Partida Rol por web

AÑO: 783 D.

MES 2: METAGITNIÓN.

MENÓS PHTHINONTOS: LA DÉCADA DEL MES QUE SE ACABA.

DÍA: 28 HENNATÉ.

HORA LOCAL: 22:00.

Disfrutaba escuchando al embajador, no podía negarlo. Sus largas y coloridas respuestas eran sumamente entretenidas, cuando se le pedían explicaciones las daba, ante la exigencia de pruebas aseguraba disponerlas y únicamente el tiempo, el valioso tiempo, era lo que le impedía plantarlas inmediatamente frente a nosotros.

- Adelante entonces Embajador: Serchus. No es necesario que moleste a los ciudadanos de Planeta: La Marca. Estaré encantado de confirmar vuestras pruebas - aseguro - Como IAR de Defensa de Planeta: Ritea II tengo conocimientos de las armas utilizadas en todo el planeta, sus defensas o astronaves. Incluso podría indicarle el daño ocasionado en el objetivo si también me proporciona dicha información.

En ningún momento parecía dudar de sus afirmaciones, de hecho hasta podría decirse que estuviera ansioso por confirmarlas o refutarlas delante de todos ellos. De todos modos, esa misma predisposición a desentrañar la verdad era un arma peligrosa a ojos ajenos, porque si las pruebas presentadas eran todas ciertas, la guerra entre Persia y Ritea era ya una realidad.

- Y así podría dedicar su valioso tiempo a explicar que requisaro en aquel asteroide. Dado que estamos en el sistema de la Marquesa, legalmente, les pertenece a ellos.

Si tanto gustaba de llamar a las leyes internacionales, iba a ser momento de que él mismo sufriera sus efectos y perdiera más tiempo argumentando lo acontecido y, si acaso decidía negarlo, era fácil y rápido presentar las pruebas de aquel hecho.

AÑO: 783 D.

MES 2: METAGITNIÓN.

MENÓS PHTHINONTOS: LA DÉCADA DEL MES QUE SE ACABA.

DÍA: 28 HENNATÉ.

HORA LOCAL: 22:00.

Per... perdón, Gestor Omnios, representantes de los planetas LIBRES del racimo, Marquesa como anfitriona, me gustaría decir algo, si me permiten.

Primero de todo, embajador Zirus, me presento: soy el Sargento John Winston, del ejército riteano, encargado de la seguridad del consejero Praxímedes y de Gestor Omnios.

Ya sé que mi misión aquí es proteger al consejero Praxímedes y a Gestor Omnios, y no hablar en esta reunión. También soy consciente de mis nulas habilidades diplomáticas, así que seré sincero y directo.

Embajador Ziro, de sus palabras solo puedo desprender que, o bien su Rey-dios es un completo cenútrio en tácticas militares o no están tan seguros de derrotar a Terra. ¿Por qué digo esto? Muy sencillo: usted dijo que no éramos la única oportunidad que tiene para derrotar a Terra, que nos ofrece vasallaje para, por decirlo así, salvarnos de acabar bajo su dominio. Y, sin embargo, dice que, si no nos unimos, se iniciará una, usando sus palabras, "larga y costosa guerra".

Ahora yo digo, la lógica, no ya militar sino la lógica general, dice que si tengo dos enemigos a punto de chocar, como seríamos si rechazamos su petición, les dejo que choquen y recojo los restos. Espero varias peleas contra los terranos y repito mi oferta, no me embarco en una ”larga y costosa guerra”. Eso me lleva a pensar que ustedes nos necesitan. Porque, como dije, espero que no sea la otra opción.

Señores, señoras... digo, volviendo a ocupar mi puesto.

AÑO: 783 D.

MES 2: METAGITNIÓN.

MENÓS PHTHINONTOS: LA DÉCADA DEL MES QUE SE ACABA.

DÍA: 28 HENNATÉ.

HORA LOCAL: 22:00.

- Si es tan amable.- Fue la respuesta de la Marquesa al embajador persa las dos veces que le ofreció entregarle las pruebas. Examinaría, con la independencia de un planeta neutral, las aportadas contra Ritea y estudiaría las que comprometían a la Commonwealth Terrana. En tiempos ella misma había sido una colona de la Commonwealth pro lo que, aunque había pasado mucho tiempo, podía estar familiarizada con sus maneras.

