Partida Rol por web

Viernes, 4:28 AM

Al fin tenían todo preparado, Billy había cumplido su palabra y había conseguido de algún sitio una furgoneta de reparto de UPS...con uniforme y todo a cambio de unos buenos 600 bityens. Deberían abandonarla lo antes posible al acabar el trabajo porque la empresa no tardaría en denunciar la desaparición.

Por su parte, Virus había conseguido descargar del servidor de Cybertech unos planos del edificio donde se marcaba la situación de todas las cámaras y puestos de control de guardia. También había sustituido los datos de la tarjeta de acceso por los de otro empleado y luego añadido la cara de Susurro.

Ahora solo quedaba colarse y cargar el archivo en el terminal indicado.

Kovac ya tenia puesto el uniforme y estaba al principio de la calle con el uniforme en marcha.

Tenia claro cuál era el procedimiento, entrar al garaje, hablar poco. Y entrar en el edificio.
Desde la parte de atrás de la furgoneta seria el equipo de apoyo.

Vamos nene, este asiento esta empezando a quemarme.

Un semáforo se puso en verde, así que suavemente arranco de nuevo el vehículo, aun quedaban unos 500 metros antes de desviarse cuesta abajo al garaje de la mega corporación, así que supuso que todavía había tiempo para bajarse a votar, si es que alguien quería hacer algo de eso.

Solo por confirmar que se exactamente lo que tengo que hacer.
Llevo el coche al garaje, me paro en el control, no digo ni una palabra a menos que sea necesario y dejo hablar a Susurro.

Luego cuando nos dejen pasar, aparco el coche cerca de la zona de ascensores D, que es la que conecta mas directamente con la oficina a la que hay que ir, y listo.

¿Me he saltado algo?

Era la tercera vez que comentaba cuál era el plan, y ya en la ultima nadie había dicho nada más. Pero eran viejas manías, centrarse en el plan hasta tenerlo muy machacado en la cabeza.

Vi a mis compañeros largarse en la furgoneta, suspiré. “Venga artista! Que esto está hecho!” Me digo a mí mismo agarrando mi maletín fuerte.

Me acerco a la entrada principal y acerco mi tarjeta, la paso por el lector y en un momento de sumo nerviosismo veo como los leds rojos parpadean hasta convertirse en uno verde.

“Genial!” digo para mí mismo un tanto aliviado.

Siempre que hacía este tipo de cosas me sentía como extasiado, la adrenalina corría por mis venas mientras por otro lado, mi cerebro trataba de controlar mis piernas, que luchaban por salir corriendo en dirección contraria.

Activo el simulador de voz y activo la voz del Sr. Connor cuando voy a pasar por delante de los guardias. No pretendo decirles nada, pero si preguntan tendré que responder y espero que mi voz sea lo más parecida a la del Sr. Connor.

Vamos le dijo a Tanque mientras veía a través de la ventana como Susurro caminaba por la calle en dirección a la entrada principal ¿Estais seguros de que es factible entrar por el garaje? Virus se vio reflejada en el espejo retrovisor. El uniforme le quedaba algo grande y se veía ridícula así vestida. 

Suspiré por tercera vez cuando Tanque, una vez más, se olvidaba del plan.

-No.- Repetí en voz monótona, escondida detrás de su asiento. -Vas a la garita, no dices nada y si preguntan dices que tienes un paquete. Preferiblemente al nombre del empleado que ha metido Virus en la tarjeta. Entramos y esperamos a ver si Susurro nos necesita. Estando él adentro le será más sencillo abrirnos la puerta de repartidores que estoy contando que haya, seguro que hay algún tipo de seguridad para no entrar directamente nosotros desde el garaje. Esa es la razón por la que Susurro tuvo que entrar por la puerta principal.-

Miré a Virus, y le hice un guiño. -No hay otra opción. Es lo más cerca que podremos estar de Susurro sin entrar por la puerta principal.- Le aseguré. Esperaba que la cosa fuera sencilla, de todos modos. -Tan mecánico como un polvo: Entrar, descargar y salir.-

Tanque sobrio y siguió así hasta que llego al control de entrada del Garaje. Paro el vehículo, encendió la luz interior para que se lo viera bien, y puso cara de estar cansado de trabajar.

Espero pacientemente a que o le dijeran algo o que le dejaran entrar.

Eso, y que al detenerse Virus y Cable se quedaran muy muy quietas.
No tenia ganas de que alguien decidiera mirar la parte de atrás de un camión de reparto.

En su cabeza dibuja las ultimas palabras de Cables. Entrar, descargar, oh sí descargar, y salir, eso ultimo habría que verlo.

Parado frente a la vaya que impedía el paso al garaje del edificio, Tanque no tuvo que esperar mucho hasta que un guardia de seguridad salió de la cabina de control colocándose la gorra y con una tablet en las manos.

