Partida Rol por web

Miro la casa y los alrededores. No entro, miro fíjamente al hombre y pongo mis manos en las empuñaduras de mis armas. Te voy a dar solo una oportunidad para que me digas la verdad. Sé que has mentido así que no lo vuelvas a intentar. No me gusta dejar huérfanos, pero de momento solo me has demostrado que es mejor no tener padre a tener un ejemplo como tu. Piénsalo bien antes de hablar.

Otelo se enfada y envalentona, lleva la mano a la vaina de su sable. 

Yo jamás miento, ¿Me avisas el día en que se deshonra a mi hija? Si tengo que rebanarte el pescuezo lo haré.

Niego con la cabeza y doy un suspiro. En la herrería dijisteis que estuvo unos meses haciéndose pasar por noble para conquistar a vuestra hija. Después, ya fuera de la herrería, dijisteis que se conocen desde que tenían 5 años. Me tomáis por tonta?. Estoy siendo demasiado paciente,.mucho más de lo que merecéis. 

No, no, señora, me malentendió o me expresé mal... Quería decir con que fingió ser noble que fue Cortés y honesto, no que tuviera un título nobiliario. Parecía un buen muchacho, educado y que controlaba sus instalaciones, pero no fue así.

Ves a esta luz que Otelo tiene el rostro curtido y que permanece sereno y seguro. Piensas que tendrá unos 50 años.

Vulcano se levanta y da unas palmadas a Casio.

Entiendo, tiene prisa y ya ha hecho suficiente por el muchacho. Ya nos las arreglaremos. Acabemos los negocios, tenga, este es un buen sable y por su ayuda se lo regalo. Es una falcata de Lemuria. Después de todo, qué valor tiene una vida? 

Solo toma 3 monedas de la que dejaste.

Después se dirige a Tas.

Y tú saltimbanqui, deja eso, loco, o lo matarás. Dani una moneda de plata y toma estás ganzúas. Ya me encargo yo del agua.

Deja en la mesa unas ganzúas y toma agua de un ánfora con un cuenco. Veis que el agua que iba a tomar Tas era de la que utiliza para su higiene y que estaba en la pila en una bacía de barbero. En esta ciudad no hay agua corriente y deducía que saca el agua de alguna canalización cercana del río.

Escucho sus palabras atentamente y lo miro fíjamente a los ojos.

El reptiloide se centra en escoltar a su contratante y a Solus, andando detrás de ellos y sin dejar de estar alerta ante cualquier posible asalto sorpresa. En su camino, ve un cartel de lo que parece un anticuario y eso le devuelve un recuerdo de mucho antes de su largo viaje y un nombre 'Drala'

Hará una década Siath trabajó varias veces en Atlantis para un  joven matrimonio de buhoneros Fillipenses que comerciaban por las costas de Atlantis, intercambiando antigüedades de tierras remotas por otras de origen atlántido. Cuando contrataron sus servicios, la mujer estaba en un estado muy avanzado de embarazo y en una de sus travesías, entre pueblos costeros, dió a luz a una niña de nombre Drala. Así que Siath, durante años vio crecer a la niña y con ello presenció, desde el silencio de su guardia, la educación en latín que le daban sus padres desde los 0 a los 9 años. Eso le permitió a Siath aprender el latín suficiente como para hablarlo y leerlo, pero no escribirlo.

Tras este breve recuerdo en su mente Siath vuelve en sí, ante ellos se alza lo que parece el Palacio Real de Filipa.

Al observarlo atentamente compruebas que no hay un ápice de duda ni vacilación en sus palabras ni sus gestos, estás convencida de que está siendo sincero. Te indica que pases a la casa y compruebes con tus propios ojos el estado de su hija.

Entro en la casa pero alerta, mirando a mi alrededor y sin apartar las manos de las empuñaduras de mis armas.

Muchas gracias Vulcano.  Aprecio mucho su gesto.  Dije mirando el sable lemuriano con interés.  Y no sé preocupe, mi apuro tiene más que ver con la precaución que con la necesidad de seguir mi camino.  Necesitamos estar preparados en caso de que... Las cosas se pongan un tanto violentas.  Dije mirándolo con intención de tranquilizarlo.  Prefiero perder un minuto ahora pero tener más capacidad para contener lo que sea que venga.

Dejé mi carcaj, ya con las nuevas flechas, y mi arco sobre el mostrador, luego comencé a calzarme la armadura acolchada parte por parte.  Al finalizar, tomé el sable lemuriano y me lo calcé en la cintura del lado izquierdo.  Luego me coloqué el carcaj en la espalda e hice lo propio con el arco.  Comprobé desenvainando el sable varias veces que la altura estaba cómoda, además de que el peso y balance del arma eran perfectos.

