Partida Rol por web

Sonríe con una sonrisa poco inocente.

-Bueno, yo - recalca el "yo" - iré a Hogwarts. Tú aun no has recibido la carta. Quizá seas un Squib. 

Mantiene esa sonrisa que siempre tiene cuando se mete con él. Se adentran en el pueblo. La vida sigue allí y no parecen más preocupados de la cuenta. Sin duda, no saben nada de lo que está pasando en el mundo mágico y tampoco les interesa. ¿O sí? Al fin y al cabo, han desaparecido muggles. Pero eso ya no les atañe a ellos.

A medida que se acercan al centro, la música de la cafetería del pueblo se puede escuchar a través de las ventanas abiertas.

Es una canción bastante alegre, la verdad. 

—Más quisieras... —dice Michael, mirando a Karen con ojos entrecerrados.

Cuando llegan al centro, la música de la cafetería anima un poco al chico y se estira para ver si los amigos de Karen están ya allí. Siempre le da un poco de reparo estar con ellos, porque son mayores, pero tampoco es que se lo pase mal.

—Espero que vengan todos y que no haya... desaparecido ninguno —dice imitando la sonrisa de Karen.

Alza una ceja ante ese comentario.

-No está bien que digas eso, hermanito. No hay que bromear con esas cosas...

Al fin y al cabo, ella nunca desearía que ningún amigo de su hermano desapareciese. Esas cosas no se sugieren y no entran dentro del campo aceptable de las bromas y las pullas. De todas formas, ninguno de los amigos de Karen ha desaparecido porque poco a poco todos se van reuniendo en el punto de encuentro y, tras unos minutos, todos están listos para dirigirse a la playa.

El día es bueno y el sol apretará más tarde. Es uno de esos días de verano que a veces tienen.

Michael asiente.

—Ya, ya lo sé, K —dice—. No lo decía en serio. Era para quitarle un poco de hierro al tema, que nos habíamos quedado los dos un poco callados. Además, seguro que los aurores lo solucionarán enseguida. Papá siempre dice que el Ministerio se toma muy en serio todo lo que tiene que ver con las Artes Oscuras. Así que...

Se encoge de hombros, como queriendo expresar que no deben preocuparse demasiado.

Cuando se reúnen con los amigos de Karen y van hacia la playa, Michael se sorprende del buen día que hace. Un día estupendo para explorar. Le da un poco de rabia no haber podido ir a ver aquella cascada, pero espera pasarlo bien en la playa también.

Los amigos de Karen no se muestran molestos porque los acompañe. Algunas veces se ha unido a ellos y no les parece mal que lo haga para ir a la playa. Al fin y al cabo, solo se llevan un par de años y no afecta mucho a la diversión. De momento. No tardan mucho en llegar a la playa, quizá unos 15 minutos o menos. 

Ya hay gente en la playa, aunque no parecen con muchas ganas de nadar. El agua, seguramente, está fría. Y es que no se puede pedir que todo esté perfecto.

Karen y sus amigos buscan un buen lugar para dejar las toallas y ponerse crema.

Mientras Karen y los demás se ponen crema y todas esas cosas aburridas, Michael va hasta la orilla a ver qué tal está el agua. Mete un pie y comprueba que, en efecto, está fría. Tendrá que darle bastante más calor aún para que le apetezca bañarse en ese agua.

—A ver quién es el primero que se mete —dice al volver con los demás—. Yo no creo que me anime hasta dentro de un rato.

Mira alrededor, para comprobar si conoce a alguien más de entre la gente que ha ido hoy a la playa. De vez en cuando puedes encontrarte algún conocido sin esperarlo...

En la playa hay algunos chicos de su clase de la escuela muggle del pueblo. Sus padres siempre han dicho que lo más importante es una buena educación y no solamente saber cosas mágicas. Así pues, hasta que reciba su carta para Hogwarts, va a una escuela muggle.

Un poco más allá, está Aylin, una compañera de clase, con sus padres. Son americanos y llegaron al Reino Unido hace un par de años.

Michael sonríe al ver a Aylin a lo lejos. Hace tiempo que no la ve.

—K, voy a saludar a una amiga —dice a su hermana antes de alejarse—. Estaré allí...

Y se aleja sintiendo la arena bajo las plantas de los pies. Cuando llega cerca de su compañera, levanta una mano para saludar y sonríe a Aylin.

—¡Hola, Aylin! ¿Qué tal todo?

En realidad, Karen solo asiente de forma automática, sin hacer mucho caso a su hermano mientras está hablando con un de sus amigas. Es más, ni siquiera usa esa oportunidad para meterse con él por ir a ver a una amiga. Es un claro signo de que está distraída.

Aylin se está acercando a la orilla para hacer castillos en la arena antes de entrar en el agua. Levanta la mirada y sonríe.

-Hola Mike - muestra una sonrisa radiante -. Todo bien. El verano es siempre un poco aburrido cuando llueve casi cada día, pero me estoy acostumbrando... después de un par de años. ¿Y tú? ¿Cómo va tu verano?

—Todo bien —contesta Michael—. Lo peor es que ya se acaba...

Se encoge de hombros mientras sonríe, dando a entender que no se puede hacer nada.

—Supongo que lo de la lluvia se hace un poco molesto cuando no se está acostumbrado. Yo he podido salir gracias a que mi madre me hizo un encant... digo, me compró un paraguas grande.

Por poco no ha metido la pata. En las vacaciones siempre se relaja y le cuesta más que en el colegio no revelar nada sobre el mundo mágico, pero por suerte ha estado ágil para corregir el fallo.

