Partida Rol por web

Miro los cuerpos por encima, localizo una armadura ligera, agarro el cuerpo por un brazo y lo arrastro hasta una zona más seca. Mientras voy quitándole la armadura comienzo a murmurar - No me agrada mucho esta idea y el grandullón no me da buena espina...- Termino de apropiarme de la armadura y voy al lago a quitarle un poco de barro. Cuando vuelvo me dirijo a Fred. -Sé algunos trucos y soy más avispada de lo que parece.- Digo sin dar demasiadas pistas sobre mis habilidades.

Al fin, una armadura, no soporto estar sin algo pesado y robusto encima. - Dice mientras la coge y la sacude un poco la armadura por el barro - Y sobre mis habilidades... pues no mucho que contar , como os he contado llevo viendo toda la vida como un martillo moldea objetos en un yunque, ademas no se me da mal lanzar objetos, cuando fui una vez al bosque a por leña mate a un lobo con una piedra, sigo sin creer que le diera en la cabeza antes de que abalanza se sobre mi - dice con una pequeña carcajada.

 Gira la cabeza hacia los cuerpos y los observo pasmado- Eh..Eh... Fred, ¿los cuerpos de donde han salido? Porque no ha pasado mucho tiempo desde que albergaban vida en su interior...

Con gesto sombrío y pesados pasos Ilth se acerca al cadáver que tiene la túnica, pensando en el porqué de su fatal final. Mientras le quita las ropas intenta también investigar cual fue la causa de la muerte, con la intención de intuir cuales son las habilidades de nuestro enmascarado salvador. Con sutileza inspecciona el cuerpo en busca de cortes, contusiones, quemaduras, huesos rotos... ¿Cómo murió? ¿Y cuál es el fin de los Capas de la Tormenta? Si la rebelión triunfa, ¿tratarán los nórdicos por igual a los otros pueblos? ¿Intentarán resolver los problemas enquistados del estado, y eliminar las desigualdades? ¿O será el cambio de una dictadura por otra? Muchas preguntas se le agolpan de repente y queda unos segundos abstraído en sus pensamientos.

-Vaya, todos sabéis hacer muchas cosas. Cosas muy útiles para los capas de la tormenta sin duda. Ulfric estará contento de que os lleve a Ventalia, porque allí es a donde vamos- os explica la dirección que ibais a tomar ahora. Era un largo camino hasta Ventalia desde donde estabais, pues todos recordáis que estáis al sur de Skyrim e ibais a salir de este por uno de sus caminos cuando fuisteis interceptados.

Fred mira a Sigurd cuando pregunta.

-Los cuerpos...- agacha la cabeza para mirar a esos cinco desgraciados que ahora estaban untados de barro y algunos de ellos desnudos. -Pues... Los encontré- añade con su misterio correspondiente. El dónde y el cómo no parece ser importante para él.

-Ahora subid al carro, el camino a Ventalia es largo y duro- Fred sube de nuevo al carro, dándose bastante prisa. -¡Vamos! ¡Orco el último!- comienza a reírse mientras corre a subir a la parte delantera.

Los aventureros tienen ciertas sospechas y no se fían de Fred. Tampoco se acuerdan del todo cómo han llegado a la parte de atrás de su carro, así que los interrogantes a estas alturas no son pocos. Pero si querían saber más sobre los cuerpos que acababan de desvestir, tenían que tirar sus dados.

Tirar los dados es muy sencillo. Ya hemos dicho que cada habilidad tiene su dado, por lo que solo tendrán que tirar el dado de la habilidad. Pero además estamos jugando un sistema llamado "mundos salvajes" y para que todo sea más salvaje... ¡tenéis un dado gratis!

Efectivamente, con cada tirada que se os pida hacer tenéis que tirar un dado d6 gratis. ¡GRATIS!

Para saber si hay algo raro con esos cuerpos vuestra tirada será esta: 

Vuestro dado en Notar/Investigación + 1d6

La dificultad será 4.