Asistió prestando gran atención a todas las intervenciones pero no pudo evitar intervenir tras las palabras de Helicaón el Dorado. En teoría tenía razón, pero...

- Fuera del Racimo el límite es el de la velocidad de la luz, así que una nave que viniera de la propia Terra seguramente tardaría unos 160 años en llegar.- Aquellos datos hacían que la amenaza de Zirus pareciera un cuento para asustar a unos niños.- Hay otros mundos de la Commonwealth más cercanos, pero en general esto supone una tardanza de unos 15 o 20 años.- Ahora venía el problema.-El Racimo se considera independiente de Terra y tiene algo que lo hace ser muy especial, y que es el Laberinto. Los diferentes planetas del Racimo de Damocles están conectados por el Laberinto, que permite recibir refuerzos en cuestión de semanas en lugar de años o décadas, y permite un efectivo comercio entre planetas. Ahora bien...si el Laberinto no funciona adecuadamente...- No hacía falta decir mucho más. La Commonwealth por lo general precisa una sola fragata armada para someter a todo un planeta díscolo, pero someter a todo el Racimo generalmente requiere toda una flota. Si La Marca, o cualquier otro planeta, se viese aislado, les sería pan comido.- ¿No estaban ahora mismo prácticamente encerrados? La intervención de ambos enviados por Ritea le hicieron mostrar un gran interés. Como decía Omnios también quería saber qué diablos habían hecho los inesperados invitados en sus dominios. Por otro lado, era de la misma idea que el Sargento Winston.

-Si la amenaza terrana es real y fueran capaces de controlar las puertas del laberinto todos corremos peligro. ¿No desean reconsiderar la posibilidad de una macro alianza frente a un enemigo común?- Propuso, aunque se imaginaba la respuesta.- Por otro lado sí le pediría una explicación, privada si así lo requiere, para tratar el asunto que menciona el Gestor Omnios. Desde luego no recibimos noticia alguna de su visita y nos incumbe todo lo que se haga en nuestros dominios.

AÑO: 783 D.

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MENÓS PHTHINONTOS: LA DÉCADA DEL MES QUE SE ACABA.

DÍA: 28 HENNATÉ.

HORA LOCAL: 22:00.

No le correspondía a él pronunciarse en nombre de Arcadia, no era ese su papel y tampoco sus competencias eran tan elevadas. Sin embargo tenía opciones sobre la mesa todavía. Había puntos por tratar y de tal forma lo haría.

—Entiendo su postura embajador Ziro y viendo que está totalmente predispuesto a hablar con franqueza, cosa que le agradezco, deme la opción de dibujar un posible futuro a mi también. Uno que usted no ha planteado todavía entre sus opciones. La Alianza de Damocles se aparta del conflicto, los persas a los que usted representa y las fuerzas de la Commonwealth se enzarzan en una dura guerra. Eso puede dar un probable escenario en que el vencedor de la misma, sea su bando o el otro, acabe tan debilitado que no pueda ni pensar en acercarse a luchar contra la Alianza de Damocles. No es descabellado.

Pausó sus palabras en ese momento, por unos instantes mientras cambiaba su casco de mano para acto seguido continuar expresando sus ideas con el fin de dejar su postura más clara.

—Mi punto es, que esto es una guerra entre dos potencias en la que la Alianza de Damocles puede desempeñar un papel clave para uno u otro lado. Pese a que disiento en su idea de que el ejército de Jerjes pudiera vencernos tal y como usted dice, las guerras son complejas para determinar su final con tanta sencillez, la Alianza representa un poder militar lo suficientemente grande como para desequilibrar la guerra a un lado o a otro. Es algo que parece olvidar usted. Dicho eso no parece prudente llegar aquí y amenazarnos de forma velada a ser los súbditos de nadie. La Alianza no es una pequeña molestia, tal y como yo lo veo la Alianza es la llave para abrir la puerta de la victoria a uno de los dos bandos de ese hipotético conflicto del que estamos hablando. Solo un estúpido nos despreciaría para tratarnos como vasallos y dado que se dice de Jerjes que es un dios, pensaré que no ha cometido tal error.

Señaló con su mano, enfundada en su armadura dorada, al Sargento John Winston que había hablado con anterioridad a él para añadir.

—Mi opinión es similar a la del hombre de Ritea. Creo que si Jerjes desea el ejército de la Alianza para poder respaldar su guerra debe empezar a tratarnos con algo más de estima.

