Partida Rol por web

[Desafío Mensual 02] La fragata del hombre muerto

Epílogo

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16/12/2018, 15:20
Director

La cabina de control del Gavilán Errante resultaba sorprendentemente cálida y confortable cuando uno regresaba de las heladas entrañas de una nave carente de vida, a pesar del silencio apesumbrado que había llenado la nave desde que abandonaron la Desesperanza. Tras un periodo de actividad frenética y desesperada, en el que habían regresado al Gavilán temiendo por su supervivencia, cargando con un Randolph semiinconsciente la mayor parte del camino de vuelta, y tras asegurarse de que se encontraba estable y fuera de peligro, habían puesto vacío de por medio lo más rápido posible.

Se iban con las manos vacías, o casi. Volvían todos vivos y, afortunadamente, la herida de Randolph había sido cauterizada in situ por la misma explosión que lo hubiera matado de no ser por la intervención de Vincent. Además, habían conseguido recuperar algunos artefactos de tecnología perdida que tal vez funcionasen, y algo de información valiosa si encontraban el comprador adecuado. Aquello les permitiría ir tirando una temporada de forma casi digna, hasta que encontrasen un nuevo trabajillo que, con suerte, les permitiera retirarse.

Cuando estaban a una distancia segura y de forma inesperada, Zacharias hizo girar el Gavilán en un arco amplio para que encarase por última vez la Desesperanza, convertida, ahora sí, en una nave a la deriva. Desde allí podían contemplar, débilmente iluminados por el resplandor rojizo que aún emitían las entrañas de la nave, los elegantes perfiles del casco, repleto de agudas agujas ornamentales, y la infinita e inalterable trayectoria que la Desesperanza mantendría durante los siglos venideros.

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16/12/2018, 22:01
Theodore Wright

Habían regresado, con las manos vacías, pero al menos habían regresado. Durante el camino de vuelta Theodore permanecía callado, algo que sin ser muy extraño en él tampoco era muy común. Lo más significativo es que apenas se preocupaba por las heridas de Randolph.

Una vez en la nave, contempló como Zach les hacía una panorámica en la que podían contemplar el destrozo causado en la nave. Pare bien o para mal, la Desesperanza había pasado por fin a la historia.

Manteniendo su mutismo, Theodore se separó del grupo para dirigirse a la sala de curas, donde tenía prácticamente todas la medicinas de la nave. Buscó entre los frascos una pequeña botella que contenía un líquido ambarino. Whiskey Macallam de 400 años de edad. Solo la botella que lo contenía y que tuvo que tirar para disimularlo entre sus medicinas valía una pequeña fortuna... el preciado líquido no tenía precio.

Vertió generosamente el contenido en un vaso y luego sacó un pequeño vial que guardaba celosamente no muy lejos de donde había sacado el licor. Pequeño, pero poderoso. La cantidad que había en el pequeño frasco podría matar sin problemas un centenar de personas, y solo Theo sabía el antídoto cual era.

Incoloro e inodoro. No modificaría el sabor del preciado licor. Vertió la cantidad adecuada y removió lentamente la letal mezcla.

Había sido una pena tener que descubrirse. Esperaba poder mantener la mascarada durante un largo periodo de tiempo ¿quién iba a sospechar de un médico en una pequeña nave? Pero había sucumbido a la tentación al descubrir una posibilidad de hacer frente a los Hatrion, fallando estrepitosamente y quedando al descubierto. Solo era cuestión de tiempo que sus compañeros descubrieran la recompensa que los usurpadores daban por cualquier información relacionada con los Liotrel. Confiaba en ellos, pero un descuido, una palabra de más... durante mucho tiempo había sido lo suficientemente disciplinado para mantenerse oculto, pero no podía confiar que sus compañeros hicieran lo mismo, aunque no pensasen en entregarlo, el riesgo de un descuido era enorme.

Y como médico sabía cuales eran sus límites. Ya era mayor y no soportaría mucho tiempo la tortura a la que le someterían los Hatrion. Terminaría cediendo y exponiendo la forma de contactar con los suyos. Sabía perfectamente cual era la mejor forma de guardar el secreto.