Guardé una vez más el sable y volví a dirigirme a Tas y Vulcano. 

Bien, ahora aguardamos a Cyna y aclaremos esto.  Esperemos que no haya más heridas.

Por entre las callejuelas Solus hace de guía y por instinto, acierto y costumbre llega rápido al palacio real, conocido por muchos como la Torre de los Justos. El castillo-palacio se ve sólido, de piedra, alto, de varias alturas, no excesivamente cuidado. Se oye algarabía procedente del interior. Mitev da un breve y silencioso aplauso.

Buen trabajo mi querido guía, te has ganado tu plata - te paga el sueldo acordado por día. -Pero aquí no acaba el encargo... ahora quiero que me muestres qué entradas tiene este castillo, las principales, las secundarias y, a ser posible, las menos protegidas.

Estando allí oís ruido de pasos, como unas armaduras.

La casa es humilde, en la entrada hay un pequeño descansillo que deduces sirve para atender a la clientela, observas todo lo que cabría esperar encontrar en un taller de un alpargatero. La materia prima, las herramientas de trabajo, algunas hormas y también alpargatas terminadas en un expositor. Te hace entrar a una sala tras una cortinilla de cáñamo tras la que hay un niño llorando y una señora amamantando a un bebé. Hay otro niño jugando en el suelo con algo que parecen unos dados muy rudimentarios y en una esquina hay varios lechos de paja, sobre uno de ellos descansa una joven con los ojos tapados por su antebrazo, boca arriba. Deduces que será la joven deshonrada. Otelo te presenta a su mujer, Desdémona, y a sus retoños y te indica que la chica de la cama es Yamila. Te ofrece agua del pozo que hay en el centro de la sala, ves el cubo metálico y unos vasos junto al cubo. Son humildes pero parecen limpios y bien organizados.

Muchas gracias, Bulcano... Miro hacia la puerta preocupado porque no veía a Cyna con el hombretón... Volviendo la vista a Casio... Casio, les dije que no se movieran de la puerta, espero que no les haya pasado nada... Cojo las ganzúas y en la misma puerta haciendo un juego de manos, lanzo la moneda al mostrador... Me pongo a buscar atentamente con la vista, calle arriba, calle abajo...

Siath contempla el gigantesco y descuidado amasijo de piedra que se alza ante sus viscosas retinas, la arquitectura arcaniana le resulta mucho menos orgánica que la atlántida. Apenas presta atención cuando Solus recibe su merecida paga. 'Ya llegará mi momento' piensa, reconociendo que él aún no se ha ganado su sueldo. Un ruido de pasos y a metal de armaduras llama la atención del lagarto. -Ssilencio...- Éste, cruzando los brazos sobre su cintura, coloca sus dos manos a ambos lados de su cinto, preparado para desenvainar si fuese necesario mientras concentra sus sentidos para evaluar la situación.

Afinas tu oído reptiloide e identificas el tipo de paso y armadura. Deduces que se trata de al menos dos guardias, seguramente vigilantes, que se aproximan y en tres o cuatro segundos doblarán la esquina.

Te asomas a la puerta y no ves a tu compañera todavía, sin embargo, oyes un murmullo que se aproxima, se trata de una veintena de duendes humildes y festivos que canturrean y caminan hacia donde estás. Lanzan flores y ves que encabezando la procesión hay una pareja joven, engalanados con adornos florales y ropas de tonos crema de tejidos sedosos y livianos.

Gracias, estoy bien respondo amablemente cuando me ofrecen el agua. Me acerco despacio a la niña y me arrodillo junto a su cama. Con voz suave le hablo Hola Yamila, me llamo Cyna. Estoy aquí para saber si necesitas algo... Espero pacientemente al lado de la niña observándola.

La niña es bonita, con piel de color canela y cabello azabache. Los ojos vidriosos se clavan en ti y te dice:

Solo necesito estar sola... Estar sola y olvidar.

Miro a la niña y trato de que sienta segura. A mi también me han pasado cosas malas, también quise estar sola mucho tiempo...pero a veces es mejor hablar y poder expresar lo que se siente con alguien, sobre todo con una persona que puede comprender lo que te ha ocurrido. Quizá te sientas más cómoda hablando conmigo a solas... Me giro hacia sus padres Podrían dejarnos? Les prometo que su hija estará bien. Vuelvo a mirar a la niña, estás de acuerdo?