Partida Rol por web

hubiera preferido un acercamiento mas sigiloso para tener la ventaja de la sorpresa, pero bueno, supongo que no podía ser entre la armadura metálica de Mitch y la posición que tenián ellos.

El primero en actuar es Vindus que demuestra que al menos en una pelea sabe cumplir con su papel

Yo por mi parte empiezo a entonar un hechizo en cuanto veo a la semiorca  a suficiente distancia, y le sonrio al desencadenar mi magia, de verdad que preferiría no tener que matarla, ni viceversa

-no ataqueis a la semiorca- digo a mis compañeros

Parece resistir el conjuro, sacude la cabeza y fija su mirada en Iria, haciendola un gesto obsceno desde la distancia.

Saliendo de entre la maleza que cubre la zona, una flecha surca el aire en dirección a la semiorca. Posiblemente la mujer desoyó todo consejo por parte de Iria y fue a por el objetivo que mas a la vista estaba, una mujer meneando la pelvis en mitad de un campo de batalla era sin duda uno bueno. Por desgracia la flecha se parte al chocar contra el escudo que cubre el lateral de la mujer, errando el disparo.

Los dos tipejos que acompañan a la semiorca corren hacia Mitch, descargando un ataque cada uno en carga, con bastante brutalidad debido a su sangre orca. El hombre trata de defenderse como puede pero se ve superado por dos pieles verdes a la carga, que no tardan en rebajarlo a hachazos, haciendo que el pesado y acorazado hombre caiga de espaldas, soltando su arma a un lado y haciendo que la Encapuchada suelte alguna que otra Maldicion en alto. Vindus temblequea sabiendo que el escudo que mantiene a esas malas bestias alejados de ellos ha caido a la primera.

Se acerca a la carrera hacia Iria:

-¡Rindete y a ti te perdonaremos la vida...!- Dice enseñando los colmillos, su cuerpo musculado en tensión a cada zancada que da, que la situan cerca de la maga, pero contiene sus ganas de lanzar una ataque contra esta esperando que Iria reaccione ante su petición ahora que Mitch ha caido.

El tipejo que ha caido de la montura no se mueve del sitio.

El ataque se tuerce muy, muy rápido. Sin Mitch y ellos completamente indemnes la cosa está muy fea. Vindus tal vez tenga un conjuro de proyectil mas, con suerte dos. Y no creo que la encapuchada sea rival para los dos semiorcos, no mas que yo para mi vieja amiga.

Suelto mi bastón y sonrio a la semiorca -vaya, pues me habéis pillado-

Pero en cuanto me da la impresión de que baja la guardia salto hacia ella para tocarla, esperando ser capaz de aturdirla, aunque mas bien parece que caigo ante ella

Sale de entre los matojos y dirige un certero flechazo a uno de los semiorcos que habian derribado a Mitch. La flecha se hunde en su espalda y este se gira, da dos pasos hacia ella y cae de frente, invadido por el dolor al tener una afilada flecha atravesandole el costillar desde atrás.

El otro semiorco se gira de igual modo y corre a por la mujer encapuchada, que se ve obligada a defenderse a la desesperada y mas o menos logra evitar un hachazo que podia haber sido mortal. La semiorca trata de agarrar a Iria por los pelos, sin mucha delicadeza.

La encapuchada derriba a uno de los semiorcos y me da algo de esperanza, tal vez podamos perder

Así cuando la semiorca intenta cogerme del pelo aprovecho la oportunidad para sacar la daga que llevo oculta en el cinto y atacarle, no es que vaya ha acerle mucho daño pero seguro que escuece

-tengo una idea mejor, rindete tu y vivirás. Y podría dejar que me acompañases, seguro que no querras estar cerca de tu jefe tras esto-

Vindus realiza otro conjuro de proyectil magico y una saeta azulada impacta sobre el semiorco amenazando a la encapuchada, arrancandole un grito de rabia.

La encapuchada echa mano a su espada corta y sujeta el arco en la otra mano, el ataque que realiza no impacta sobre el semiorco, y tras esto ella empieza a retroceder un poco:-¡Vamonos Vindus!

La daga de Iria hiere a la semiorca, que enseña los colmillos y esta vez ya no trata de agarrarla, echa mano a su hacha y la ataca. El hacha hiende la carne de la maga con fuerza y rabia, los ojos de la semiorca se deleitan con el sufrimiento causado, mientras esta pierde el conocimiento debido al dolor...Todo se vuelve oscuro y la ultima sensación que tiene Iria es la de su cuerpo dando contra el suelo pesadamente; se oyen algunos gritos mas antes de que se suma en la absoluta inconsciencia, Vindus y la encapuchada tienen sus particulares problemas...