No le dolería, simplemente dormiría sin tener que despertarse. Solo le faltaba tomar la última decisión.

Notas de juego

Le he dado vueltas y creo que Theodore no se va a arriesgar a revelar la forma de localizar al resto de su familia. He sopesado entre confiar y arriesgar o asegurar y al final he preferido dejar el final abierto por si hubiera continuación ya que el personaje da bastante de si, pero si no hay continuación, me parece un buen (triste) final.

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17/12/2018, 15:26
Zacharias Tarkamel

Habían vuelto todos a la nave. Eso era lo importante. Sí, Randolph lo había pasado mal. Y estaría un tiempo más quejoso que de costumbre. Pero al menos esta vez tenía motivos.

Zacharias miró con nostalgia la imagen de la Desesperación. No era una mala nave, y seguramente se merecía un destino mejor que el que le aguardaba. Pero la muy cabrona había intentado matarles, y eso era algo que le molestaba mucho. Era así de raro. Jugueteó con el sombrero que había sacado de souvenir. Seguramente podrían sacar una buena suma por el a algún coleccionista, junto con el resto que habían conseguido. Pero decidió quedarselo. Con el resto tendrían suficiente para tirar una temporada. Luego...Bueno, algo encontrarían. Siempre salia algún trabajo. Siempre había otro día más.

Puso las coordenadas para entrar en el hiperespacio y dejó que la nave hiciese el resto.

Se desentumeció un poco y fue a la enfermeria. Vimcent estaba con Randolph, era hora de hablar con Theo.

Lo encontró en la enfermería (como no) enfrente de un vaso y una botella de algo que parecía licor, uno caro si la botella era auténtica, aunque no lo había probado siquiera.

-Buenas. Parece que no quieres compañía en este momento. Es una lástima porque no tengo a nadie a quien me apetezca mas contrariar.-

Se acerco a la botella y la olió

-Sabes. Llevo ya algún tiempo en este negocio. Y he ese tiempo me he hecho unos cuantos enemigos, demasiados quizás, pero muy pocos amigos. Además he perdido alguno de ellos. En cambio los cabrones que me persiguen parecen sobrevivir siempre. Hijos de puta.-

Rebuscó entre las probetas y objetos diversos hasta que encontró uno que parecía limpio, y echó un poco de aquel preciado líquido y lo saboreó.

-Estoy buscando en varios sistemas, no sé si lo sabes. Mis negocios no son siempre lo legales que deberían ser. Y no me refiero a lo que ya has podido comprobar por tú cuenta. En mis tiempos hice cosas muy feas. Todavía me persigue por las noches, y a veces incluso estando despierto. Pero no por ello dejo que eso me impida hacer lo que creo correcto. He madurado, a base de errores. Es la única forma de aprender.-

Le dió otro sorbo.

-A Tarkis III no puedo ir los ultimos días del Solsticio de Nurg cuando el año cae en trisiesto. Ya que cierto alto cargo va siempre a recaudar y pagaría por mís partes nobles ya sean unidas o separadas de mí cuerpo. Y en Última Remota pagan una pasta gansa sólo por información de los tres últimos planetas donde haya estado, ni te cuento de si me llevan a mí en persona.
Lo que quiero decir Theodore. Es que todos tenemos nuestro pasado. Es lo que nos ha hecho llegar a donde estamos ahora, pero no tiene que decirnos donde estaremos mañana. El Gavilan es nuestro hogar ahora. De todos nosotros. Si le cuidamos, él nos cuidará a nosotros. Y lo mismo vale para su tripulación. Una tripulación de primera, todos y cada uno de ellos. Una maquinaria bien engrasada. No sería lo mismo  si faltase alguna pieza, el resto se desmoronaría.-

Acabó su "copa" y la dejó al lado de la de Theodore para acto seguido ir a la puerta de la enfermeria. Se paró justo en el umbral antes de salir.