- Buenas noches, no tenemos ninguna entrega prevista ¿seguro que no se han equivocado de hora?

El vestíbulo del edificio era una gran sala diáfana de al menos seis metros de altura con sillones cómodos dispuestos para crear distintos ambientes para recibir visitas esporádicas y una gran lámpara de diseño futurista en el centro del techo. Frente a la puerta giratoria de entrada al final de la sala se veía un pequeño pasillo con ascensores a ambos lados aunque un sistema de tornos con pequeñas puertas de cristal impedía el acceso a no ser que se dispusiera de una tarjeta adecuada. A la derecha de los tornos según se entraba al edificio había un mostrador de unos ocho o diez metros con dos guardias de seguridad sentados detrás.

El más cercano a los tornos levantó la vista cuando Susurro entró en el edificio: Buenas noches, señor - dijo educadamente.

De verdad cree que saldría a trabajar a esta hora si no tuviera que hacerlo.

Tanque meneo la cabeza como si no se lo pudiera creer, y luego empezó pasarse las manos por la cara como si estuviera recién levantado.

En serio, no tiene ninguna entrega que deba de estar de máxima urgencia a primera hora en  algún despacho de ricachones a los cuales la vida de los padres de familia les diera absolutamente igual, aunque tu hijo pequeño este en casa con fiebre, ,y tu mujer te odie por irte a trabajar y no quedarte a ver si respira bien.

Eso es lo que me esta preguntando. En serio.

Le habían dicho que no hablara, y era precisamente por aquello, tenia una extraña vena actoral en la que le daba por improvisar, contando historias que nadie quería oír, y que si le dejaban hablando el tiempo suficiente no tardaría en olvidarse de que es lo que había dicho.

Era la clase de persona a la que nunca hay que dejar hablar. Y sin embargo, allí estaba. Contándole una película que nada tenia que importarle a aquel segurata.

- Mire usted tiene su trabajo y yo el mío, dijo sin hacer mucho caso de la excusa de Tanque. ¿Qué se supone que trae y para quién?

Ya ya. Déjeme mirar.

Miro hacia el otro asiento como si allí hubiera algo.

El señor Conor, planta 36, 35, no sé que numero es ese. 36 diría yo. Si, 36.

Luego miro con cara de estar cagandose al agente de seguridad. Esperando que hubiera colado y no necesitara más cosas.

El tipo deja de mirar la tablet y resopla: Vale, tú debes de ser nuevo, dice resignado. Las entregas para empleados se hacen por la puerta principal, por aquí solo pasan las entregas a departamentos. Tienes que dar la vuelta hacia izquierda al edificio.

Dicho esto se gira de camino a su garita de nuevo.

Tanque se queda con cara de Gilipollas mirando por la ventanilla bajada. Llevaban varias horas planeando aquello y ahora resultaba que no podían entrar al garaje.

Le daban ganas de liarse a tiros con aquel idiota. Pero eso no seria bueno para cartera, ni para sus vicios. Así que puso los indicadores y empezó la maniobra de marcha atrás muy muy lento.

Y bien, ya estamos solos de nuevo. El plan ha echo aguas en la primera puerta. ¿Que hacemos?

Joder.

-Tu ve dando la vuelta al edificio, mantengámonos cerca.- Le indiqué a Tanque, y me giré hacia Virus. -¿En el mapa viste alguna entrada que quizás hayamos pasado por alto a primera vista?- Pregunté a la chica. Lancé una mirada hacia la parte de la garita, y me mordí el labio.

-Vale, se me ocurre otra idea, pero no se si sirva de algo.- Les dije. -Si distraes al guardia de la garita otra vez, podría intentar colarme al hueco del garaje sin que me vean, pero sería arriesgado, y como digo, no sé si sirva de algo.-

Déjame que revise los archivos de los nodos a los que he accedido. Yo creo que debe haber algo que nos ayude....

Seguirías entrando tú sola, y Susurro no contaría con Virus o conmigo para echarle una mano.

Decía mientras terminaba de subir a rampa y se quedaba observando la calle.

No hay manera de que “alguien” llame a la puerta de acceso del garaje y de ordenes de dejarnos pasar no. No tenemos nada que pueda ayudarnos con eso.

Los indicadores estaban puestos, pero el vehículo estaba parado al final de la rampa. No obstante había poco trafico a esa hora.

Miro a los guardias sonrriendoles. 

- Buenas noches...  Por decir algo,  claro.  Me llamaron de urgencia para arreglar las cagadas de otros - digo usando la voz de Connor 

Paso la tarjeta ideidentificación pensando que en cierto modo no es mentira.  Espero la reacción de los guardias mientras veo el torno aceptar la tarjeta.