AÑO: 783 D.

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DÍA: 28 HENNATÉ.

HORA LOCAL: 22:00.

Por curioso que fuera, la llegada del Embajador Ziro y la propuesta de Vasallaje al Rey Dios de Persia había logrado lo que no había conseguido una larga discusión diplomática: la Alianza se unía en bloque, en un bloque compacto a pesar de las distintas personas y mundos que la componían, acercaba posiciones internas, se limaban asperezas. E incluso los neutrales se alineaban junto a ella, sino dentro. La Marca no se humillaría ante Jerjes. Tampoco Gólgota, Urban había hablado con determinación. Quedaba por ver qué dirían los Mercs, pero Melpurgis ya había tomado partido de modo evidente durante el "recibimiento" de la flota persa.

La calma regresó al rostro de Perséfone mientras escuchaba, y no pudo evitar una pequeña oleada de satisfacción al comprobar que su propio punto de vista era expresado en palabras, de nuevo pronunciadas por la Marquesa. Y también en consonancia con Ritea y con Arcadia. Lo cierto es que aunque su Rey Hades no había intervenido, ella esperaba que Cripta se uniese a esos argumentos, a los argumentos no expresados de la propia diplomática.

AÑO: 783 D.

MES 2: METAGITNIÓN.

MENÓS PHTHINONTOS: LA DÉCADA DEL MES QUE SE ACABA.

DÍA: 28 HENNATÉ.

HORA LOCAL: 22:00.

Lo que parecía que no iba a ser posible (una alianza entre un grupo tan dispar de mundos), se estaba materializando ahora, y todo gracias a la intervención del embajador de Persia. Desde luego, a todos los dirigentes que se encontraban en la sala parecía que les había molestado el desdeñó que hacia el embajador Ziro Serchus respecto con la alianza. Ese sentimiento de desparecio había supuesto que prácticamente la totalidad de líderes cerrasen filas para con la alianza. Si bien es cierto, que las palabras bien se las llevaba el viento y todo podía ser pura fachada de cara a mantener (al menos en imagen) una unión frente a Persia, lo cierto es que para el guerrero de la Marca tenía cierta esperanza qué finalmente de todo aquello saliera realmente la alianza en cuestión. 

AÑO: 783 D.

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MENÓS PHTHINONTOS: LA DÉCADA DEL MES QUE SE ACABA.

DÍA: 28 HENNATÉ.

HORA LOCAL: 21:40.

Laertes seguía observando el desarrollo de los acontecimientos mientras leía los comentarios que su subalterno había escrito, considerando que en general había acierto en sus palabras.

"No quieren desgastarse. Sea lo que sea, tienen miedo. Y sí, los riteanos están jugando a algo, y no tengo claro a qué."

AÑO: 783 D.

MES 2: METAGITNIÓN.

MENÓS PHTHINONTOS: LA DÉCADA DEL MES QUE SE ACABA.

DÍA: 28 HENNATÉ.

HORA LOCAL: 21:40.

Laertes mantuvo una apariencia tranquila mientras escuchaba a unos y otros, con una sonrisa cordial en sus labios que permaneció inalterable a pesar de lo que se iba comentando. Revisó la tablet de su oficial de inteligencia con un gesto de aprobación, tecleando rápidamente algunas correcciones, mientras el diálogo proseguía, con un Ziro realmente volcado en conseguir ganar aquella guerra sin disparar una sola vez. Bueno, en el caso de los mercs, ya llegaban tarde.

-¿Independientemente de quién dispare primero? Embajador, eso suena muy mal-replicó Laertes, acentuando las dos últimas palabras con un deje de reproche-por poco elegante que haya sido la estratagema riteana, de esas palabras se deduce algo que casa malamente con vuestro mensaje conciliador. Por lo demás... Mentís-dijo, en un movimiento que contaba con la precisión y elegancia de un martillo pilón, riéndose levemente. 

-Decís que no hacéis esto por necesidad, y ahí es donde radica la mentira. Como apuntáis, no debemos fiarnos de los rumores, habladurías o lo que los espías puedan contar... Pero eso funciona en ambos sentidos, mi querido Ziro-dijo, negando suavemente con la cabeza-pues en primer lugar, asumís que conocéis con exactitud las fuerzas y fortalezas de los miembros de la Alianza. 

