Partida Rol por web

VALLE DEL POLVO, ZONA CENTRAL:

VALLE DEL POLVO, PARTE NORTE.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: FINALES DE MES.

HORA: ¿A QUIÉN LE IMPORTA? PARECE MEDIODÍA.

ALGÚN LUGAR DEL DEMIURGO A UN DÍA AL SUR DEL LÍMITE DEL PROTECTORADO, BORCA OCCIDENTAL.

Sí, estas cosas pasan, a veces lo imposible se vuelve posible.

Como imposible parecía que un solo hombre desprevenido, cocinando algo en su sencillo campamento en mitad de la nada, fuera capaz de acabar tan fácilmente con dos avezados asesinos, dos Leones.

Para Neftis, todo había empezado a ir mal al llegar al llegar a Borca. Sus escoltas, conseguidos con gran esfuerzo político y diplomático por parte del Encantador Saphron, llevaban días nerviosos. Desde que agotaron las semillas de psicóvoro que mascar. Ya no podían hablar en Waroui, habían perdido la sintonía con África. Ya no se sentían Leones, sino apenas leopardos desvalidos. Pero seguían teniendo garras.

El Kom estaba desvencijado, pero aún le quedaba algo de gásol. Los Azotadores hicieron bajarse a Neftis, era demasiado valiosa para correr peligro.

Después lanzaron el Kom, el buggy de las arenas, contra el viajero solitario. El hombre esquivó y el vehículo estalló contra una roca. El primer Azotador murió en la deflagración. El segundo rodó a tiempo fuera del vehículo, Azote en mano. Su arma chocó contra el brillante, refulgente bajo el sol en realidad, Sable Damasceno del viajero solitario. Dos, tres, cuatro veces.

Después un rápido y afortunado movimiento y el segundo Azotador caía por un barranco. Directo hacia su muerte.

Momentos después el Sable Damasceno apuntaba en dirección a la Iniciada Neftis de los Anubianos.

Neftis estaba tranquila. Aquel hombre había matado a sus escoltas, a toda su protección en las atrasadas tierras del Cuervo. Ahora le debía algo, de eso ella estaba segura. Debía convertirse en su protector, un justo intercambio por las dos vidas que le había arrebatado.

Neftis estaba acostumbrada la violencia. Era el lenguaje que conocía mejor. Observó al Azotador, el barranco y el hombre que tenía frente a ella. No tuvo miedo, ni pestañeó ante el ataque. Todo ocurría por una razón. Con la espalda bien erguida extendió las palmas hacia adelante, con las manos mirando hacia al cielo en un gesto de bienvenida hacia aquel hombre desconocido. 

- ¿Y bien? - Los ojos verdes intenso de la chica llamaban la atención sobre su oscura piel. Se centraron en el hombre, parecían atravesar el alma con una mirada. - Creo que llegas a tiempo. - Dijo enigmática. 

No llegó a sonreír, su expresión generaba cierta  confusión. Parecía demasiado joven, y sus ojos respiraban cierto aire inocente, pero los rasgos de su rostro y la posición erguida declaraban un aire solemne, una voluntad inquebrantable y los gestos propios de quien ha visto muchas cosas. 

- El Encantador Saphron consiguió esa escolta. Es menester que seas tú quien me guíe ahora. Es lo justo por la sangre derramada. Pareces un hombre fuerte, quizá seas capaz de protegerme. - Torció el cuello, ladeando la cabeza, mientras bajaba las manos, como si examinara a su interlocutor. - Vamos. - Neftis comenzó a andar, dando por supuesto que aquel hombre le seguiría, con total confianza. Sin embargo, seguían en terreno enemigo, aún estaba alerta. 

Caminaba sin molestar a nadie pues su camino iba guiado por Dios, cuando sufrió un ataque. Unos enemigos fruto de la desesperación seguramente fueron a buscar la muerte contra él. El primero no llegó ni a cruzar golpes con él y el segundo lo hizo hasta que la vida se escapó de su cuerpo poco tiempo después. Tras esos dos hombres quedaba una mujer que no se enfrentó a él, permaneció quieta mirándole mientras el Sable de Damasceno continuaba apuntándola.