-Lo que he dicho antes de los pocos amigos que tengo. Se pueden contar con los dedos de una mano, por lo que me sabría muy mal tener que disminuir ese número.-

-Ah. Por cierto. Tres de ellos están aquí en esta nave. Cuando acabes aquí echále un vistazo a Randolph. Va a necesitar ayuda los siguientes días, por lo menos.-

Zach salió de la enfermeria y se fue a la cabina, que era sin lugar a dudas su lugar en El Gavilan Errante.

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17/12/2018, 23:25
Randolph KoTaur

Todo estaba confuso en su mente. Aun se preguntaba si estaba vivo o muerto ¿Qué había ocurrido? Recordaba estar rodeado, intentar salir de aquel lugar de muerte. Manos. Miles de manos. Una explosión, una sacudida, un dolor inenarrable y oscuridad. Y algo más, una voz, una mano, una mano amiga que tiraba de él. Randolph entreabrió los ojos y vió los de Vincent fijos en él. ¿Podía intuir preocupación en su rostro? Locuras, era “Tuercas”, nunca se preocupaba por nada que no tuviera engranajes.

Entonces recordó su voz, su brazo tirando de él, un dolor lacerante en el pie. El pie. Le picaba, le dolía y debía tenerlo entumecido porque intentaba mover los dedos, pero no servía de nada.

- ¡Hey!¿Y esa cara larga? No me digas que no hemos sacado nada interesante de esa nave. – El picor aumentaba, se quería rascar – putos zombies, si solo me encontraba mejor volvía ahí y me liaba a leches con todos jeje, *cof* *cof* - Le entró un ataque de tos, como si tuviera polvo y metal en la boca. El pie picaba y dolía. – Joder como pica el pie. ¿Qué me han hecho esas bestias? Porque me quema. ¿Por qué esa expresión en el rostro de Vincent? - ¿A que esa cara? ¿No me digas que lamentas que voláramos aquel maldito lugar? –

 Necesitaba rascarse o al menos tocarse el pie para paliar el dolor. A duras penas, movió la sábana para destaparlo…

… y entonces lo vio. O más bien no vio lo que tenía que ver. Donde antes estuviera su pie, ahora no había nada, solo un muñón al final de su pierna indicaba que alguna vez hubo algo más. Pasaron unos segundos sin saber como reaccionar, la sangre se le agolpaba en el cerebro y la boca se le secó.

- ¿Qué…? ¿Qué coño significa esto…? –

Alzó la mirada y miró a Vincent, un sentimiento de ira y frustración le embriagó. Primero quiso gritar, luego golpear algo, pero finalmente se echó a reír.

Jajajajajaja –

el volumen de la risa fue en aumento, desatado, hasta que finalmente cayó de golpe.

- Obra tuya, imagino – dijo acusadoramente mirando a Vincent – Tenías que hacerte el héroe en vez de dejarme allí ¿No te dije que lo tenía controlado? Maldito mecánico loco. -

Le costaba apartar la vista del pie, a donde volvía a dirigir la mirada siempre que la aparataba más de dos segundos. Finalmente se giró, poniéndose de lado y dando la espalda a Vincent.

- Largo de mi vista. ¿No tienes cosas que hacer? – Era demasiado y le estaba superando, pero no podía dejar que Vincent le viera así. Tan débil, tan… tullido. Una última palabra salió de su boca, casi susurrada. – Gracias –

Y cerró los ojos intentando que no le viera derramar aquella única lágrima que no había podido contener.

“Estás vivo, estas vivo, estas vivo…”

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18/12/2018, 12:50
Vincent Brax Aldair

Como sel padre de Vincent solía decir, "hoy no hemos muerto: eso es un éxito total". Y así iba a considerar aquella misión. Sí, vale, había habido problemas. Pero bueno, ¿cuándo no los había? Y se había llevado una anécdota tan maravillosa y jugosa que le iba a sacar mucho partido los años venideros. "Eh, ¡Te acuerdas de cuando nos enfrentamos contra una IA loca y un ejército de tecnozombies en una nave de doscientos años?" Aquello era como la leche de mataburra de Daelian: se vendía sola. 