-¿Y si os equivocais? No voy a ir tan lejos como para afirmar que tenemos innumerables legiones capaces de destruir al mismo Jerjes... Aunque tampoco lo voy a negar-comentó, con una sonrisa pícara-pero, ¿y si tuviéramos suficientes para aguantar? No, seamos aún más humildes... ¿Y si tuviéramos suficientes para ser sometidos, pero con un coste para su majestad Jerjes en hombres y naves de cierta envergadura? Un coste que no esté dispuesto realmente a asumir. Vuestros espías pueden estar equivocados. Cualquiera de los presentes puede haber sido más listo o astuto que ellos. ¡Qué diablos! Quizás incluso alguno de los presentes ha filtrado informes falsos a sabiendas a vuestros espías-dijo, con una sonrisa que se ensanchaba más conforme hablaba.

-No hay nada seguro en esta vida, querido embajador. Y eso me lleva a vuestra segunda mentira. ¿Viene Terra? Sí, no, quizás, a lo mejor... Podríais estar mintiendo descaradamente para evitar tener dos frentes abiertos. Pero, en el caso de que viniera, estáis asumiendo con mucha alegría que podéis plantarle cara-dijo, mirando durante un momento a Leónidas, pues sin duda él estaría pensando exactamente lo mismo que le venía a la cabeza en aquel momento.

-Una nave, buen embajador. Una nave y trescientos soldados, eso fue lo que detuvisteis hace ya varios años. Ni más, ni menos. Si la Commonwealth ha decidido volver a intentarlo, y lo ha decidido de verdad, habrán aprendido algo de todo esto. Si realmente quieren derrotar a Jerjes, Persia está perdida. La triste verdad es que venís aquí obligados. Porque en solitario, si Terra hace un intento serio... No. Podéis. Ganar-sentenció el sobrehumano monarca ateniense.

AÑO: 783 D.

MES 2: METAGITNIÓN.

MENÓS PHTHINONTOS: LA DÉCADA DEL MES QUE SE ACABA.

DÍA: 28 HENNATÉ.

HORA LOCAL: 21:40.

Escucho atentamente las palabras que Helicaón pronuncia para el Embajador Persa, asintiendo a todas ellas pues solo verdad sale de su boca. Luego el embajador responde a las preguntas, hablando de su enfrentamiento con una flota riteana, de la utilidad de unirnos con Persia para detener el avance de Terra y muchas otras cosas, cada una menos interesante para mí que la anterior. Cuando responde a mi pregunta, deja en claro que es ser tributario de su imperio a cambio de protección y desarrollo tecnológico. No suena del todo mal, si no fuese que no creo en sus palabras.

"Arcadia es libre y autónoma. No tributará ni se someterá a las decisiones de un miserable sentado en un trono a años luz. Los Arcadios dominan el planeta que se ganaron y nosotros lo protegemos en su nombre. No hay más ni habrá."

Las discusiones continúan mientras varios miembros de la Alianza intentan poner al embajador contra la pared, para que termine flaqueando en la solidez de sus mentiras y demostrando así que Jerjes no es más que un tirano autoglorificado y que su "cruzada" no es más que un intento despótico de dominar todo a su paso.

Arcadia no se rendirá ante ello. Mis pensamientos se alejan de la reunión y confío en que Helicaón sirva de diplomático mientras solo me pierdo en los pensamientos de guerra, repasando la mejor estrategia para destruir a este monstruo cuando intente caminar a través del Racimo de Damocles pisando sobre nuestros cuerpos muertos.

AÑO: 783 D.

MES 2: METAGITNIÓN.

MENÓS PHTHINONTOS: LA DÉCADA DEL MES QUE SE ACABA.

DÍA: 28 HENNATÉ.

HORA LOCAL: 21:50.

De nuevo el embajador Ziro hace gala de una enorme paciencia y autocontrol, esperando tranquilamente a que todo el mundo responda a sus argumentos, cuestione sus palabras y trate de rebatir cada una de sus frases.

Este tipo de resistencia era esperable.

Asintió en dirección a la Marquesa. - "Acepto compartir con usted en privado el asunto del asteroide." - Añade sin poner mucho más énfasis en nada de lo expresado por Omnios.