—Bueno, y... ¿cómo ves el año que viene? ¿Sabes ya a qué cole irás?

-Pues iré al instituto de Whitehaven. Al menos, hasta que volvamos a EEUU o trasladen a mi padre a otra ciudad. Nunca acabas de acostumbrarte a estas cosas. A la que haces amigos, te tienes que ir. Por suerte, parece que nos hemos quedado por aquí más de lo normal.

La chica sonríe. Parece no haberse dado cuenta del pequeño desliz que ha tenido Michael.

-Pero bueno... no hablemos de eso. ¿Quieres hacer castillos de arena conmigo? Después podríamos ir a buscar conchas.

Michael asiente animado a la sugerencia de Aylin. Aunque no puede evitar sentirse un poco triste, porque la chica le cae bien y es una pena que a partir de esas vacaciones vayan a dejar de verse. Ella es una muggle, y por mucho que a Karen le guste pincharle con lo de ser un squib, Michael sabe que pronto recibirá la carta de Hogwarts.

—Es una pena que no vayamos a vernos más —dice—. Pero espero que te vaya bien, estés donde estés.

Y empieza a coger arena para edificar un castillo en la orilla.

-¡Siempre podemos vernos en verano! Ni que no pudiésemos vernos nunca más.

Amplía su sonrisa mientras llena el cubo, en forma de torre, con arena húmeda de la orilla. La aprieta bien con las manos para que quede compacta y coloca el cubo boca a bajo, en el que será el lugar donde la primera torre de su castillo será erguida para perdurar hasta el futuro. O hasta que alguien le de una patada. O el mar se lo trague.

-¡Voilá!

Levanta el cubo mostrando su torre.

Michael asiente cuando Aylin dice aquello. En realidad, no le falta razón. Mientras su familia siga allí, pueden verse durante las vacaciones. De algún modo, eso anima un poco a Michael y hace que sonría.

Mientras la niña prepara su torre, Michael llena también su cubo y le da un par de golpes en el suelo para que la arena se apelmace bien y no salgan grietas. Luego da la vuelta al molde y tira hacia arriba con cuidado. Pero su torre se rompe por la mitad y la parte superior se desmenuza.

—Vaya, estupendo... —dice con fastidio—. Parece que me ganas, ¿no?

Ríe ante la catastrófica torre.

-No pasa nada. Es un castillo antiguo. Seguramente, ha pasado por muchas batallas y sus torres y torreones pueden haber caído por el tiempo o por la guerra.

Comienza a amontonar la arena para hacer las murallas.

-Por aquí tenéis muchos castillos. ¿Has ido a algún castillo interesante?

Michael sonríe ante la indulgencia de su compañera. Vista así, su torre no está tan mal...

—Estuve en el de Warwick una vez —dice—. Pero era muy pequeño y casi no me acuerdo. Aunque espero visitar algún otro pronto...

Su sonrisa se ensancha al volver a pensar en Hogwarts. Está seguro de que no puede haber un castillo más interesante que ese. Qué ganas de que le llegue la carta del colegio. Además, así Karen tendrá una cosa menos con la que meterse con él. Pero mejor pensar en otra cosa, o se le acabará escapando lo de su familia mágica...

—Bueno, en Estados Unidos no tenéis castillos medievales, pero tenéis fuertes. Tampoco están mal.

-Ya, pero los fuertes no molan tanto. Además, esa gente hizo mucho daño a los nativos americanos y no hace mucho de eso... no es como si hablases de 500 años atrás. Los tiempos eran diferentes.

La historia de EEUU, a pesar de ser corta, está manchada con sangre y los fuertes son un recuerdo de esas cosas. Los fuertes y las reservas. Aunque claro, quizá ella tenga esa visión por haber viajado tanto y haber visto otros puntos de vista de la historia... no todos los norteamericanos piensan como ella. Normalmente, ellos son los mejores en todo.

-¿Y qué castillo tienes planeado visitar? ¿Podrías llevarme? - sonríe.

Michael sonrió. No podía decir mucho, pero tampoco quería engañar a su amiga.

—Me han hablado de él, pero no lo conozco aún —dijo—. Su nombre empieza por H, aunque no sé exactamente dónde está. Pero dicen que es bastante impresionante. En cuanto a lo de llevarte...

Por un momento se le ocurrió que sería bastante gracioso que a Aylin también le llegase una carta de Hogwarts. Después de todo, había familias de muggles en las que podía surgir un niño o niña mágicos. ¿Y si ella era bruja y no lo sabía? Pero era muy improbable, y de ser así tal vez tuviera que ir a una escuela mágica en Estados Unidos. Al fin y al cabo, ella era de allí...

—Me gustaría que también pudieras verlo, pero supongo que será difícil... —dijo por fin.

-Bueno... si no puedes, no puedes. Que le vamos a hacer. Aunque me tienes que enseñar fotos - sonríe de nuevo.

Continua construyendo el castillo con ayuda de Michael. Cuando acaba con las torres y las murallas, comienza con una especie de foso que cogerá el agua de las olas.

-¿Qué te parece el foso? Si la hacemos con un poco inclinación, el agua se quedará en el foso y no se moverá.

—Está muy chulo —dijo Michael—. Me pregunto si podríamos añadir un puente encima sin que se caiga...

Mientras juega con Aylin, echa un vistazo por encima del hombro para comprobar que Karen y sus amigos siguen allí. Si se despista, su hermana es capaz de olvidarse de que ha ido con ella y marcharse dejándole allí solo...