Cuando la puerta se había cerrado, Vincent había estado demasiado ocupado felicitándose a sí mismo y a sus compañeros por haber volado el puente como para darse siquiera cuenta de que no todo Randolph había logrado pasar. Solo cuando se desmayó y vio el charco de sangre lo comprendió, lo que le distrajo lo suficiente como para no procesar la declaración de Theodore sobre sus orígenes. 

Le había cogido en brazos y le había sacado de allí, y solo una vez a bordo de la nave, con solo unas pocas piezas de tecnología para compensar el esfuerzo, se había permitido empezar a flipar. Theodore, ¿un noble? Que la persona que le había puesto un cubo debajo para que vomitara cuando se comió aquellos muslos de mutapollo en mal estado fuese un noble le hacía dar vueltas la cabeza. Había que joderse. 

Cuando el recién revelado noble terminó su trabajo con Randolph, Vincent quiso ser el que fuese a verle el primero. Cuando despertó, al principio no entendió lo que pasaba. Por una vez, o tal vez por primera vez, Vincent se mantuvo en silencio, pues no sabía muy bien cómo decírselo. "Ey, has perdido un pie" No sonaba muy bien. Maldijo los miembros fantasma. De hecho, tras su encuentro con aquella nave, nada relacionado con fantasmas le hacía mucha gracia. 

Finalmente, tras un segundo en el que Randolph pareció ir a golpearlo, se echó a reír, y Vincent soltó todo el aire de golpe, riendo con él. 

- Obra tuya, imagino – dijo acusadoramente mirando a Vincent – Tenías que hacerte el héroe en vez de dejarme allí ¿No te dije que lo tenía controlado? Maldito mecánico loco. -

-Vamos a tener que revisar tu definición de "controlado". Pero no te preocupes, la próxima vez te dejaré unirte a la noche de los muertos vivientes -respondió con una sonrisa- Menos mal que tenía compuertas de emergencia. La próxima vez, casi que no nos cargamos las puertas por las que entremos, ¿te parece?

- Largo de mi vista. ¿No tienes cosas que hacer? – dijo, dándole la espalda. Estaba claro que aquello era más duro de lo que parecía. A Vincent no se le daba muy bien interpretar lo de las emociones, pero eso parecía. Avanzó hacia ñel un paso. 

-Venga hombre, qué cosas voy a tener que hacer, si soy un vago, ya lo sabes -dijo, y su tono recobró su energía y su velocidad habitual- No te preocupes, hombre. ¿No has visto lo que hacen con robótica? Una vez conocí a un tío al que un yeti aboreano le arrancó los dos brazos, de cuajo. El tío quería ser músico, y parecía que se iba a quedar con el sueño, pero no: se fue a Daelian y se encontró con que una tienda de prótesis estaba de oferta, dos por uno, así que ni corto ni perezoso se hizo instalar cuatro brazos, ¿qué te parece? Cuatro putos brazos mecánicos, parecía una araña rara hecha de metal. Volvió a Aeboreas y se hizo un virtuoso del magnetoclavicordio, venía gente de toda la galaxia a ver a la araña humana tocar. ¿Es o no es flipante? 

Finalmente, supuso que debía de necesitar tiempo para asimilarlo, así que se fue y le dejó solo, no antes de oír su agradecimiento susurrado. Aquello significaba más para él que cualquier tesoro que pudieran haber encontrado en aquella nave. 

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20/12/2018, 20:58
Randolph KoTaur

Finalmente se marchó y Vincent dejó solo a Randolph con sus pensamientos. Los minutos pasaron y poco a poco, la mente del soldado se fue despejando y entendiendo la situación con mayor claridad. La experiencia había sido intensa, realmente creyó que había muerto. Un pie amputado era un precio bajo para lo que podría haber pasado. Y “Tuercas” tenía razón, siempre estaban los implantes. Cierto es que nunca habían sido baratos si querías que te garantizaran un mínimo de seguridad, pero ¿Qué iba a hacer si no? ¿Autocompadecerse durante sus años venideros, tirado sobre una cama o silla mientras el resto de su vida pasaba lenta pero inexorablemente?