Respira de forma pausada y, tras unos segundos, toma de nuevo la palabra:

- "Sargento Winston... Marquesa..." - Ambos han recalcado la opción de que Persia necesita a cada uno de los planetas del Racimo. - "La propuesta de esa... macro alianza," - dice utilizando las palabras de la propia Marquesa, - "es mi objetivo al acudir aquí. Es cierto... se avecina una guerra entre dos potencias donde esta Alianza puede suponer una baza importante tanto para un bando como para el otro." - Añade admitiendo veracidad en las palabras de Eteocles.

Se encoge levemente de hombros. - "Seguramente mis palabras no hayan sido las más adecuadas así que lo reformularé. Tengo autorización expresa y directa del mismo Rey-Dios Jerjes para proponerles que formalmente el Imperio Persa se convierta en la Alianza de los Mundos de Damocles." - Dice con calma para asegurarse de que todos comprendan bien sus palabras. - "Para ello Jerjes impone solo una condición... Que se le reconozca como Rey-Dios supremo. Si se aceptase esto, estoy seguro de que podríamos llegar a acuerdos en el resto de puntos... No habría problema en que cada planeta mantenga su propio gobierno... el tema de posibles tributos habría que negociarlo y podríamos mejorar mucho el movimiento de mercancías y tecnología entre todos los planetas del Racimo." - Explica.

- "Es obvio que nos viene mejor formar una alianza con todos vuestros planetas, antes que enzarzarnos en una estúpida guerra mientras Terra se nos echa encima." - Comenta. - "Seré más sincero todavía..." - Sus ojos se desvían durante un breve segundo hacia sus guardaespaldas... como si temiera lo que puedan escuchar o cómo reaccionarán. - "El Rey-Dios es orgulloso. A nosotros la llegada de Terra nos perjudica y a vosotros os ha venido bien. Podríais quedaros al margen como se ha propuesto, y esperar a ver qué bando queda más debilitado... Pero puedo aseguraros que Jerjes no permitirá algo así. Querrá que se tome partido... o Terra o él... Si se escoge la neutralidad se escoge el bando de Terra... al menos a sus ojos. Y en ese caso, aunque signifique una derrota a manos de Terra, concentrará sus esfuerzos en arrasar el Racimo." - Aunque su tono ha sido distinto... sigue pareciendo convencido de sus palabras.

- "He venido aquí buscando la posibilidad de una Alianza. Sí, tendremos que discutir muchos puntos y llegar a acuerdos... pero como os he indicado... Jerjes solo pide una condición innegociable. Del resto, todo es hablarlo." -

Se encoge levemente de hombros. - "Vasallos o no... es una cuestión de nomenclatura. Podéis no llamarlo así e incluso no consideraros vasallos. A Jerjes no le importa... lo más probable es que no pise ni uno solo de los planetas del Racimo en toda su vida, salvo que entremos en guerra. Mientras mantengáis vuestra independencia y estilo de vida... ¿qué más os da?" - Niega un poco con la cabeza. - "Como he dicho... estoy autorizado a hacer y negociar la propuesta de una Alianza. No lo llaméis vasallaje si no queréis." -

AÑO: 783 D.

MES 2: METAGITNIÓN.

MENÓS PHTHINONTOS: LA DÉCADA DEL MES QUE SE ACABA.

DÍA: 28 HENNATÉ.

HORA LOCAL: 21:50.

Escuchó cuanto se dijo, sin perder en ningún momento su sonrisa socarrona. Leónidas encontraba todo aquello, aburridamente divertido si tal cosa fuera posible. Ante las palabras de Laertes no pudo sino hacer una inclinación de cabeza en su dirección y cuando Ziro respondió, su rostro adquirió una expresión hermética. No le había pasado por alto la mirada dirigida a sus dos guardaespaldas, en lo que parecía ser una mirada a los oídos y ojos de Jerjes.

Ante lo barbotado por el embajador, y muy especialmente ante la aparente única petición de Jerjes, no pudo evitar un sonoro bufido, perfectamente modulado y que denotaba su escaso carácter natural.

