejamos los caballos alli y, mientras yo me quedo en los despachos privados de atras, le pido a Desmond que entre al salon para ver que pasa ahi dentro y si esta Live o que.

- Claro, amigo!*

Ayudo a dejar nuestros cintos en la barra, con el barman, mientras miro al sheriff de arriba abajo fijamente.

- No parece gran cosa... de que tienes miedo? no parece mejor que el de El Paso.*

Sonrio al recordarlo y guiño un ojo.

Desmond entra en el local por la parte trasera, desde las zonas privadas del saloon, y mira a los presentes.

Marcus se sienta en una mesa cercana a la entrada, jugueteando con las cartas.

Live esta empezando a subir las escaleras.
Tomas esta en la barra, recogiendo los revolveres de tres mexicanos recien llegados junto al forastero Antoio, mientras el sheriff sigue en la puerta, observandolos, el Predicador acaba de llegar tambien y en el local tambien hay otros clientes como varios vaqueros jugando al poquer o algunos lugareños jugueteando en unas mesas lejanas.

Parece que hay una tension palpable en el ambiente aunque todo parece mas normal de lo que podria parecer desde el exterior.