Partida Rol por web

Descensus ad Inferos

2. De cómo los preceptos habrían de cumplirse

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01/06/2011, 12:55
Rodrigo Gálvez "El Zamorano"

Posa su mano en el hombro de su señor. Nuevamente la parte piadosa y religiosa de su madre se apodera de él.

- Esperad, Señor. Este hombre es sin duda un hijo de Dios. Calmáos Marcial- se dirige al hombre - Bendito sea nuestro señor, ¿ Estáis herido Padre ?- se gira hacia Ricardo y Miguel - ¿ Alguno de vosotros sabe de medicina? Echad un vistazo a sus heridas. - Todavía nervioso - ¿El Diablo? , pero eso no es posible Padre. El Diablo perdió la batalla contra los ángeles leales y fue desterrado. Lo sé incluso yo, el Diablo no visita el mundo de los hombres. Aunque... haya... criaturas extrañas - No puede evitar recordar lo que acaba de matar hace tan sólo unos minutos.

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02/06/2011, 21:34
Marcial de Aguilera

Levántese, Padre...-dijo Marcial sujetando con cuidado al clérigo y tirando de su hombro bueno-. Déjeme ver...

En esos momentos Marcial, como obedeciendo las palabras de Rodrigo, se puso a mirar la herida en la oscuridad. Obviamente no veía absolutamente nada.

No tiene mala pinta, no se preocupe. Aquí el amigo Ricardo fue el autor de este hecho, que no es ningún diablo como dice, Padre; sino un buen hombre... Pero... aquí no podemos extraerle esa flecha...

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02/06/2011, 21:37
Padre Lucio Tordemoreno

-Aughch.. uf... gracias, suje... sujéteme señor... -decía el Padre asintiendo a todas las palabras del noble mientras se ponía en pie-. Iremos a casa, allí tengo vendas y demás ungüentos...

El clérigo dijo esto como si tal cosa. Luego se percató de que el resto le seguían mirando.

-Si, si... a casa. El señor de Adebillos me cedió una choza por no poder vivir en la sacristía de la... bueno... -hizo un gesto con la cabeza señalando la ermita. Después continuo hablando en bajito: a la gente de este pueblo no le gusta siquiera que nombren la palabra "er-mi-ta"... aun estando derruída e inhabitable... Pero ¡vayamos! Aughh... -se quejaba mientras andaba en la vanguarda tocándose el brazo.

Don Marcial asintio sin duda. Llevar la contraria a un clérigo no estaba en sus pretensiones, asique azuzó a su caballo y os ordenó mover vuestras piernas hacia aquel hogar. Os dísteis cuenta de que el padre Tordemoreno era muy bajito (lo cual no habíais apreciado hasta ahora al estar éste tendido en el suelo) y bastante delgaducho, pues la silueta de sus huesos le asomaban debajo de su túnica.

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02/06/2011, 22:11
Rodrigo Gálvez "El Zamorano"

Con sus dos brazos agarra al Pater, ayudándole a andar - Pater...- cuando repara en su delgadez extrema - ¿es que no os alimentáis como es debido?  no van estos a misa - dice señalando en dirección al conjunto de casas del poblado - ¿No os hacen los fieles donaciones? - pregunta sorprendido - Además. ¿ Porqué un hombre piadoso y temeroso de Dios no iba a querer oir la palabra ermita ? suena a herejía - dice esto último más bajo pero con ira incontenida, de repente cae en la cuenta de algo y exclama - Pero entonces, ¿ Dónde rezan estas gentes? y ¿porqué vivís en una choza? - dice mientras siguen caminando despacio. Rodrigo tenía infinidad de preguntas, mientras tanto miraba de cuando en cuando a su señor extrañado y también a sus dos compañeros. Primero la criatura y ahora esto...

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02/06/2011, 22:29
Ricardo Araya Sandoval

Mientras el resto del grupo ayudaba al padre Tordemoreno, Ricardo se acercó al cadáver de la criatura a inspeccionarlo.  Aun en medio de la oscuridad, sin apenas poder ver, trató de averiguar de que tipo de espanto se trataba.  