-Bien, bien, bien. Vienes en misión diplomática a una reunión a la que no has sido invitado a lomos de unas naves que no inspiran sentimientos de paz, conciliación y alianza. Hablas de la necesidad de que los planetas del Racimo se pronuncien sí o sí ante lo que parece un inevitable enfrentamiento entre vuestro imperio y Terra, con solo una postura admisible en vuestro horizonte. Unirse a los persas o morir. Hablas de vasallaje, aunque acabas restándole importancia afirmando que ni siquiera notaremos estar bajo el yugo de Jerjes, pudiendo seguir con nuestras tristes vidas, accediendo a que no hablemos de vasallaje, pero a un tiempo mencionas los tributos que habrán de pagarse a tu monarca con aspiraciones a demiurgo. ¿Y pretendes que te tomemos en serio? -dijo un mortalmente serio Leónidas-. No buscas una Alianza. Pretendes conquistar el Racimo, convertir nuestros planetas en parte de vuestro imperio, subyugarnos y toda posición contraria a tal deseo, pues implicaría un posicionamiento en relación a Terra, conllevaría una guerra abierta y declarada contra dicho mundo, augurando su total destrucción. Para ser embajador, Ziro, la diplomacia no parece uno de tus fuertes, por más que el tono de tu voz no cambie. Puede que te creas una especie de líctor de Roma pero estás lejos de serlo. Poco más tengo que decir y lo que queda, imagino que lo presupones.

AÑO: 783 D.

MES 2: METAGITNIÓN.

MENÓS PHTHINONTOS: LA DÉCADA DEL MES QUE SE ACABA.

DÍA: 28 HENNATÉ.

HORA LOCAL: 21:50.

Urban de Gólgota se quedó escuchando con suma atención a todos los presentes, sus palabras iban hacia cada mandatario que tomaba el turno de palabra. Le parecía curioso y se sorprendió ante la noticia de Terra, era una variable que podía jugar a favor o en contra.

Por un lado, el emisario de Gólgota era reacio a mantener una relación de alianza con Jerjes, no se lo podía permitir, antes se suicidaría o sacrificaría todo el planeta que acatar órdenes de ese tirano.

<< Estamos en una situación crítica, viene el emisario de Jerjes a propone una alianza. Por el momento todos se están negando pero estoy seguro que habrá gente que querrá escuchar sus palabras. Espero que no traicionen la Alianza de Damocles y sean firmes ante sus convicciones. ¿En quién podría confiar? >>

Sus ojos fueron pasando por cada uno de los presentes terminando en Leónidas, Laertes y Eteocles.

<< Hay que mover fichas en el tablero, hemos de tener otro plan si las cosas se tuercen. No podemos dejar que la escoria persa gane poder, es más, habría que perjudicarles y ponerles las cosas más difíciles, que sufran y sean conscientes de sus propios actos. >>

AÑO: 783 D.

MES 2: METAGITNIÓN.

MENÓS PHTHINONTOS: LA DÉCADA DEL MES QUE SE ACABA.

DÍA: 28 HENNATÉ.

HORA LOCAL: 21:50.

"¿Qué más os da?" La pregunta que lanzó el emisario persa accionó un mecanismo en el suprahumano, un mecanismo que condicionaría sus siguientes palabras. Observó como Eteocles decidía adoptar una posición más pasiva en aquella conversación lo que de forma directa le convertía a él en una parte más activa de la negociación política que se estaba llevando a cabo. "¿Qué más os da?" En aquella pregunta estaba la clave de toda esa negociación en su parecer. 

Leónidas habló de forma menos agresiva y salvaje de la que Helicaón esperaba, tanto fue así que el Dorado ladeó sutilmente su cabeza para mirar al rey de Esparta, sorprendido por su relativa templanza. La respuesta de los espartanos estaba dada pero la pregunta seguía volando en el aire de manera tan incómoda que Helicaón se vio obligado a responderla en voz alta.

"¿Qué más os da?".

—Es una cuestión de orgullo, es una cuestión de respeto —dijo casi sin darse cuenta de que hablaba en alto y para todos— . Todos estamos aquí como representantes políticos de una amplia población y todos sabemos que en política generalmente se deben hacer concesiones por el bien general de los que representamos. La oferta de Jerjes parece sin duda generosa, nos da mucho a cambio de poco. Ayuda y el respaldo de su inmenso poder a cambio de... ¿Reconocerle como Rey-Dios? No es casi nada. Repito su pregunta embajador Ziro. ¿Qué más nos da?

Hizo una pausa que sirviera para trasladar la pregunta al resto de miembros de la Alianza de Damocles aunque no los interpelara de forma directa.

