Partida Rol por web

Con el peso aún de las palabras de Mutilador sobre vuestras mentes, el caminó os llevó directo al castillo del Barón Gregory, donde apenas habíais puesto vuestros pies ansiosos por un merecido descanso, cuando os llegaron las fatales noticias confirmando que la amenaza del Ettin prorrumpida en su lecho de muerte no había sido un ultimo intento de asustaros, sino la confirmación de una realidad. El Barón Zachareth, que os había interceptado en mitad de uno de los corredores, era el encargado de hacer saber que ese tal Señor Oscuro no era una espejismo o una falacia, sino toda una amenaza tangible y peligrosa.

- Todo apunta a ese desconocido Señor Oscuro. Sus hordas no han cesado de aparecer las últimas semanas, alzando su nombre como si de un Dios se tratara, y ahora esto. Estoy seguro de que tiene que estar detrás del silencio de la almenara de Piedragris y la interrupción de mercancías de las minas. - Sin esconder su nerviosismo, el Barón os miró uno a uno, permitiendo que el temor dibujado en su mirada fuera partícipe de todos, dejando patente que el asunto no era una trivialidad cualquiera, sino algo serio y sumamente importante. - Esa almenara vigila y cuida las minas de plata de los montes de Carth, y sin el abastecimiento de dichas minas, el tesoro de Arrhyn se agota a pasos agigantados. Hoy mismo he tenido que rechazarle a Gregory el préstamo para mantener las levas, y sin plata para las levas, no habrá baronía capaz de mantener sus soldados. - Tenso, el Barón calló unos segundos, permitiendo que la importancia de su información calara en vuestras mentes, y mientras así era, sus manos se entrelazaban y se soltaban, nerviosas.

- Debéis ir y descubrir que pasa. Las minas deben volver a suministrar su plata al reino. Fuera se está preparando una caravana que partirá en cuanto os presentéis ante ella. - Sin opción a negaros, el Barón Zachareth asintió y se despidió argumentando que tenía aún mucho que hacer.

Para vuestra sorpresa, parecía que la caravana estaba preparada solo a la espera de vuestra llegada para partir, por lo que olvidándoos del descanso en una mullida cama o la caliente cena en una cálida posada, os preparasteis para partir de inmediato...

- Turno 1 de los héroes -

Mapa

Victoria héroes: Cruzar el cañón antes de que algún héroe quede atascado o todas las fichas de Objetivos (peñascos) estén en juego.
Victoria SS: Que un héroe quede atascado al final de su turno o cuando todos los peñascos estén en juego.

Héroe atascado: un héroe se considerará que está estará atascado cuando al final de SU turno no pueda moverse porque todas las casillas adyacentes a él están ocupadas por peñascos, un borde de pieza de tablero u otra miniatura (amiga o enemiga).

En cuanto sus ojos vislumbraron aquella extraña criatura, adquirieron un brillo digno de admiración. Casi se diría que le dedicaba auténtica devoción, capaz de hacerla enmudecer por completo, provocando una lenta apertura de su boca involuntaria que concluyó en una amplia sonrisa. Sólo reaccionó en el instante en que la dracónica figura emprendía el vuelo hacia la torre. ¡Relámpagos! ¡No te me escapes! Sus pasos se movieron prestos hasta que un grupo de feroces bestias redujo su marcha. Al tiempo que preparaba un orbe que arrebató del extremo de su bastón, animó a sus compañeros a tan relevante caza. ¡A qué esperáis jóvenes! Tengo que hacerme con ese bicho, es importantísimo. Arrojó entonces la esfera carmesí cual cebo para gatos, cuyo impacto sería fruto de la más pura casualidad. Una oportunidad única, no todos los días se puede conseguir linfa de lagarto volador. Es el ingrediente secreto del bálsamo rejuvenecedor más potente que se conoce. No habrá varón que se me resista. Dedicó entonces una veloz mueca al seguidor de la luz del grupo de héroes, para regresar su mirada al cielo, en busca de la estela de tan infrecuente hallazgo.

La verdad es que el dragón asusta; pero lejos de amedrentarse sigue al grupo hacia el cubil de la sierpe.

En la entrada los enemigos no se hacen esperar y la viuda parece que tiene prisa y sale como el rayo hacia adelante; - será bruta!.

