Partida Rol por web

Enormes y desiertos, los antiguos hangares de mantenimiento se caen de puro viejo. Exceptuando el 1 y el 6, los demás sólo sirven para amontonar piezas y fuselajes viejos antes de ser vendidos como chatarra. Al último par de idiotas que se les ocurrió montar una cancha de tenis en el Hangar 11 el Mayor les hizo barrer la nieve de la pista principal con un cepillo de dientes.

Sin luces, lentamente, la furgoneta se va a cercando a la enorme nave del Hangar 6. Aunque es de las que mejor se conservan, eso no quiere decir que no haya agujeros en el techo por los que el viento frío entra silbando como un fantasma, o que en foso de reparaciones no esté lleno de agua negra y aceitosa que se ha ido filtrando con el tiempo. Apenas hay cuatro bombillas para iluminar todo el espacio, casi vacío, en el que reposa un F-14 medio dsmantelado.

- Entra con la furgoneta, ten cuidado, este trasto parece que está en las últimas. Yo echaré un vistazo por delante.

Cuando Cole reduce la velocidad, Urgayle salta de la furgoneta y aprestando el arma enciende la pequeña linterna que esta lleva adosada. Con cuidado, entra andando justo delante de la furgoneta, mientras barre con el haz de luz de su arma las zonas menos iluminadas del hangar.

Toda precaución es poca después de todo lo que ha pasado.

El sargento inspecciona el lugar mientras trato de vomitar por el olor a carne humana quemada, que habia quedado impregnada en la cabina.
Sigo manejando, hasta que sitúo la furgoneta debajo de unos de los faroles que se encontraban prendidos en el hangar.
-Esta bien aquí, Sargento.- y si esperar respuesta apago el motor.
"No veia la hora de bajarme de esta cosa." pienso mientras preparo mi arma segundos después de haber deja el transporte. Con una mano trato de sacudirme la ropa, mientras con la otra, ocupada sosteniendo el arma, apunto contra el suelo.

Entre tanto, Corrnelius trabajaba a marchas forzadas, procurando tocar aquella cosa lo menos posible. Primero hay que entender el cacharro, le había dicho su sargento instructor, y luego trastearlo.

Me cago en mi puta vida, este cacharro es algo que no debe entender más que un puñado de personas, y yo soy un simple técnico en una base perdida de la mano de Dios. ¿Que cojones quieren que haga?

Cerró los ojos y respiró. Una. Dos. Tres veces. Haría lo que tenía que hacer. Cumplir órdenes. Abrió los ojos y siguió trabajando.

Mientras Chapelle continúa revisando el extraño artefacto, no podéis evitar la impresión de que alguien os observa. Una presencia fría e inquietante que sigue cada movimiento, cada gesto que hacéis, acechándoos.

La presencia parece tener su origen en el foso inundado de agua aceitosa...

El sistema léctrico del aparato es bastante complejo. Casi demasiado complejo. Casi de ciencia ficción, dirías.

El contador sigue aumentando, cada vez más rápido, y siente una vibración en la raíz de las uñas, como si estas deseasen salirse de la carne. El chismo no parece capaz de explotar, pero algo está pasando.

Necesitas herramientas. Debería haber en el Hangar, en algún sitio...

El soldado Chappelle abrió la puerta trasera de la furgoneta de un portazo. -No puedo hacer más sin material adecuado. Necesito herramientas, debería haber algunas en el Hangar. Y con eso, comenzó a buscarlas por los armarios de las paredes.

Me sentia inquieto, vigilado. Dejo de preocuparme por mi apariencia y comienzo a inspeccionar el lugar.
De repente la luz de la linterna de Urgayle alumbra la fosa con aceite, y sigue su camino.
"Umm, que fue eso." Retiro el seguro de mi arma.
-Sargento, por alli.- digo señalando la fosa con el arma.
Comienzo a acercarme, despacio.

Cole se aleja lentamente, con el arma en la mano, mientras Chapelle rebusca entre los restos abandonados de las estanterías. El viento chilla en el exterior.

El charco aceitoso comienza a... hincharse. Como si estuviese subiendo el nivel de agua... O algo estuviera a punto de salir...