—A nadie oculto mi naturaleza de suprahumano y por esta misma no me muevo por los mismos impulsos que otros. Mi única preocupación y deber es el bien de Arcadia y los arcadios. No hay afán de gloria personal. Si reconociera a Jerjes como lo que él pide ser reconocido parece que únicamente ganaría una mejor situación para Arcadia. Pero no es cierto. Un vasallaje no es una alianza, en una alianza las dos partes están en la misma posición en un vasallaje no. Si Jerjes no va a pisar nuestros dominios en caso de apoyo mutuo. ¿Qué más le da a él? ¿Es orgulloso? Entonces deberá elegir. No aceptaremos entrar en una guerra que no hemos provocado y además arrodillarnos para agasajar el orgullo de Jerjes. Si él es orgulloso deberá elegir entre que su imperio sea destruido y su orgullo quede intacto o presentarse con una oferta de alianza en igualdad de condiciones, perderá algo de su orgullo pero tendrá opciones con sus dominios. Como dije anteriormente, es una cuestión de orgullo, el de Jerjes. Es una cuestión de respeto, el de la Alianza de Damocles.

AÑO: 783 D.

MES 2: METAGITNIÓN.

MENÓS PHTHINONTOS: LA DÉCADA DEL MES QUE SE ACABA.

DÍA: 28 HENNATÉ.

HORA LOCAL: 21:50.

Era difícil adivinar en que podía estar analizando un ente virtual que apenas se mostraba en una pantalla. Quizás el programador que la hubiera creado tuviera dichos conocimientos, pero ninguno de los presentes podía intuir en que andaría la Inteligencia Rectora de Ritea en aquellos momentos de silencio, aunque los que pensaran que andaba a la espera de las pruebas que iba a presentar el embajador no andarían muy desencaminados.

AÑO: 783 D.

MES 2: METAGITNIÓN.

MENÓS PHTHINONTOS: LA DÉCADA DEL MES QUE SE ACABA.

DÍA: 28 HENNATÉ.

HORA LOCAL: 21:50.

La Marquesa asintió satisfecha con que le enviaran las pruebas que los persas decían tener y con las explicaciones que prometían sobre sus actuaciones en sus dominios. Después se quedó callada y pensativa, símplemente en guardia por si debía intervenir para que las cosas no se salieran de madre en la Iculisma. En su mundo interior ya preparaba la inminente audiencia con el embajador persa. Necesitaba información, datos para evaluar si la amenaza de Terra era real o infundada. La neutralidad de la que tan orgullosa se había sentido La Marca estaba amenazada. Amenazada por el orgullo de un hombre, El Rey-Dios.En boca de su Embajador, no dejaba opción alguna. O se unían a Persia como aliados o serían enemigos. En aquel primer momento la Marquesa no veía nada que ganar y sí mucho que perder.

TRANSCURREN SEIS HORAS:

AÑO: 783 D.

MES 2: METAGITNIÓN.

MENÓS PHTHINONTOS: LA DÉCADA DEL MES QUE SE ACABA.

DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 03:50.

TRANSCURREN SEIS HORAS:

AÑO: 783 D.

MES 2: METAGITNIÓN.

MENÓS PHTHINONTOS: LA DÉCADA DEL MES QUE SE ACABA.

DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 03:50.

No había hablado Hades mientras uno a uno los emisarios iban dando sus opiniones. Pero, en un momento determinado, había asentido al susurro de Perséfone. ¿He dicho en un momento determinado? No, no era correcto, no del todo al menos. El holograma que representaba al señor de Cripta, al autoproclamado dios de los muertos, había vuelto a asentir en varias ocasiones más: cuando habían hablado cada uno de los representantes de la Alianza. 

Finalmente, en esa reunión, se había limitado a decir:

- Cripta coincide en sus pensamientos y opiniones con las que han expresado cada uno de los planetas de la Alianza de Damocles. No deseamos la guerra, y si Terra viene en verdad con hostilidad, contemplaríamos una alianza... pero nunca bajo el dominio persa. De hacerlo así, aun en el caso de ganar, mañana, el emperador exigiría una obediencia y una sumisión que, tarde o temprano, acabaría con la esclavitud y pérdida de derechos de nuestros mundos y sus habitantes. ¿Qué ganaríamos entonces?- miró, entonces, al emisario persa- Habláis bien,  Embajador Ziro Serchus. Pero hay algo que debéis tener en cuenta. Por mucho que fuera discutible la acción de Ritea, si tal ha sido, no puede considerarse una acción de guerra. ¿O acaso no ha sido Persia quien ha lanzado acciones hostiles durante estos meses contra planetas de la Alianza, usando para ello grupos de piratas? No obstante... conversaciones diplomáticas de paz, son, y me agrada que así sea. Hablemos y pensemos.