Antes de que el resto se alejaran se levantó y se acercó al grupo, dispuesto a escoltarlos hasta la casa del sacerdote. 

-Dis... dis... disculpeme pppppor la flecha - pidió perdón - n..... no sabía qu... qu... que estaba usted ahí. 

Mientras hablaba no paraba de observar los alrededores, alerta ante cualquier cosa que pudiese ocurrir. Alguien o algo podría estar observándoles entre las sombras.  

-¿Ha... hab... había visto usted al... algo as.... así antes p.... por aquí?

- Tiradas (3)
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02/06/2011, 23:57
Miguel Rivera

 Miguel no era tan sutil como sus compañeros, se crió en el monte, y allí no les enseñan tanto. Él tenía curiosidad, y toda la inocencia del mundo, así que fue al grano:

 

-Y que la pasao a la ermita señor cura pa que la gente no quiera hablar della?

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03/06/2011, 01:49
Padre Lucio Tordemoreno

Ricardo se quedó mirando la figura muerta. El clérigo le hizo señales para que viniera rápido, que no era buena idea estar al lado de esa cosa. Ciertamente se estaba retrasando, pues el grupo avanzaba. Cuando se puso a su altura, él y el resto avasallaron con preguntas al clérigo, sin apenas atender al pobre hombre, devoto cristiano, aunque al fin y al cabo casi un crio.

Acto seguido, llegaron a una casa. Estaba junto a las de los pocos villanos libres que había (no confundir con los campesinos al servicio de Don Francisco), aunque parecía más elaborada y contaba con un gran recinto a su lado, el cual no distinguíais su extensión por la oscuridad de la noche pero parecía "grandecito", un huerto al parecer. Al entrar vieron un cuarto amplio con chimenea, con un par de sillas, una mesa y otra sala, en la cual había un camastro de paja. También había una pequeña alacena grande, que hacía las veces de cocina improvisada. Luego, Marcial extrajo personalmene la flecha al Padre, que, aunque noble, alguna que otra vez había visto sufrir de la misma forma a sus hombres en combate, curándole posteriormente con vendas de éste.

Acto seguido se presentaron debidamente y antes de ofrecer cualquier comodidad a sus invitados, Tordemoreno respondió sus preguntas:

-Ciertamente, Rodrigo, mis padres me hicieron canijo, pero el Señor, por fortuna, me hizo un corazón grande, para amarle y complacer al prójimo -se santiguó.

Luego, el Padre marchó a la cocina y trajo un plato de viandas y algo de vino para ofrecer a sus invitados. La verdad es que era tarde para cenar, aunque pronto para acostarse (quién no se levantara con el canto del gallo), asi que encendió un fuego y se sentó en una de las sillas y les estuvo explicando lo que con tanta ansia pedían de forma implícita:

-No yo, Rodrigo, son los campesinos lo que no quieren siquiera mirar esa ermita cuando pasan a su lado, ¿lo pueden creer?
-comenzó el Padre. Vine aquí hará unos seis meses más o menos, pues el anterior sacerdote falleció por la edad. Desde que llegué, la vida en este sitio me sorprendió. Aunque no lo quieran creer, mis señores, durante las frias noches de invierno, los habitantes del pueblo afirmaban ver extrañas figuras noche si, noche también, merodeando por la aldea. Al mes de mi estancia aquí, algunos habitantes desparecieron... incluyendo niños.

El clérigo miró para abajo apenado, lamentando tales sucesos apenado.

Es por esto que los aldeanos cerraban bien puertas y ventanas, y hasta dejaban ofrendas y algún lechón o cordero en sus puertas, para que, fueran lo que fueran aquellas figuras, se llevaran aquello que otorgaban antes que a sus propias familias. Una noche de tormenta y lluvia desmesurada, un rayo cayó sobre el campanario de la torre de la ermita, muy pequeña, provocando enseguida un fuego por dentro que se extendió al tejado inferior y destrozando la estructura hasta reducirla a polvo casi, ¡a escombros, pardiez! En esos momentos estaba oficiando misa en la capilla de Don Francisco, en su casona... ambos lo vimos...: terrible escena.