Iria despierta en un lugar en penumbras, el ocasional sonido de cadenas balanceandose es lo primero que lleva escuchando desde bastante antes de recuperar suficientes fuerzas como para despertar, cuando es consciente de su situación se da cuenta de que está engrilletada a una pared, y sus ropas han sido cambiadas por unas medias, una corta falda, un liguero, un tanga y un sosten, todos de color negro y bastante bien diseñados. El ambiente es el de una mazmorra, aunque limpia y libre de cualquier otro preso a excepcion de ella. Al fondo hay tres figuras jugando a las cartas en una mesa de madera, iluminada por una sola antorcha que cuelga en la pared. Estan casi en completo silencio, aunque se los puede distinguir como secuaces del padre de Iria, el gran mago Balazar.

-Dos, y tres, eso hace una mano completa, gano la partida.- Comenta uno de ellos sin exaltarse aunque con un ligero atisbo de emoción. La partida comienza de nuevo y se reparten los naipes, las figuras parecen tres sencillos humanos desde la distancia. Repentinamente algo interrumpe el silencio de la mazmorra, una figura cornuda y bastante mas alta que un humano parece levantarse en una de las celdas y comienza a expulsar aire por sus fosas nasales, como olisqueando lo que hay en el lugar. Otro de los hombres comenta: -Ya se ha levantado, veremos si la dormilona tambien lo hace y hagamos el trabajo para Balazar rapido.

Poco a poco voy recuperando la consciencia y haciendome cargo de mi situación, sigo viva, que ya es algo, y no parece que esté herida. Supongo que alguien me habrá curado del hachazo de la semiorca.

Y ahí acaban las buenas noticias, estar engrilletada es incomodo y me duelen las articulaciones, pero no tengo experiencia como para saber cuanto tiempo llevo aquí por eso, parece que estoy en la torre de mi padre y eso no se si es bueno o malo, y además me han vestido de forma "peculiar"

Considero los hechizos que tengo memorizados, escudo y proyectiles mágicos, no parece que me vayan a ser muy útiles en esta ocasión.

Tras un rato analizando la situación haciendome la dormida decido que así no voy a conseguir nada y me dirijo a mis guardianes

-Perdonen, creo que hay algún error, mi padre no querría que estuviera aquí-

Los hombres se miran entre si y sueltan una carcajada, dejando los naipes sobre la mesa y levantandose todos. Uno de ellos se acerca a Iria lo suficiente como para que esta pueda ver los rasgos de su cara, es un hombre de tez bronceada, con una cicatriz que le cruza un ojo y una barba canosa. Lleva cueros oscuros como prendas y un par de espadas a la cintura, y cuando se acerca toma a Iria de la barbilla para obligarla a mirarle a los ojos:-Tú padre ha dicho que ya que eres una niña mala, le ayudarás en su investigación...Te tiene una sorpresita reservada ahí atrás, pero estoy dudando si mis chicos y yo deberiamos divertirnos un rato antes de dejar que los experimentos del mago loco te maten...Ha sido dificil vestirte, y mas aún curarte pero lo hemos hecho...Asi que de momento nos debes una...¿Qué dices?, ¿quieres jugar o te dejamos a tu fatidico destino?.- Chasquea los dedos y los hombres que hay detrás se miran entre sí, uno de ellos se acerca a los barrotes de la celda que hay atrás y usa el filo de su espada para golpearlos, haciendo ruido. El ...mugido/rugido que viene de estos barrotes al final revela la figura cornuda de un minotauro enjaulado, que agarra con fuerza los barrotes y mira con sus ojos a todos los presentes, pero el olfato parece dirigir al minotauro enseguida a Iria. ¿Quizá la habian rociado con algun tipo de feromonas?, eso explicaria la tremenda erección de la bestia, que destaca sobresaliendo por entre los barrotes.

Cuando ese desagradable hombre me coje por la barbilla hago mi mejor esfuierzo para no poner mala cara, la diplomacia es ahora mismo mi única arma. Sin embargo mi expresión cambia cuando veo asomar ese monstruo entre los barrotes, abro mucho los ojos y palidezco ante el tamaño de esa cosa "Dios, me va a partir por la mitad" 

Podría preguntarme para que puede servir eso a una investigación, pero la respuesta es exactamente para lo mismo que otra docena de experimentos grotecos, mi padre está loco, así de simple.

Si pudiera hablar con el seguro que podría ablandarlo, pero tal vez por eso me ha dejado al cuidado de estos hombres

De nuevo esgrimo mi sonrisa mas encantadora

-¿divertirnos? claro, tengo muchas ganas de divertirme con unos hombres tan atractivos. ¿Lo habéis pasado bien vistiendome?-

Así engrilletada es dificil pero me contoneo un poco, supongo que mis únicas armas son mi diplomacia y mi cuerpo