Se adelanta rápidamente al resto del grupo sabedora de que el guapo Avric cubrirá sus espaldas y lanza una certera lluvia de flechas contra el primer lupino que se encuentra.

- Parece que tenemos un buen comité de bienvenida; aunque no quiera admitirlo siempre le ha gustado estar en primera línea de fuego.

Los ojos del joven discípulo se alzaron con un brillo extraño, había escuchado hablar de esas criaturas pero no esperaba encontrarse con una de ellas. Una inteligencia tan maligna que era hasta aborrecible, su amenaza cargada de muerte le tocó en la fibra de su ser, pues sus creencias eran todo lo contrario. Él era vida... y compasión, Belthir era muerte y desesperación.

- Belthir...- repitió, sin duda no iba a olvidar ese nombre, luego escuchó las palabras de Tarha y suspiró al ver como le miraba.- No necesitáis tales cosas, soy de los que se fija en una persona por su forma de ser, la belleza exterior está bien, pero es efímera.

Dicho eso Cargó con su arma interponiéndose entre la bestia mas cercana y las dos chicas dispuesto a probar su nueva arma.

Cuando el Barón mencionó toda aquella plata, le escamó bastante que no se hablara in situ de algún tipo de recompensa. Aunque a falta de riquezas bien podía valer la fortuna de tener a tiro nada menos que a un dragón, aunque fuese menor, como ese que se hacía llamar Belthir. Relamiéndose con una imagen mental en la que su cuchillo arrancaba de cuajo una de las alas de aquel ser para hacerse con ella un exótico abanico, Red Scorpion corrió tras sus compañeros in prisa, sabiendo que igual que cayera Mutilador habría de caer cualquier otro.

Los barghest que se hallaban en aquel claro eran viejos conocidos de la aventurera, aunque no los recordaba tan endebles como para que entre el grupo de zarrapastrosos que la acompañaban últimamente hubiesen sido capaces de tumbar a uno y dejar medio muerto a otro.

-¡No creas que eres la única que va detrás de ese trofeo! -le gritó a Tarha, suponiendo que no hacía falta aclarar que se refería al dragón y no al discípulo, mientras recordaba cómo la Viuda le había robado el golpe de gracia contra el ettin.

En cualquier caso, y siguiendo su estrategia habitual, primero desplegó sus trampas, después sus encantos, y por último un elegante y certero lanzamiento de su red que terminó en el acto con el sufrimiento de la criatura.

-¡Ya vienen! Intentad esquivar algún golpe esta vez...

Agazapándose tras su trampa, y bien pegada a Avric y su sólido escudo, esperó la respuesta de los lobos. ¿Llegaría en forma de aullido, o de mordisco? En cualquier caso, ella se sabía lo suficientemente escurridiza como para ser capaz de soportar lo que fuera que viniese.

-Actualizando turno del SS -

Dos de los enormes lobos habían caído con cierta facilidad, pero ello no menguó la moral del resto de la manada, y con el aullido de su líder haciendo temblar el aire del pequeño claro, los dientes del resto dentellaron bajo la tenue luz del sol antes de hincarse en la carne de los héroes, arrancándoles carne y dolor por igual. Y con el dulzón aroma de la sangre en el ambiente, las negras arañas empezaron a surgir de su hogar, el cañón, y si bien tan solo una o dos se dejaron ver inicialmente, estaba claro que el lugar estaba atestado de ellas y pronto todas saldrían a por su merecida y ansiada ración de carne...

- Turno 2 de los héroes -

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Victoria héroes: Cruzar el cañón antes de que algún héroe quede atascado o todas las fichas de Objetivos (peñascos) estén en juego.
Victoria SS: Que un héroe quede atascado al final de su turno o cuando todos los peñascos estén en juego.

Héroe atascado: un héroe se considerará que está estará atascado cuando al final de SU turno no pueda moverse porque todas las casillas adyacentes a él están ocupadas por peñascos, un borde de pieza de tablero u otra miniatura (amiga o enemiga).

Habían empezado muy bien, sin embargo de pronto el combate se había vuelto algo problemático. El discípulo gruñó de frustración al ver las heridas de sus compañeras y viendo que Red era en la que peor situación se hallaba, volcó su atención ahora en ella.

