Partida Rol por web

- Tienen enrejados los conductos que rodean la zona y cámara en las escalerillas de acceso...incluso sensores en las tapas de alcantarillas - pero se ríe cuando termina. Si os encargáis de los barrotes yo me encargo de la electrónica.

Asentí a las palabras de Tanque. -Creo que lo tenemos claro. Esta no es una simple infiltración, pero de todas formas tratemos de estar lo menos posible en la zona de tiro.- Le dije a nuestro compañero. Aunque seguro que la perspectiva de dar plomo lo alegraba.

Lo dicho por Virus me animó. -Seguro podemos encargarnos de unos cuantos barrotes.- Asentí. -Susurro, sé que la idea de ensuciar alguno de tus trajes no te gusta, pero siento que esta en nuestra mejor opción. Busquemos un mapa y vamos a establecer la mejor ruta: ¿cual es la entrada a la alcantarilla más cercana y menos vigilada que tenemos desde aquí y cual nos dejaría más cerca de la casa de Mckenzie? Entre Susurro y Tanque, equipo que necesitaremos. Algo con qué cortar o doblar los barrotes. Luz o visión nocturna para movernos en las alcantarillas. ¿Qué otras cosas se les ocurre? Y no digas "armas", Tanque, que te veo venir...-

El hombreo fue a levantar la mano para decir algo, pero cables ya le había contestado.
Bien, se acerco y echo un vistazo al mapa.

Parecía algo sencillo, la casa era mas de lujos que una fortaleza. Y seguro que había mucha mierda cara que romper.

Con unas granadas para dejar ciegos o sordos a la peña, podrían ganar el tiempo suficiente para reventarle la boca al tipo al capullo que los había metido en todo esto.

Su día empezaba a mejorar. Dar lija era los suyo. Nada de disfraces o mierdas. Dar leña. Como estaba mandado.

Virus miró a Cables pues no sabía si había dicho en serio lo de la alcantarilla más cercana: La zona residencial está a 20 Km de la ciudad, los sistemas de alcantarillado no están conectados....tendremos que ir hasta allí y meternos por una de éstas, señaló en el mapa varias bocas fuera del recinto pero cercanas a la casa del objetivo.

Cada vez veía el plan más y más negro, la idea de meternos en esa jaula de grillos no le atraía nada, y no tenía nada que ver con ensuciar sus trajes o no, por supuesto, se pondría un mono de mecánico, los Armani se quedarían en el armario. Más bien era por la cantidad de obstáculos que veía en el mapa. No obstante, no iba a dejar a sus compañeros en el dique seco, él tenía tantas ganas cómo el resto de agarrar el desgraciado que se la había jugado.

- Cables, no te preocupes por mis trajes, se quedarán en el armario. - le sonreí animadamente - De todos modos, si vamos a hacer realmente esto, creo que vamos a necesitar más equipo del que tenemos ; unas cuantas pistolas semiautomáticas, algún arma pesada, munición, granadas cegadoras, añadiría unos medpacks y unos comunicadores de frecuencia cerrada y encriptada… quizá con unas cuantas llamadas pueda conseguir algunas cosas.

Suspiré. No me gustaba nada el que tuviéramos que ir por las calles hasta la zona de residencias, pero no había de otra. Vi a Susurro alejarse para comenzar sus contactos, así que le grité antes que se alejara mucho.

-Necesitaremos un coche también, con vidrios polarizados si es posible.- Le indiqué. Mientras menos cámaras pudieran detectarnos, más posibilidades tendríamos de pasar desapercibidos.

Tenía que pensar bien el siguiente movimiento, necesitaba un buen enchufe y alguien capaza de trabajar rápido y discreto. Abrí mi Smartphone, ahí tenía todo lo que necesitaba, mi agenda, mis grabaciones indiscretas, mis fotos, en definitiva mi red de seguridad. Busqué entre las fotos comprometidas que guardaba de las fiestas salvajes que se hacían de vez en cuando en mi discoteca; famosos peleándose, famosos drogándose o tirados en una esquina, políticos corruptos recibiendo maletines y grandes empresarios de las hightech disfrutando de su asqueroso dinero… y ahí estaba, esa foto… era Marcus Heribert, famoso abogado de día y traficante de armas de noche, y a veces, cómo en esta foto, le gustaba jugar con adolescentes, posiblemente, menores. Menudo hijoputa. Marqué su número y esperé a escuchar esa voz suya.

- Hombre! Susurro! Que alegría tú llamada, estaba pensando que me gustaría una fiesta de las buenas en el local donde trabajas!
- Hola Marcus, uf… pues la verdad ahora me piyas realmente mal, estoy en una situación…
- ¿Complicada? Bueno, yo soy abogado, quizá pueda ayudar – dijo con voz jocosa
- Bueno… más bien necesito de tus otras habilidades, te envío un PGP y lo entenderás.

Colgé y envié un mail encriptado PGP a su cuenta, la foto adjunta y una breve frase : “Yo estoy en una situación complicada, tú también. Me ayudas? Necesito armas, vehículo de lunas tintadas, granadas y sistema encriptado de comunicación entre 4 personas. Seguro que puedes conseguirlo, verdad?”

Seguro que este cabrón sabía cómo conseguirlo bien rápido.

Las gestiones que solicita Susurro se ponen en marcha y en pocas horas disponéis de lo que ha pedido más un aviso de Marcus de que no piensa representarle si le pillan después del chantaje que le ha hecho.

Las horas pasan despacio y tensas mientras esperamos los “jugetes”, apenas hablamos entre nosotros mascando la tensión del momento. Vamos a ir a por el pez gordo sin pensar en las consecuencias.