Tordemoreno se levantó para avivar el fuego, que, con tanta historia, parecía haberse quedado casi en brasas. Le añadió otro par de palos y el fuego continuó.

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03/06/2011, 01:52
Marcial de Aguilera

-¿Y porqué esa reticencia, ¡ese temor!, a tan sólo poner los ojos en esa casa de Dios? -preguntó Don Marcial aprovechando que el Padre se había levantado.

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03/06/2011, 01:54
Padre Lucio Tordemoreno

-Pues verán... -continuó el clérigo-, semanas después las apariciones seguían siendo vistas, aunque ya no desapareció nadie. Por eso, Don Francisco, el Señor de esta aldea, de noble casta, mandó a Don Fabio, un hombre también de bien y gran porte que vive más arriba, contratar fuera del pueblo los servicios de cualquiera que se ofreciese, pago por delante, a investigar la razón de esas visiones, y de paso, si fuera menester posible, dar caza a lo que fuera aquello que atemorizaba a los vecinos.

Es por ello que se corrió la voz y vinieron soldados, mercenarios y algún que otro noble resabido por aventura, dinero o fama anhelada dispuestos a averiguar lo que fuera y dar justicia a cualquiera que se pusiese por delante... Sin embargo y por desgracia, aquel que entraba en la ermita por la noche para investigar como parte del suceso, aparecía a la mañana siguiente muerto dentro de la derruida iglesia... hasta diez hombres vinieron y corrieron tal suerte -la voz del clérigo era temblorosa, le costaba contar esto ciertamente, pues era muy grande la impresión-. Los cadáveres tenían siempre la misma postura: colgados dentro de la ermita de una cuerda larga desde una anilla de bóveda situada en una porción de techo no caída hasta uno de los tobillos del cadáver, dejando libre el otro y quedando su cuerpo oscilante... Además, cuando nos levantábamos por la mañana para ver si el contratado había dado con el fruto, el portón de la iglesia siempre aparecía cerrado por dentro, por lo que los aldeanos y un servidor siempre tuvimos que entrar descendiendo por el tejado para... ¡Oh Señor! ¡Fueron diez almas segadas vilmente!
 

Tordemoreno resopló.

Desde entonces nadie habla de esa ermita... Creen que está maldita, y temen mirarla siquiera... como para reconstruirla... Ni el señor Don Francisco se ha pronunciado en eso, asi que, desde entonces oficio misa en el huerto que tengo aquí atrás: es bastante amplio y la verdad...: con estos sucesos viene poca gente a escuhar la palabra del Altísimo... ¿algo más de carne, mis señores?

Notas de juego

Notas informativas:

Antes de que lo preguntaras, Rodrigo, Tordemoreno respondió diciendo que vivía en esa casa porque la Sacristía de la ermita (que es donde residía) se destruyó. (quizá no leíste bien).

Y como nota informativa, el señor Don Francisco posee capilla propia en su casa, lugar donde Tordemoreno le oficia la misa (no se mezcla para la oración con el resto del pueblo).

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03/06/2011, 11:31
Rodrigo Gálvez "El Zamorano"

Asiente con la cabeza

- Sí, un poquito más pater. - Dice mientras termina de masticar el último trozo de carne de su plato, cuando termina ofrece el plato vacío al sacerdote para que le sirva algo más, Rodrigo está muerto de hambre, tanto combate y tanta tensión, ¡ Siempre le dan hambre ! - Páter... si le soy sincero, hasta hace unas horas la historia que acaba de relatarnos me sería incréible de creer, incluso viniendo  de un siervo de Dios. Pero lo cierto es, que... - mira al resto - bueno... eh... la flecha que le disparó accidentalmente mi compañero tuvo un motivo, y es que cuando circundábamos las ruinas de la ermita  y Marcial aquí presente iba delante, una extraña criatura nos atacó, todavía yace su cuerpo en la inmediaciones, el combate fue algo peligroso pero entre los cuatro pudimos con tal vil criatura. No era nada.. humano. Yo soy un fiel creyente y por ende, no creo en tales aberraciones, bueno mejor dicho, sí creo en ellas pero creo que están en el infierno, no aquí caminando entre los hombres. El caso es que existe, hemos luchado con ella y la hemos matado. Quizás esa criatura, de alguna manera, haya sido la que acabó con esos pobres hombres.