Urgayle se fija en el extraño charco cuando Cole se lo señala, y enfocándole con el haz de su linterna, no puede menos de dar un grito:

- ¡Qué cojones es eso!, alto quién sea, muchachos cuidado.

Urgayle contempla como la espesa sustancia, sea lo que sea comienza a levantarse antinaturalmente, durante un momento piensa en huir, en correr a un lugar alejado de todo esto, pero nunca ha sido un mal oficial. Pero desde que le destinaron a este agujero, ha creído que nunca iba a tener una nueva oportunidad de demostrarlo. No le llevó demasiado tomar la decisión cuando vió aquello alzarse, sólo dedicó un pensamiento a la duda, quién sabe, quizás sea un jodido estúpido, pero lo que no soy es un incompetente ni un fracasado.

El tableteo de su arma anula cualquier marcha atrás, algo ocurre, y no quiere caer sin ver si quiera qué es.

- ¡Fuera del hangar muchachos!, ¡vamos fuera!

Cornelius se volvió, tomando su arma colgada de la espalda. Apuntando hacia el lugar del tumulto, intentó mirar que pasaba.

¿Y ahora qué, por amor de Dios?

El tableteo del arma de Urgayle resuena atronador en el hangar, acribillando... nada.

Las balas rebotan y se incrustan en el suelo de cemento, lanzan chispas al impactar contra alguna pieza metálica o se hunden con un surtidos en el charco aceitoso del foso de reparaciones.

- ¡Qué cojones!, ¿tú lo has visto Cole?. ¿Qué pasa aquí?.

Esto es como lo de Mansetti, no sé ya si me estoy volviendo loco o algo ocurre de verdad, lo peor es que aprece estar pasándole a todos y vamos armados, perra vida...

Urgayle se agacha despacio sin dejar de apuntar a la macha aceitosa y cogiendo una herrumbrosa pieza de metal la lanza hacia la mancha com esperando ver como se hunde sin remedio.

El sordo "plop!" y los ciculos concéntricos son lo único que obtiene Urgayle de su experimento. Excepto por el olor a cordita y los relucientes casquillos, todo parece normal...

Los nervios se vuelven a ganar terreno en mi persona. ya no se en que creer. "No he visto nada, pero...."

Retrocedo unos pasos mas, sin dejar de apuntar.
-Sargento, hay algo alli. Lo se, lo se.-

Un respiro hondo, como para liberar tensiones, pero la mente me juega una mala broma. Caminando hacia atras, con mi pie empujo una lata de vaya a saber que, lo cual me hace girar y casi estuve apunto de disparar hacia la nada.
vuelvo mi mirada hacia el asqueroso pozo.

-¿Que es lo que sucede hoy por aquí?- Le grito al Sargento a sabiendas de que él no tenia una respuesta "Razonable", sigo hablando con un tono de voz menor.
-Algo a tratado de salir de allí, sargento. Yo también lo he visto. Tu los has visto tambien?- le digo a Cornelius

Cornelius baja un poco su arma. Yo no he visto nada, Cole. Mientras vuelve a colgarse el arma a la espalda, y rebuscando entre los estantes. Necesitaba cualquier tipo de herramientas, ya. Y no tengo tiempo para pensar lo que está pasando, o estamos jodidos. Necesito encontrar un kit de herramientas o nos vamos al carajo.

Teníamos trabajo por hacer. La cosa esa en la parte de atras de la furgoneta debía ser "desactivada". No sabíamos que era, pero suponía un gran peligro, pero el foso del hangar parecía mas inmediato, aunque por el momento no entiendo que esta sucediendo.
Sin dejar de apuntar hacia el foso, camino lateralmente hacia unas estanterías ubicadas en uno de los costados del hangar. Antes de desviar la vista para buscar herramientas, tal como lo habia solicitado Chappelle`digo :

-Sargento, debemos seguir con lo asignado, pero Ud no despegue los ojos de allí, no me siento cómodo con aquello.-

Aun sin dejar de apuntar con el arma, mis ojos se posicionan sobre la estantería y con una mano entro a revolver las cosas que hay en ella, tratando de encontrar el kit de herramientas.

"Aqui parece que hay algo."