- Que mi arma brille con la fuerza de mis dioses!.- gritó asestando un lanzazo al lobo que acababa de aparecer por detrás de Tarha, su arma se impregnó en una luz platinada y mientras hería a la bestia, las heridas de Red Scorpión se cerraban.

Tras el golpe hizo girar su lanza para herir de nuevo al lobo más cercano y que estaba más herido, con una sonrisa en sus labios. Sus golpes no eran tan poderosos como los de sus compañeras, pero al menos estaba cumpliendo su labor de sanador a la perfección, una nueva herida en aquella bestia y baja la lanza mientras de su voz surge una simple plegaria.

- Gracias por permitirme ser el portador de vuestro poder.- y con ello una luz emanó de su mano al posarla sobre su compañera y algunas de las heridas que aun no había cerrado de Red, si lo hicieron ahora, no estaba completamente sanada pero de momento esperaba que aquello fuera suficiente.

Viendo cómo ella, de aspecto más frágil, se convertía en el objetivo de los dos monstruos que se acercaban al grupo, se preparó para esquivar los golpes. De la picadura de la araña pudo zafarse con facilidad; era una criatura débil y tonta, cuyo única fortaleza reside en el veneno que inyecta a sus víctimas. Pero la mordedura del barghest, contra todo pronóstico, no sólo acertó a alcanzarla sino que además le provocó un gran daño. A continuación sintió un aullido que la hizo sentirse más pequeña aún que aquella miserable araña que había osado tratar de rozarla, y después de eso quedó completamente desorientada.

Fue entonces, en medio de todo aquel caso, cuando sintió que sus fuerzas volvían; pero no de manos del azar, sino como consecuencia de las artes mágicas del discípulo. No esperaba tener que necesitar la ayuda de aquel pedazo de hojalata, pero mucho menos que, llegado el caso, el caballero Albright se pusiera a su servicio de inmediato, sin pedir nada a cambio, y desviviéndose por devolverle la vitalidad que aquel barghest le había arrebatado.

Confusa, respondió a la situación siguiendo su instinto: cuchillo en mano, y con un surtido de trampas dispuestas a oxidarse a base de sangre enemiga. Sujetándolo con ambas manos, clavó primero su arma en pleno lomo de la araña, exudando saña mientras retorcía la hoja en el interior de aquel asqueroso cuerpo. El siguiente movimiento fue una voltereta lateral que la colocó pegada al barghest. Con un ágil barrido lo echó al suelo, y acto seguido le rajó el estómago, quedando salpicada por los jugos de la bestia.

Aun con sus energías y la confianza en sí misma totalmente renovadas, se resistió a agradecer el gesto de Avric.

-¡No te creas que no puedo defenderme yo sola, caballerete! ¡Hace falta mucho más que un par de alimañas descarriadas para tumbar a la hija del Escorpión!

Avric sonrió a la "damisela" tras ver el despliegue de sus encantos contras aquellas alimañas. Sostenía con firmeza su nueva arma y cada vez se sentía más seguro con ella en sus manos.

- Ni por un instante lo había dudado mi señora, se que cualquiera de vosotras sois tan capaces o incluso más. Eso no evita que este humilde siervo de los dioses demuestre que las tres sois importantes para él.- dijo buscando dar aliento e inspirar fuerza en los corazones de sus camaradas.- Ahora acabemos con estas bestias, nos espera un dragón al que tenemos que desescamar.- y con una sonrisa más propia de un lobo que de un discípulo Avric miró al lobo que aun estaba delante suya, aunque estaba seguro que no duraría mucho más.

Con sus delgados y huesudos dedos replicó con orgullo al recto soldado. Quién ha hablado de belleza exterior querido, su mano recorrió su cuerpo con torpe elegancia, no debe serte ajena mi hermosura, pero tienes razón, es efímera, razón de más para preparar el prohibido misterio de ¡La inmortalidad! ji ji ji. Fue cuando fallándole ahora la vista, acudió a su olfato acercando su rostro a la tierra, para que su sabiduría le indicara el camino, mientras la comitiva se encargaba de encajar las mordeduras de las decrepitas criaturas.