Aquellos cuerpos sin duda eran de soldados imperiales, las ropas que tenéis es de soldados imperiales. Los colores rojos lo delatan, así que que un capa de la tormenta hubiera matado unos cuantos parecía algo normal.

Lo que no es tan evidente es que aquellos cuerpos no habían sido atacados con armas comunes. Quien quiera que haya matado a aquellos imperiales no los había tocado con ningún arma, tampoco hay ningún arte mágica practicada en ellos, no que conozcas. No es que supieras mucho de magia, pero las gentes del pueblo hablaban y pensabas que podrías reconocer algún que otro hechizo. O al menos los efectos de estos en un cadáver. 

Quien quiera que hubiera hecho aquello tenía un gran poder, el suficiente como para matar a todos aquellos imperiales de forma casi intacta.

Aquellos cuerpos sin duda eran de soldados imperiales, las ropas que tenéis es de soldados imperiales. Los colores rojos lo delatan, así que que un capa de la tormenta hubiera matado unos cuantos parecía algo normal. Fred debía haber recogido algunos cuerpos de imperiales quizás para darse fama, quizás incluso los había matado él.

Fred ya está subido en el carro y parece no tener ganas de volver a meter aquellos cuerpos de imperiales dentro del mismo, así que decide dejarlos ahí.

-Vamos, no tenemos todo el día. Ventalia está a más de un día de camino en carro, a ver si os pensáis que podemos abrir el mapa e ir donde queramos sin más- dice Fred negando y les anima a subirse al carro. 

Espera que los aventureros suban y luego arranca con ellos, latigueando con las bridas para que el caballo tome paso ligero por el camino. Y mientras Fred aprovecha para hablarles de sus penas.

-Yo antes era un aventurero como vosotros, pero un día me alcanzó una flecha en la rodilla. Y claro, uno se oxida de no salir al camino y acaba creando familia y tienes que buscar un trabajo estable. Ulfric es un buen jarl, por el puerto llega todo tipo de cosas de otras ciudades. Además sabe poner en su lugar a esa escoria Dunmer- y el bueno y racista de Fred atacaba de nuevo. -Además he oído que la Guardia del Alba está buscando nuevos reclutas, mi primo se ha unido, pero a mí ¿qué me queda? Son buenos tiempos para ser aventurero, cuando yo era joven las cosas estaban difíciles, creedme.

Tras un rato de camino y un par de cruces donde Ventalia ni aparece en ellos, parece que el pueblo más próximo era Riverwood.

-Ahora estad atentos al camino. A veces hay goblins carteros y podemos mandarle un mensaje al Gran Forjador para que os mande un arma digna de unos aventureros como vosotros. Se rumorea que el gran forjador es un aedra- baja la voz en modo confesión. -¡Ah, mirad! ¡Ahí hay un goblin cartero! ¡Aprovechad y mandad vuestro mensaje al Gran Forjador pidiendo vuestra arma!

Los aventureros van a aprender a mandar mensajes en umbría y para ello nos va a ayudar el goblin mensajero. Está a la izquierda debajo de su avatar y es tal que así.

Para conseguir su arma tendrán que mandar un goblin mensajero al Gran Forjador: Puck y decirle qué tipo de arma quieren. Solo tendréis que hacer click en "Nuevo mensaje".

Y ahí poned como destinatario en el mensaje que se abra a Puck.

Escribidle qué arma queréis y él os la dará, así como los STATS de la misma (sus cualidades).

Me acerco al goblin cartero y le susurro mi mensaje para el Gran Forjador.

Cuando vuelve con mis armas y la respuesta a mi mensaje quedo un poco sorprendida por la respuesta pero solo me encojo ligeramente de hombros. Tomo el arco, el carcaj y la daga. Coloco el carcaj en mi espalda, escondo la daga entre la armadura y comienzo a examinar el arco. -No está mal para empezar, me servirá.- Asiento para mí misma y vuelvo al carro con Fred y los demás.