Nervioso me levanto varias veces y miro dentro de la nevera, las cervezas están acabadas y solamente queda algo de porquería de comida. Vuelvo a sentarme y miro a mis compañeros, cara serías, miradas perdidas y tensión en el rictus. Hasta que suena el interfono. Nadie responde, pero sabemos lo que nos espera.

Me levanto y abro, un delgado y harapiento joven me da dos grandes maletines y abre su mano sin siquiera decir “hola”, le doy un buen fajo de billetes y algo más para él.

- El silencio se compra, recuérdalo. 

Cierro la puerta sin esperar a saber nada más de ese tipo y dejo los maletines encima de la mesa del comedor mientras miro a mis compañeros, comienzo a abrirlos.

- Chicos, llega la caballería!

4 pistolas semiautomáticas, munición suficiente, un par de fusiles de asalto con varios cargadores, 4 granadas ofensivas y otras 4 cegadoras. 4 intercomunicadores de encriptación y 8 parches DocFast.

- Caguenlaputa! Si yo no sé ni cómo coger esto! – digo señalando los subfusiles.

Mi teléfono suena y un mensaje de un anónimo me llega, diciendo : “Vuestro vehículo está abajo”

Tanque no sonríe. Ni dice barbaridades, ni siquiera se queja de el tiempo. Solo espera, como una pantera enjaulada esperando que dé inicio la cacería.

En cuanto pusiera sus ojos en la cabeza del carbón al que iban a buscar, lo destruiría. Él trajeado no sabia lo que se le venia encima. Tenia las horas contadas.

Los clic de los maletines hacen que se ponga en movimiento, automáticamente revisa toda las armas, sin municionar, los demás no son precisamente efectivos de campo, aunque sin duda son lo mejor en los suyo.

Aquellas armas estaban bien, funcionaban bien, y no se estropearían en el peor momento. Separo todo en montones de cuatro, y luego se acerco a Susurro para darle una master class.

Esta parte es para agarrar, la pegas a tu pecho, y la mueves contigo. Cuando quieras deletrear algo, aprieta con fuerza, y procura que esta parte no mire hacia ti. Sino…. Caput.

La cara de Susurro era un poema. Pero era lo que le tocaba. Si hacia mas o menos lo que le había dicho, podría, quizás, con suerte, salir entero de aquella ultima cabalgada.

Por su parte, cambio el comunicador normal por uno de los nuevos, y lo probo un par de veces.

uno, uno dos, uno, uno, probando....

Cuando se aseguro de qué funcionaba se pertrecho. Su guardapolvos de la suerte. Su subfusil a juego con su nuevo mejor amigo, el subfusil nuevo.

Y en su pierna derecha su pistolon, su amigo más viejo y en el que mas confiaba.

Mientras Tanque me explica el funcionamiento del subfusil no paro de pensar que nunca, en mi vida, hubiese imaginado que tendría que disparar un cacharro como éste. Solamente esperaba que fuera tan sencillon como la pistola, apuntar, apretar los dientes y después el gatillo... aunque algo le decía que sería algo más complicado aquél subfusil.

- Todo correcto Tanque? Aquí tú eres el experto... - sin esperar su respuesta, ya que ví su confirmación en el rostro, miré al resto de mis compañeros.

- Todo correcto? Decidido entonces el plan? En el coche nos metemos, vamos hacía la zona que indica el mapa, nos colamos por las alcantarillas mientras Virus controla el sistema de vigilancia y después, entramos al recinto del tipejo para llegar hasta él.

- Yo solo tengo una duda ¿cómo os vais a encargar de las rejas de las alcantarillas? No veo nada en el equipo que habéis pedido que sirva para eso....a no ser que queráis intertarlo con las granadas...

Si no hay otra cosa una granada servirá. Porque no veo cortadores de plasma sobre la mesa. Y desde luego no vamos a pasar por una ferretería de camino.

¿O sí?

Estaba claro que Tanque no aguantaba más inacción, porque era obvio que hacer estallar una granada era como poco, llamar bastante la atención.

Puede que un destornillador y fuerza pudieran forzar la reja de la alcantarilla. O incluso que pudiera doblar las barras si estaban en mal estado con sus servobrazos.

Pero lo de la granada ni siquiera lo había descartado.

- Creo que tendremos que improvisar Cables, necesitamos hacer esto rápido. Estoy seguro que hay un montón de cazarecompensas dispuestos a cortarnos el cuello. ¿Vamos a por el coche, esperemos que el cabrón del abogado se haya portado bien!

Me levanto nervioso, cojo el cargador que tenía de más para el subfusil y torpemente me lo coloco por el cinto cómo puedo. Miro a mis compañeros y trato de sonrreír, pero mi gesto queda en una múeca estúpida.

La espera es larga, pero con satisfacción recibimos toda la mercancía pedida por Susurro... excepto por lo más importante.

-Susurro, cariño, tienes que comenzar a escuchar mejor al resto de tus compañeros.- Le dije, acercándome y dándole unas palmaditas suaves en la mejilla, antes de volver al maletín. Joder, era lo único que había dicho Virus que necesitaríamos. -Una granada acabaría con todo el tema discreción, y nos acortaría el tiempo de acción pues seguro que activa las alarmas en el instante que suenen. Y es apenas el principio, señores.- Les dije, señalando lo obvio.

-A ver, quizás con algún cable de acero y la fuerza de Tanque podríamos intentar doblar los barrotes para pasar.- Con presteza comencé a revisar entre las cosas recibidas y las cosas que teníamos a la mano para tratar de encontrar algún material que fuera resistente y flexible para usarlo para doblar los barrotes; pensé en lo útil que sería en este momento mi caja de herramientas. -A última instancia podemos hacer una parada rápida en mi taller y ver si podemos encontrar algo que podamos utilizar.-