Ignorando en un primer momento las palabras de ella, el Conciliador habló.

—¿Por qué me han atacado?

Entonces dicha aquella pregunta que le rondaba se centró en las palabras de la enigmática persona con la que había comenzado una conversación.

—No puedo desviarme de mi camino pues la misión que debo cumplir es de vital urgencia. No voy a desviarme si quieres protección deberás acompañarme tú a mi hasta que llegues a algún lugar en el que puedas conseguir una nueva escolta.

En su poderoso brazo todavía su imponente arma aunque la tensión disminuyó al comprobar que la mujer no deseaba seguir el mismo camino violento que su escolta.

Neftis se dio la vuelta, y observó al chico de arriba a abajo un instante, mientras meditaba sobre el asunto con cierta preocupación. 

- Supongo que entiendes como son estas tierras. Mis escoltas llevaban un tiempo alterados e inquietos. Lo más probable es que te vieran como una amenaza. - Se lamió los labios y miró a su alrededor. - Desde luego, os habéis defendido bien. 

Dio un paso hacia a aquel hombre, como si no le preocupara la posibilidad de un ataque repentino. 

- ¿Hacia donde te diriges? Quizá el destino haya querido que nuestros caminos se crucen. Nada ocurre por casualidad. - La última frase pareció una sentencia, casi un mantra que se repite muchas veces. 

VALLE DEL POLVO, PARTE CENTRAL.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 29.

HORA: MEDIA TARDE.

Transcurre un largo rato sin que Joukahainen responda, el Última Profeta bien sabe que será muy severamente castigado por ello en esta vida o en la próxima.

Finalmente, se encoge de hombros y recoge su pequeño campamento, preparando su caballo Cargador para avanzar y señalando en una dirección, seguramente la del pueblo más cercano.

Si Neftis se siente frustrada, lo disimula muy bien y se limita a seguir al que ahora es su nuevo protector.

VALLE DEL POLVO, PARTE CENTRAL.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 29.

HORA: MEDIA TARDE.

No iba a dar información de su tarea a una desconocida pues su tarea era sagrada y no podía maltratarla hablando de ella a cualquier persona que encontrara en el camino. Sin embargo las palabras de la mujer que le acompañaba resonaban en su cabeza como una pelota que rebotaba de un lado a otro. ¿Aquel encuentro tendría algún motivo? ¿Era aquello algo que él no conseguía entender? Seguramente el tiempo le ayudara a salir de dudas.

Joukahainen siguió con su camino tal y como prometió sin desviarse de él. No le sorprendió que aquella extraña mujer le siguiera pues el camino era peligroso y necesitaría su protección para permanecer con vida, pese a que no era su culpa, se sentía en deuda con ella por haber asesinado a sus protectores. Sin embargo la tarea era lo primero y él no podía abandonarla.

Sus pasos siguieron impasibles e indolentes hacia el próximo punto de su camino pues cada paso que daba le acercaba más a finalizar su tarea y cumplir como debía con el largo objetivo que le había sido encomendado. Mientras avanzaba de vez en cuando miraba a su espalda para comprobar que la extraña mujer caminara tras él. Aunque intentaba disimular aquellos vistazos todo lo que era capaz.

VALLE DEL POLVO, PARTE CENTRAL.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 30.

HORA: POR LA MAÑANA.

Los dos juntos siguieron camino, acampando cuando fuera necesario, mientras que tan sólo la soledad y el polvo les servían de compañía.

Una mañana, sin embargo, el silencio quedó roto por el sonido de unas bestias gritonas que una vez podrían haber sido humanas, pero que ahora parecían más bien seres completamente salvajes.

Sin pensarlo, Joukahainen se lanzó a la carga sobre su caballo, desenvainando su poderosa espada enjoyada.

Mientras, Neftis proseguía andando deprisa hacia la ya cercana población de Espinazo, que parecía el refugio más seguro en kilómetros a la redonda.

No sería hasta tiempo más tarde, tras una agotadora lucha, que el Isaaquita volvería al lugar al que había dejado a su supuesta protegida, siguiendo su rastro hasta Espinazo.