“Ni hablar”

Poco a poco, sintió como recuperaba la confianza en si mismo, esa chispa vital que siempre le había impulsado hacia adelante. Y ahora tiraba de él, le tendía la mano y le exigía andar. Y él era un hombre de acción. Tal vez muriera en el proceso, pero al menos moriría como siempre imaginó, de frente, luchando con garras y dientes. Las lágrimas que antes surcaran su cara ahora se habían sustituido por una mirada de determinación como nunca antes la había tenido.

“Vamos soldado, esto no es más que otra herida. Mueve el culo”

Se intentó incorporar y un dolor indecible le recorrió la espalda. Parecía que el pie no era lo único dañado. Casi se planteó recostarse. Pero no pensaba dejar ganar al dolor. Volvió a intentarlo y el mismo dolor le inundó, pero esta vez lo conocía y simplemente lo dejó pasar. Poco a poco alzó su cuerpo. Sus músculos lloraban por que desistiera.

“Nunca. Él no se rindió en la nave, no lo harás tú ahora”

Finalmente se incorporó en la camilla, en sus ojos aparecieron puntos amarillos. Se sentía morir pero esto era un combate y si no se rindió ni frente a un horda de zombies ni frente a kazimir…

Kazimir. Tenía algo pendiente con él. Esta claro que les buscaría ¿Y le dejaría verle en ese estado? Extendió la mano y tomó una muleta que imaginó algún compañero dejó cerca para cuando se pudiera levantar. Inclinó el cuerpo hacia delante y descargó el peso sobre la pierna buena y la muleta.

El dolor se trasladó a sus piernas que por poco le hicieron caer. Se cuerpo se encorvó y se planteó dejarse caer. Pero pensó en sus compañeros, pensó en la explosión, pensó en Kazimir y lentamente volvió a erguirse. Entonces dio un paso. Otro, otro. Poco a poco fue avanzando con ritmo lento pero decidido, a veces perdía el equilibrio y debía apoyarse contra la pared, pero siguió caminando hasta la zona común, en busca de Zach y los otros.

Cuando finalmente los encontró, no esperó ni a que le hablaran, se encaró a su capitán.

- Capitán, permiso para descender en el planeta más cercano en el que vendan miembros mecánicos. –

Estaba empapado en sudor por el esfuerzo

- Este contratiempo me deja poco útil para futuras misiones. Aunque me cueste una guerra, conseguiré lo necesario para un pie nuevo y volveré con ustedes lo antes posible. Además…- Sonrió burlonamente - ...sin un pie, estoy en desventaja cuando “Tenazas” empiece con sus interminables charlas. Así no puedo salir corriendo de la sala –

Cuando terminó de hablar, se encuadró como pudo esperando que su capitán aceptara la petición.

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02/01/2019, 23:19
Zacharias Tarkamel

Zacharias estaba en la cabina a los mandos del Gavilan, que era donde más le gustaba estar. De hecho a veces se quedaba ahí a dormir cuando estaban en el hiperespacio atravesando distancias como si no hubiera un mañana. El sillón practicamente estaba amoldado a su forma.
Cuando Randolph entró se estaba ajustando su nuevo sombrero mientas introducía coordenadas para su nuevo destino.

Sonrió ante el último comentario, eso sí.

Randolph, cuando dejes de decir tonterías ves a que Theodore te eche otro vistazo y te de un guía de cómo será tú rehabilitación mientras llegamos a nuestro destino.
Que es el lugar donde tienen las mejores prótesis que necesitas. Mientras puedes pasarlo descansando, o en tú puesto recalibrando y preparando las armas como siempre.

Eres parte indispensable de esta tripulación, y eso no va a cambiar. A ver si se te mete en esa dura mollera tuya.

Terminó de introducir las coordenadas y activó el salto. La nave se desdibujó para dirigirse a su nueva aventura. No había nada ahí fuera a lo que el Gavilan Errante y su tripulación no pudieran hacerle frente.