Rodrigo tiene mucho más que decir aún, pero espera respetuosamente a que el Señor que le paga añada algo antes de terminar de contar él la historia. Y dicho sea de paso, dar cuenta del nuevo plato que le traiga el sacerdote mientras escucha.

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03/06/2011, 11:56
Ricardo Araya Sandoval

-S....s.... si ha acabado con ta...tantos ho... hombres - dijo entonces Ricardo - n.... no pudo trat....trat... tratarse de esa cr....criatura. N.... no solo de esa.  

 

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03/06/2011, 23:57
Miguel Rivera

 El pastor iba sintiendo como el miedo a esas criaturas extrañas iba aumentando por cada palabra. Cuando el relato del monje llegó a su culmen, Miguel se perató de que sus piernas tenían un pequeño temblor.

 

-Igual ese era namás que una pieza del rebaño- dijo del pastor- que la pillamos sorpresivamente y sola, pero nos dió trabajo a 4 hombres, no quiero sabé lo que pué hacer un grupete de esos truhanes!

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04/06/2011, 13:21
Rodrigo Gálvez "El Zamorano"

No sotros sólo somos cuatro y si "eso" venció a diez hombres, es imposible que sea la criatura que acabamos de matar cuatro hombres. Y si encima eran gente de armas puede que fuesen más duchos que un pastor, un cazador, un guerrero y un juglar. Aunque quizás no fueron vencidos todos de golpe, sino uno a uno.

Se acerca a Marcial y le susurra al oído lo suficientemente fuerte para que puedan oirle sus dos compañeros pero no el sacerdote - Quizás deberíamos ir  a echar un vistazo a esa ermita esta noche, hemos demostrado mi señor que sabemos combatir y quizás encontremos alguna respuesta relacionada con nuestra búsqueda. Y en el peor de los casos, libraríamos a estas gentes de tamaño mal. - Cuando termina de decir esto se pone en pie y pregunta al Sacerdote - Páter, ¿sabéis si esos hombres fueron encontrados muertos en grupos o de uno en uno en días diferentes?

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04/06/2011, 13:34
Padre Lucio Tordemoreno

De uno en uno, caían de uno en uno, mi señor Rodrigo -respondió el joven padre. Como ya os digo, ¡uff... este dolor!, como ya os digo se corrió la voz, y tan sólo algunos pocos valientes vinieron, pero cada uno por su cuenta. Era llegar, pasar la noche allí y... -el clérigo hizo la señal de la cruz.

No, don Miguel -continuó, como bien dice Ricardo eran varios, pues hubo algún día durante aquella época de raptos que desaparecían anciano y niño a la vez... a no ser que se tratara de la misma cosa que aquello fuera, claro...

Se hizo un poco tarde para el sacerdote.

Ciertamente, mis señores, me ha gustado conocerles, pero he de ir a dormir ya, pues el Señor me tiene preparado mañana al amancer el camino a Fuente de Ebro para oficiar la misa. Por la tarde vuelvo. Si les place pueden dormir aquí, al menos hay leña para varios días.

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04/06/2011, 13:45
Marcial de Aguilera

No, muchas gracias, Padre -respondió don Marcial en nombre de todos teniendo en mente la idea de Rodrigo. Creo que iremos... a dormir... si...ejem... El tabernero ya nos ofreció hospicio en su pensión, asi que no se preocupe. Y partiremos igual que usted, muy de mañana. Gracias por la cena: hablaré bien de usted a mis iguales.

Marcial recogió sus armas y su escudo y una vez todos fuera salieron a inspeccionar la ermita, que estaba calle abajo. Era un poco tarde en realidad, y el viaje había sido duro, pero aquella curiosidad que había picado al juglar había impregnado a su propio amo. Una vez allí, comprobaron que el cuerpo de la criatura había desaparecido. Ahora todos estaban frente a la puerta de la ermita. Estaba abierta.