Lejos de mostrarse recelosa por los agasajadores comentarios que compartían el apuesto discípulo y la provocativa cazadora, aprovechó el entusiasmo de haber salido indemne esta vez para embarcarse sin demora hacia sus delirios. Eso, eso, ese bichejo es demasiado valioso… ¡poderosos! Son los fluidos de su interior, un poco amargos... pero nada que no se pueda arreglar con raíz de tubérculo rojo… sin previo aviso se agazapó para revolver entre unos arbustos. Seguro que por aquí… anda, ¡setas moradas! Su alegría se vio amenazada por el gruñido del líder de la manada. Ni hablar perro malo, esto es de la viuda… ¡fuera! Fue entonces cuando lanzó uno de aquellos caóticos orbes que tan poco efecto tenían contra esas criaturas carentes de vida, para enfatizar su poco convincente argumento.

Roganna se queda en la retaguardia, para cubrir a sus compañeros; no obstante eso no es excusa para no colaborar en el combate que por otro lado tanto le gusta, así que teniendo dos opciones se decanta primero por el barghest que está con sus aliados dejándolo muerto en un golpe y guardándose el otro para ella sola.

- que os parece; la piel de estos lobitos bien pueden servir para hacernos una buena capa para este frío, sino he contado mal son cuatro, así que ya sabeis, voy despellejando a éste.

- Actualizando turno del SS -

Arañas y Barghets tenían claro que aquellos héroes eran comida para mucho tiempo, por lo que tanto las criaturas lobunas como los arácnidos se lanzaron al ataque sin otra intención más que devorar o envenenar a su víctimas. En contra tenían la resistencia y fuerza de sus víctimas y el acero que alguna de ellas empuñaban, pero a favor contaban con su tenacidad y su número.

La primera en recibir el veneno arácnido fue Tarha, que despistada con su hallzago, ni siquiera vio venir el doloroso mordisco de su atacante, y a su lado, Roganna, su defensa tambien distendida por el cofre recién descubierto, recibía los mordiscos de sendos Barghest, que cataban su carne en un adelanto de lo que esperaban fuera su cena...

- Turno 3 de los héroes -

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Victoria héroes: Cruzar el cañón antes de que algún héroe quede atascado o todas las fichas de Objetivos (peñascos) estén en juego.
Victoria SS: Que un héroe quede atascado al final de su turno o cuando todos los peñascos estén en juego.

Héroe atascado: un héroe se considerará que está estará atascado cuando al final de SU turno no pueda moverse porque todas las casillas adyacentes a él están ocupadas por peñascos, un borde de pieza de tablero u otra miniatura (amiga o enemiga).

Nuevamente repleta de confianza en sí misma, Red Scorpion avanzó decidida en pos de aquellos enemigos a los que las otras mujeres habían concedido una extraña tregua mientras se lanzaban a recolectar baratijas. Ella no sería igual de clemente.

-Mucha prisa tenéis por esquilmar el claro, vosotras dos... ¡Os recuerdo que para estos monstruos lo único de valor que hay por aquí es nuestra carne!

Tras una breve carrerilla, a un par de metros de la espalda de Tarha, saltó hacia el cielo y se enrolló formando una bola giratoria. La estela que dejaba tras de sí terminó por confeccionar un arco monocromo por encima de la cabeza de la Viuda. Una vez hubo tocado tierra agitó su capa para desvanecerse del campo de visión del barghest y la araña, tan sólo para reaparecer instantes después, cuchillo en mano, y asestarle una puñalada al arácnido que, en conjunción con la trampa que también acababa de preparar, resultó en una herida mortal.

Respetando el espacio del más formidable de los barghest, prefirió quedarse algo alejada de aquel soberbio ejemplar. Se hallaba en una posición que le resultaba cómoda, desde la cual poder desplazarse como una centella hasta donde fuese necesario estar para quebrar el cuello de cualquiera de las bestias que los acechaban.

- Parece que uno de los lobos se ha quedado rezagado; comento a Avric, - voy por el a enviarlo con su mami de vuelta; dicho y hecho Roganna avanza con decisión y golpea al aturdido animal que no sabe por donde le llueven los golpes acabando con su vida; al momento retoma la posición de antes y abre uno de los tesoros que por cierto tiene un brillo especia; - bien querido, no ha ido mal del todo; pero esa piel si la quieres la tendrás que coger tu mismo.