De esas palabras habían pasado seis horas, y ahora... Ahora Hades esperaba. De alguna manera la imagen había cambiado y una expresión diferente, más humana, más decidida, había aparecido representando al Rey Hades, soberano de Cripta. Y el Rey Hades esperaba.

TRANSCURREN SEIS HORAS:

AÑO: 783 D.

MES 2: METAGITNIÓN.

MENÓS PHTHINONTOS: LA DÉCADA DEL MES QUE SE ACABA.

DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 03:50.

El capitán Melpurgis avanzaba a grandes zancadas por los pasillos de la estación "Iculisma". Detrás de su omnipresente máscara, su rostro estaba más tenso de lo habitual. Sus puños cerrados y su respiración entrecortada eran una evidencia más que suficiente de su estado de ánimo. Casi había perdido la nave insignia de su flota...

-¡¿DÓNDE ESTÁN ESOS PERSAS?!, dijo alzando la voz. Tan solo su primer oficila le acompañaba unos pasos detrás, tratando de seguirle el ritmo al capitán de los Mercs. Pero incluso más que el traicionero de los persas, le había molestado la actitud pasiva de la nave de la flota de Leónidas.

Melpurgis entró en la sala de la asamblea, y se detuvo. Miró uno a uno a los presentes, evaluando la situación. Ellos habían tenido muchas horas para parlamentar mientras la nave merc regresaba a la estación.

Ahora que había regresado, necesitaba ver cuál era el estado de las cosas. Y también necesitaba hablar con Leónidas. La actitud de la nave de Esparta que le había escoltado al encuentro de los persas había sido de lo más decepcionante, casi rozando la traición.

TRANSCURREN SEIS HORAS:

AÑO: 783 D.

MES 2: METAGITNIÓN.

MENÓS PHTHINONTOS: LA DÉCADA DEL MES QUE SE ACABA.

DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 03:50.

Los ojos sin vida de Urban de Golgota se posaron en los del Capitán Expurgare Melpurgis. El líder de los Mercs había llegado a la estación Iculisma, no podía perderse su información o su punto de vista de lo sucedido.

Los persas tenían la ventaja de exponer primero todas sus noticias, hipótesis y opiniones; ahora le tocaba al líder de los mercenarios dar sus noticias.

- “Capitán Expurgare Melpurgis, espero que podáis defenderos de las acusaciones que el Embajador Persa ha hecho hacia los vuestros.” – informó el emisario para que Melpurgis tenga algo de información de inicio. El emisario se incorporó de nuevo y allí observó a cada uno de los presentes – "Gólgota tiene su nave completamente inutilizada, ¿alguno de los presentes tiene más información sobre la IA que nos atacó hace unas horas? Estamos bajando la guardia con todo el asunto persa, pero hay otro enemigo acechando y dispuesto a terminar con todos nosotros sin motivo aparente. Toda información que logréis conseguir estaría bien en ponerla en común para proceder a actuar. ¿De verdad que la embajada persa no sabe nada de este asunto? Debería de interesaros también y es más, estando encerrados aquí debería de ser un asunto de vuestra prioridad si tenéis intenciones de volver con vuestro dios y señor Jerjes."-

TRANSCURREN SEIS HORAS:

AÑO: 783 D.

MES 2: METAGITNIÓN.

MENÓS PHTHINONTOS: LA DÉCADA DEL MES QUE SE ACABA.

DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 03:50.

Parecía que ya estaban todos, con la llegada de un furioso capitán Merc que parecía dispuesto a arrancar la cabeza al embajador Ziro. Laertes se encontraba equipado con su servoarmadura, y con el rifle colgado a su espalda, más el neomarine que el refinado monarca, aunque conservaba aquella leve sonrisa amable en el rostro, y observó con curiosidad a Expurgare en cuanto apareció en el umbral. 

-Bienvenido de nuevo, capitán. Como le ha adelantado nuestro querido Urban, hay algunas acusaciones "interesantes" contra usted y los suyos, que estaría bien que aclarara-replicó, con un tono alegre.