Echaremos un vistazo y luego iremos a dormir en la pensión de la taberna, señores. Esa vez Marcial no ordenó a Miguel aguardar fuera con el caballo, no con semejantes peligros en las inmediaciones.

Notas de juego

Nota: no es que esté abierta porque haya alguien, sino porque desde que quedó abandonada/derruida su puerta está abierta, incluso algo caída (a excepción de los casos que os contó Tordemoreno, cuya puerta aparecía cerrada por dentro tras cada muerte)

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04/06/2011, 14:51
Director

Entrásteis por la puerta. Un sonido chirriante de una de ellas os producía escalofrios. Si el exterior parecía un sacrilegio de aspecto horrible, lo que vísteis allí dentro era absolutamente más terrible: parte del tejado estaba caído, y otra parte a punto de hacerlo; las paredes no eran ya muros, sino escombros de grandes piedras y suciedad de todo tipo. El interior estaba todo ennegrecido del fuego en su tiempo y los muebles todos quemados, en mal estados. Sólo algunos bancos sufrían pocos daños. El suelo era una mezcla de polvo, piedra y barro, filtrado por las lluvias acaecidas hacia el interior. En realidad, estábais ante "muros" que había presenciado muchas muertes, demasiadas en tan poco espacio...

Podíais encontrar diversas cosas allí:

 

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04/06/2011, 17:27
Ricardo Araya Sandoval

Con cautela, fijándose en todo a su alrededor, Ricardo avanzó a través de la ermita.  Caminó entre los bancos, despacio, observando cualquier escombro o resto que se cruzase a su paso.  

Una vez pasados los bancos continuó hacia delante, hacia la izquierda, en dirección a la escalera que descendía.

Rodeó el altar para comprobar que nada o nadie se ocultase tras él, y se detuvo ante la escalera y observó con atención la subida a la torre. Una vez allí hizo un gesto a sus compañeros para que guardasen silencio, y trató de escuchar cualquier sonido que pudiese provenir de lo que quedaba de torre. 

- Tiradas (3)
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04/06/2011, 18:55
Rodrigo Gálvez "El Zamorano"

Tras despedirse del Sacerdote afectuosamente, Rodrigo entra el último en la ermita, de forma cautelosa pegado a la pared avanza dejando las filas de bancos a su derecha. Cuando llega al final tuerce a la derecha y examina de cerca la estatua del santo, pasando su mano derecha por la superfecie de la piedra.

Después, se acerca al altar y repite el mismo proceso, pegando su cara al altar para captar algún detalle mientras pasa las manos por la superficie del mismo. Estos procedimientos tienen como objeto el comprobar si la estatua  y/o el altar han sido mancillados.

Tras terminar de revisar ambas cosas dirige su mirada  hacia las escaleras que ascienden a la torre, escrutando con los ojos entrecerrados sin captar aparentemente nada murmura en voz baja - Deberíamos subir - su voz se amplifica y resuena por el eco de las paredes de piedra en toda la estancia. A todos los presentes les da un escalofrío.

 

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04/06/2011, 20:08
Miguel Rivera

 Miguel da las gracias al cura, pues ha llenado por segunda vez el estómago, y luego se retira de la casa de este con la esperanza de un jergón para dormir, que ya llevaba varios días durmiendo al raso. Cuando Marcial dio la orden de supervisar la ermita, a Miguel no le hizo gracia en demasía.

 

- Señó, no creo que sea conveniente meter el caballo en la ermita, si eso ya se lo llevo yo a una cuadra y se lo cuido bien pa que mañana este listo.

 

Y se quedó a la espectativa de que el noble contestase. 

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04/06/2011, 20:17
Director

Lo único que vistes fue una espada sobre un banco. No tenía vaina y estadaba algo sucia, pero nada más. Parecía un buen filo. Nada había bajo el el altar, ni tras él. No pudiste escuchar nada. En cuanto al hueco de la escalera estaba libre, sin peligro, los escalones un poco quemados al extenderse por ahí el fuego también, pero nada más.

Notas de juego

por cierto, la escalera asciende (xD) no desciende, pues va al campanario.